[3] Maldiciones

La lluvia caía con fuerza sobre un tejado de piedra, los truenos sonaban como el rugido de furiosos dragones declarando su batalla entre si, los rayos caían contra el suelo comenzando incendios y provocando destrucción donde sea que cayeran. En una casa pequeña hecha de piedra se encontraban dos jóvenes que temblaban por el frío, la mirada asustada del pelinegro mientras cargaba a un bebe de cabello blanco se reflejaba en el charco de agua sucia frente a ambos, delante de ellos estaba un hombre mayor de edad, vestido con traje y chaleco mientras se apoyaba de un bastón hecho de Abedul.

El niño desconfiaba del señor, hace poco le habría propuesto el ayudarles y darles una vida para ambos, sería lo mejor para ambos pero no sabe lo que significaría esa ayuda o el cual sería el pago de la misma de esta.
El lo pensó por momentos, su mente iba entre el aceptar la ayuda del amable señor o de arriesgarse e intentar cuidar a su hermano el solo, tomo la decisión y se levanto acercándose al viejo y agarrando su mano con sumo nerviosismo mientras mantenía un esfuerzo por cargar al bebe en un solo brazo. Debía protegerlo a toda costa y nada ni nadie lo detendría de esa labor, ni siquiera la muerte.

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Luciano y Luke se encontraban frente a la puerta de un bar, Eliza se había quedado en casa a petición de Prisma. La chica le había agarrado bastante cariño o quizás sea porque la niña tiene tendencia a brillar de maneras extrañas o por mera diversión desprendía brillantina, ya llevaba una semana así desde que lograron realizar un contrato de arrendamiento y ambos hermano no comprendían como lo hacía, después de todo solo eran expertos en la magia fe luz y sombras respectivamente.

El pelinegro abrió la puerta del bar e ingreso siendo seguido por su hermano, se acercaron a una chica que estaba detrás de un cristal que marcaba el limite entre ella y los aventureros que pensaban en propasarse o por algunos clientes pasados de copas que querían un poco de diversión y satisfacer sus necesidades mundanas. O al menos así lo ve Luciano. Tras golpear levemente el vidrio, la chica abrió la ventanilla dejando ver mejor su apariencia, siendo una joven kitsunemimi* de orejas y cabellera blanca y grisácea, unos ojos grises y un cuerpo no tan voluptuoso pero que sí mantenía su tamaño, aquella mujer los vio y sonrió con amabilidad. Llevaba puesto una camisa blanca abotonada junto a un chaleco beige también abonotado.

la Kitsunemimi se acomodo en la silla mientras se aclaraba la garganta, cuando término de hacerlo comenzó a hablar.

-Mucho gusto, jóvenes aventureros. ¿Qué necesitan?- La Kitsunemimi ya tenía a la mano varias hojas sobre cacería de bestias demoniacas o sobre ayudar a algunas personas en sus problemas, muy pocos elegían la última para ayudar a los demás y otros solo lo hacían para impresionarle por su gran "amabilidad".

-Misiones de Caza recompensas.- Terminando esa frase las personas en el bar se callaron, si antes había bullicio ahora simplemente era un silencio sepulcral que podía atraparte e incomodar te, pero eso no parecía funcionar con Luciano que veía como la Kitsunemimi de ponía un tanto intranquila por dicha petición. Pero no se negó.

-¿Están seguros que desean algunas de estas misiones?, algunos de los aventureros no ven bien a los Caza recompensas por sus... Acciones algo inhumanas, igual si desean cambiar de opinión les dejo estas misiones variadas.- La chica con orejas de Zorro dejo varías pilas de hojas en el escritorio dejándolo a la vista de ambos hermanos. A Luke poco le importaba como pensaran de él, solo necesitaban dinero para cuidar a la niña y poco después llevarla a una escuela para que no sea una analfabeta, también quería comprarse muchas o alardear del dinero con muchas chicas para intentar enamorarlas. Lo cual obviamente no funcionaría.

Mientras Luke revisaba las opciones, el pelinegro decidió revisar las demás ofertas de trabajo para los aventureros. Había una gran variedad de trabajos distintos, ayuda samaritana como podar el césped o ayudar a alguien a encontrar algo, misiones de búsqueda donde el objetivo cambia varías veces entre objetos, animales y personas, luego estaban las de cazar bestias demoniacas y las de guarda espaldas. Estaba a nada de dejar las misiones para ayudar a su hermano, pero fe entre todas las misiones de guardaespaldas hubo una que le había llamado la atención, dejo las hojas en el escritorio con cuidado y leyó detenidamente el contenido de la hoja de trabajo; era una misión sobre proteger a un hombre mayor de edad al cual estaban atentando contra su vida, estaba dispuesto a pagar una gran suma si lo protegían y cuidaban por un par de semanas cuando otros guardaespaldas tomaran su lugar por percusión. Luciano miro el monto con el que le pagarían, eran mas de unas mil quinientas unidades de Groblons.

