3. Hold me tight.

Abandoné el reto, pero seguiré publicando one shots por acá lol

Protagonistas: Todoroki Shoto y Midoriya Izuku.

Advertencias: Ambos son héroes profesionales, grandes mis hijos. Y sí, hay romance, y fluff, porque amo el fluff.

Palabras: 1379.

El tiempo dentro de la UA de por sí ya había sido difícil, con sus vidas en peligro desde el primer año, pero los chicos ya sabían que una vez llegaran a convertirse en héroes profesionales, toda esa carga sería mucho mayor. Ahora estaban en sus veintes, la clase A se repartió en distintas agencias alrededor del país, pero a pesar de los horarios recargados, muchos todavía se encargaban de hacer explotar el chat grupal.

Izuku terminó en la que alguna vez fue agencia de Nighteye, ahora Mirio había ascendido, y junto con Centipeder la dirigía. Eran pocos héroes a comparación de otras agencias, pero el ambiente era agradable, parecido a una familia con el pasar del tiempo, el cual a veces parecía ir realmente rápido.

Eso pensaba ahora, mientras se encontraba admirando la ciudad y el suave color ámbar que la teñía; estaba amaneciendo y acababa de terminar su turno nocturno. Esa noche no estuvo tan agitada como otras, solo un par de persecuciones y arrestos, sus músculos fatigados agradecían la poca acción. Podría descansar todo el día hasta mañana, que le tocaba un turno diurno.

— ¿Todavía no va a casa? —Le pregunta una voz suave a sus espaldas, es Araki, una de sus compañeras más recientes. Acaba de llegar para cambiarse a su traje e iniciar su día, y observa a Izuku con una pequeña sonrisa amable—. Debería ir a descansar, senpai, la semana fue muy estresante.

—Ya me iba, solo tomaba un respiro.

Se inclina para hacerse con su mochila de ropa sucia antes de dirigirse a la salida. Choca las manos con su compañera en un corto saludo antes de despedirse, y cuando sale del edificio, una brisa fresca le da la bienvenida. El otoño ya está llegando.

Las calles poco a poco van tomando vida, a medida que Midoriya avanza hacia su departamento. Su cabeza está recargada contra la ventana del autobús, intenta enfocar su mente en no quedarse dormido para no perder la parada, y se recuerda a sí mismo que debería llamar a su madre más tarde. Los últimos días fueron tan atareados, que sus horarios libres no eran adecuados para llamarla, no sin despertarla en plena madrugada.

Con los ojos sintiéndose secos, observa la pantalla de su celular. Son pocos los chats que estuvieron activos recientemente, el más ruidoso es el de sus ex compañeros, quienes llevan meses intentando organizar una reunión, sin mucho éxito. Decide no leer los mensajes de ese chat ahora, no tiene tiene cabeza para captar tantas palabras.

Está a punto de salir de la aplicación cuando un nuevo mensaje llega, es de un chat privado.

Hola.

¿Despierto tan temprano?

No contiene la sonrisa que se le forma al ver de quién se trata, un calor agradable se expande por su cuerpo, hace que olvide que está con camiseta de mangas cortas y un pantalón de tela fina con este clima.

Buenos días, Todoroki-kun!

Acabo de terminar mi turno, ¿y tú?

Le echa un vistazo rápido a su camino, para fijarse si estaba cerca de su destino, y vuelve a mirar el chat. El contrario está tecleando una respuesta ahora mismo.

Tengo el día libre, desperté temprano por costumbre.

¿Día libre? Vaya, no recordaba la última vez que Todoroki aceptó tener uno. Incluso estando colapsando, no se tomaba días libres por gusto. ¿Habrá pasado algo?

Estaba por preguntar si se encontraba bien, pero el otro chico ya había enviado otro mensaje.

¿Estás yendo a casa ahora mismo? Debes estar cansado, Uraraka-kun me contó lo que pasó en tu zona esta semana.

Teclea rápido una respuesta diciendo que estaba bien, y añade de inmediato el tema de si Todoroki estaba bien. Luego se apresura para dirigirse a la salida del bus, ya estaba llegando a su parada.

A medida que se acerca a su edificio, puede sentir que su cuerpo adquiere más peso, tal vez porque estaba acercándose a su cama y solo quería echarse a dormir en ella todo el día. Ya comería cuando despertara, en este momento no tenía ganas de cocinar, por más de que su estómago estuviera hambriento.

