Capítulo 10: Distancia
–Soy su novia– habló la ardilla para abrazar fuertemente al erizo rosa.
Sonic abrió sus ojos de par en par dirigiendo al acto su mirada hacia ella, quien ahora yacía ruborizada con intensidad por las palabras de Sally. El erizo azul frunció el ceño para verla con una mirada iracunda, haciéndola estremecer tal cual la primera vez que había hablado con él al iniciar el entrenamiento.
–5 minutos– soltó el erizo azul dando media vuelta
–Pero tú dijiste que tenía quin...
–¡5 minutos!– interrumpió saliendo a toda prisa fuera de la vista de ella.
Amy se soltó de la ardilla que la miraba divertida, frunciéndole el ceño disconforme.
–¿Por qué hiciste eso?– reclamó la eriza.
–¿Qué?– inquirió Sally con desinterés –¿Acaso no pueden tener novia?
–¡N-No es eso!– refutó febril.
–¿Entonces cuál es el problema?
–Es... es...– calló sin saber exactamente por qué lo que había dicho estaba fuera de lugar, después de todo el tener una "novia" la haría ver como un hombre real y no como una chico raro; sin embargo, la mirada de Sonic la había hecho sentir como si las palabras de Sally hubieran estado mal –Olvídalo, no importa– se resignó, sonrojada.
–Como sea– dijo la ardilla alzando los hombros al aire –¡Hay tanto que debo de contarte!
Empezó a hablar la ardilla, para que sus palabras se diluyeran en su mente y su ojos, se mantuvieran fijos en las puertas que acaba de atravesar el erizo azul molesto. Sentía que había hecho algo mal y que debía repararlo, aunque sabía que ese no era el caso, pero no podía con la idea que él estuviera molesto con ella.
–Lo siento, debo de irme– dijo Amy de pronto, poniéndose en pie.
–¿Eh?– exclamó Sally con sorpresa –Pero...
–Hablaremos después– se despidió para correr a toda prisa fuera del lugar.
Debía de encontrarlo, tenía que saber qué había hecho mal y arreglarlo. Amy salió de la cafetería para buscarlo con la mirada desorientada sin poder distinguirlo en la inmensidad del recinto y sin darle mucho raciocinio, decidió emprender a buscarlo cuando alguien se interpuso en su camino.
–Lo sien...– calló al distinguir unos ojos que la miraba con cierta sorpresa.
–Tú eres el recluta 3991, ¿no es cierto?
Amy desvió su mirada a sus pies sonrojándose intensamente, sintiendo su corazón latir con fuerza en su cabeza sin poder hallar las palabras para poder hablarle, no sabía ni qué debería de decirle. –¿Acaso me escuchas?– preguntó Shadow con un dejo de enfado en su voz. Amy se alarmó para asentir con la cabeza con fuerza, y sin atreverse a verlo respondió en baja voz: –Sí...– tan inaudible que por un momento creyó que de un pensamiento se trataba.
–Felicidades por obtener el puntaje más alto en el ejercicio de supervivencia– dijo de pronto, obligándola a levantar la mirada sin entender a qué se refería –Tú capitán te calificó como un recluta de habilidades excepcionales para la supervivencia al exterior– explicó a su expresión de confusión.
–Sonic hizo eso– murmuró incrédula.
–Capitán Sonic– recalcó el erizo negro viéndola con desaprobación –Y sí, supongo que has de haber hecho algo extraordinario para que te brindará la puntuación más alta en la historia de dicho entrenamiento.
–¡¿Eh?!– exclamó para abrir sus ojos de par en par –¡¿Él hizo algo como eso?!– gritó con asombro para verlo dudosa. El erizo negro la observó sorpresivo por su reacción –¡Es decir!, E-Es... es sólo que no he destacado en nada– explicó desviando su mirada nuevamente a sus pies.
–Lo sé– asintió el erizo negro –Parece que tienes más potencial para el ejército de lo que creías– dijo por último para seguir su camino. –Sigue así– concluyó.
Amy lo vio retirarse para sentir sus mejillas sonrojar y un amago de sonrisa se posó en su rostro mientras sus palabras previas robaban su aliento; ese era por mucho el primer cumplido que él le daba, por primera vez él la había notado.
