2- Agobio
Sabía que debía llegar a tiempo para continuar con su deber, pero algo se sentía mal dentro suyo. Podría sonreír todo lo que quisiera, pero en realidad estaba agobiado. Tenía miedo, quería vivir el presente sin ninguna preocupación, pero la verdad era otra: siempre estaba preocupado, y el futuro estaba frente suyo amenazándole, sin decirle qué podría pasar, pero sí que se ande precavido.
Bajó la velocidad y escuchó a su alrededor, pájaros cantando sin problemas, hojas chocando unas contra las otras por la suave brisa, y algunas por alguien ocultándose detrás de un arbusto. Sonic miró con curiosidad hacia el arbusto y, sin siquiera preguntarse si era seguro, fue a revisar.
-Eres demasiado rosada para no notarte ¿sabes? – Sonic bromea sonriendo a su vieja amiga, Amy Rose. Ella le mira con sorpresa al ser descubierta, pero intenta sonreír a pesar de la timidez.
-Podrías haber pensado que solo eran unas bonitas flores rosas... - Se excusó ella. Sonic negó con la cabeza y le ofreció ayuda para salir del arbusto, a lo que ella aceptó con sonrojo en sus mejillas.
- ¿Qué haces aquí? Tengo que irme... - Pregunta mientras ella se limpia las hojas que le quedaron.
-Lo sé, yo... solo quería acompañarte – Seguía limpiándose para evitar mirarle a los ojos, ya sabía lo que él pensaba y temía que se lo recordase.
-Amy... - Suelta en un quejido mientras se cruza de brazos y comienza a pisar impaciente su pie.
- ¡No puedes hacerlo todo tu solo, Sonic! – Exclama ella ahora mirándole directo a los ojos, fue casi como un impacto para él, quien se sorprende al escucharle decir eso. – Todo el mundo pone mucho trabajo sobre tus hombros ¡Y sé que te gusta la aventura y ayudar a los demás! Pero también siento que... -
-Estoy bien, no te preocupes por mí – Él le interrumpe apoyando su mano sobre su hombro. Amy mira con asombro su sonrisa, la que siempre parece despreocupada. – Es divertido, y como bien dices ¡me gusta! –
Amy se queda callada, pero Sonic bien podía notar en su expresión que ella no estaba contenta con dejarle solo. El erizo le suelta mientras pone los ojos en blanco.
- ¿Por qué siempre haces eso? – Él le mira, ahora su expresión era más de enojo. Estaba a punto de preguntarle a qué se refería cuando ella continuó. – Haces como si yo no tuviera razón, me alejas, pero sé que en el fondo me necesitas – Sonic toma aire. – Estás triste... ¿cierto?... estás... agobiado... - Sonic se detiene y le mira ahora con seriedad.
Las púas de ambos se zarandeaban suavemente por el viento, pudo apreciarla gracias a la luz fuerte del sol que iluminaba hasta bajo las sobras de los árboles. Sus ojos verdes, su pelaje rosa, su cara de reproche, seguía siendo la misma Amy de siempre ¿Cierto?
"Toma Sonic, preparé estas manzanas para ti " La niñita que siempre le perseguía y le sonreía, en ese entonces le entregaba un plato con manzanas cuidadosamente cortadas y peladas, listas para comer.
"Gracias Amy "Había respondido Sonic alagado de que le hayan conseguido algo para comer luego de una aventura. Sus amigos Tails y Knuckles también estaban presentes y miraban incrédulos el claro preferitismo que había.
"¿Y para mí no hay?" Preguntaba Knuckles asombrado, señalándose a sí mismo.
"¡Yo también quiero! ¿Me compartes, Sonic?" Pidió Tails con ojos brillantes. Sonic les extendió las manzanas a sus amigos, dispuesto a compartir, pero la pequeña Amy se erizó con clara molestia.
"¡No son para ustedes! ¡Son para Sonic!" Sacó su martillo y sacó corriendo a Tails y a Knuckles, asombrados de su estado enrabiado. Sonic se sorprendió de su reacción y le detuvo.
"¡Oye! ¡No seas así!, hay que compartir" Le miró con severidad. Amy al escuchar su reprenda se entristeció y huyó de su agarre, llorando mientras corría lejos de él. En ese entonces Sonic se preguntaba por qué esa niña caprichosa era solo amable con él y con los demás era salvaje, todavía no entendía si era ella alguien adorable o alguien aterradora.
