11. Sospechosos y vergonzosos
Atsushi y Toru jugaban en la sala, el albino se había recuperado, en la agencia le habían dado unos días y con el trato que habían hecho (a escondidas) con Ougai, tenía todo el tiempo libre, así que Atsushi y Toru pasaban sus mañanas jugando a perseguirse, corrían por el bar y se iban uno encima de otro, se mordían y jugaban mientras ambos Akutagawa simplemente les miraban ― ¿podrían ser más gatos? – pregunto el albino
― Podrían, aún no han maullado
― ¿y si los hacemos maullar?
― Eso sería genial
Atsushi y Toru se quedaron en el suelo entre risas, Toru se fue encima del albino para lamer su rostro y cuello - ¿quieres ir por palomitas? – pregunto Sousuke
― No, quiero seguir viéndolos – expreso el mafioso
― Deberíamos hacer algo, viajar o algo, Atsushi tiene dos semanas ¿no?
― Sí, pero sigo teniendo trabajo y el bar...
― Podríamos llamar a Hiro y Jakcson
― Si tú lo dices...
― Vamos, no sé ¿disney?
― Que no sea dis
― ¡DISNEY! – gritaron ambos felinos
El teléfono de Toru sonó y ambos chicos miraron, aquello le pareció raro a los Akutagawa, pues Toru no acostumbraba a salir de donde estuviera para contestar una llamada, Atsushi se había quedado solo y se levantó del suelo – Jinko
― Dime
― ¿Qué paso con Toru? – pregunto Sousuke
― No sé – dijo subiendo sus hombros y se sentó en las piernas del azabache - ¿iremos a Disney?
― ¿desde cuándo tanta confianza? –se quejó el mafioso susurrando, pues la verdad estaba feliz con esa posición
― Vayamos el fin de semana – respondió Sousuke
― ¿mientras?
― ¿Cómo que mientras? – pregunto el mafioso molesto
― No sé, Toru y yo estamos aburridos
― Te diré algo – dijo el azabache llamando a Rashoumon, este tomo al albino lo sentó aunque aún en sus piernas ahora estaba de frente a él. Atsushi se sonrojo de ello - ¿Qué tal si tomamos un avión y vamos a alguna playa?
― ¿playa? – sonrió – eso me gustaría – Atsushi junto su frente con la del azabache, estaba feliz
― Me alegra – sonrió el mafioso
― Veo que se llevan mejor – dijo Sousuke trayendo a la realidad al dúo y haciéndoles mirarlo – me alegra
― Sousuke, arruinas mi ambiente – se quejó el mafioso
― Pero no es mala idea, quizá debería de llevarme a Toru pero a las montañas
― ¿Por qué montañas? – pregunto Atsushi
― Por qué en la playa solo hace desfiguros – se quejó el albino molesto
― Bien... - beso al albino haciéndolo sonrojar – vamos a la playa, haz tu maleta
― Vo-voy
Atsushi bajo de las piernas del mafioso y fue a su habitación – parece que en verdad lo tienes ahora ¿no?
― No del todo, solo intento... ser... cariñoso
― ¿tanto te cuesta?
― Déjame en paz Sousuke
― Ya, ya – suspiro Sousuke - ¿Dónde lo llevarás?
― No sé
― Tienes ingresos, llévalo a Miami
― Dudo de... - miro su teléfono – Jinko una vez menciono algo de unas rocas en una isla
― ¿ah?
― Si, aam... - buscaba en el internet – esto, palaos – menciono y sonrió
― Ve comprando los boletos
― Tomaremos un tren a Japón primero, tendré tiempo
― ¿nos vemos en disneyland el próximo fin de semana?
― Claro, culminemos a los gatos con disneyland
― Trato hermano
Akutagawa fue a alcanzar a Atsushi, Sousuke fue a buscar a Toru.
