4. Roce de nieve
Blanco. Había blanco por todas partes. Blaze levantó la mano para ver como un copo de nieve caía en esta, antes de que su mejor amiga mapache se acercase a ella lo más rápido que pudo.
-Marine ¿Qué sucede? ¿Por qué está nevando tan de repente? – Pregunta mientras observa como el mapache toma aire y se incorpora.
- ¡No lo sé! Pero ¿No es extraño? Ha bajado tanto la temperatura, y no es para nada normal que nieve en pleno verano – Exclama igual de extrañada que su amiga y se frota los brazos con frío. – Muchos se fueron corriendo de la playa a buscar abrigo, este repentino cambio de clima nos va matar – Tirita. No podía creer que pasaba esto cuando Silver había decidido ir a visitarle a su dimensión.
- ¡Silver! – Exclama de repente la felina. – Él no debe de tener ningún abrigo – Marine arquea una ceja.
- Me estoy congelando frente de ti ¿y lo primero que piensas es en Silver? – Blaze parpadea ante la pregunta de Marine y se da cuenta de lo tonto que sonó eso. - ¡Él tiene una gran bufanda natural en su pecho y aun así te preocupas por si va a tener frio! ¡¿De verdad ustedes no son nada más que amigos?! –
Blaze toma de los hombros a Marine y le proporciona un poco de calor, intentando hacer que se calle.
-Ve a la cabaña y abrígate antes de que te resfríes – Dice dándole vuelta y empujándola hacia dirección del sitio anteriormente mencionado.
- ¡Ya voy! Pero cuando regreses más te vale aclararme tu relación con Silver ¡No creas que te salvas de esta! –
Blaze se apresuró, preguntándose qué hará con respecto a lo último que dijo Marine. Ya le había dicho mil veces que Silver y ella no eran nada más que amigos, a pesar de todo lo que pasaron juntos. Como aquella vez que se embarcaron en una aventura, Marine, Silver y ella, cuando regresaron Blaze fue la primera en acostarse para descansar.
"Silver, mejor vámonos para que Blaze pueda descansar tranquilamente" Había dicho Marine mientras estaba a punto de retirarse.
"Ya voy, pero primero me despido de mi bendición" Dice y se inclinó sobre ella apoyando su mano sobre su brazo y la otra en su cabeza, dándole un beso en la mejilla. Blaze se sonrojó ya que todavía no había conciliado el sueño, y rápidamente dio un manotazo a la cara de Silver, el erizo y el mapache se reían de lo que había hecho.
Marine siempre decía que Silver le coqueteaba, pero Blaze se negaba a creerlo, simplemente le estaba molestando como siempre. Como la vez que le dijo "¿Es verdad que los gatos ronronean?"
"Ni se te ocurra intentar hacerme ronronear" Amenazó ella con su mirada fría. Pero Silver seguía con su expresión de curiosidad y con total atrevimiento le dio una rascadita bajo el mentón que sobresaltó a la felina. "¡TE DIJE QUE- ¡"
Cuando se dio cuenta ya era tarde, ya se había rendido por unos segundos en los que ronroneó y hasta se apoyó en su mano. Se apartó de él y sintiéndose completamente avergonzada de su debilidad se tapó del rostro. Silver soltó una suave risita y dijo que era adorable. Para ella fue humillante.
Silver solo era un tonto que, a pesar de ser muy útil en batalla y tener un espíritu de justicia y bondad, también se atrevía a molestarla. Pero no era malo, no podía odiarlo después de las cosas que hizo por ella.
"No estaba pronosticado lluvia" Blaze había observado como las gotas del cielo caían sin cesar. Cruzada de brazos y realmente molesta con el clima impredecible, supuso que debería quedarse en la cueva en la que se metió con Silver por otros asuntos por saldar.
"No te preocupes, yo te cuido del agua" Sonrió él y le tomó del brazo atrayéndola afuera de techo.
"¡¿Qué crees que haces...?!" Notó que ninguna gota le llegó a tocar ya que el erizo blanco usó su telequinesis para resguardarla del agua. Ambos miraron como se formaba un montón de agua por encima de ellos, ya que las gotas se iban agrandando a medida que se acumulaban en el poder de Silver.
