[1] Luces gemelas

Las dos lunas se alzaban en lo mas alto del cielo cielo azúl oscurecido, dejando a la vista un millar de estrellas y constelaciones que se conectaban entré si. Tanto como estrellas, se observaba también varios planetas en el cielo, eran tan visibles y hermosos, cada uno de un color distinto, algunos de color rojo, otros de uno verdoso. Todo eso, ante la vista de dos jóvenes que estaban tendidos en el tejado de una casa de ladrillos  casi hecha pedazos.

Los dos jóvenes vestían harapos, sus ropas estaban sucias y hecha hilos. No llevaban calzado, y tenían sus rostros totalmente magullados. Pareciese ser que ambos chicos no se llevaban bien con las personas, o las personas no se llevaban bien con los chicos.

Ambos jóvenes no pasaban de los diecisiete años de edad, sus rasgos faciales eran sumamente parecidos, su figura corporal también, pero lo único que diferenciaba el uno del otro eran sus ojos y cabello. Uno tenía cabellera blanca plateada, hermoso ante la vista de algunos, extraño ante la de otros y unos ojos azules cristalinos muy brillantes, el otro; ojos de color esmeralda y cabello de color azabache. Tan oscuro como el negro de un vacío sin fondo y tan hipnotizante como lo es el mismísimo vacío.

Para ambos, el cielo era su única calma de lo malo que era el pueblo y sus habitantes. Nunca tuvieron padres, o al menos no los lograron conocer, siempre estuvieron juntos, solos. Unos marginados en un mundo en el que nadie quería en sus hogares.

El peliblanco levanto su torso de las tejas del tejado, se quedó sentado viendo las luces del pueblo, veía con nostalgia el lugar. Su hermano lo veía, luego miro las vendas en el brazo derecho del ojiazul, dio un largo suspiro y luego miro las vendas en su brazo izquierdo, ambas estaban cubiertas de sangre y empezaban a escurrirse por debajo de las vendas.

-Luke, hay que cambiar nuestras vendas. Otra vez comenzaron a sangrar - El pelinegro llamo a Luke, su hermano solo asintió y se dejo caer del tejado, cayendo con un giro en el suelo. El pelinegro le siguió el paso dirigiéndose a donde al lugar al que ambos llamaban un hogar.

-Luciano, ¿cuándo nos iremos de aquí?. Este pueblo nos va a seguir atacando mientras más nos quedemos -El peliblanco le hablo a su hermano, este lo miró por unos momentos y luego colocó su vista al frente otra vez. Le había dado un mensaje con su mirada, algo que solo ellos dos comprendían entre si. - Ya veo, ¿cuánto nos falta?.

-Alrededor de unas horas, tenemos todos los preparativos, solo nos falta ropa. No quiero que nos confundan con esclavos que escaparon...

-¿Aunque eso es lo que somos?- Luke sonrió levemente con burla, Luciano frunció el ceño y molesto le dio un pequeño golpe en el entrecejo a Luke con dos dedos- Agh, ¡oye casi me caigo idiota!.

El chico de ojos verdes sonrió sintiéndose satisfecho. Lo que Luke decía era verdad, ambos fueron esclavos hace ya varios años atrás, habían asesinado a su amo y se escaparon... Tristemente llegaron a este pueblo del demonio. Ambos hermanos sentían un odio a las personas, esencialmente a los humanos, raza que, desgraciadamente, compartían.

Luciano y Luke habían caminado por fuera del pueblo, rodeándolo para no tener que ver a ninguno de los habitantes o que estos los vieran a ellos. Cuando los hermanos llegaron a la su hogar, vieron lo destruida que estaba, acababa de ser incendiada.

-No.... Nuestras cosas.-Luke hablo con tristeza fingida, luego soltó una risa un tanto fuerte mientras se dirigía a una parte específica de la tierra, con sus manos empezó a cavar y cavar. Cuando término, sus manos estaban sangrando y sus uñas estaban destruidas, en las manos de Luke se hallaba una caja de madera un tanto grande.

-Que suerte que la colocamos ahí, el dinero ya esta listo junto a las armas que robamos de la armería.... Pero, ¿por qué no usaste la pala?

-¿Pala...? -giro su cabeza hacia la dirección que su hermano le acababa de señalar, viendo una pala a pocos metros de él.- Creí que se la habían llevado. Bueno, cosas de las que ya no nos debemos preocupar.

