Capítulo 11: Getting Along
–Compartirás habitación con tu capitán hasta entonces– declaró el erizo negro.
–¡¿Qué?!– exclamaron ambos al unísono para verlo con sorpresa.
–Tú mismo lo has dicho, no hay habitaciones disponibles– recalcó el erizo negro.
Sonic lo vio alarmado para tomarlo del brazo y tomar distancia de los novatos y así susurrarle: –Escucha, no puedes hacerme esto– dijo con un dejo de desesperación.
–¿Algún problema?– inquirió el erizo negro para arquear una ceja.
–Él... es decir, nosotros no...
–Escúchame bien– masculló Shadow para verlo con una mirada fulminante –Es tu trabajo como capitán de escuadrilla lidiar con situaciones como esta y poder resolver desacuerdos que tengas con cualquier incompetente de la misma, a menos que no puedas hacer el mínimo requerido para ser capitán de cuadrilla, te aconsejo que dejes las estupideces y hagas tu trabajo– amenazó.
Sonic entendió perfectamente su amenaza y ahora sabía que pedir un cambio de cuadrilla lo dejaría como un total incompetente y seguramente pondría en riesgo su cargo. Sabiendo que no podría decirle nada sin hundirse más, asintió con la cabeza en silencio.
–Entonces todo resuelto– concluyó Shadow para dirigir su mirada al zorrito, quien se tensó ante la misma –Ahora tú, ven conmigo.
Amy vio a Shadow irse junto a Tails para luego quedar a solas con el erizo azul, quien se mira molesto nuevamente, pero esta vez su ira estaba oculta en una máscara de serenidad y resignación.
–Toma tus pertenecías y sígueme– ordenó el erizo azul.
–Amm...– murmuró Amy para ver dentro de lo que quedaba de la habitación, en donde únicamente el área de Tails había quedado casi intacta –No tengo pertenencias... ya no– dijo desanimada.
–Perfecto, simplemente perfecto– refunfuñó –Te prestaré lo que necesites hasta que pueda conseguirte más suministros, ahora ¡Andando!
Amy asintió con la cabeza para seguirlo a lo que seguramente sería el entrenamiento del día hoy, los planes de tomar distancia se habían esfumado tan rápido como la explosión del zorro.
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Caminó detrás de él desganada, el entrenamiento había sido más que brutal de lo habitual, y los ejercicios extra que Sonic le había impuesto por el mínimo de sus equivocaciones no lo había hecho más fácil. Amy vio con molestia la espalda erizo azul, quien caminaba delante de ella, quien con suerte había dirigido una mirada o palabra hacia ella desde esa mañana.
–¿Cuánto tiempo estaré durmiendo contigo?– preguntó Amy para que él erizo azul detuviera su marcha de golpe tensándose ante sus palabras, entendiendo que su pregunta se podía interpretar de la manera equivocada –¡Quiero decir!– corrigió rápidamente sonrojándose con intensidad –¿Cuánto tiempo compartiremos habitación?
–Él tiempo que sea necesario...– respondió a penas para seguir caminando.
–¿Cuánto tiempo tardan las transferencias a otras cuadrillas?– insistió la eriza para que Sonic la volteara a ver confundido por sus palabras –Es sólo que... tú dijiste que pedirías que me cambiaran a la escuadrilla del Capitán Scourge– le recordó.
Sonic regresó su mirada al frente frunciendo el ceño al recordar las palabras del erizo negro, obligándolo a quedarse con él hasta que la habitación de ellos fuese habitable para que él regresará con el zorrito.
–Seguirás en la cuadrilla donde estás ahora– indicó Sonic siguiendo con su camino.
–¿Por qué, acaso cambiaste de opinión?– preguntó con un dejo de reproche en su voz –¿Mi presencia te es ahora más soportable?
Sonic detuvo su marcha nuevamente para voltearlo a ver finalmente, el erizo rosa tenía una mirada de reproche y una expresión de molestia grabada en su rostro.
–No realmente– respondió el erizo azul para verlo despectivamente –Simplemente no tengo opción– explicó al fin –, pero que te quede más que claro que esto no cambia nada entre nosotros, yo sigo siendo tu superior y tú un simple novato que debe sobrevivir otra semana más si desea quedarse en el entrenamiento– recalcó –No somos amigos, ni camaradas, es más, en lo que a ti respecta, no me dirigirás la palabra a menos que sea algo relacionado al entrenamiento ¿Haz comprendido novato?
Amy aún no comprendía el creciente odio del erizo azul a su ser, aún seguía sin entender qué era lo que ella había hecho para que la tratara de una manera tan despreciable, sin embargo, la advertencia de Tails aún rezumbaba en sus oídos, si deseaba no perder algo más que una apuesta debería de mantenerse a raya con el erizo azul.