Blaze dejó de ver el agua iluminada en turquesa para ver a su compañero concentrado. Habían logrado caminar bastante tiempo bajo la lluvia sin mojarse y faltaba mitad del camino de regreso.
"Has mejorado tus habilidades" Observó la felina con orgullo. Silver sonrió y volteó para verla solo para sorprenderse por la repentina cercanía en sus rostros. Perdió la concentración y ambos se asombraron, apretaron los ojos al sentir como el baldazo de agua que cayó encima de ellos.
"...Oops..." Murmuró Silver con las púas abajo. Blaze corrió su propio pelo de la cara y le fulminó con sus dorados ojos, él intentaba sonreír a pesar del accidente. Caminó de espaldas y lejos del erizo blanco que intentaba disculparse por permitir que se empapara toda. Aunque estaba realmente furiosa por aquello, su detalle no pasó en alto.
Muchos fueron los momentos que compartieron, y a pesar de parecer como una pareja romántica y ser cuestionada todo el tiempo por Marine, ellos no sentían nada el uno por el otro. Blaze estaba segura. Solo eran buenos amigos que se cuidaban mutuamente, a pesar de los momentos tontos que Silver provocaba. Después de todo ambos eran distintos y se conocían hace mucho tiempo, no era extraño que sean tan cercanos como para confundirlos en novios.
- ¡Silver! Al fin te encuentro ¿Qué estás haciendo tan lejano de todo? – Paró de correr al por fin divisar al erizo blanco entre tanta nieve. El mismo volteó y pudo notar cómo se cubría los brazos mientras tiritaba de frío.
- Es una larga historia – Dice con leves temblores y cambia de dirección su lento caminar hacia la gata. - ¿No te parece gracioso que pueda detener la lluvia o la nieve por encima de mí, pero no el frío? – Dice con una leve risa y la lila arquea una ceja.
-Eso es lo más lógico... ¿Tienes tanto frío? Creí que tu pelaje era suficiente para aguantar – Ve como faltaba poco para que estuviese justo frente a ella.
-Yo también creí eso – Con aquella respuesta Blaze levanta un poco un costado de su boca en una pequeña sonrisa.
-Si sigues arrastrando los pies así te vas a tropezar – Señala la gata al verlo ir hacia ella. Silver empujaba con fuerza sus piernas entre la nieve, podían cubrir sus pies por completo. – Deja de hacer el tonto y levanta las piernas – Bufa la gata preguntando si debería arriesgarse a lanzar llamaradas para ayudarle, aunque fuese un poco peligroso.
Silver seguía tiritando palabras en voz baja que ella no alcanzaba a escuchar, pero claramente estaba actuando como un niño desobediente. Estaba tan cerca de llegar a estar frente a frente con Blaze, cuando sin avisar su pie chocó contra algo oculto en la nieve y perdió el equilibrio, impulsándose hacia adelante y sorprender a la gata con tal acercamiento repentino a su rostro.
- ¡Sil- ¡- Intentó decir, pero los labios de él le taparon la boca. Abrió grande los ojos y su cola quedó parada en el aire. El erizo se había sujetado débilmente de sus hombros y ella por intentar evitar su caía apenas alcanzó a atrapar sus codos. Cuando por fin el de blanco logró estabilizar su equilibrio y pisar mejor la nieve, se separó de su rostro.
-Estás muy cálida... - Murmuró. Blaze le miró al rostro y notó que los párpados de su amigo estaban bajos, cubriendo la mayor parte de sus ámbares, también notó que sus labios estaban un poco secos y pálidos del frío. Aunque eso no solo lo pudo ver, sino que lo recordó del roce que tuvieron hace unos instantes.
-Silver... - Dijo lo más calmada que pudo. El erizo estaba abrazado de ella, como si fuese una estufa que poco a poco subía la temperatura y derretía el hielo a su alrededor. – ¿Quieres que te rostice? –
Silver recuperó un poco más su fuerza y al escuchar esa pregunta se aparta para mirarle con temor en sus ojos.
-Blaze... fue un accidente... ¿no viste? casi me caigo ¿No tienes un poco de compasión de mi estado? Casi me muero congelado... - Intenta tranquilizar la furia de su amiga, con un intento de mirada de cachorro y pose indefensa.