¿Por qué nadie habría querido realizar dicha labor? Probablemente porque a ese viejo le estén tratando de matar alguien con suficiente poder político o poder criminal, sea lo que sea suena mejor de lo que podría llevarse al cazar varias cabezas. Le mostró el folleto a Luke pero este solo colocó una mirada extrañada, probablemente piense igual que él y vea el peligro pero donde hay peligro, hay una gran cantidad de cosas que robar de los cadáveres. Sonrieron con malicia y voltearon a ver a la Kitsunemimi de orejas blancas y colocaron la hoja de trabajo en el escritorio con notoria intención de cumplir la misión, la recepcionista se sorprendió al ver que cambiaron de misión pero al ver la recompensa lo comprendió casi de inmediato pensando que ellos dos solo desean dinero. Estaba en lo correcto, pero no sabía porque de esto.

-Así que decidieron el de ser guardaespaldas del señor Millicas, bueno su propuesta de paga hace que los aventureros, incluyendo a los mas nuevos, no se atrevan debido a que podría ser una trampa, pero si ustedes desean dicha misión entonces no habrá nada que haga para detenerlos. Tengan cuidado y suerte en su travesía aventureros.- El cartel se iluminó con una brillante luz roja para transformarse en un dije de rubí en forma de un corazón. El pelinegro no preguntó que era, solo lo tomó y lo guardo en su bolsillo derecho mientras su hermano pensaba en porque en un dije de corazón y no en un mapa como suele ser cada vez que un aventurero agarra una Rellica*. Quizás sea una contraseña para que sepan que ellos están cumpliendo la misión, o tal vez sea una pequeña porción de la recompensa..... Ciertamente Luke no lo entendía pero quien se encargaba de ser el pensante era su hermano, seguramente él tendría algo en mente.

El pelinegro ciertamente tenía algo metido en sus pensamientos pero su mente se encontraba borrosa intentando encontrar alguna referencia de donde se le hacía familiar la cara del viejo a quien debían de proteger, sólo sería un día completo y regresarían pero aún así su mente se enfocaba en el anciano y en lo extrañamente familiar que le parecía. ¿Por qué su mente lo bombardeaba con la extraña necesidad de ver a esa persona, y encima, de protegerla?, lo descubrirá si va con él, eso seguro.

Él par salió del bar en dirección de la casa que ahora compartían con Prisma para poder explicarle a la pequeña Eliza que no podrían estar con ella por todo el día, al menos no en esta extraña misión. Cuando ingresaron se encontraron con una tierna y encantadora escena: Prisma estaba enseñándole a Eliza cosas de la escuela y ahora que recordaban, La chica había dicho que ella trabajaba en una escuela cercana aunque por desgracia no habían muchos niños o materiales para enseñarles cosas importantes. Eso desalentaba un poco a Prisma pero tampoco es que sea algo tan importante pues ella hacia lo que amaba y con eso era suficiente, la mujer de tez negra alzo la vista para saludar con entusiasmo a Luciano y con un poco de fastidió a Luke, esté último sintiéndose despreciado.

No era por menos, Luke intentaba casi a cada momento el enamorar a la hermosa chica siendo golpeado por está o por su hermano pero ella no lo odiaba, solo desearía que dejara de intentar cortejarla y ser como su hermano; bien portado, educado y lo mejor de todo, no la acosa. Aunque este último siempre le daba gracia puesto ella no era tan atractiva como para que la gente quisiera estar junto a ella.... O al menos eso es lo que decían las personas cuando se acercaban a verla.

Tal vez era por su condición de semi-humano o por su color de piel, no lo sabía pero esa era la razón por la que usaba magia ilusoria para mantener una apariencia más humana frente a todos, tal y como lo hace con sus inquilinos cuando están cerca de ella. Los gemelos se acercaron a ella y le explicaron la situación actual, tendrían que irse por todo un día para poder realizar una misión y regresarían inmediatamente después de cumplirla.

-Ok, pero que quieren que haga con esa informa.... Oh, ya veo. ¿Desean que cuide a Eliza mientras no están? Creí que dijeron que se la llevarían a sus misiones para enseñarle a "Defenderse" como dijiste, Luciano.