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Golpeó el maniquí con tanta fuerza que éste retrocedió violentamente hasta chocar contra la pared. Sonic vio al muñeco de caucho ceder ante su ira y confusión mientras él recuperaba el aliento, su guante blanco empezó a teñirse de rojo debido a la intensidad de los golpes previos, y sin pensarlo dos veces tomar el siguiente maniquí para empezar a golpearlo con fuerza. No estaba seguro por qué se encontraba molesto, pero el simple recuerdo de la chica ardilla abrazándolo con tanta libertad lo sulfuraba, y que eso le afectara hacía que la ira recorriera su cuerpo de manera desmesurada aún más.
–¡MALDITA SEA!– exclamó Sonic golpeando con una fuerte patada al maniquí y que éste terminara casi inutilizable como los últimos tres con los que había entrenado.
–Amm... ¿Capitán?– escuchó decir de pronto deteniendo su entrenamiento para voltear a ver a un zorro en la entrada del lugar. –Lamento molestarlo señor, pero el Capitán Scourge me indicó que fuera con...
–¡Ahora no!– cortó para tomar al maniquí siguiente –¡¿No ves que estoy ocupado?!– exclamó rabioso para continuar con el entrenamiento.
Tails lo observó con temor para acercarse lentamente a él, aunque su cuerpo le gritaba que no debía interrumpirlo sino quería terminar como aquellos monigotes de pelea, debía de hacerlo acompañarlo para juntarse con el Capitán Scourge, sino quería que él lo despedazara en lo que hacía falta del entrenamiento; se lo había advertido al momento de mandar por él.
–E-En serio lamento interrumpir, pero me ordenaron que...
–¡MALDICIÓN!– exclamó el erizo azul de pronto haciéndolo callar al acto para ver como el maniquí cedía ante sus golpes para terminar casi inservible junto al resto. Se le miraba extrañamente molesto y en su cabeza la pregunta de qué habría podido sacarlo de sus casillas de esa forma empezó a resonar con fuerza.
–Capitán, perdone mi intromisión, ¿pero está todo bien?– preguntó Tails un poco más confiado para acercarse a una distancia prudente del ring.
–¡¿Claro que lo está, por qué no debería?!– respondió Sonic aún con la imagen de Amus y su novia en su mente, para apretar sus puños con fuerza –¡¿Por qué demonios esto me molesta tanto?!
–Si hay algo que lo molesta tal vez hablar...
–¡Eres igual a él!– acusó el erizo azul de pronto para que aquella mirada iracunda se dirigiera hacia él, haciéndolo estremecer.
–¡Lo lamento, yo...– su disculpa automática se detuvo al analizar la súbita acusación –¿Igual a él?– repitió Tails arqueando una ceja y viniendo un único rostro a su mente –Habla de... ¿Amus?– preguntó febrilmente, con temor de volverse el nuevo blanco del erizo.
–¡No lo menciones!– espetó Sonic con un pesado suspiro, como si de repente su ira empezara a tomar lugar en aquel lugar retorcido de su ser del cual no debería de salir a menos que estuviera en combate, como su hermano le había enseñado tiempo atrás.
–¿Esto tiene que ver con Amus?– preguntó el zorro acercándose un par de pasos más –¿Qué fue lo que hizo?
–¡Nada!– exclamó Sonic automáticamente ruborizándose sutilmente para que el zorro lo viera con sorpresa, desviándole la mirada –Es decir, tal vez ese es el problema o...– calló para colocar ambas manos en su cabeza. ¿Qué pasaría si en realidad él fuera gay y no al revés? –Por Chaos... – murmuró para dejarse caer al suelo pesadamente entrando en pánico.
–¡Amm!– exclamó Tails al ver la expresión de terror e incredulidad en su Capitán, fuera lo que fuera que Amy hubiera hecho realmente había afectado al pobre erizo –No debería de permitir que un novato tan raro como lo es él lo afecte señor, es decir, a mí también me han tocado situaciones difíciles al ser su compañero de cuarto.
Sonic salió del inminente estado de pánico en el que se abarcaba para ver con intriga al zorro, tal vez él no estaba loco, tal vez él no era el único que parecía tener estos sentimientos que no lograba descifrar únicamente al estar en la presencia del erizo rosa.
