Capítulo 12: The Girl


Arrancó aquella camisa de un solo tirón con el propósito de poder seguir haciendo burla de lo que a su parecer era únicamente un cuerpo escuálido y mal formado para toparse con una sorpresa. Sonic abrió sus ojos por completo para observar aquella pequeña cintura que alguna vez lo dejó embelesado y entonces detener su mirada en los pechos desnudos, los cuales fueron cubiertos velozmente por el brazo de la eriza y ver su puño certero dirigirse con ímpetu a su quijada y así caer pesadamente al suelo.

Sonic colocó una mano sobre su mandíbula adolorido para ver a la eriza que sólo vestía un par de pantaloncillos blancos y se abrazaba intensamente el área del pecho mientras un sonroje intenso pintaba su rostro.

–¡E-Eres una chica!– gritó el erizo desviándole la mirada velozmente y sonrojarse por igual. Sintió la temperatura de su cuerpo elevarse como nunca lo había hecho para dirigir su mirada a su regazo en un intento de que su curiosidad no le ganara. –Esto es imposible...– murmuró para que de repente todo empezara a cobrar sentido, su extraña afinidad hacia él y lo que parecía ser un deseo oculto por estar cada vez más cerca de él, todo este tiempo había convivido con una chica bajo sus narices –Oh no...– musitó al darse cuenta que había quebrado una de las reglas más importante en el gremio –Oh por Chaos, si Shadow se entera que escondo a una chica me denigrará a conserje– habló Sonic con horror para ponerse en pie –¡Yo debo de...

–¡No, no puedes!– interrumpió ella de pronto, quien parecía que en su desasosiego había tomado el tiempo para vestirse nuevamente. La eriza corrió hacia él para interponerse entre Sonic y la salida de la habitación –¡No puedes decir nada!– comandó ella en tono de suplica.

–¡Acaso haz perdido la razón!– regañó para verla con el ceño fruncido –¡Si se enteran que yo...

–Escúchame bien– cortó la eriza rosa febril –Tú mismo me lo has dicho, si se enteran que tenías a una chica te degradaran– empezó para que de repente sus ojos se iluminara y una sonrisa se formara en su rostro –Dime, tú en serio crees que el comandante creerá que durante este tiempo no pudiste percatarte que una chica vivía bajo tus narices o ¡peor aún! Que no te diste cuenta en el momento que me viste por primera vez.

–Maldición...– balbuceó Sonic sintiendo como su cabeza volvía a darle vueltas –¡B-Bien!– accedió en un grito para que la eriza se acercara a él alarmada nuevamente.

–¡Shhh!– intentó acallar Amy para notar que el breve momento de lucidez que el erizo azul había tenido había concluido, recordándole cómo es que había metido en ese problema. Amy se acercó a él para tomar de su brazo, al verlo tambalearse con el alcohol en su cuerpo, y colocarlo alrededor del cuello –Creo que deberías de ir a la dormir y hablaremos de esto mañana, ¿de acuerdo?– insistió para encaminarlo a la cama cuando sintió como él la empujaba con fuerza hacia la misma; Amy lo vio confundida para ver como él se abalanzaba sobre ella, aprisionándola debajo de su cuerpo.

–Si debo de hacerlo...– musitó viéndola intensamente –Tendrás que pagar un precio para que mantenga mi boca cerrada.

–¡E-Espera Sonic!– balbuceó Amy alarmada al ver la mirada maliciosa del erizo. –T-Tú estás ebrio y...

Amy calló al sentir sus labios sobre los de ella para jugar con sus carnosos labios con desesperación arrebatándole un beso pasional que la estremeció a lo que, aunque quiso oponerse, no logró hacerlo dejándose llevar por la sensación de placer que empezaba a desbordarla. Sonic se separó de ella para respirar agitadamente y sonreírle con picardía y lujuria.

–Gracias al cielo eres un chica– habló con su respiración entrecortada para besarla nuevamente acallado lo que asumía sería otro alegato por parte de ella, dejando que su lengua se abriera paso en la boca de la eriza y así jugar con la misma, acallado lo que se le asemejó a un gemido para que así sus manos empezaran a moverse por su cuenta y que éstas acariciaran sus tersos muslos semidesnudos, por la pequeña pantaloneta que vestía.