Tanto que estaba alucinando un delicioso aroma al ingresar a su departamento. Se sacó los zapatos pensando que su cerebro lo torturaba recordando los desayunos completos que llevaba mucho sin comer, pero cuando entró y notó las luces encendidas, se dio cuenta de que no estaba imaginándolo.

La persona que estaba en su cocina apagó la hornalla y se giró hacia él, pasando las manos por un trapo para limpiarlas. Un pequeño rubor apareció en el rostro de Todoroki, ahora tímido y con aire apenado.

—Sé que no está bien entrar a hogares ajenos sin permiso, pero supuse que no ibas a comer bien, y lo necesitas.

Apenas Izuku sale de su estupor, también se sonroja, tocado por el gesto del chico. ¿De verdad viajó desde su propio hogar solo para prepararle comida decente? ¿Merecía a Todoroki Shoto en su vida?

—No te preocupes, por algo tienes una llave —lo calma con una sonrisa, baja su mochila y camina hacia el aún avergonzado Todoroki en medio de la cocina—. Me sorprendiste, ¡en el buen sentido!

Ahora una expresión aliviada y feliz se extiende por el rostro de Shoto, quien hace un gesto hacia la comida dispuesto a proponer sentarse ya, pero se queda mudo cuando es rodeado por los brazos del contrario. La ropa de Izuku se siente fría, pero su piel está cálida, y puede percibir olor a shampoo en él, tomó una ducha ya en la agencia. Seguro planeaba plancharse en la cama apenas llegara, se alegra de haber venido para asegurarse de que comiera.

—Te extrañé tanto —murmura en su cuello. Ahora Izuku es unos centímetros más alto, y su contextura más grande que la de Shoto, así que este tiene su nariz enterrada en el hombro del pecoso, mientras lo abraza por la cintura.

—Yo igual.

No es como que hayan formalizado algo, se veían poco, por un corto lapso de tiempo. Pero ambos eran conscientes de que no eran solo amigos, y que el cariño era mayor a eso, lo cual era suficiente para el par.

No estaban seguros de cuánto tiempo llevaban abrazándose, pero se separaron porque el estómago de Izuku exigía alimento.

Más tarde, ya satisfechos, se dirigieron a la cama de Midoriya, quien se desplomó como un muñeco. Se aferró al torso de Todoroki como no hacía desde hace meses, y su mano trazó caricias en el abdomen de este, incluso llegando a colarse debajo de su camiseta.

Shoto se sintió acalorado, pero no era momento para eso, no cuando Izuku parecía saco de boxeo recién apaleado, por lo agotado que se le veía. Aunque, las caricias no le molestaban, estaba muy a gusto cuando Izuku lo besaba y tocaba así. Hacía que se sintiera bonito e importante.

Los ojos verdes y entrecerrados captaron algo bajo la camisa medio levantada, por lo que terminó de subirla por el torso del contrario, hasta su pecho. Frunció el ceño, enfocando la vista en el gran moretón que se extendía por su costado.

—Se ve peor de lo que es —dice Todoroki, antes de que preguntara—. Un villano tenía un quirk parecido al de Kirishima.

Asiente, siseando entre dientes mientras sus dedos pasan con delicadeza alrededor de la piel morada. Odia que Shoto se lastime, pero así es el estilo de vida que ambos eligieron, aunque le gustaría estar allí para evitarlo.

El par de ojos bicolores se agrandan cuando siente unos labios posarse en su costado, Izuku está besando toda la zona con parsimonia, como si tuviera todo el tiempo del mundo para adorar todo el cuerpo de Todoroki con sus labios.

—Deberías dormir —le recomienda, pero es débil porque tampoco quiere que se detenga, y eso lo avergüenza un poco.

—Ya voy.

—Midoriya...

Un último beso es posado justo en medio del pecho pálido antes de bajarle la camiseta, vuelve a acomodarse como el inicio, como si fuera que no acaba de descolocar por completo a su visita. Shoto se queda quieto, colorado hasta las orejas.

— ¿Seguirás aquí cuando despierte? —Ronronea el de cabello verde.

—Me iré en la noche.

—Genial.

Terminan dormidos al poco tiempo, abrazados como si estuvieran a punto de perderse el uno al otro. Pues así se sentía cada vez que tenían la oportunidad de estar juntos, eran conscientes de que todo encuentro tendría un fin, y el siguiente encuentro era incierto.

Pero ahora al menos podían disfrutar de la calidez del otro hasta que terminara el día.


Te lo dedico, mi preciosa Catita uwu mysticath

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