–Sí, como desees– espetó fingiendo desinterés.
Siguió a Sonic por el recinto de habitaciones para observar de reojo lo que antes había sido su recámara y suspirar nostálgica. Aún no sabía qué había pasado con Tails o si lo volvería a ver, y su ausencia la golpeó fuertemente, después de todo fue lo más cercano que había tenido a un amigo en ese lugar. Amy siguió al erizo para así llegar a la última habitación del lugar, la única que necesitaba de una llave para poder ingresar a la misma, y una vez él abrió la puerta dejo ver una habitación de tamaño considerable con dos camas reales. Se adentró con cierta emoción y ver lo que le pareció era un colchón suave y no el pedazo de tela rellena que tenía en su vieja recámara.
–Esa es tu cama– dijo el erizo azul para señalar la cama a su derecha –Que es lo único que tienes permitido tocar aquí– amenazó Sonic cerrando la puerta a sus espaldas, sintiendo un vacío en su estómago por permanecer a solas con él en su alcoba; ahora entendía al zorro.
–¡Una cama de verdad!– exclamó de pronto con la emoción de un niño para tirarse a la misma y gozar de la suavidad de ésta. Sonic arqueó una ceja por su repentino cambio de humor, casi como si la tensión entre ambos se hubiese olvidado por completo –¡No puedo creerlo!– dijo Amus de pronto para sentarse de golpe y correr al armario del lado de su habitación –¡Un armario real con percheros reales!– gritó cual adolescente en centro comercial –¡No más cajas de almacenamiento!
–No te emociones– murmuró Sonic para caminar a su lado de la habitación –Esto es temporal, ¿recuerdas?
–Lo sé...– musitó para dejarse caer nuevamente en la suavidad del colchón –, pero esto se siente tan bien...– dijo cual ronroneó.
–¡Guarda silencio!– regañó Sonic dándole la espalda sintiendo su corazón latir a prisa y la temperatura de su cuerpo subir abruptamente. Eso se había escuchado extrañamente erótico; de nuevo sentía que estaba perdiendo la razón y no habían pasado más de 5 minutos a su lado.
Amy rodó sobre el colchón para observar al erizo azul de espalda, recordándole su posición nuevamente, y ahora que lo pensaba... ¿cómo diablos iba a cambiarse? El rostro de la eriza se sonrojó con fuerza, pues con Tails tenían un pacto, pero estaba segura que no podría llegar al mismo acuerdo con Sonic.
–Voy a salir– dijo de pronto el erizo azul para caminar a prisa a la salida de la habitación –No se te ocurra tocar mis cosas o eres hombre muerto– dijo por último para azotar la puerta detrás suyo.
Amy lo vio extrañada, suspirando aliviada, al menos por esa noche no tendría que preocuparse como se cambiaría, excepto por el hecho de no tener ropas para cambiarse.
–¡¿Qué se supone que haga?!– exclamó consternada para así ver el armario del lado del erizo azul y ver su ropa colgada ordenadamente de manera minuciosa y casi perfecta. –Bueno... él dijo que me prestaría ropa– murmuró para escabullirse en silencio al lado prohibido de la habitación y así, buscar algo que pudiera usar y por lo cual él no enloqueciera al respecto. –Esto se ve cómodo– murmuró la eriza para ver un sudadero de gran tamaño al fondo de las camisas y playeras blancas del erizo –Seguro no le importara– murmuró con una amplia sonrisa.
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Regresó muy tarde esa noche, deteniéndose frente a la puerta de su propia habitación, observando la misma con una expresión de disconformidad. Sonic suspiró profundamente para colocar su mano sobre el pomo de la puerta y abrirla con lentitud; mientras no pudiera deshacerse de él regresaría tarde a descansar y se levantaría más temprano de ser necesario, de esa manera sería como no tenerlo a su lado y todo estaría bien, o eso pensó hasta que se adentró a la habitación, la cual yacía tenuemente iluminada por la luz de luna que se colaba a través su ventana. Sonic se quedó estupefacto, sin poder quitarle la mirada de encima al erizo rosa quien yacía profundamente dormido abrazando una almohada con fuerza. Sonic observó como vestía únicamente un sudadero color musgo, el cual exhibía su hombro de una manera sensual y vehemente dejando ver sus delicadas piernas casi como si no llevara nada más puesto debajo del mismo mientras mechones de cabello caían delicadamente sobre su rostro y sus labios carnosos parecían iluminarse con la luz de la luna.