Luciano suspiro ante la imprudencia de su hermano, vio loa vendajes de ambos nuevamente y luego la casa. Ya no tenían vendas, parece que tendrán que hacer otra parada, pero les tomaría demasiado tiempo. A no ser...

-Luke. - El peliblanco movió su cabeza de la caja para ver a su hermano, el tono de voz de Luciano era serio, Luke se asustó un poco pero al ver su expresión relajada dejo de temer. - Nos separaremos, busca ropa, yo me encargaré de buscar vendajes para.... Para nosotros.

-Claro hermano, suerte- El de ojos esmeraldas sonrió y comenzó su camino en dirección al pueblo, probablemente ya eran más de las doce de la noche, lo que significaba que los pueblerinos estaban dormidos. Su oportunidad para robar las ropas y vendas y luego irse del lugar sin que nadie los vea.

Luke también comenzó su misión; "Buscar ropa y zapatos para no morir de frío o que sus pies queden destruidos por el suelo"... También debía buscar una manera de acortar el nombre, pero eso ya no era su problema. Con agilidad y habilidad, el peliblanco se movió por las oscuras calles del pueblo, él nunca le dio importancia el nombre de esté, pero según sabia se llamaba "Braskli" era un nombre similar a la criatura Braskiling.

Los Braskiling eran criaturas  nocturnas, no median más de un metro veinte y cazaban en manadas, su fuerza es comparada a la de un niño pequeño de ocho años, por eso cazan en manadas para compensar su fuerza. Poseen unos dientes y garras capaces de desgarrar el metal mas fuerte. Tenía piernas invertidas, parecidas a la de los caballos pero con escamas en ellas. Su hocico era corto y tenía una melena, normalmente de un color grisáceo. Estás criaturas normalmente se le asemejan a los velociraptors de la era antigua, y muchísimo antes del cataclismo mágico.

Luke leía las leyendas en lo que antes era su hogar, siempre tenía libros de cada lugar que visitaba. Ahora no tenía nada, pero las leyendas eran hermosas y muy extrañas.

Se decía que mucho antes de la magia, las personas tenían algo que llamaban "Electricidad" también en los libros habían relatos de que solo existía una luna. Como también de que la gente se transportaba en unos pedazos metálicos con cilindros de caucho debajo de está. Lo llamaban "Vehículos" un nombre muy extravagante según Luke.

Ahora que recordaba, Luciano siempre le decía que se concentrara cuando están haciendo algo. Y ahora mismo estaba irrumpiendo en una casa para obtener ropa, no debía fallarle a su hermano. No quería que se sienta decepcionado de él.

Luciano había llegado al consultorio del doctor en el pueblo, se aseguró de llevarse todo lo que necesite pero sin llevarse de más. Que los pueblerinos los odien no significa que deban ser unos malditos idiotas también.

Tenía vendas, alcohol, aguja e hilo por si le era necesario. No sabía que mas llevarse, ¿analgésicos? Probablemente los requiera o tal vez no, pero nunca esta de más el ser cuidadoso. Algo que debía ser casi todo el tiempo viviendo en ese pueblo mientras cuidas que tu hermano no haga nada lo suficientemente estúpido.

CLANK

El sonido de una bandeja de metal cayendo al suelo hizo que Luciano girara con brusquedad, detrás de él estaba una niña pequeña no mayor de diez años de edad, el pelinegro no reconocía a la niña de ninguna casa, probablemente porque sus padres no la dejen salir.

-Señor.... ¿Qué esta haciendo?- la voz de la pequeña tenía una melodía dulce, inocente ante los oídos del mayor pero eso no lo interrumpió de guardar todo en una mochila que estaba colgada en la puerta y luego colgarla en su hombro.

La niña le dio espació a Luciano para que pasase, pero aún así comenzó a seguir al pelinegro. La niña no parecía tener problemas con Luciano, cuando normalmente siempre que pasaban por la calle los niños se asustaban y se alejaban con un pavor inmenso.

-Ve a tu casa niña, no es hora para que una niña de tu edad este a estas horas en la calle...- La voz de Luciano hizo temblar levemente a la niña, hasta ahora no se tomo la molestia de verla bien. Quizás lo mejor sería hacerlo.