Atsushi terminaba de guardar la ropa en una maleta mediana - ¿listo? – pregunto el mafioso con su celular en la mano
― Empaque para ti y para mí – sonrió el albino
― Bien, vámonos
― ¿Qué? ¿tan pronto?
― Acabo de reservar un vuelo en Japón, si tomamos el tren lo alcanzamos
― ¿e-eh? ¿vuelo?
― Vamos Jinko, no te detengas
― Vo-voy – el mafioso tomo la maleta con Rashoumon y sonrió
― Llegaremos más rápido a la estación si usamos al tigre
Atsushi y Ryunosuke bajaron, el mafioso dejo una nota para sus respectivos hermanos, Atsushi se quitó los zapatos y el azabache los tomo – ¿listo? – pregunto el azabache. Atsushi trajo su media transformación, el mafioso lo monto – ve Jinko
― No soy un perro – se quejó el albino
Atsushi corrió a gran velocidad, escalando edificios y entre los techos, en cuestión de dos minutos habían llegado a la estación. El mafioso le dio sus zapatos al albino y ambos fueron a tomar su tren – ahora podremos comprar una crema en Japón – sonrió el azabache y el albino sonrió recargando su mejilla en su hombro
Llegaron a Japón donde el albino aprovecho para tomar fotografías de los cerezos camino al aeropuerto, mientras el mafioso solo suspiraba, aunque le amaba, si sabía que el estar con él llegaba a ser agotador, aun así, su sonrisa iluminaba todo su camino.
En el avión, Atsushi se sentía nervioso, serían 5 horas de vuelo pero el azabache lo calmo haciendo al albino acomodarse en su pecho – e-e-es lindo cuando eres considerado – expreso el albino
― Jinko, eres un tigre y haces cosas más intrépidas
― Sigo siendo un chico
― Cierto...
― ¿A dónde iremos Ryu?
― Es Palaos, a Koror.
― Pensé que palaos tenia tormentas siempre
― Por eso vamos en avión – dijo sonriente. Atsushi trago saliva
Despegaron, Atsushi paso todo el vuelo nervioso, incluso la azafata se acercó para ayudarles – disculpe ¿está bien? – pregunto
― No, me siento mal – expreso el albino tomando el asiento
― Necesita
― No puedo respirar Ryu – interrumpió el albino tomando al azabache
― ¿quiere un poco de agua? – pregunto la azafata y el albino le miro molesto
― Sí, claro, como no puedo respirar dame agua, es normal ¿no?
― Discúlpelo, se pone grosero cuando está nerviosa – menciono el azabache
La azafata trago el agua y el azabache le dio al albino – ¿de verdad está bien?
― No, se va a caer está madre – dijo el albino estresado
― Señor por favor no diga eso
― Como chingados no, ¡se va a caer!
― Atsushi, cálmate, que vergüenza – dijo el azabache
― Señor, todo estará bien – menciono la azafata – comprendo su nerviosismo, pero estaremos bien, tenemos gas y
― ¡¿tenemos gas?! – grito Atsushi – ¡vamos a explotar a la chingada!
La azafata y el azabache hicieron al albino comer y con eso se había calmado, Akutagawa pidió disculpa a la azafata pero está le respondió que era normal con una sonrisa y se marchó – si Atsushi hubiera escuchado eso, se la come.
Llegaron a Palaos con Atsushi completamente adormilado, caminaba todo cansado mientras el azabache llevaba las maletas – Atsushi, despierta ya – dijo molesto
― No quiero subir a un avión de nuevo...
― Subiremos a otro de regreso
El albino se colgó de la cintura del azabache mientras la mitad de su cuerpo estaba en el suelo – Ryu, quedémonos en palaos, vivamos aquí – se quejó haciendo al azabache reír. Atsushi llegaba a ser demasiado consentido.
...
Lamento la demora, los recompensaré
agradescan a Elizabet-Death
me convencio se alargar un poco la historia pero sigue siendo... Ya saben Twins
¡Gracias por leer!
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