Con el tiempo Amy comprendió que estuvo mal su comportamiento, y se disculpaba con Tails y Knuckles siempre que respondía agresiva contra suya. No dejó de sonreírle tiernamente a Sonic, verle con ojos brillantes y darle cuidados especiales a él, aún después de todos los regaños que él le dio por ser así. Sin embargo, también había veces en las que se enojó con él e intentó darle un martillazo, a Sonic le daba miedo en esos momentos de cólera.
"Sonic, hice Chillidogs, son especialmente para ti" Dijo en otra ocasión ofreciendo un plato lleno de ellos. Sonic miró asombrado y aceptó el regalo con mucha felicidad, luego de otra aventura siempre tenía hambre. Por supuesto Tails y Knuckles se asomaron con caras de hambrientos y Amy les recibió con mirada amenazante. "¿Escucharon? Especialmente para Sonic..."
Tails y Knuckles se pusieron tristes, Sonic miró a sus amigos con pena, luchando mentalmente entre compartirles o no sus preciados chillidogs recién cocinados.
"Pero estos son especialmente para ustedes" Dijo Amy sonriente sacando otro platillo con otros chillidogs. Los dos se pusieron contentos y agradecieron enternecidos por la acción de la chica.
Sonic estaba sorprendido, ella fue capaz de cocinar otro montón de chillidogs para sus amigos. Los tres comieron y quedaron satisfechos, le dieron las gracias a Amy quien sonreía orgullosa por su trabajo bien hecho. Tal vez no era tan mala después de todo.
Le miraba con sus ojitos tiernos y una sonrisa pequeñita y adorable, mientras juntaba sus limpias manos enguantadas con dulzura y tenía toda la atención hacia Sonic. Él le sonrió ampliamente, sin duda era muy tierna.
"Te ves muy bien hoy, Amy" Soltó Sonic. Ella se sonrojó, pero estuvo más feliz que antes.
Sonic casi se arrepintió por aquello. Amy saltó a sus brazos diciéndole muchas palabras de cariño y afecto, pero él estaba pasmado, creyendo que podría ser un simple abrazo le correspondió, pero sus brazos lo apretaron mucho más fuerte sacándole el aliento. Y no fue solo esa vez, lo volvió a repetir siempre que lo veía, sumado a todos sus regalos atentos, y sus palabras melosas. Sonic aterrado comenzaba a sentir una presión en el pecho, Amy se lo provocaba, de seguro por sus abrazos de osos.
"¡Amy!" Se quejó mientras ella le abrazaba y frotaba su cara con la suya. "Ya basta ¡me estás avergonzando!"
"¡Ay Sonic, lo siento! ¡De verdad que extrañé!" Lo soltó un momento, Sonic le dedicó una mirada de soslayo, ella soltó unas risitas y volvió a abrazarle fuerte.
"¡AMYY! ¡NO NOS VIVOS SOLO POR UN DÍA!" Agitó los brazos cuando sintió su abrazo aprisionador. Otra vez se sentía agobiado, atrapado, y sin escapatoria, detestaba ese sentimiento.
Ya había pasado mucho tiempo y ambos eran más grandes. Ella ya no usaba aquella vestimenta verde y naranja, con sus zapatillas azules y el peinado para atrás, ahora su vestimenta favorita era un vestido bonito de color rojo y detalles blancos. Fue una sorpresa cuando se presentó así por primera vez, ella le pestañeaba esperando su opinión sobre su nuevo look.
"¿Cómo me veo?" Preguntó dulcemente mientras se zarandeaba el vestido.
"¡Me gusta ese color!" Bromeó Knuckles.
"Es una buena combinación con tus púas" Responde Tails de manera analítica. Amy agradece los cumplidos raros de sus otros dos amigos y dirige su mirada especial a Sonic, aquella llena de brillo y cariño especial.
"¿Y tú Sonic? ¿qué piensas?" Sonreía esperando ansiosa sus palabras. Sonic le sonrió mientras masticaba y levantó un pulgar. La sonrisa elegante y al mismo tiempo dulce de Amy de repente se sintió vacía y forzada, con una comisura del labio media temblorosa. Aún no entendía que había de malo en su respuesta, pero ella se volvió a transformar en su lado demoniaco y le corrió con su martillo por un tiempo.
Es que Amy podía verse muy dulce y agradable a veces, con su afecto incondicional y trato especial, pero luego desataba una ira infernal y amenazaba con su martillo con furia. Daba miedo, mucho miedo, a veces era consolador saber que ella era aliada y no enemiga. Sin darse cuenta se había vuelto en una amiga importante en su círculo de amigos, se dio cuenta que cuando pasaba mucho tiempo sin ella sentía que le hacía falta, cuando la volvía a ver y veía cómo corría a sus brazos, para brindarle su calor corporal, y llorarle palabras de "te extrañé mucho", se olvidaba de aquel vacío que le hizo su ausencia y sonreía contento del reencuentro.