-Claro que tengo compasión... si corres entrarás en calor... - La mirada seria de Blaze era más fría que todo el invierno traído de la nada. Silver retrocedió con horror en su rostro, y con la clara advertencia en la expresión de Blaze, comenzó a correr y gritar en dirección hacia la cabaña, mientras la gata avanzaba, derritiendo la nieve a su alrededor y con una llamarada de fuego en su mano, como si de asesino de película se tratase.
Tiempo había pasado luego de ese día. Lograron encontrar el problema de ese cambio repentino de clima y lo solucionaron, devolviendo el calor del verano que debía ser. Mientras Marine y Blaze se relajaban en reposeras frente a la playa y disfrutando de la paz, Silver buscaba la manera de meterse en la conversación sin que Blaze le dedicase otra mirada fulminante y lo matase con solo eso.
- ¡Mari! ¡Blazy! Preparé limonada fresca ¿quieren? – Silver apareció con una bandeja y dos vasos con dicha bebida.
- ¡UY! ¡Gracias peloslocos! – Marine rápidamente aceptó la bebida y comenzó a beber sin más. El erizo intentó sonreír a pesar de ese apodo y luego se dirigió a Blaze para que tomase su bebida. Tragó pesado, preguntándose si le estaba mirando bajo los lentes de sol o si tenía los ojos cerrados, respondiendo el por qué no tomaba su vaso.
- ¿Bl-Blaze...? – Ella no respondió, pero sí tomó aire y resopló. – Como signo de paz y agradecimiento por ir a buscarme... ¿aceptarías mi limonada hecha especialmente para mis grandes amigas? – Hace su mejor esfuerzo para ser sutil y amable.
Marine observó atentamente, con el sorbete en la boca, como Blaze levanta la mano, la acerca al vaso, y cuando ambos creyeron que lo tomaría y bebería...
¡PLASH!
Empujó el vaso lo suficiente como para que perdiese el equilibrio la bandeja de Silver y se cayera todo. Marine y Silver quedaron con la boca abierta, mientras la felina llevaba sus manos detrás de la nuca y continuaba relajándose. Como si no hubiese pasado absolutamente nada.
-No sé exactamente qué es lo que le hiciste, pero Blaze sin duda está furiosa contigo – Marine dijo mientras le ayudaba con el vidrio del vaso recién recogido, él devolviendo la bandeja a la cocina y tirando los trozos de limón de su bebida.
- ¿Tú crees? – Pregunta Silver con tono sarcástico y mirada aburrida.
-Está clarísimo como el agua – Marine comienza, creyéndose su pregunta. – Desde que regresaron de la nevada, hasta cuando solucionaron el problema, no te dedica ni una sola palabra y hasta me utiliza a mí de intemeidiadia...-
-Intermediaria... - Corrige Silver.
-Eso. Te mira con el infierno de mil demonios, te insulta de pies a cabeza y sin decir ni una sola palabra, irónicamente te está haciendo la ley de hielo ¿no te parece gracioso? – Dice para soltar una risita y recibir una mirada cansada del erizo. – Creo que si te dejo a solas con ella primero tendría que despedirme de tí, temo que podría ser la última vez que reconozca tu rostro antes de la gran quemadura que te hará... y si te pasa algo ¿me dejarías algo de recuerdo? Como...-
- ¡Ya entendí, Marine! – Silver exclama golpeando la bandeja en la mesada. – Sé que Blaze está furiosa conmigo, pero no entiendo realmente por qué ¡No hice nada malo! –
- ¡Pues Blaze no se enojaría así por algo bueno! – Ella se encoge de hombros. – Salvo que no quiso la limonada porque no tenía sed... - Entrecierra los ojos. Silver toma aire y lo libera en un largo suspiro mientras se apoya sobre la mesa.