Giro su cabeza donde estaba ella, la chica era de una cabellera verdosa un poco oscura, unos ojos verdes también pero no tan intensos como los de Luciano, su cara tenía bastante suciedad y vestía con una hermoso vestido blanco puro.... Un vestido de esclavos.

-No poseo una casa señor, mi amo me abandono en este pueblo hace un par de días. Cada que intento encontrar un nuevo hogar las personas de adentro o me sacan a patadas, o empiezan a tocarme en lugares extraños... Siempre escapo cuando eso último pasa.

....

El silencio reinó en el lugar por dos minutos. Dos minutos en los que Luciano veía a su hermano y a el mismo en ella. No podía llevársela, no sabrían como cuidarla ni mucho menos si sobreviviría al caminó.... Desgraciadamente, tampoco podía dejarla aquí. Él sabía lo difícil que iba a ser conseguir comida sin tener que vender su cuerpo a mujeres y hombres por igual, y no quería que una niña pequeña pase por eso.

-Camina.- No hubo más palabras, la niña muy entusiasmada comenzó a seguir al pelinegro. La peliverde en todo lo que iba del trayecto se la pasaba preguntando todo tipo de cosas, tarareando una melodía o simplemente viendo con mucha curiosidad los vendajes en el brazo de Luciano.

-¡Señor, señor!. ¿Qué le sucedió a su brazo?- Luciano miro nuevamente su brazo vendado, luego miro a la niña y siguió su caminó. La niña, molesta, infló sus cachetes mientras de sus labios se producía un "Mooo".

Luciano retuvo una pequeña risa debido a lo tierno que había sido la acción de la niña peliverde. - ¿Qué tal si me dices tu nombre? Así al menos sabré a quien voy a cuidar junto a mi hermano.

-Oh.... B-bueno...-la niña de ojos verdes comenzó a jugar con sus dedos un poco nerviosa, Luciano estaba empezando a creer el porqué de su nerviosismo- N-No poseo uno. Normalmente me llaman esclava, niña, sirvienta o cosas por el estiló.

-.... Bien, deja pienso en un nombre mientras vamos con mi hermano.- Cuando iba a caminar fue sorprendido por el agarre en su mano. Al voltear su vista se encontró con la niña, le sujetaba la mano con fuerza mientras sonreía muy feliz. Parece ser que había algo que debía proteger además de a su hermano.

Luke por su parte, estaba llevándose toda la ropa que podía y de paso, el dinero también. Llevaba varias mudas de ropas para algunas semanas, pobre de los idiotas, les estaba quitando todas sus pertenencias.

-Con esto es suficiente, lo mejor será que me reúna con Luciano- Mientras salía por la ventana se detuvo unos momentos, volteo su mirada en dirección del hogar que allano. Ahí vivía el peor de todos, un maldito que siempre se la pasaba golpeándolo, era una suerte que su hermano siempre llegara a salvarle... ¡Su hermano!.

No podía quedarse mucho más, tenían un plan y no podía fallarle a su hermano. No volvería a fallarle otra vez, no se lo permitiría.

Bajo del tejado de la casa y salio disparado en donde se debían reunir Luciano y Luke. mientras corría se puso a pensar en todas las leyendas que había leído en sus libros sobre la era antes del cataclismo mágico.

Supo que el color del cielo era muy diferente al que es ahora, también que en la noche no se podían apreciar las estrellas como se hace en estos momentos. Solo unas pocas estrellas se veían en el cielo en ese entonces, ¿sera qué se escondían de las personas? Si era así ¿Qué hizo que dejaran de esconderse?. Eran misterios que el joven peliblanco nunca logro descubrir, pero que le encantaría descubrir.

[…]

Luke había llegado a donde se debía de reunir con su hermano. Era cerca del bosque del "Tronko", se le llamaba así debido a que una criatura parecida a un caballo con astas afiladas. Tenía plumas en las patas traseras y ojos de reptil, este tipo de animal normalmente es dócil con todos mientras no le molestes. Sino tomas esa advertencia... Bueno, es probable que te unas a los espíritus.

Luke había llegado antes que su hermano, era extraño debido a que Luciano siempre era puntual y estricto cuando se trataba de llegar a un lugar a tiempo. Su preocupación por su hermano no duro demasiado, a la lejanía logró escuchar su voz junto con la de una... ¿Una niña?.

-¿¡Entonces mi nombre sera ese!?- La peliverde con bastante emoción grito, Luciano parecía un poco irritado por los gritos, pero no tenía el valor o las ganas de decírselo a la niña.