Sonic dejó de jugar con sus labios para así dar cortos besos sobre su mandíbula y dirigirse a su cuello y sin poderlo evitar gemir libidinosamente, todo parecía tan irreal, que apenas podía procesarlo, se miraba hambriento de ella, como si hubiera guardo las ansias de poner sus manos encima y de pronto, al enterarse que era mujer, hubiesen despertado abruptamente de su sueño para consumirlo por completo.

–S-Sonic...– llamó ella en un gemido ahogado al sentir como sus manos recorrían sus piernas provocando que la temperatura de su cuerpo se incrementara placenteramente –E-Espera... tienes que...– Amy enmudeció al notar como su mano empezaba a subir de sus muslos, por sus caderas, para así colarse debajo de aquella playera y recorrer su abdomen desnudo. –¡D-Detente!– tartamudeó, siendo ignorada, sabiendo qué pasaría a continuación si no hacía algo rápidamente.

Amy cerró sus ojos y de donde pudo sacó las fuerzas necesarias para, con su antebrazo, golpear fuertemente al erizo separándolo de su cuerpo lo suficiente, y como él alguna vez le había enseñado, con su codo propiciar un golpe en su estómago y así empujarlo con las pocas fuerzas que aún tenía con ambas piernas provocando que chocara contra el muro de concreto.

Amy se levantó tan aprisa como pudo para así arreglar sus ropas y ver al erizo yacer inconsciente sobre el suelo, parecía que la mezcla entre el alcohol y el golpe por fin habían dejado al erizo inconsciente.

–Oh por Chaos... deje inconsciente a mi capitán– murmuró la eriza mientras intentaba recuperar la compostura después de sentir sus manos sobre su cuerpo –Lo siento...– le susurró al erizo quien parecía haberse envuelto en un profundo sueño, seguramente por las largas noche en vela –Mañana prometo compensarlo...– dijo al fin para apagar la luz de su habitación e, al igual que él, intentar conciliar el sueño.

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Escuchó la trompeta sonar fuertemente para así abrir los ojos con pesadez levantándose con la peor migraña que jamás hubiera pensado. Sonic notó que yacía a un lado de su cama con un par de sabanas encima y una almohada a su lado. Se sentó sobre el duro suelo para de repente sentir un dolor en su mandíbula y abdomen.

–Maldición– musitó levantándose adolorido –¿Qué demonios me...

–Buenos días– escuchó de pronto para ver al erizo rosa entrar por la puerta con lo que le pareció una taza con algún brebaje caliente –Te traje esto– dijo para caminar con cautela hacia él, como si esperara que lo atacara o algo por el estilo –Ya sabes... por la resaca– indicó entregándole una taza de café caliente para que el erizo azul lo viera con sorpresa por su inesperada amabilidad.

–Ammm.... Gracias– dijo Sonic para sorber el líquido y sentarse al borde de su cama, notando que el erizo rosa yacía parado en el extremo opuesto de la habitación con su vista al suelo. Suspiró con pesadez, imaginando el por qué de su actitud –Escucha– habló el erizo azul para dar otro sorbo –Lo lamento– dijo al fin, después de todo lo que había pasado ayer en el entrenamiento, tal vez el castigo se le había salido un poco de las manos al obligarlo a dispararle al zorro.

–¡Ah! No, no es... es decir...– calló Amy sonrojándose intensamente al recordar lo sucesos que la mantuvieron en vela –Yo entiendo, es decir, estabas ebrio y bueno... sé que no has estado con una chica en mucho tiempo– logró decir a penas para jugar nerviosamente con sus manos.

–¿Eh?– exclamó Sonic para voltearlo a ver confundido por sus palabras –¿De qué demonios hablas? ¿Por qué...– Sonic calló al ver una de sus camisas en el suelo hecha pedazos, y de pronto, los torturantes recuerdos de lo que había pasado ayer al retornar a la habitación regresaron para atormentarlo. –Oh no...– musitó con horror soltando aquella taza y ésta derramara su contenido y para ponerse de pie de golpe mientras las memorias golpean su mente –¡T-Tú!– exclamó para verlo con terror y recordar aquel beso pasional y sus manos sobre su piel semidesnuda.