–"¡No puedo dormir aquí!"– pensó sintiendo de nuevo su cara enardecer y su corazón dispararse de cero a doscientos latidos por minutos. El zorro tenía razón, no podía estar cerca de él sin desarrollar sentimientos que no podía manejar. Salió nuevamente de habitación para cerrar la puerta a sus espaldas con su respiración acelerada, en un vago intento por tranquilizarse. –Es... es sólo un par de noches– se dijo a sí mismo para intentar ahogar el calor de su cuerpo –Sólo debo de sobrevivir un par de noches...– musitó febril sabiendo que no podía pasar toda la noche fuera de habitación sin verse en problemas. –"Entraré, cerrare los ojos e iré a dormir"
Sonic asintió con la cabeza para entrar a su recámara nuevamente y escuchar el suave respirar del erizo rosa, dándole a entender que no se había percatado de su presencia. Mantuvo su vista al techo para así correr a su cama y envolverse rápidamente entre las sabanas y darle la espalda, en un intento de poder conciliar el sueño y borrar la imagen que tenía ahora grabada en su mente.
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Escuchó la trompeta sonar muy temprano para así abrir los ojos y sentirse más descansada que nunca. Amy se levantó sabiendo que le esperaría un día nuevo de dolores y actividades que no deseaba hacer, en especial por el odio creciente de su nuevo compañero de cuarto, ese pensamiento le recordó al erizo azul, quien no había visto en toda la noche; Amy buscó a su compañero en la cama de a lado, para llevarse una sorpresa al ver la cama perfectamente arreglada, parecía que no hubiera llegado en toda la noche, o eso pensó cuando escuchó: –¡Arriba novatos que no tenemos todo el día!– la voz de Sonic resonó por las instalaciones. La eriza sonrió ampliamente, pues tendría tiempo de cambiarse en privacidad, y pensaba aprovechar la oportunidad. Parecía que después de todo no sería un mal compañero, es decir, a penas tenía algún tipo de contacto.
Amy salió de la habitación para formarse en las filas y ver así a un erizo azul con unas pesadas bolsas negras bajo sus ojos, a diferencia de ella, parecía que Sonic no hubiese dormido en toda la noche.
–Hoy trabajaremos nuevamente con armas de fuego– habló el erizo azul intentando ocultar un bostezo –Así que no me decepcionen, ahora, diríjanse a la cafetería que tenemos un día largo...
Amy caminó junto al resto para observar al erizo azul de reojo quien parecía esquivarle la mirada, recordando así su conversación del día anterior, él no quería que ella le hablara o le diera indicios de su presencia; y eso intentaría hacer.
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Intentaba hacer los disparos tan certeros como era posible, pero había algo que no la permitía concentrarse. Amy miraba de reojo al erizo azul quien yacía detrás de ellos recostado sobre una pared intentando permanecer con sus ojos abiertos, pero cabeceaba de tanto en tanto hasta que el sonido de las armas parecía traerlo de regreso. Amy dirigió nuevamente su vista al frente sacudiendo su cabeza, no era problema de ella que él no hubiera dormido, como él se lo había dicho antes, ellos no eran amigos o compañeros ni nada por el estilo.
–No es mi problema...– masculló la eriza para disparar nuevamente, esta vez en el centro de la plantilla. –¡Lo logre!– saltó en su lugar con emoción.
–Buenas tardes comandante– escuchó decir de pronto en el otro extremo para ver a Shadow entrar a la habitación y así dirigir su mirada automáticamente al erizo azul quien yacía con sus ojos cerrados recostado sobre la pared. Si él lo encontraba durmiendo estaba seguro que tendría grandes problemas.
–¿Dónde está su capitán?– preguntó Shadow a los novatos para que ellos señalaran el fondo de la habitación y dirigir su vista hacia el lugar indicado para acto seguido escuchar un disparo, el cual impactaba contra la pared.
–¡L-Lo lamento!– gritó un erizo rosa para correr a la par de Sonic, quien yacía con ambos ojos abiertos viendo de reojo el hoyo del impacto, él cual había sido a unos cuantos centímetros de su cabeza. –Tropecé y mi arma se disparó yo sólo...
–¡Estás loco!– explotó el erizo azul para verlo iracundo y él callara ante sus palabras –¡Pudiste haberme matado!
–Lo lamento, pero...
Amy calló al sentir como el arma le era arrebatada de sus manos para que el erizo negro la viera con desaprobación –¡Tu incompetencia le pudo haber costado la vida a alguien!– regañó para que ella dirigiera su mirada a sus pies mordiendo su labio inferior fuertemente –¡¿Qué tienes que decir en tu defensa?!