–¿Tú también te has sentido...– calló por un minuto sabiendo que si no era lo que él pensaba su pregunta podría entenderse de maneras que no estaba listo de afrontar –Es decir, ¿qué tipo de problemas?– inquirió más sereno.
–¡Oh bueno!– dijo Tails alarmado, recordando las noches en vela por sentir la presencia de una chica, o su bochornosa ida con la enfermera, o los días que había tenido que ser guardia de los baños para que ella se bañara tranquila, los cuales había ocasionado casi un trastorno psicológico en él después de que se enterara que era una chica, es decir, una chica desnuda cerca de él era demasiado para su pequeña mente. –Son demasiados para describir– habló con pesadez.
–... ¿Emociones complicadas?– se atrevió Sonic a preguntar sin poderlo encarar.
–¡Vaya que sí!– soltó Tails, casi como si su alma rogara por amnistía por los secretos que debía mantener –¡Estar cerca de él es algo que no puedo soportar! ¡Mi estómago se revuelve y no puedo ponerle una mano encima sin...– tapó su boca de pronto sabiendo que estaba diciendo demás, dirigiendo al acto su mirada al erizo azul quien de pronto esbozaba una sonrisa de alivio.
–Por Chaos, pensé que me volvía loco...
–¿De qué habla, señor?
–Cada vez que entrenábamos juntos, cada vez que colocaba mis manos sobre sus hombros o rozaba mi cuerpo con el de él o al verlo con... bueno, no importa, pensé que era yo, pero parece que es un efecto de él, ¿no es cierto?– preguntó para verlo con una mirada de suplica.
Tails lo vio estupefacto. Estaba seguro que sus sentimientos eran por mucho diferentes a los que él le expresaba, es decir, él tenía esos problemas porque tenía que lidiar con compartir la habitación con una chica, pero él, ¿cuál era su excusa? A menos que él...
–Por Chaos...– musitó el zorro viéndolo estupefacto, para que de repente el erizo azul cambiara su expresión, casi como si leyera su mente y el previo alivio se esfumara de él dejando dar paso al pánico. –¡Es decir, sí, es efecto de Amus!– rió forzadamente –¡Lo llamo El efecto de Amus!– explicó de pronto notando que el alivio regresaba al cuerpo del erizo, era obvio que esa era la respuesta que su mente ofuscada parecía estar suplicando con desesperación –Y creo que afecta a quienes lo rodean por mucho tiempo, pero es... es normal... al estar con él– mintió tan bien como pudo.
–¿Efecto Amus?– repitió Sonic casi como aceptando el término, era preferible pensar que existía una extraña condición que lo hacía actuar como un lunático a reconocer que de repente sus gustos sexuales habían cambiado.
–¡Y para evitarlo debe de alejarse de él lo más posible!– ordenó el zorro de pronto.
–¿Cómo dices?
–¡Piénselo!– habló Tails intentando salvar el pellejo de la chica –¡Entre más tiempo pase con él las cosas pueden ponerse feas... y cuando digo feas me refiero a sentimientos y emociones que luego no podrá refrenar, y entonces...– calló creando un silencio dramático para verlo con intensidad, a lo que el erizo pareció entender sonrojándose intensamente; había captado el mensaje. –No es necesario complicar más las cosas, ¿no es cierto?
Sonic vio al zorrito sonreírle con una falsa expresión de calma, sabiendo que debajo de aquella sonrisa parecía tramar algo; a pesar de eso su lógica no podía ser negada. El mundo parecía estarse volviendo loco bajo sus narices y la verdad era que no deseaba meterse en toda esa locura, era suficiente con lo poco que había probado para desquiciarlo por completo y hacerlo dudar de su sexualidad.
–De acuerdo– asintió dando por concluido el tema más incómodo que había tenido que abordar con nadie jamás –Dime ahora, ¿qué es lo que Scourge necesita?
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Después de buscarlo exhaustivamente logró encontrarlo con el fastidioso erizo verde, de quien no se despegó durante todo el día y lo sabía, porque se había quedado afuera de su oficina esperando verlo salir. Después de varias horas perdidas, Amy decidió retornar a su habitación e intentar descansar el único día que había tenido libre desde que había empezado ese infierno; hablaría con él después.