–¡Por favor cálmate!– pidió Amy sin acercarse a él, ya había cometido ese error la noche anterior. –Esto es...

–Eres una chica– soltó él sintiéndose mareado nuevamente para tomar asiento.

–Sí... es decir...

–Eso significa...– musitó Sonic para subir la mirada y ver a la eriza quien estaba tan horrorizada como él –Golpee a una chica– espetó con horror –Por la diosa del caos... golpee a una chica– recalcó para que la histeria empezara a consumirlo.

–Pues esta chica te devolvió el golpe– recalcó la eriza para verlo con el ceño fruncido, un tanto ofendida por el comentario –Y te dio una paliza ayer.

–Oh, por Chaos... Ayer...– recordó colocando ambas manos sobre su cabeza sonrojándose intensamente –Yo... es decir... yo no pretendí...

–Ya te lo dije, entiendo que fue el licor y bueno... sé que ustedes lo hombres tienen ciertas necesidades– dijo avergonzada. –¡Pero espero que entiendas que esto no significa que puedas hacer lo que quieras conmigo!– regañó molesta –Todo seguirá como si nada hubiera pasado.

–¡¿Cómo si nada hubiera pasado?!– explotó Sonic para encararla al fin –¡No puedes dormir aquí, es decir, eres una chica!

–Pues sino mal recuerdo yo te pedí una habitación para mí sola y por hacerlo me obligaste a limpiar todo el lugar con mi cepillo de dientes– resaltó con un dejo de reclamo en su voz.

–¡Eso era diferente! ¡¿Cómo se supone que iba a saber que eras una chica?!– se excusó para recordar por qué en un principio quiso tomar ventaja sobre ella en medio de su desasosiego, si Shadow se enteraba que él no había detectado a una chica en el entrenamiento sería el nuevo conserje de los G.U.N –Oh... maldita sea, Shadow– masculló con fastidio, para así lanzarle una mirada intimidante a la eriza, quien al percibirla retrocedió un paso –No puedo delatarte sin comprometer mi puesto– habló con pesadez –Significa que estoy atrapado contigo hasta que termine el entrenamiento.

–Sólo...– habló la eriza para acercarse lentamente hacia él, quien ahora que parecía más calmado –Sólo sigamos como antes ¿sí?

–¿Cuál es tu nombre?– espetó fríamente.

–¿Mi nombre?

–Asumo que no es Amus, ¿cuál es entonces?

–Amm... Es Amy– respondió ella tímidamente.

–Bien Amy... ¿Por qué rayos estás metida aquí?

–¡Ah, bueno! Es... es por...– calló al recordar el rostro de Shadow y esbozar un amago de sonrisa –Es porque quería conocer a alguien– respondió vagamente.

–¿Te parece el lugar correcto para tener citas?– inquirió Sonic sarcástico.

–No lo entenderías y tampoco pienso explicártelo– respondió Amy molesta –Escucha, sólo debo de terminar el entrenamiento y luego saldré de tu vida y de este lugar para siempre, así que intentemos seguir igual que siempre ¿De acuerdo?

–Bien, como quieras– accedió de mal humor para ponerse en pie y caminar hacia la puerta –Sólo...– pausó el erizo azul para verla nuevamente e involuntariamente traer los recuerdos de la noche anterior obligándolo a desviar la mirada –Sólo avísame cuando tengas que cambiarte y no te atrevas a tocarme.

–Gracioso comentario para alguien que ayer no podía dejar sus manos en su lugar.

Abrió sus ojos de golpe ruborizándose intensamente por el comentario mordaz de la eriza y fruncir el ceño –¡Sólo no lo hagas!– vociferó cerrando la puerta detrás suya.

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Era día de entrenamiento físico y él por su parte no podría estar más ausente de los gritos de su compañero, pensando en cómo sería la mejor manera de lidiar con la eriza, aún faltaba la mitad del programa de entrenamiento y los días no parecían pasar lo suficientemente rápido. Sonic restregó sus ojos exhausto de darle vueltas al asunto cuando algo lo trajo de nuevo al campo de combate.

–Recluta 3991, al ring, ¡ahora!– ordenó Scourge para que su mirada se dirigiera velozmente a la eriza, quien asentía con la cabeza para así ver a su oponente, el corpulento, y aun invicto, equidna rojo.