-Ese era el Plan, pero surgió una.... Muy extraña misión y vamos a realizarla por el dinero, la misión es muy particular y creemos que es una misión trampa para aventureros novatos, si es así entonces solo debemos volver y listo.- Prisma miraba con cuidado los movimientos de Luciano al hablar, ni entendía porque pero había algo que lo extrañaba y perturbaba cada que oía su voz o expresiones, pero tampoco la trataba mal así que desistió de sus sentimientos perturbados y entablo amistad con el pelinegro.

-Sí, tiene sentido porque no llevan a la niña, podría ser difícil defenderse y defender a una niña que no sabe usar su magia aún, puedo entrenarla pero eso sería un extra de la renta.- Alzo los hombros restándole importancia pero su sonrisa codiciosa era lo que daba a entender a que jugaba, los hermanos se miraron por un momento siendo que Luke quería responder ante dichas palabras pero su hermano lo detuvo antes de cometer alguna tontería.

-De acuerdo, si eso deseas entonces no veo porque no darte un extra para que le enseñes a usar su magia cuando salimos a por algunas cosas. Pero por ahora, debemos de irnos, cuida bien de mi niña.... O te mataré- el susurro casi inaudible de Luciano provocó un escalofrío en la espina de la rubia, ella asintió con lentitud temiendo que un paso en falso podría ser el último en su vida, quizás el intentar chantajearlos no fue buena idea pero al menos ahora tendría dinero extra para mejorar la escuela y eso es lo único que le importaba por el momento y justo ahora, su segunda importancia era la niña que debía cuidar y enseñar cosas académicas y mágicas. Sin duda iba a ser una dura labor.

El dúo no duró demasiado tiempo caminando a la casa del vejestorio que requería de protección, con nervios se quedaron en el portón para que poco después saliera un joven de cabello castaño muy bien arreglado mientras vestía en traje, algo habitual en los mayordomos pero realmente es extraño que alguien tan joven sea uno, a menos claro que haya sido criado desde pequeño para dicha labor.

-Señores, ¿Podría saber qué desean en este lugar?.- El tono de voz del joven pudo haber sido amable y calmado al igual que su rostro en un estado apacible y amistoso, pero realmente para quienes han vivido en la miseria y en el bajo mundo, saben que esa sonrisa prometía una rápida muerte o de un gran sufrimiento si así lo desease. Por desgracia, una gigantesca presión atmosférica ocasionó que el mayordomo sudara levemente, levanto su mirada encontrándose con la mirada de muerte del pelinegro y la sonrisa sedienta de sangre del peliblanco.- Ya veo... Ustedes vienen a matar al señor Millicas.... No dejaré que-

-Aguanta, así que ¿eres su mayordomo y no un asesino?- El pelinegro y el castaño detuvieron lo que sería una batalla para ver al peliblanco, sus palabras fueron estúpidas porque eran obvias, pero nadie dijo nada. Luciano mostró el dije de rubí y el joven castaño se disculpó varias veces.

Los tres entraron en la mansión, el mayordomo era una persona amable y peligrosa pero por desgracia no muy poderoso, o al menos no lo suficientemente poderoso para los hermanos, él chico dijo que solo podía usar magia de luz, pero solo en la ramificación de la magia de fuego. Les contó a los gemelos que él era el nieto del hombre a quien se le fue dada la labor de cuidarlo, y de a quien ellos debían de proteger.

Los dos hermanos comprendían la situación, un solo chico cuidando a su única familia, enemigos que el desconoce queriendo asesinarle y el poder insuficiente para protegerle. Sus únicas opciones eran morir protegiendo lo que ama o pedir ayuda a los aventureros, y era obvio que por su edad no deseaba morir aún.

-¿Cuántos años tienes niño?.

-... Unos dieciséis. Si te preguntas ¿por qué estoy cuidando a mi abuelo?, es debid-

-No nos importa niño, no necesitamos saber de tu vida y mucho menos de tus tragedias.- Con esas palabras ocasionó que el joven se sintiera un poco deprimido además de idiota por contarle sus problemas a alguien más, esto no era como esas historias que leyó en los libros donde las personas que necesitaban ayuda se les daba gracias al protagonista. Era la vida real y debía de aceptarlo sin importar que.

Al abrir una puerta, en el interior de sintió una extraña sensación de sufrimiento y tristeza, dicha sensación aumento cuando el pelonegro observó al viejo postrado en una cama, con máquinas manteniendo convida a dicha persona, la maquina cardíaca con su constante sonido aturdidor y con el suero siendo llevado a sus venas daban una sensación de que la muerte estaba sentada a su lado, esperando el momento que de su último respiro. El hombre de avanzada edad giro su cabeza observando a sus invitados con bastante cuidado, fue entonces que se fijo en el pelinegro, su mirada cambio poco a poco de una tranquilidad a una de asombro e incredulidad.