La puerta de su habitación se abrió de pronto para levantar con pereza su cabeza de la almohada y ver entrar al zorro con prisa quien ahora le daba una mirada intensa. –Hola Tails– saludó Amy sin importancia para que él corriera a su lado y una expresión de reproche se posara en su mirada.
–¡¿Qué le hiciste al Capitán Sonic?!
–¡¿Eh?!– exclamó Amy para sentarse de golpe por su acusación, sintiendo como una vacío se creaba en la boca de su estómago –¡Nada!– se excusó rápidamente –¡Es decir, él enloqueció después de que... Espera, ¿por qué crees que le hice algo?– devolvió suspicaz. ¿Por qué Tails creería que ella sería responsable de algo que tuviera que ver con Sonic?
–¡Él...– calló sabiendo que no era de su incumbencia tener que explicar lo que había visto o escuchado, después de todo, como todos en ese lugar, Sonic le había dejado perfectamente claro que si mencionaba alguna palabra sobre su conversación los castigos de Amus serían un premio en comparación lo que él tendría preparado para él. Tails carraspeó su garganta y así corrigió: –Se le miraba muy alterado hoy y pudo que mencionara tu nombre...– intentó sonar tan vago como pudo.
–¡Él enloqueció luego de que me vio con Sally!– se defendió la eriza con un puchero infantil y una falsa molestia.
–¿Quién es Sally?
–Una amiga que dijo que era mi novia, pero era para... tú sabes...– susurró viendo paranoicamente de reojo a sus laterales –¡Luego de eso salió como un maniaco!
–"Podrían ser... ¿celos?"– pensó amarrando toda la escena que había visto con las palabras del erizo –"¡Yo tenía razón, al capitán le pasan cosas con Amus y no tiene ni la más remota idea que él es una ella, con razón estaba tan alterado!"
–¿Tails?– llamó la eriza al verlo hacer diferentes muecas en silencio –¿Acaso Sonic te dijo algo?
–¡Dime algo!– habló el zorro de pronto para colocar sus manos en sus hombros y verla con intensidad –¡¿Qué pasó entre ustedes dos en el entrenamiento de ayer?!
Amy se sonrojó con gran intensidad para soltarse de su agarre y así darle la espalda, recordando aquellos momentos que habían compartido mientras acampaban, en especial el amanecer sobre su suave pecho para toparse con sus ojos en la madrugada.
–No pasó nada– respondió al fin –"Si me atrevo a decir algo Sonic me matará...me lo advirtió"
–¡Mírame bien!– ordenó Tails volteándola con fuerza hacia él –Si alguien se entera de quien eres tendrás mayores problemas que sólo ser expulsada del programa, ¡Has comprendido!
–¿De qué hablas?
–¡Una mentira de este calibre podría conducirte a la muerte!
–¡¿QUÉ?!– se soltó mientras el pánico recorría su ser.
–¡Escucha Amus!– advirtió Tails –¡Debes de alejarte del Capitán Sonic o de cualquier otro!– aconsejó –Tú no lo entiendes, pero los hombres podemos identificar a una fémina incluso disfrazada– explicó –Y entre más tiempo pases con el erizo azul las probabilidades que él descubra quien eres aumentaran radicalmente, y si eso sucede, te mandarán a una corte marcial y entonces...
–¡No, no, no!– negó Amy sintiendo como sus ojos se llenaban de lágrimas cayendo presa del miedo –¡De haber sabido yo jamás...
–Escucha– interrumpió Tails –No sé por qué haces esto, pero te aconsejo que si en serio deseas mantenerte aquí, aléjate del Capitán Sonic o de cualquier otro de ser el caso; llamas suficientemente la atención sólo por ser quien eres de por sí como para empeorarlo haciendo... bueno, otras cosas.
–¡Pero yo no hice...
–¡No importa lo que crees que has hecho o no!– regañó Tails –Un hombre sabe cuando hay o no una chica cerca, el inconsciente lo grita y entre más tiempo pase alrededor tuyo esto se hará más consciente hasta que la verdad le explote en la cara, ¿me comprendes?– ratificó para que ella asintiera con la cabeza –Aléjate de Sonic, para bien.