–¡¿Lo pondrás a luchar contra él?!– habló Sonic exaltado.

–¿Algún problema?– inquirió Scourge sin interés –¿O tu compañero de habitación tiene privilegios por dormir con el capitán de su escuadrilla?– dijo burlesco.

Sonic se sonrojó con intensidad provocando que los recuerdos de la noche anterior vinieran a él involuntariamente para así desviarle la mirada. –¡Claro que no!– respondió molesto –¡Haz lo que quieras!– dijo al fin tomando distancia del erizo verde y así acercarse más al cuadrilátero. Sonic escuchó el sonido del silbato dando inicio a la pelea y ver así con expectativa el combate; el equidna propició el primer golpe sin dudar, el cual la eriza esquivaba con agilidad, sorprendiéndolo un poco y recordándole las heridas de la noche anterior; la verdad es que ella había mejorado considerablemente desde su primer día en la institución, ya no era la princesa que había atravesado el umbral. Todo parecía ir bien hasta que el equidna logró leer los movimientos de ella, y así, propiciarle un certero golpe en su quijada tan fuerte que la eriza salió volando del ring para chocar contra la pared del recinto.

Los novatos hicieron una ovación de pie aplaudiendo y gritando por el resultado de la pelea, felicitándolo por su proeza.

–¡Maldición!– exclamó Sonic, obviando la ovación, y sin pensarlo correr hacia la eriza quien yacía aturdida por el golpe. Sonic se colocó de rodillas a su lado para observar como un hilo de sangre recorría su labio debido al golpe. Con delicadeza tocó su rostro para con el pulgar, limpiando la sangre que había manchado su rostro –¿Te encuentras bien?– musitó con suavidad.

Sonic observó como las mejillas de la eriza se pintaban de un hermoso color rojizo para que sus ojos se quedaran prendidos en él, hasta que el repentino silencio y las miradas atentas de todos a su alrededor se hicieron sentir sobre sus espaldas, recordándole que ante los ojos de todos, ella seguía siendo un él y que lo que estaba haciendo estaba sin lugar a dudas fuera de lugar.

Sonic se alejó de ella rápidamente para ponerse en pie y ver a Scourge quien lo observaba con una mirada suspicaz. Endureció su mirada para con una máscara de molestia decir: –Encárgate de ellos, yo haré la papelería pendiente– ordenó sin voltear a verla a ella o nadie más y caminar a toda prisa fuera del recinto. No tenía ni idea de cómo mantener la farsa sin que uno de los terminara expuesto.

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Amy caminó de regreso a su habitación, exhausta, Scourge no se lo había hecho más fácil luego de la pequeña escena con Sonic; esa había sido la primera vez que Sonic había sido dulce con ella y el simple recuerdo aún la hacía ruborizar. Sacudió su cabeza con fuerza intentando ahogar los sentimientos e indeseables pensamientos que empezaban a colarse.

–¿En qué estoy pensando? yo hago esto por él– se regañó con una sonrisa para recordar la sonrisa galante de Shadow, quien aún no aparecía por los alrededores –Tal vez mañana– dijo desanimada.

Amy paró al llegar al frente de la puerta de la habitación compartida provocando que su corazón se acelerara de prisa. No sabía si lo encontraría ahí o si de nuevo estaría ausente emborrachándose en algún lugar secreto y si así era, ¿sería prudente mejor dejarlo afuera? Suspiró con pesadez abriendo la puerta lentamente y así asomarse a la recámara para ver al erizo azul ordenando lo que parecía ser una mochila con ropas ¿acaso se mudaría?

–Tus pertenencias han venido al fin– habló el erizo azul quien apenas la vio de reojo mientras terminaba de hacer inventario –Ya no tendrás porque seguir usando mis cosas– dijo ruborizándose.

–Oh...– soltó la eriza para cerrar la puerta detrás de ella y asentir con la cabeza; al menos se le miraba sobrio, así que no creía que hubiese problema si esta vez se acercaba más a él –Gracias– murmuró para tomar aquel bolso que yacía sobre la cama de él.