No hubo tiempo de presentarse.

¡¡BOOM!!

La casa comenzó a ser atacada, el mayordomo intento avisar a los hermanos pero estos ya no estaban, tan rápido como se escucho la explosión ambos desaparecieron en dirección al lugar del ataque. Al llegar solo vieron a un hombre casi de mediana edad vestido de un traje elegante en conjunto con una espada de procedencia francesa, peinado hacía atrás junto a un fino bigote en ambos lados de la parte superior de sus labios. El hombre y los hermanos se veían con bastante seriedad, los hermanos no podían demostrar que magia poseían porque ese hombre tampoco mostró la suya así que Luke saco su espada y Luciano levanto sus puños al aire, aunque también tenga una espada, el sabe que no es necesario contra este enemigo en particular.

El hombre no tuvo tiempo de pensar bien en su estrategia, los hermanos se habían desplazado de donde estaban hasta llegar a casi un metro de distancia de él, levanto su espada sintiendo un pequeño empujón y escuchando la carne ser atravesada. No tuvo tiempo para reaccionar a que empaló o, por lo menos, en regocijarse en asesinar a uno de esos mocosos puesto que una extraña comezón invadió su rostro luego en la cien y posteriormente en su nuca, su visión se torno borrosa mientras que, aún estando de pie, su cabeza caía al suelo al ser degollada por el peliblanco. La última cosa que vio fue al pelinegro, sacando de su cuerpo la espada sin sentir ningún tipo de dolor.

-Que tipo más débil, estoy seguro que ese chico lo hubiera derrotado fácilmente.

-Te equivocas.-Su hermano volteo a verlo extrañado, casi nunca le llevaba la contraerá o mejor dicho, casi nunca decía que se equivocaba en algo - Mayormente porque Luke intenta no hacer mucho para evitar ese regaño - la mirada del pelinegro estaba fija en el cadáver.- El logró leer uno de nuestros movimientos, por eso logro apuñalar me aún con nuestra velocidad, él chico hubiera muerto sin dudarlo.

-¿Dices que somos muy fuertes como para matar a este tipo, pero este tipo es tan fuerte como para poder matar al chico mayordomo? Eso suena raro pero suficientemente creíble.

-Nosotros vivimos en la calle, defendiéndonos una y otra vez de peligros, era obvió que nuestro nivel de poder y de pelea serian abismales, Luke. Ahora camina, hay que ver si el anciano y él están bien.- Luke miro a su hermano, algo no andaba bien y debía descubrir que pasaba. El nunca se comportaba así, el siempre fue alguien dócil y muy serio, ¿será acaso.....? Imposible, no puede pasar, no debería de pasar.

La luz del sol iluminaba el pasillo, el naranja se lograba ver en el suelo y paredes mientras la espalda del pelinegro era vista por unos ojos azules preocupados, la herida que le ocasiono el tipo aún estaba ahí, sin derramar sangre o algo por el estilo pero ahí estaba, una herida abierta, profunda y justamente insertada en el pecho derecho. En su corazón.

El azul de los ojos del peliblanco se tornaron levemente negras antes de volver a ser azules, camino siguiendo a su hermano para poder terminar con la labor con rapidez pero tenía un mal presentimiento y es muy probable que ese presentimiento este justificado.

Entraron a la habitación nuevamente y se encontraron al mayordomo cambiando el suero para mantener hidratado a su abuelo y al anciano mirando con detenimiento la puerta, esperando su llegada. Cuando los vio pasar por la puerta fijo su mirada nuevamente en el pelinegro, sus ojos se humedecían y su labios se separaban para intentar formular alguna palabra. Nada salió de su boca, no sabía que debía decir, ¿o tal vez sí?.

-Es tan bueno verte nuevamente Luciano, tantos años sin vernos ¿no es así?.- El pelinegro retrocedió un poco, no conocía a este señor o al menos el no recordaba conocerlo y tenía una memoria impecable.... O eso cree, lo último que recuerda es despertar de una oscura noche, llovía y le dolía todo el cuerpo. Después de eso una y cada una de las cosas que hacia lo recordaba bien.

-Oye Viejo, ¿Quién eres?- El anciano se sorprendió, no por la forma en la que le llamaron, sino en que Luciano no parecía recordarle, pero suponía que por la mirada que él tenía, le parecía familiar.

- Veo que no me recuerdas, es una pena que no recuerdes a un viejo amigo Luciano, después de todo, ambos vivimos aventuras juntos hace años atrás.