En un principio ella fue desagradable, su actitud infantil y caprichos daban dolor de cabeza, sin mencionar que hacerla enojar daba pesadillas, sus abrazos asfixiantes y palabras acarameladas también llegaron a ser desgastantes, Amy lograba agobiarlo. Cada vez que la veía sentía un extraño escalofríos pasarse por su cuerpo, algo en su mente le decía que corriese, pero sus piernas se quedaban en el suelo, siempre estaría preparado para huir si la ocasión lo necesitaba. A veces consideraba la idea de estar lejos, muy lejos de ella, y así no tendría ese sentimiento extraño. Pero cuando lo estaba, y su cabeza le recordaba esa idea del pasado burlándose de él, pensaba en la mala idea que era, porque terminaba preocupado por ella, imaginando que lo estaba extrañando y llorando como chao abandonado, le partía el alma imaginarla así, le dolía.
El tiempo y la paciencia fueron clave, porque la evolución de Amy había sido gratificante. Ella aprendió a controlar su enojo, volviéndose más responsable de su temperamento, dándose cuenta de lo asfixiante que había sido, comprendiendo la libertad que tanto amaba Sonic, y que si quería ser de gran ayuda en lugar de un gran estorbo debía de ser más fuerte y valiente. Cuando Sonic se dio cuenta de lo mucho que había crecido le sonrió alegre y orgulloso de ser su amigo... y de que ella lo aprecie a él también.
Y aún después de haber cambiado, mantenía lo bueno en ella, seguía siendo la misma Amy Rose que tanto le gustaba.
-No me alejes de ti... - Sonic le miró al decir aquello. – Te amo Sonic y quiero que seas feliz, déjame ayudarte a hacerlo –
Sus ojos, sus hermosos ojos verdes cristalizados, odiaba verlos así, odiaba verla llorar. Sonic le tomó de las mejillas, preguntándose qué tanta emoción portaba en ese momento como para tener la necesidad de llorar, esperando que sus manos le fueran de apoyo y consuelo.
-Te preocupas demasiado... - Le sonrió de regreso, esperando que captara su "estoy bien".
-Sé que en el fondo tú también... -Murmuró ella, sin quitar su vista en él. Sonic borró su sonrisa, anonadado.
¿Qué tanto tiempo se llevaban conociendo? ¿Qué tan bien lo conocía ella? sin duda podía ver a través de él. Él nunca huyó lejos de ella a propósito, porque a pesar de que fue su pesadilla agobiante y una jaula para él, también fue su remedio, su consuelo y la necesitaba en su vida.
- ¿Sonic? – Ahora ella era quien le miraba asombrada y Sonic la veía borrosa. - ¿Estás llorando? –
Sonic soltó una risa.
-No... - Respondió pensando que era divertido mentir cuando era evidente. Sin saber por qué, simplemente le nació de su corazón, atrajo su rostro al mismo tiempo que él se acercaba y le plantó un beso cerrando sus ojos y dejando sus emociones derramarse. Amy estaba completamente asombrada, pero respondió al beso con un abrazo que lo abrigaba fuertemente.
Aún cuando todas sus preocupaciones y miedos acumulados se sintiesen como hundirlo bajo lo más profundo del agua, ahogándole, sin dejarle la oportunidad de huir. Sabía que ella estaría buscándolo, y no temería en meterse al agua, nadar hacia él y darle de su aire, porque ella lo estaba curando, lo estaba liberando, por fin.
La mirada de Amy no cabía en gozo, si antes le miraba con cariño, ahora le miraba con mucho más amor. Y Sonic ni siquiera se preguntaba de qué manera él le estaba mirando, solo se deleitaba con sus lindos ojos.
-Bien, tú ganas... ven conmigo – Le agarró de la mano y continuaron el camino.
Paso a paso fueron avanzando más rápido y comenzaron a correr juntos, uno al lado del otro.
Fue un gran día después de todo. Aquellos sentimientos desagradables y oscuros se fueron para ser olvidados, gracias a Amy él volvía a ser el mismo erizo alegre y optimista de todos. Los pueblerinos agradecieron enormemente la ayuda de Sonic y Amy Rose, permitiendo que ambos pudieran regresar, sonrientes y entre risas, contentos de haber hecho un buen trabajo.
-Gracias Amy – La rosada le miró y le devolvió la sonrisa apretando fuerte de su mano.
- ¿Puedo acompañarte la próxima vez también? – Sonic se rió y asintió con la cabeza.
-Encantado -
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