–Yo...– musitó para ver disimuladamente al erizo azul quien la observaba desaprobatoriamente por igual –Yo no dormí bien...– murmuró en baja voz –Creo que cerré los ojos por un instante...
El ceño fruncido se borró automáticamente al escuchar esas palabras. Sonic vio de reojo nuevamente a sus espaldas para ver el impacto de bala y luego ver el cartel de tiro de Amus, observando una puntería casi perfecta. Ese no había sido uno de sus típico errores, parecía más como si...
–¡¿Tienes una idea en cuántos problemas estás metido?!– sulfuró el erizo negro para tomar a Amus del cuello de la playera y obligarlo a verlo con una mirada asesina.
–Yo me encargaré– intervino Sonic obligándolo a soltar al erizo rosa –Después de todo, es parte de mis deberes como capitán, ¿no es cierto?– le recordó con un amago de sonrisa e ironía en su voz.
–Hmph... bien, lo dejaré en tus manos– dijo Shadow restándole importancia al asunto –En cuanto a ti...– habló el erizo negro para brindarle una mirada intensa al erizo rosa –Vuelve a fallar una vez más... y te la verás directamente conmigo, ¿has entendido?
–S-Sí Señor– asintió desganada.
–Bien– asintió –Por cierto, dejo en tus manos al recluta 2991– indicó el erizo negro para señalar al zorro que yacía en la entrada del área de tiro observando todo cual espectador –Ya tiene un castigo de mi parte, pero si deseas reprenderlo lo dejo a tu discreción– dijo por último.
Shadow dio media vuelta para caminar en dirección de la salida y así soltar un suspiro de alivio. Sonic dirigió su mirada al erizo rosa quien le desvió la misma. Tomó a Amus del brazo con fuerza para obligarlo a caminar casi a rastras y llevarlo a su posición de tiro.
–Dispara– ordenó fríamente para que el erizo rosa lo viera confundido –Si fallas quedas fuera del entrenamiento.
–¡¿Eh?!– exclamó horrorizada.
–¡Ahora!– ordenó iracundo.
Amy asintió tímidamente con la cabeza para así apuntar como él le había enseñado y disparar acertando en el blanco –¡De nuevo!– vociferó Sonic de pronto para que ella asintiera y repitiera el tiro, acertando nuevamente –¡De nuevo!– repitió para que ella disparara y él repitiera la misma orden una y otra vez y ella disparara sin fallar en todas las oportunidades. Sonic la vio intensamente, parecía más molesto que antes, era como si deseara que fallara a propósito.
–¡Recluta 2991!– llamó Sonic de pronto, para que el zorro, quien no había emitido palabra alguna desde su llegada así como los demás espectadores, quienes retrocedieron un paso para dejar visible al zorrito. –A la línea de fuego– ordenó fríamente.
–¡Espera un momento!– soltó Amy para verlo con terror –¡¿Qué piensas hacer?!
Sonic tomó una botella de agua para así caminar hacia el zorro quien yacía ya de pie en la línea de fuego intentando ocultar el terror yaciente en su ser, y así, colocar la botella sobre su cabeza y regresar con Amus, quien lo observaba horrorizado por lo que sabía que debería de hacer a continuación.
–Dispara a la botella.
–¡¿Qué?!– exclamaron el zorro y el erizo rosa.
–Será el castigo para ambos por su desacato– explicó Sonic para ver al erizo rosa con intensidad –Ahora.... Dispara.
Amy frunció el ceño para tragarse la ira que empezaba a recorrerla, de haber sabido que tendría tantos problemas por evitárselos a él jamás hubiera hecho ese disparo, pero por alguna razón se sentía responsable por su falta de sueño –"Soy una tonta"– pensó para apuntar a la botella plástica y tragar pesado, si fallaba podía perder por todo lo que había luchado y más. Aspiró hondo, y así, disparó su arma para que la botella de plástico explotara sobre la cabeza del zorro, quien al verse a salvo se dejó caer al suelo aliviado. Lo había logrado.
–Sonic, mi grupo...– Scourge silenció al ver al zorro en la línea de fuego con una expresión de alivio y lo que le pareció una botella plástico con un impacto de bala en ésta –Veo que pasó algo interesante– sonrió Scourge con malicia –Es una lastima que me lo haya perdido.
–Trae a tu grupo– habló el erizo para caminar hacia donde él yacía –Hemos terminado.
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Amy caminó hacia su habitación exhausta, ese día no había salido como ella había imaginado y todo por intentar ayudar al mal agradecido erizo azul. Entró a su habitación mal encarada para ver al erizo azul recostado sobre su cama jugando con lo que le pareció una pequeña pelota lanzando al aire para agarrarla al caer.