–Lo haré.
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Amaneció y como siempre se colocaron en fila para escuchar a Sonic dar las instrucciones del entrenamiento de ese día. Amy vio con disimulo al erizo que llegaba con ellos, quien al igual que ella la vio de con disimuló para desviarle la mirada velozmente y seguir con las instrucciones. La eriza dirigió su mirada a sus pies pensando en las palabras de Tails del día anterior; debía de obedecer si no deseaba perder algo más que una cita.
–¡Rompan filas!– gritó Sonic de pronto. Amy se sintió aliviada para dar paso a la cafetería cuando sintió como alguien la tomaba del brazo deteniendo su marcha y ver como el erizo azul yacía detrás de ella, sonrojándose al acto, provocando que él la soltara rápidamente –Toma– dijo para darle un pequeño pin en forma de estrella, confundiéndola.
–¿Un... regalo?– murmuró.
–¡No seas ridículo!– gritó Sonic iracundo sintiendo sus mejillas sonrojar fuertemente. El recluta 2991 tenía razón, debía de alejarse de él tanto como pudiera –Te encuentras entre los primero 10, lo cual significa que puede acceder a los beneficios que eso conlleva, al menos esta semana.
–¿Lo logré?– logró decir Amy a penas para que un amago de sonrisa se formara en su rostro.
–Scourge te explicara los detalles– concluyó para dar media vuelta y empezar a tomar camino lejos de él.
–Amm...– musitó, recodando las palabras de Tails, pero asumía que una última vez no importaría. Amy corrió hacia él para detenerse enfrente de él, provocando que Sonic la viera con sorpresa –Gracias... por el punteo– agradeció con una sincera sonrisa –Shadow me dijo que fui...
–¿Shadow?– detuvo de pronto el erizo azul para verlo con sorpresa por utilizar el nombre de pila de su hermano con tanta confianza –¿Acaso tú conoces a mi... es decir, al Comandante?
–¡Ah, no, no!– negó tan convincente como pudo sintiendo su rostro tornarse colorado –¡E-Es decir, quién no lo conoce!
Sonic lo observó suspicaz para acercarse a él, quien se tensó al notar la poca distancia personal que había entre ambos. Él no le estaba siendo honesto, él podía distinguirlo, pero si conocía a su hermano fuera del entorno militar ¿significaría que sabría de la relación de sangre que ambos poseían?
–¿Qué sabes de él exactamente?
–Bueno él... él...– calló un momento para serenarse y hundirse en lo que Sonic asumió era un recuerdo pues su expresión cambió súbitamente –Él es alguien que está cuando más lo necesitas...
–¿Eh?– soltó arqueando una ceja –Espera, por qué...
–¡Sonic!– los interrumpieron de pronto. Sonic vio al erizo verde caminar hacia ambos, frunciendo el ceño al acto.
–Agradezco su confianza en mí capitán– habló el erizo rosa para hacer una reverencia y correr hacia el resto del grupo para que Scourge tomara lugar a su lado sin quitar su mirada del erizo rosa.
–Escuche que le diste a ese novato la puntuación más alta en la historia del entrenamiento de campo... más alta que la tuya incluso– señaló Scourge.
–Es...– murmuró para seguirlo con la mirada hasta que el erizo rosa se perdió entre los demás reclusas, retomando su atención Scourge, quien no tenía una expresión de felicidad. Sonic suspiró pesadamente para iniciar su camino; no le había puesto ninguna nota que él no se mereciera, después de todo, no sólo había conseguido la bandera casi entregando su vida en el intento, sino que también le había salvado la vida y de no haber sido por sus conocimientos sobre acampar hubiera podido morir del frío gracias a las aguas heladas. –Le di la nota que considere según su despliegue de habilidades.
–Si me lo preguntas...
–No lo hago– cortó el erizo azul para verlo intensamente –Hazme un favor y encárgate de tus reclutas que yo me encargaré de los míos, ya que, sino mal recuerdo tú fuiste quien me dejo con, como tus les dices, los reclutas estrellas– puntualizó –No tengo más tiempo que perder, si no tienes más comentarios mordaces, me retiro a desayunar.