-No le hice caso cuando me dijo que levantara los pies de la nieve, me tropecé sobre ella y... - Abre los ojos con notoriedad mientras se incomoda antes de decir lo siguiente. – le besé accidentalmente... - Marine se quedó sin aliento, pero con la boca bastante abierta. - ¡Ni siquiera fue exactamente un beso! – Gruñó Silver. – Solo fue un roce, además ¡Estaba muy débil por el frío! Ella podría haber ido hacia mí en lugar de dejar que yo vaya hacia ella ¡No es mi culpa! –
- ¿De verdad? – Parecía que se le saldrían los ojos. Silver volvió a suspirar y asintió con la cabeza.
-Luego de eso me abracé a ella porque estaba calentita, pero no lo tomó para nada bien, me dijo que me rostizaría y que corriese para entrar en calor... y fue lo último que me dijo desde entonces– Paró de contar, Marine sabía el resto.
-No lo entiendo... -El mapache finalmente sale de su trance de sorpresa y lleva su mano bajo el mentón. – Blaze de seguro habrá notado que estabas débil y que fue un accidente, ella normalmente no se enojaría por algo así... - Silver asiente con la cabeza, de acuerdo ante esa observación. - Aunque... hasta donde yo sé, ella nunca tuvo un beso –Él voltea con una expresión de asombro y confusión, preguntando a qué se refería con aquello. – Y el que su primer beso haya sido accidental, con alguien moribundo, debe de ser bastante fastidioso – Dice con claro desagrado y niega con la cabeza.
- ¡No fue un beso! ¡Solo un roce! ¡Diablos! – Silver se tomó de las púas, exasperadamente y sintiendo su rostro arder.
-Y más aún, que provenga de alguien con quien no comparte ningún sentimiento romántico...- Ante aquellas palabras de la menor, Silver dejó de tirarse de las púas y su expresión cambió a una entristecida. - Ella es tan reservada, pero esto es claro: todas las veces que se enojó contigo por tus tonterías... esta es la que más la hizo enfurecer. Vas a tener que esforzarte un poco más que con una limonada para hacer las paces... -
Esta vez, el erizo blanco se aventuró a hacerle galletitas, lo cual Marine se dio una palmada en toda la cara al enterarse, pero dejó que se arriesgara solo para ver si de una vez por todas comprendía a lo que se refería.
- ¿Blaze? ¿Estás ahí? – Golpeó la puerta de su cuarto. Como no escuchó respuesta abrió lentamente y susurró: - ¿Estás durmiendo? – Sin embargo, observó que la habitación estaba desordenada y con la gata ausente. Cautelosamente y luego de tragar pesado, se aventuró dentro del cuarto, sintiendo la adrenalina a flor de piel por saber que se estaba arriesgando a volverse una de sus galletitas, las cuales tenían un poco de negro ya que se distrajo un poco.
Blaze siempre había sido muy cuidadosa y pulcra, por lo que ver tantas cosas tiradas y desparramadas por su habitación le llamó la atención. "Parece como si hubiese tenido una pelea aquí" Pensó él, pero no iba al hecho, ya que de ser así habría notables quemaduras por toda la habitación. Lo único quemado ahí, además de sus galletas, era aquel papel en el suelo.
Dejó las galletas en la mesa de luz de Blaze y, con las manos ahora desocupadas, se agachó para tomar aquel papel con miedo a que se hicieran cenizas. Leyendo lo único que sobraba de aquello tuvo en claro un par de cosas. Primero: era una de las formas que tenía Blaze para desahogarse cuando estaba pasando por algo difícil, lo sabía porque él mismo le recomendó esa técnica, escribir todo lo que se le pasara por la cabeza y luego deshacerse del papel. Segundo: todo lo que decía en esa hoja se trataba de él. Aquello hizo sentir que su corazón se hundía.
"Es un completo idiota, descerebrado, sin vergüenza, cara de burro. De no ser por Marine ya lo hubiese asado vivo. Nadie merece algo así, y yo no soy de las que se preocupa por cosas como esas tan normalmente, pero... ¿Cómo se atreve a burlarse así de mí? ¿Acaso cree que yo no tengo sentimientos? ¡Porque sí los tengo! El que no los diga a los cuatro vientos no significa que no los tenga... ¿Por qué me hace eso? ¡Incluso si fue un accidente hubiese dicho algo! Fui la única sorprendida en ese momento ¿tan poco le importó? ¿Por qué me duele el corazón? Y yo como estúpida preocupada por él... corrí por todos lados, con lo difícil que es reconocerlo entre tanta nieve... solo para que él siguiese jugando conmigo... lo peor de todo es que..."