-Espera abuelo, ¿él es aquel niño que rescataste con un aptitud amigable y amistosa con todos?- Volteo a ver a Luciano confundido y este se la devolvió igual o incluso aun mas confundido que él- ¿Por qué ahora parece que puede matar con su mirada?.

-Ni idea, pero reconozco su cara, parece que no cambió en cinco años, eso es gracioso y extraño a su vez. Dime Lucí, ¿aun tienes memoria fotográfica?- Dudo por unos momentos, pero asintió ante la alegría del anciano- Me alegra saber que tu memoria sigue igual de buena como el día en el que te conocí.

-Hermano, ¿no recuerdas quién es?

-¿Debería?- Luciano observo a Luke, su mirada demostraba confusión y extrañeza, por su mente pasaban muchas cosas en ese momento y no sabía que sucedía. Siempre mostró un temple gigantesco y una habilidad para poder estar calmado ante cualquier situación, pero esto si lugar a dudas era algo con lo que se le hacía difícil lidiar.

-No, creo que no. Pero esa es tu decisión.

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La luz de la luna iluminaba la oscura noche dejándole ver al pelinegro por donde pasaba, el bosque podrá ser algo espeso y muy traicionero pero gracias a la luz de la luna y la luz que él desprendía con su magia todo era más fácil, a su lado, totalmente asustado y agarrando la mano del pelinegro se encontraba un niño peliblanco, no parecía pasar de los doce y su magia parecía no haber despertado. Al menos, no aún.

El sonido del crujir de las ramas detuvo al par, el mayor de ellos coloco al menor detrás de él mientras una intensa llama salía de su brazo derecho mientras que en su ojo un extraño glifo de color amarillo se formaba en sus ojos verdes. El crujido parecía provenir de cada parte de como también en ninguna, luego el silenció reinó. No había sonido de nada, no aves, no viento, no animales, solo la respiración controlada del pelinegro y la mas alterada la del peliblanco. Cuando creyeron que el peligro había pasado alguien salió detrás de un árbol.

No podía distinguir su apariencia, pero podía ver que era parecido a la de un brujo o una bruja de las sombras* en su mano llevaba una daga con un extraño grabado que no lograba distinguir, el hombre de la túnica se acercaba con lentitud y sus intenciones eran más que obvias. Buscaba asesinar a ambos.

El pelinegro busco alguna forma de escapar pero no lo había, su única opción era pelear. Preparando su fuego, atacó con una abrumadora cantidad de llamas que fueron esquivadas fácilmente por el brujo de las sombras, el chico tuvo que esquivar un tajo que se dirigía a su traquea y también empujó a su hermano fuera del camino de una lanza hecha de oscuridad. El chico giro su cuerpo y golpeó la parte trasera de la rodilla del brujo ocasionando que se arrodille para que luego le diera un rodillazo tirándolo al suelo, aprovecho el haber tirado al brujo de las sombra para agarrar a su hermano y escapar lejos de ahí.

Con el miedo inundando su mente y el frío golpeando su cuerpo el pelinegro corría con dificultad, el chico corriendo a su lado estaba cansado, y parecía no poder seguir más. Entonces sintió una punzada en su espalda, la picazón y luego el ardor llegaron como adolescentes siendo padres prematuros; Algo inesperado que les hará sufrir, tropezó con la raíz sobresaliente de un árbol y luego cayo al suelo con fuerza golpeándose el rostro con el lodo, podía sentirse cansado y el sueño le estaba ganando y aún así el ardor en su espalda no terminaba ni disminuía..

-¡¡HERMANO!!....- La distante voz del niño le daba una reconfortante sensación al mayor de los hermanos. Una sensación que le traía calma y compresión.... ¿Entonces por qué oía un tono desesperado en la voz de su hermano?.

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Bueno chicos, espero y les haya gustado el capítulo, cuiden se y tengan un buen día, recuerden darle a la estrellita y comentar si les gusto. Use tapabocas y cuiense ustedes y sus familiares banda.


Kitsunemimi: Es el termino al que se refiere la presencia de rasgos de Zorro en un cuerpo humano

Rellicas: Objetos mágicos utilizados para encargos del reino pero mayormente utilizados por los aventureros y gremios para las misiones, estos objetos se transforman en algo totalmente diferente cuando la misión o encargo es aceptada y firmada con una pluma mágica activadora.

Brujas/ Brujos de la sombra: Seres malvados, nacieron con la magia de las sombras y fueron corrompidos por tal poder, buscan poder al absorber la magia de usuarios que posean alguna magia de sombras y también asesinan a sus únicos enemigos naturales, personas con magia de luz y/o sus variables.

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