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Amy vio la mesa reservada únicamente a los mejores cadetes y así con un trago pesado caminar con timidez hacia la misma enseñado aquel prendedor en forma de estrella tanto como pudo, pues no quería pasar otra vergüenza pública, pero no sucedió. Tomó asiento calladamente y al hacerlo la mesa completa silencio haciéndola sentir fuera de lugar y encogerse en su lugar ante las miradas de sorpresa de quienes la rodeaban.
–Bien, bien, bien, mira a quien tenemos aquí, a nuestro amigo rosadito– dijo un recluta que se le hacía familiar, para así reconocerlo, estaba en su escuadrilla y era de los mejores. Amy desvió la mirada intentando evitar cualquier tipo de confrontación –¿Qué fue exactamente lo hiciste para ser merecedor de una estrella dorada?– inquirió con malicia en su voz –¿Le hiciste algún favorcillo al capitán?– preguntó con picardía.
Amy se sonrojó con intensidad ante lo que sus palabras sugerían, desviando su mirada a su regazo mientras las risas ahogaban el ambiente a su alrededor.
–Yo...– habló febrilmente para acallar las risas y ocasionar que las miradas se fijaran nuevamente en ella –Yo no necesito de esas tácticas...– se defendió para ver al equidna con un ceño fruncido –, pero si algún día las necesitara pediré tu consejo– devolvió con una sonrisa prepotente.
La mesa calló por un par de segundos provocando que su buen amigo la ansiedad la abrazara con fuerza, esperando así, que el equidna rojo se abalanzara contra ella a darle la paliza de su vida hasta que nuevamente las risas inundaron la mesa para que el equidna hiciera un puchero en señal de falsa molestia; se había defendido por primera vez de los ataques en su contra y parecía haber funcionado mejor de lo que alguna vez imagino.
–Parece que por fin te salieron agallas rosadito– dijo el equidna a modo de felicitación –Ya era hora– habló con un amago de sonrisa –Soy Knuckles– se presentó al fin –¿Tú posees nombre?
–¡S-Soy Amus!– respondió con nerviosismo y una amplia sonrisa. Era la primera vez que sentía que encajaba con ellos.
–Vaya nombre, aunque supongo que si tuviera un hijo con tu pelaje, tampoco le pondría un nombre genial, no uno como Knuckles, nada más genial que eso.
–Pues...
–Supongo que cuando no puedes ser genial en ninguna otra área tu nombre es a lo único que puedes aferrarte– la interrumpieron de pronto para ver a Sonic unirse a ellos a la mesa para sentarse con una expresión divertida en su rostro, la primera que miraba en mucho tiempo.
–¡Oye!– exclamó Knuckles molesto –¡Soy genial en muchas áreas! ¡Mira donde estoy sentado, ¿qué más genial que esto?!
–Una novia por ejemplo– se burló el erizo azul para que todos en la mesa rieran, a lo que Amy sonrió. Verlo relajado en lo que parecía un ambiente de chicos era toda una novedad para ella.
Amy había tenido razón, esa mesa era su oportunidad perfecta para conocer de mejor manera a Shadow, y si Sonic, siendo tan estricto como era podía soltarse aquí, seguramente el erizo negro podría también.
Amy buscó con la mirada a la erizo negro, sin embargo, no aparecía por ningún lado y por el horario tan restringido que poseían no parecía que llegaría a ese tiempo de comida.
–¿El Comandante Shadow no se unirá a nosotros hoy?– preguntó tan casual como pudo, para que la mirada intensa del erizo azul la golpeara con fuerza, haciéndola estremecer ante la misma y así intentando obviarla
–¿Acaso tu novia no tiene problema con tu obsesión con el comandante?– soltó mordaz el erizo azul.
Amy se sonrojó intensamente para fruncir el ceño, sintiéndose expuesta sobre sus sentimientos hacia Shadow .
–No es mi culpa que tú no tengas una– debatió la eriza molesta.
–¡Parece que el rosadito tiene más agallas de las que imagine!– dijo Knuckles divertido.