-Si, ya te lo dije, ese sera tu nombre ahora. Mira, es mi hermano, que no te intimide, su idiotez es mas grande de lo feo que es.

-¡Hey!, ¡Te escuché idiota!.

-Ese era el plan.... Ahora, sigamos. Para mañana en la mañana llegaremos a las afueras del bosque Tronko, y te aseguró que no tengo deseo de quedarme cuando se enteren que les robamos a esos idiotas.

Luciano iba a comenzar a caminar, pero fue detenido por su hermano. Ambos se quedaron viendo unos momentos y luego miraron a la niña, el pelinegro suspiró con fastidio y asintió. La niña estaba un poco confundida, ¿Qué es lo que acababa de suceder? Y ¿Por qué Luciano se acercaba a ella?

-Bien, Luke, ella es Eliza. Nuestra nueva compañera de viaje, Eliza fue abandonada por su anterior amo al no verle ninguna utilidad.- la nombrada Eliza, se encogió un poco donde estaba, la vergüenza de no ser de utilidad para alguien le molestaba un poco. Esperaba en algún punto ser de utilidad para sus nuevos amigos y compañeros de viaje.

-Bien hecho, si nos quedamos sin comida la vendemos....-La cara de Eliza palideció mientras las lágrimas empezaban a salir de sus ojos. Luego su cara se torno sorpresa al momento en el que Luciano le dio un golpe a Luke en la cara.

Luke se reía un poco estando en el suelo, adolorido pero muy feliz de hacer bromas. Aunque cree que tal vez deba bajarle un poco el tono a sus "Chistes". Luciano cargo a Eliza y la reconfortó un poco, cuando dejo de llorar el pelinegro pensó que lo mejor sería que durmiese un rato, así que la dejo en sus brazos para que durmiera por un rato.

-¿Donde la encontraste? Su ropa esta sucia y un poco maltratada... ¿No creerás qué...?- Luke no quiso terminar de preguntar. No creía que sea bueno hablar sobre ese tipo de cosas, no le gustaba hablar de eso.

-No te preocupes, nadie llego a hacerle eso. Ella me dijo que normalmente era utilizada en los quehaceres del hogar, no más de ahí. Por lo que creo que nunca llegaron a hacerle algo.

Luke suspiro tranquilo, ahora podían seguir el camino sin problema. Ya llevaban un gran rato en el interior del bosque, los animales silvestres los observaban. Veían a los intrusos de lo que ellos podrían llamar — Si es que pudieran hablar — un hogar para sus crías y cachorros.

¡GRRR!

Los hermanos detuvieron su avance, el sonido de una bestia los puso en alerta, significaba que estaban siendo cazados. En otro momento podrían no darle importancia, pero el tener a una niña junto a ellos causo que se pusieran en total alerta.

Los segundos pasaban, transformándose en minutos. Minutos que se sintieron en horas debido a la tensión que se percibía en el aire, comenzaron nuevamente su recorrido con cuidado para poder escuchar los pasos del depredador, no podían detenerse pero tampoco podían llamar mucho la atención. Cada paso podría ser el último si no tenían cuidado.

El sonido del viento chocando con las hojas de los arbustos confundían el rastro de la presa, pero también era un arma de doble filo, los hermanos no conocían la ubicación exacta de la criatura. Estaban expuestos ante un ataque sorpresa y no podrían usar su magia para salvarse.

Magia, la magia de los hermanos era especial, pero no única. En este mundo mágico habían varios "Árboles" de magia, el término "Árboles" se les atribuyó a la magia principal y a las derivadas de la magia principal fueron llamadas "Ramificaciones". Entendible incluso para niños menores de seis años de edad.

La magia de los hermanos eran opuestos, pero ambos tenían una magia principal, y por lo tal, podían utilizar las derivadas de sus clases. Luke nació con la magia de las sombras, aquella magia que tiene mas poder en la noche y en espacios oscuros. Se dice que la mayoría de los magos de las sombras terminaron enloquecidos por su poder o murieron intentando controlar la oscuridad misma. Luciano temía por la vida de su hermano, pero sabia que estando junto a él todo saldría bien.