–Puedo preguntarte algo– habló Sonic de pronto para que ella lo volteara a ver con intriga –El día de entrenamiento con armas, él día que una bala tuya casi me mata– reclamó –¿Acaso tú...

–Sí, lo hice apropósito– interrumpió Amy su obvia pregunta dándole la espalda, frunciendo el ceño al recordar su inmerecido castigo –Si no hubiera disparado en tu dirección y Shadow te hubiera visto dormir no sé qué te hubiera hecho– silenció suavizando la expresión de su rostro, después de todo sabía que sus noches en vela eran culpa suya. –Sólo quería ayudar...

–Lo supuse– soltó Sonic con un amago de sonrisa, ruborizándose sutilmente –Gracias– murmuró casi inaudible para que ella volteara a verlo con sorpresa –Aunque sabes, podrías haber hecho algún ruido o algo, ya sabes, menos mortal.

–¿Algo menos mortal? ¿Acaso el Capitán le tiene miedo a una bala?– habló divertida.

–Sí, si ésta atraviesa mi cráneo– refutó para verla con desaprobación.

Amy río divertida para que el erizo azul la viera con cierta sorpresa y así suavizar las facciones de su rostro; ahora que sabía que no era un chico de alguna manera se sentía aliviado que la dulzura de su sonrisa y el melodioso sonido de su risa causaran esas sensaciones que su mente no parecía poder procesar, la misma que le gritaba constantemente que se acercara a un poco más tan sólo para poderla sentir un poco más. Sonic desvió su mirada de pronto para que una pregunta golpeara su mente con fuerza:

–"¿Qué siento por Amus ahora que sé que es una chica?"– pensó para ver a la eriza quien borraba su sonrisa poco a poco ante su mirada fija.

–Lamento si me sobrepase– se disculpó ella de pronto obligando a retomar su atención hacia la eriza, quien desviaba su mirada, culpable – No quiero que te enojes conmigo por...

–¿Enojarme?– repitió Sonic con un sobresalto –¡Por supuesto que no!– negó prontamente –Realmente me sorprendió mucho el buen manejo que ahora tienes con las armas– celebró con una sonrisa –Felicidades... Amy– susurró el erizo azul con suavidad para que el sonido de su nombre navegara por el aire con perfecta delicadeza, viéndolo con sonroje por el fonema emitido.

–Dijiste mi nombre...– habló la eriza apenas, sintiendo su corazón tamboritear con fuerza.

–Amm... es para recordarme que hablo con una chica– respondió desviando la mirada, avergonzado –Es sólo que... bueno... a veces eres muy linda– confesó mientras un intenso sonroje invadía su rostro –Y detesto pensar en ti como un muchacho cuando eso pasa...

Los ojos de ella se abrieron de par en par y de pronto todos aquellos momentos en los que él parecía observarla fijamente para luego cambiar con brusquedad y hacerla a un lado o gritarle sin explicación vinieron a ella. ¿Acaso todos esos momentos había pensando en que ella se miraba linda? Y entonces un recuerdo sobresalió de los demás:

–"¡N-No he podido dormir desde que estás aquí! ...No puedo tenerte cerca y no sé por qué..."– recordó Amy aquellas palabras cuando él estaba en estado de embriaguez. –Es por eso... ¿es por eso que tú no dormías aquí?– le preguntó ella con timidez para caminar cautelosamente hacia donde el yacía.

–No me hagas hablar de eso– recordó avergonzado sobre sus "sentimientos" al verla dormir con su sudadero puesto. Sonic la vio detenerse frente a él, casi apareciendo de pronto, para verlo fijamente, expectante, aunque no sabía exactamente de qué.

–Sonic... ¿Acaso te gusto?– soltó Amy de pronto sin poder contenerse.


¡Me pidieron un lime y es traje un lime! Nuevamente lamento mucho la tardanza, pero espero los siguientes capítulos están cada viernes como debe de ser XD!!! Gracias a todos por sus comentarios y por no hacerme olvidar de que no había actualizado en MUCHO tiempo -.-u

Pronto las razones por las cuales Amy está en los G.U.N se sabrán y nuevos descubrimientos harán que las cosas cambien en la relación entre Sonic y Amy. Capítulo 13: My Love. Hasta entonces, su escritora se despide.

¡GrAcIaS pOr LeEr!

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