Sonic lo vio desafiante, él estaba muy equivocado si creía que podía faltarle el respeto enfrente de otros –¿Para que conformarme con una si puedo tener a quien yo desee?– devolvió el erizo –Y complacerlas mejor de lo que tú nunca podrás– alardeó con una sonrisa maliciosa –Es decir, no puedes ni apuntar un arma, no imagino como podrías apuntarle a algo más– dijo entre risas para que Amus abriera sus ojos se abrieran por completo mientras una clara expresión de humillación se posaba en su rostro –Dile a tu novia que cuando quiera un hombre de verdad que me busque– concluyó para ponerse en pie –Termine de comer.
Amy lo vio ponerse en pie para que las carcajadas inundaran la mesa, dejándolo a él como victorioso de su debate. Frunció el ceño en rabia, seguramente ella no se había ganado nada de eso y estaba cansándose de tenerle miedo a todos en ese lugar, estaba cansada de tener que asentir con la cabeza y comportarse como siempre lo había hecho... una chica de sociedad.
Se levantó furiosa para seguir al erizo azul por la cafetería y así encararlo a las afuera de la misma, tomando de su muñeca fuertemente para detener su marcha.
–¡¿Qué demonios pasa contigo?!– reclamó la eriza para soltarlo bruscamente –¡¿Esto es por Sally?!
–¡¿Acaso has perdido la cabeza?!– dijo el erizo azul sonrojándose intensamente.
–¡Tú eres el que enloqueció de repente cuando...– Amy calló al sentir como Sonic la tomaba fuertemente de su playera halándola hacia él, quien ahora tenía una mirada asesina.
–Cuida muy bien lo que dices novato– espetó entre dientes –No tienes una idea de...
–¿Piensas golpearme?– desafió Amus de repente –¡Bien, hazlo!– retó empujándolo con fuerza con ambas manos para soltarse de él. –¡Es lo único que sabes hacer!
Sonic bufó molesto para verla impasible, mientras ella esperaba el primer golpe del erizo azul cuando de pronto dijo: –Pediré tu cambió de cuadrilla mañana a primera hora– dijo de pronto, para que la ira que una vez la inundó se desvaneciera. Si él hacia eso, no sólo estaría a cargo del terrible Capitán Scourge, sino que también perdería a su único cómplice para lidiar con todo el entrenamiento.
–N-No... tú...
–No te quiero cerca de mí– apuntó Sonic fríamente.
–Pero...
Una explosión los hizo acallar a ambos para ver humo en las habitaciones. Ambos se vieron a los ojos por un momento para correr hacia el lugar y ver un agujero en la pared en la habitación de Amy. La eriza corrió junto a Sonic al recinto para así ver a un zorrito salir con hollín por todo su cuerpo y tosiendo fuertemente.
–¡Tails!– dijo Amy para correr hacia él –¿Estás bien?
–Lo lamento Amus... creo que mi último invento no salió como esperaba...
–¿Tú fuiste quien hizo...
–¡¿Haz perdido la razón?!– se involucró Sonic para apartar al erizo rosa y ver iracundo al zorro –¡Haz arruinado completamente...
–¿Tú eres el responsable de esto?– una voz familiar lo hizo callar y su ira congelar para ver de reojo la mirada estoica del erizo negro.
–Lo que me faltaba...– murmuró Sonic para voltearlo a ver al fin –Buenos días... comandante– saludó.
–Hazte a un lado, yo me encargaré de esto– comandó Shadow para ver al zorrito y luego dirigir su mirada a la habitación medio calcinada –Tú vendrás conmigo– ordenó al zorro, quien tembló ante sus palabras –Y tú cambiarás de habitación– dijo para ver al erizo rosa quien dirigió su vista a sus zapatos.
–No hay más habitaciones disponibles– se involucró Sonic.
–Es cierto...– murmuró el erizo negro pensativo –Compartirás habitación con tu capitán hasta entonces.
–¡¿Qué?!– exclamaron ambos al unísono para verlo con sorpresa.
Las cosas están a punto de cambiar y les prometo que el siguiente capítulo tendrán mucho Sonamy y muchas sorpresas!!! Así que sin mucho que agregar espero leerlos en el capítulo 11: Getting Along. Kat fuera.
¡GrAcIaS pOr LeEr!
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