Luciano tenía la magia de la luz, magia pura, magia que daba esperanza a las personas necesitadas. Magia que se usaba para eliminar a seres malditos o simplemente... Iluminar. La magia de la luz es mucho mas fuerte en el día pero alcanza su punto mas poderoso al medió día, al igual que su contraparte la magia de sombras pero siendo en medio de la noche. De los magos de la luz casi nunca se han oído, se dice que casi nunca se encuentran magos de este árbol, pero Luciano y Luke creen que es algo estúpido, todos los días nacen miles de personas, es muy probable que nazca un portador de magia de luz.

Las otras dos ramificaciones de la magia son la magia espiritual y la magia espacial. La última es la menos prospera en encontrarse, las leyendas dicen que cada usuario de la magia principal del espació desaparece cuando despierta dicha magia y nunca mas se vuelve a saber de dichas personas. La magia puede despertar en cualquier momento de la vida, de bebé o de viejo, después de nacer o incluso antes de morir. Nunca hay una razón por la que la magia despierte de forma específica, sólo ocurre, es un evento que los mas grandes magos, médicos y científicos aun no comprenden.

Luciano se había distraído pensando sobre la magia de su hermano y la suya, tanto así que no vio al animal que salto de un matorral de flores para atacarlo. Por suerte, su hermano sí.

La criatura no logro llegar al pelinegro y a la peliverde por mera suerte. Luke había manipulado la sombra de su hermano para golpear con fuerza al animal, cuando esté aterrizo derrapando el suelo se logro apreciar sus cualidades. Era una especie de bestia de cuatro patas, color verdoso con franjas azules y una melena verde más clara con una cola que se asemejaba a una tenaza de escorpión. Ojos rasgados como los de un felino y dientes muy afilados seguramente. La mala suerte de los hermanos atrajo a una "Mangragor", una bestia que era temida por sus filosas garras, dientes y peligrosa cola.

Luciano se alejo dando un salto y se colocó justo al lado de su hermano, poco después. De su mano salió un glifo con la forma de un rayo, de ese glifo un relámpago fue lanzado a la criatura, que lo esquivo saltando a un lado. Cuando el Mangragor colocó su vista nuevamente en loa hermanos, no encontró nada, los hermanos habían aprovechado el hechizo de rayo para generar una distracción y con ayuda de Luke usaron las sombras para poder esconderse ante la vista del depredador.

El pelinegro y peliblanco corrían con todas su fuerzas intentando alejarse lo mas posible de su cazador, no tenían el tiempo ni la necesidad de tener que asesinar al Mangragor, debían salir del bosque pero si ese Mangragor regresaba.... No dudarían nuevamente en asesinarlo. Eliza estaba dormida, el ajetreo no logro despertarla por mera suerte, los hermanos se dedicaron una mirada, luego con un asentimiento ambos fueron por caminos separados del bosque. Pero yendo a la misma dirección.

Poco mas de unos minutos, Luke escucho el sonido de las ramas partiéndose por la presión, aceleró el paso pensando que era el Mangragor. Cuando por fin se detuvo, estaba en el medió de un claro en el bosque. Esperando al depredador para cazarlo.

Cuando el Mangragor saco su cabeza del matorral en el que se escondía, comenzó a rodear al peliblanco, viéndolo y él viendo al animal. Era un momento tenso, el movimiento principal era bastante importante y no podían dejar que cada uno lanzara su ataque primero, pero para el animal fue demasiado tarde en entender que había caído en la trampa de los gemelos.

Usando la luz que la misma luna les proporcionaba, Luciano salió de las sombras de su hermano —Junto a Eliza que seguía dormida— y moldeo una lanza de luz con la que atravesó el costado de la bestia. El Mangragor intento atacar a Luciano para quitarse la lanza de luz de encima, pero no se espero que Luke también lo empalara con una lanza hecha de sombras. Ambos hermanos alzaron a la criatura, Luciano con dificultad al usar una mano y Luke con esfuerzo para evitar que ambos sean atacados por la cola de pinza.

Del suelo, una lanza mucho mas grande salio de la sombra del mismo Mangragor, la cual atravesó al animal con fuerza, salpicando de sangre el aire, mientras las vísceras se enrollaban en la obscura lanza para que esta desaparezca y el Mangragor golpee el suelo con fuerza.

-M-Mm... ¿Q-Qué pasa? ¿Por qué tanto movimiento? - Eliza se frotaba los ojos con cansancio, el sonido y movimiento la termino despertando al fin.

