12. Palaos y negocios
Llegaron al hotel que era una choza enorme en la playa con una cámara igual de grande – Jinko ¿vamos a la playa?
― No, quiero dormir
― Jinko, vamos 5 horas y soporte tus estupideces y no fue para quedarnos en la cama
― No estaría mal quedarnos en la cama ¿no?
― ¡Ryu!
― Vamos te gustan estas cosas, no hagas que mi esfuerzo no valga nada
― N-n-no es así – Atsushi se quitaba la camisa – bien, me pondré el traje de baño
El azabache se sentó para disfrutar de verlo, jamás se aburriría de manipularlo
Atsushi termino de desvestirse mientras el azabache acomodaba algunas de sus ropas, para que está no se arrugará mucho – Ryu apresúrate a cambiarte – dijo el albino terminando de ponerse una chaqueta de verano
― Jinko
― No empieces – interrumpió, se cruzó de brazos y saco ligeramente su cadera a un lado – cámbiate
A veces el albino sabía ganar
Caminaban por la playa, la arena blanca y el agua cristalina los tenia maravillados, Atsushi miraba los alrededores mientras el azabache leía un folleto, sonrió al ver la exhibición donde quería llevar al albino – Ryu, ¡mira! – Expreso el albino alegre mientras señalaba un banco de mantarrayas – míralas Ryu
― Puedo verlas Jinko – menciono divertido
― Que hermosas...
― Vamos por algo de comer o ¿quieres entrar?
― Quiero entrar
― Bien, ve y diviértete
― ¡conseguiré un alga marina gigante! – expreso emocionaba mientras iba al agua.
El azabache se sentó en la sombra de las palmeras mientras el albino jugaba en el agua, Atsushi conocía bien su desagrado a cosas así pero de tanto mirar al albino feliz, Akutagawa suspiro – supongo que es paa consentirlo... - menciono levantándose, fue hasta el encuentro del agua con la arena y el albino volteo a verlo – Jinko – Atsushi lo miro confundido. El azabache comenzó a entrar al agua y eso puso nervioso al albino
― Ry-Ryu... ¡Ryu! – grito emocionado
Fue corriendo entre saltos, es decir, estaba en el agua obviamente no podía correr normal, lo abrazo con fuerza y el azabache le miro serio – oi, tranquilízate Jinko – pidió molesto pero el albino solo le abrazo más
― Te amo Ryu
― Maldito gato – suspiro – también te amo
Jugaron en la playa, Atsushi se divirtió de mojar a Ryunosuke, crear castillos de arena a su lado, ver por debajo de agua a los distintos peces, uno que otro pes más grande claro, tampoco cabe decir que no estaban solos, la playa albergaba mucha gente de distintas nacionalidades, un paraíso turístico.
Habían terminado por ir a la fuente de sodas cercana, Atsushi estaba en una silla alta bebiendo desde un vaso echo con la cascara de una piña normal, dentro solo había agua de limón, chistoso.
El mafioso tenía un vaso normal con una sombrilla dentro, ver al albino tan feliz le daba años de felicidad. Sin darse cuenta, sus ojos captaron a una pareja, era un mafioso con él que el solía trabajar, trago saliva y miro a otro lado pero aquello lo noto Atsushi, y volteo a ver solo viendo a la mujer - ¿Qué tanto vez?
― ¿e-eh? – pregunto el azabache y el albino volvió a enderezarse mientras bebía su agua
― Esa chica... Tiene un problema renal
― ¿eh? – pregunto el azabache volteándola a ver - ¿en verdad?
― Si, está renalgona – dijo molesto – deja de verla
El azabache se sonrojo, Atsushi solía ser celoso en momento así y más en lugares donde no podían actuar de pareja, aquella pequeña discusión había llamado la atención del mafioso y haciendo así reconocer al azabache y obviamente acercándose sin que el azabache lo notará – que pinche vergüenza contigo, te la pasas o diciendo que morimos en el avión o de celoso y
― Mr Akutagawa – le llamo y el azabache volteo
― Frederick-san, que sorpresa – respondió el azabache componiéndose
― Vaya que lo es – sonrió y señalo a la rubia voluptuosa a su lado – es mi prometida, Jasmine Hostel
― Es un gusto señorita Hostel
― ¿Y él? – pregunto el hombre de cabello pelirrojo al ver a Atsushi y Akutagawa hablar como si nada, aprovecho que el albino llevaba su saco largo para cubrirse del sol y sonrió
― Mi esposa, Akutagawa Atsushi – expreso y el albino volteo a verlo molesto – es nuestra segunda luna de miel – menciono orgulloso
― Ustedes los japoneses buscan mujeres extraordinarias debo decir – expreso el pelirrojo y el albino simplemente bajo la cabeza en señal de saludo – me alegra verlos... ¿les parece una cena hoy? En mi Yate, será maravilloso – expreso alegre mientras Jasmine tomaba el brazo del hombre
― Cariño, acabo de ver una bolsa encantadora – menciono y el pelirrojo sonrió
― Me retiro por hoy Mr y Mrs Akutagawa, disfrute de su luna de miel – menciono alegre mientras se marchaba con la rubia
El albino estaba cruzado de brazos cuando el azabache lo volteo a ver – veras
― No soy una chica
― Es un cliente importante, y dudo que quiera que sepa que eres agente
― ¡Ryu! – se quejo
― Vamos, solo será la cena, será en un Yate ¿no quieres montar el Yate?
― Quiero montarte a ti, no un Yate
― Hablas como Toru de nuevo
― ¡¿y qué mierda voy a usar para la cena?! – se quejo
El azabache sonrió, en casa aún tenían el vestido que uso para la reconciliación antes de la boda, y si, de vez en cuando lo usaban – vamos de compras – dijo el azabache alegre
― Usaras esa ropa en otras ocasiones ¿no?
― Pues si
― Te odio – se quejó el albino bajándose de su silla – quiero algo largo y nada de falta pegada
― Pero tus piernas son preciosas – se quejó el azabache siguiéndole
― ¡no mostrare mis piernas! Soy una mujer casada – se quejó haciendo al mafioso reír
Los chicos pasaron su tarde en tienda de ropa, se divertían con cosas simples como ponerse lentes de sol extraños, eligieron un par de conjuntos simples, y si, había una falda corta. ¿Qué? Akutagawa sabia salirse con la suya, habían comprado algo de maquillaje, y fueron a su habitación, allí miraron vídeos en YouTube con una YouTuber para saber cómo maquillarse de la mejor forma – Ryu, no creo que tu plan funcione
― Toru hace estas cosas todo el tiempo
― No soy Toru – se quejó Atsushi cruzándose de brazos
― Pero eres Jinko, eres mejor, ve ese puto video y aprende
― ¿Por qué es tan importante este tipo? – cuestiono Atsushi mirando el maquillaje
― Porque si no tenemos la paz con él atacará Yokohama con sus soldados que nos superan en numero
― ¿no pueden contra ellos?
― Podemos, pero habrá muchos civiles muertos
― Comprendo... - suspiro Atsushi tomando dos tubos - ¿Cuál es el labial y cual el rímel?
― Yo que sé
― Si voy a hacer esto, me ayudarás – se quejó el albino
― Dios no sé cómo soportaré no hacértelo en la noche – se quejó el mafioso mirando la falda que había comprado
― ¡DEJA DE IGNORARME Y VER ESA FALDA Y VEN AQUÍ!
...
¿alguien más disfrutando? Sí, bueno yo sí.
¡Gracias por leer!
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