Era lo único que se podía leer en esa hoja quemada. Silver tomó aire y suspiró, sin saber que en ese momento Blaze se estaba pasando la mano rápidamente, para que la lágrima que se le escapó no llegase a caer más. La playa por la noche era muy tranquila y le daba paz, nadie iba a tal lugar cuando estaba tan oscuro, por eso había decidido permanecer ahí.
Cuando sintió que alguien se acercó y se sentó al lado suyo no se molestó en voltear a verle. Una pequeña pregunta se formó en su mente, la cual era "¿Qué hago? ¿Sigo ignorándole? ¿Le amenazo otra vez?", pero lo que ganó en ese momento fue un "Ya no me importa...".
-Lo siento Blaze... - Dijo Silver lo suficientemente fuerte como para que se escuche por sobre las olas. Pero ella no responde, solo siente el viento zarandear sus cabellos. – Honestamente creí que lo que pasó... no te iba a importar... – Intenta buscar las palabras más adecuadas para su disculpa, pero ella seguía sin decirle nada al respecto. – Creí que si reaccionaba a aquello iba a ser el único dándole tanta importancia a un accidente... - Otras olas llegaron a la costa y luego se fueron de regreso. – Pero me equivoqué... -
Esperar una respuesta a lo que dijo se sentía ridículo, estaba claro que ella no iba a responder, por lo que suspiró y levantó, dispuesto a dejarla sola otra vez. Sin embargo, la idea de dejarla sola nunca le había gustado, pensaba que era algo que ella necesitaba de vez en cuando, pero ya estuvo mucho tiempo así.
– Creí que no era necesario aclararlo porque eres muy inteligente y lo sabes... pero eso que pasó... no fue un beso – Le observó, pero ella no le dirigió la mirada. – fue solo un roce--¡Pero! Nadie más que yo espera que tu primer beso sea especial... - Blaze parpadeó, pero siguió sin mirarle. – Y espero que sea con alguien que... realmente merezca un beso tuyo... no como... este idiota bueno para nada que solo sabe bromear con la chica que le gusta para que piense en él... -
La gata se levantó, sorprendiendo al erizo, preguntándose si era momento de correr atemorizado. Sin embargo, ella solo volteó a mirarle y por primera vez, desde aquel accidente, no solo con enojo.
- ¿Bromeas con la chica que te gusta? – Pregunta de una manera seria, pero no del todo furiosa. Silver tartamudea y comienza a sudar. - ¿Quién es? – Se queda congelado en su sitio y le mira incrédulo.
- ¿Quién más podría ser? ¡Tú! ¡Creí que era obvio! – Exclama para luego darse cuenta que ella realmente no lo sabía, su expresión de completo asombro lo decía. Los nervios le carcomían y le daba comezón la nuca. – B-bueno, de todas formas... ¡Como ya dije! Fue solo un roce, asique no le des tantas vueltas y no te preocupes... dejaré de molestarte tanto...-
Blaze avanzó y Silver retrocedió un paso por inercia, aun así, ella lo alcanzó y lo detuvo antes de que siquiera lo intentase.
-Si eso no fue un beso... - Comenzó ella, su pelo volvía a zarandearse con el viento, Silver se temió que le gustaba demasiado, pero su cabeza le decía que lo iba a asesinar. –Entonces dame uno como se debe... -
Se miraron a los ojos por lo que se sentía una eternidad, y asegurándose de haber escuchado bien Silver se acercó a su rostro, ahuecando su mejilla izquierda y notando como ella cerraba los ojos, le besó tímidamente. Se apartó, pero inmediatamente volvió a besarla y ella correspondió, apretando levemente el agarre en su brazo para luego envolverlo entre los suyos.
Esa noche Blaze supo lo que era realmente un beso, siendo ese su primero, segundo y tercero. Y con ese descubrimiento también reconoció sus verdaderos sentimientos hacia Silver, y los de Silver hacia ella.
Ahora sí podía admitirle a Marine que ellos no eran solo buenos amigos.
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