-Lamentamos despertarte, tuvimos una complicación...- Luciano señalo con la mirada al Mangragor, cuando Eliza lo vio abrió sus ojos sorprendida, habían asesinado a una bestia que era sumamente peligrosa, ellos dos solos.- No realmente, El Mangragor creyó que podía vencernos con facilidad. Por lo que aprovechamos su confianza en su contra... Hubiéramos muerto.

-Venga ya, no asustes a la niña hermano. Y date algo de crédito, logramos vencer a la bestia mas peligrosa de estos lares.- Luke sonreía con diversión, pero prontamente ambos hermanos cayeron de rodillas mientras se agarraban de su brazo vendado.

Eliza se asustó ante la repentina muestra de dolor que los gemelos demostraban, cuando vio los vendajes de los hermanos se encontró con un líquido negro saliendo del brazo de Luciano y un liquido totalmente blanco del brazo de Luke, se apreciaban que ambos líquidos eran totalmente viscosos y espesos. Tan espesos como la sangré.

-¿¡Q-Qué está pasando!?- Eliza se acerco a Luciano, siendo este el más cercano, sólo para ser frenada por la mano del nombrado. Ambos hermanos se levantaron mientras se mordían el labio para resistir el dolor, luego miraron a la niña que estaba confundida.

No le dirigieron ninguna palabra, Luciano agarro con suavidad la mano de la niña y comenzaron a caminar otra vez.

.....

Del cadáver del Mangragor dos extraños líquidos comenzaban a salir de él. Un líquido era blanco y el otro era completamente negro, los líquidos comenzaron a apresar a todo el cadáver hasta que no quedara nada. Luego, el líquido se evaporó en el aire en una nube de humo blanca y negra.

Donde estaba el Mangragor, solo yacía la marca de algo que había ejercido peso en el lugar mientras dos luces: una blanca y otra negra se iluminaban y luego se apagaban dejando el lugar desolado, sin rastros y con la hermosa luz de la luna dando ambientación a lo que ahora era un lúgubre y tenebroso lugar.

[…]

La luz del sol comenzaba a salir del horizonte. Y con ello, los gemelos y la niña salían del bosque, hubiera tomado más tiempo, pero la ayuda de Luke usando las sombras para esconderlos de otros depredadores fue de bastante ayuda, lo suficiente como para no tener que tomar otro desvío como con el Mangragor.

Eliza estaba un poco preocupada, cada que los hermanos usaban su magia estos producían muecas de dolor, no comprendía porque, y cada que intento averiguarlo en el transcurso de la noche era simplemente ignorada solo para poner otra pregunta en su lugar o preguntarle si estaba cansada. Había algo que los hermanos no querían decirle, y eso le preocupaba.

Caminaron por otro rato más, pero se detuvieron frente a un río, más adelanté estaba una pequeña ciudad, los hermanos descansarían un poco y repondrían sus vendajes. Cuando estaban a nada de hacer esto último, se fijaron en la niña que los acompañaba, no querían que nadie viera lo que les sucede pero parece que las cosas no estaban a su favor en esos momentos.

-Eliza, queremos que no digas nada de esto. Lo que verás es un secretó, si alguien más lo sabe es probable que.... Que nos cacen.

La peliverde se asusto ante ese último detalle, pero la intriga del saber porque tanto apegó a que nadie tuviera que conocer el secreto de los hermanos la atrapo. Asintió con un poco de miedo, pero cumpliría su promesa, lo debía por dejar quedarse con ellos.

Luciano asintió y fue el primero en comenzar a quitarse las vendas de su brazo, siendo seguido inmediatamente por su hermano Luke. Cuando las vendas cayeron a la tierra, Eliza estaba aterrada, lo que sus ojos captaban era sumamente imposible de que ocurriera, a menos que hubieran sido maldecidos.

Luciano asintió, sabiendo los pensamientos de la niña. Alzo su brazo, mostrando a una incontable cantidad de ojos humanos y de animales en ella que parecían tener consciencia propia puesto a que estas se movían de un lado a otro... Luego se fijaron en la niña.

Los ojos, uno y cada uno de ellos, empezaron a sangrar, chorreando una gran cantidad de sangre al suelo mientras seguían fijos en la niña, Eliza no pudo contener el revuelo de su estómago y vomito lo último que había digerido hace varios días atrás, era una escena asquerosa.... Ambas escenas.