–Ammm...– silenció al recordar las palabras del erizo azul, él había sido brutalmente explicito sobre el tipo de relación que debían mantener. Cerró la puerta detrás suya para que el erizo notara su presencia al fin –Yo...
–Saldré– dijo para ponerse en pie antes de poder ella terminar de emitir palabra alguna.
–Ammm de acuerdo– susurró para verlo ir a la puerta rápidamente.
–Por cierto– habló Sonic deteniéndose con una mano en el pomo de la puerta –Vuelve a tocar mi suéter y dormirás a la intemperie esta noche, ¿has comprendido?– amenazó con una mirada fría.
–¡Ah, lo siento!– se disculpó apresuradamente sonrojándose con fuerza –Es sólo que... no tengo ropa para...
–¡Toma una maldita playera y no vueltas a tocar mis cosas!– exclamó para salir a prisa azotando la puerta detrás suyo.
Amy suspiró pesadamente, sabiendo que las cosas entre ellos parecían estar únicamente empeorando y aún no sabía el por qué. Al menos podría cambiarse y bañarse sin problemas ahora que él parecía ausentarse toda la noche nuevamente. Sin más se dirigió a los baños para poder darse una ducha y así irse a dormir.
La eriza regresó más tarde a la habitación de lo que había planeado, pues las duchas habían estado ocupadas durante horas como una broma pesada del destino, y sin quien la ayudara a vigilar tenía que ser extra precavida, después de todo Tails ahora dormía ahora en la escuadrilla de Scourge por la falta de espacio; gracias a Chaos ella no había terminado con esa suerte, aunque terminar con Sonic en la misma habitación tampoco parecía ser un golpe de suerte.
Amy entró para así dirigirse al lado de la habitación del erizo y buscar, como él le había ordenado, una playera o algo que no fuera el suéter que había usado la noche anterior.
–Hmph... es un egoísta– bufó molesta para tomar una camisa y así tirar la tolla que tenía puesta y empezar a abotonarla cuando escuchó la puerta abrirse de repente para voltearse de golpe y ver al erizo azul entrar torpemente a la recámara –¡S-Sonic!– exclamó sonrojándose –¡Yo estaba... es decir, hice lo que...
–Tú...– balbuceó para cerrar la puerta con torpeza detrás suyo –Desde que llegaste no has sido más que... más que...
–Sonic– murmuró Amy extrañada por su inusual conducta para caminar hacia él y sentir el olor a alcohol inundar de pronto la habitación –¿Estás ebrio?– preguntó para ver su rostro enrojecido y falta de compostura.
–¡Claro que lo estoy!– exclamó en alta voz, divertido.
–¡Shhhh!– intentó callar, alarmada. Si alguien lo miraba en ese estado estaba seguro que tendría más problemas que por estar somnoliento en el entrenamiento –Ven, será mejor ir a descansar– intentó razonar con él para tomarlo del brazo en un intento de llevarlo a su cama para que él se soltara de golpe.
–¡N-No!– exclamó para verlo con el ceño fruncido –¡N-No he podido dormir desde que estás aquí!– reprochó para que el erizo rosa lo viera con sorpresa –No puedo tenerte cerca y no sé por qué...– musitó a baja voz ruborizándose sutilmente, y así, subir su mirada y verlo iracundo nuevamente –¡Es decir... mírate!– habló burlesco –Eres pequeño y escuálido– dijo Sonic para empujar torpemente su hombro haciéndolo tambalear por el empujón –¡Es más! Estoy seguro que no tienes ni un solo músculo en esos debiluchos brazos– habló despectivo para tomar aquella camisa y arrancarla de un solo tirón, escuchando como los botones caían por todos lados por la brusquedad, y así, su sonrisa burlona empezó a borrarse lentamente para dar paso a la incredulidad escuchando un grito ahogado para que Amus tapara su pecho con sus brazos –T-Tú... tú... eres una... una...
Amy frunció el ceño iracunda para así empuñar su mano y propiciar un golpe certero al rostro del erizo.
¡Sonic por fin sabe la verdad! Y la verdad os hará libres!!!! ¿o no? Las cosas para Sonic empiezan a complicarse aún más y las razones del intenso enamoramiento de Amy saldrán prontamente a la luz para que Shadow empiece a tomar más protagonismo en la historia. El sonamy aumentara considerablemente y las dificultades de mantener otra identidad serán muchas más. Así que lectores los espero en el siguiente capítulo.
Imagen por Mariana Ochoa. ¡Gracias por tu fanart!
¡GrAcIaS pOr LeEr!
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