-Mi hermano y yo fuimos malditos hace bastantes años atrás, cada que alguien nos veía sin las vendas nos llamaban asquerosos, nos insultaban incluso una vez nos vendieron como esclavos. Nos quitaron nuestra dignidad, nuestras posesiones y nuestra libertad, no teníamos nada más que a nosotros mismos, y todo porque simplemente tenemos ojos en uno de nuestros brazos. 

Luciano hablaba con molestia mientras observaba su brazo, Luke abrazo sus piernas sintiéndose arrepentido y muy mal por alguna razón. Dicha razón era ser el causante de la maldición que a ambos asediaba.

-L-Lo comprendo... Pero ¿Por qué fueron malditos?, ¿Qué fue lo que causo la maldición?- Luke iba a responderle a la niña, pero el pelinegro puso su mano en los labios de su hermano, evitando que hablase de ese tema. Luego miro a la niña y negó, la peliverde comprendió el mensaje "Tema delicado"- Comprendo, intentare no hablar de ese tema hasta que vean que es hora de contarme lo.

Los gemelos sonrieron con cariño y empezaron a echarse alcohol en la herida, haciéndolo de manera errática y sin cuidado. Eliza vio esto y los detuvo, agarro el alcohol de ambos y comenzó a tratar las "Heridas" que poseían en sus brazos. Los ojos comenzaron a blanquear se, hasta quedar totalmente en blanco y posteriormente a eso, volvieron a la normalidad. Dejando de sangrar.

Eliza no dejo que los hermanos se trataran la maldición, no sabía como no habían perdido un brazo ante el mal cuidado que le daban. Pero estaban ahí, vivos y con unos brazos que parecían estar a nada de pudrirse.

Después de limpiar completamente los brazos, empezó a vendar los, no dejando ningún espació libre por el que se puedan ver los ojos. Después de vendar todo el brazo de ambos hermanos estos mismos estaban listos para partir pero fueron detenidos nuevamente por la niña.

-Alto ustedes dos, aún no término. Digan me, ¿Cuánto falta para que la maldición les haga efecto...? -Luke y Luciano la miraron con tranquilidad, podían observar la preocupación en su voz y en su mirada. Los hermanos no podían mentir le, aunque la respuesta tampoco es la que necesite ahora mismo.

-No tenemos idea, solo sabemos que hará efecto algún día. Los efectos secundarios se activan una vez cada tres semanas, pero luego de ahí no más- Luke soltó una pequeña risa nerviosa, no mentía, no sabía cuando haría efecto la maldición, solo sabía que lo haría algún día de éstos.

-B-Bueno... Con los efectos secundarios podría ayudar...- Las palabras de Eliza confundió a ambos, pero cuando vieron una luz morada emanar de sus brazos y de las manos de la niña, lo comprendieron. Magia tipo espiritual "Sanación del alma" la chica tenía una magia increíble para cualquier poseedor de la magia tipo espiritual. La "Sanación del alma" le daba al usuario la capacidad de restaurar cualquier herida sea suya o no, pero sin la capacidad de poder restablecer órganos o extremidades. Una magia muy útil para los hospitales y para las criadas que se dedican a cuidar de ancianos. ¿Cómo alguien la pudo desechar siendo tan valiosa?.

-Vaya... Muchas gracias, esto hará que la maldición quede dormida por unos meses más.... Te lo agradezco mucho Eliza- Luciano le regalo una hermosa sonrisa mientras acariciaba el cabello de la niña, la peliverde en cambio se sonrojo un poco por el cumplido y la muestra de cariño paternal hacía su persona.- ahora, vamos a esa ciudad.

Luke, Luciano y Eliza se levantaron de donde estaban, Los hermanos se cambiaron de ropas para estar mas presentable y pensaron en comprarle algo a la niña estando allá. La peliverde agarro la mano de Luciano, y la apretó con un poco de fuerza, los nervios la estaban atacando y el pelinegro lo sabía.

Él también apretó la mano de la asustada niña para que la viera, los verdosos ojos chocaron, Luciano le brindo tranquilidad a la niña con su mirada y la peliverde lo comprendió. 'Estarás a salvo a partir de ahora. Nada malo te pasara mientras estemos contigo.'

Y sin más problemas, los tres emprendieron su rumbo a la pequeña ciudad.

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5077 palabras, y solo para el primer cap de esta hermosa(?) historia. Recuerden comentar y votar si les gusto, cuiden se banda.

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