en el cual taegyu y jaywon se casan.
vamos a pretender que en corea ya es legal el matrimonio igualitario, ¿oki? tampoco lo he editado, spare me.
—¿Que quieren que yo qué? —cuando Hyunjin les abrió a Taehyun y Beomgyu las puertas de su casa, jamás imaginó que le saldrían con un tipo de propuesta un tanto... inesperada.
El rubio los observó, su amigo y su novio mirándose entre ellos. El pelirrojo codeó a su novio provocando que este tragara saliva algo ¿nervioso? ¿Esa era la palabra? Algo raro viniendo de Choi Beomgyu ya que el tipo difícilmente se tomaba algo en serio. Era juguetón y bromista y el indicado para aligerar momentos de tensión; no obstante, en ese momento se estaba aferrando a la mano de su chico.
Podría decirse que Kang Taehyun era lo único que alguna vez se había tomado con seriedad.
—Necesitamos dos testigos, uno para mí y uno para Tyun. —carraspeaba el castaño a la mitad de la oración.
El menor de los Choi los miró incrédulo y con los ojos entrecerrados, cuestionando no sólo su nerviosismo sino también el favor que le estaban pidiendo. Perdónenlo, pero si su par de amigos, conocidos por meterse en problemas que algunas veces rozaban a lo legal, tocaran algún día a su puerta y le pidieran de favor que él y su novio los acompañaran al Registro Civil sin especificar el motivo, con mucha razón se tomaría unos cuantos segundos para pensar en que se estaba metiendo.
Más con sus padres diariamente recordándoles que debían comportarse y evitar meterse en problemas ya que, con Yewon y Yeonjun en Australia, finalmente los habían presentado como los futuros herederos al público. Bueno, técnicamente no habían tenido de otra. Cuando Jung dio su declaración en el tribunal, antes de que lo metieran a la cárcel, maldijo en mil idiomas a su hija, a su nieto, al hijo del marica de Seokjin, al hijo de los dueños de CROWN Labels y al resto de personas en la operación; el juicio había sido transmitido en línea por lo que no fue difícil para la gente unir los puntos y descifrar quién era el hijo de Choi Seokjin y quién era el hijo heredero de su competencia. Fue todo un escándalo y, por la seguridad de sus hijos mayores, los Choi no dieron una declaración afirmando los hechos hasta que esos dos estuvieron fuera del país.
El primer año fue un desastre; Yeji y Hyunjin no podían salir solos, necesitaban guardaespaldas para ir a todos lados al igual que sus otros padres. Finalmente entendieron que la razón por la que nunca habían sido presentados al público; sus padres tenían enemigos, gente como Jung que deseaba ver su empresa arder, y tal vez no eran muchos, pero sí suficientes para que tuvieran miedo. Ya a la mitad del segundo año todo el revuelo por la situación fue muriendo, otros escándalos tomaron su lugar y pudieron sentirse más tranquilos: Hyunjin podía salir más con su novio, Yeji se daba la libertad de ir y venir a la empresa o ir a citas a ciegas, básicamente pudieron volver a la normalidad.
Pero igual les pegaban un ojo para que no metieran la pata y no volvieran a estar bajo el foco de la gente.
—¿Testigos para qué exactamente? —se cruzó de brazos el rubio.— Porque no puedo volver a testificar si el idiota de tu novio se volvió a meter en pleitos con los trabajadores de un restaurante.
Kang lo miró con cara de pocos amigos.
—Me tocaron el culo, hyung.
—Y tú le rompiste la nariz. —Hyunjin se sostuvo el puente de la nariz con el pulgar y índice, sobando ese área ante el recuerdo.
—Se lo tenía merecido. —apoyó el castaño a su novio.
—No voy a volver a atestiguar falsamente para salvarlos de una demanda.
—No es para eso.
—¿Entonces para qué es?
—Haz la matemática, hyung. —Taehyun chasqueó en un tono tan obvio que lo hacía sentir estúpido.— ¿Por qué demonios les pediríamos que vengan de testigos por una demanda si queremos que nos acompañen en el Registro Civil?
El rubio Choi se tomó tiempo para pensar, maquinando en su mente las mil y un razones por las que su amigo y su dongsaeng podrían querer que los acompañe al registro. Por un momento llegó a pensar que la única respuesta lógica era que habían hecho algo extremadamente ilegal y ahora necesitaban cambiar sus identidades para huir del país. ¿Qué les digo? Beomgyu y Taehyun eran totalmente impredecibles a los ojos de Hyunjin.
El castaño había apretado los labios esperando a que su amigo llegara la conclusión más evidente que podría venir de ellos mientras que su novio estaba perdiendo la paciencia, recordándose a sí mismo que Yeji probablemente había robado todo su intelecto.
—Dios, qué idiota eres. —exclamó exasperado, agarrando la mano derecha de su novio con la suya para poder alzarlas en alto y lo suficiente para que fueran vistas por el rubio tonto.— Mira detenidamente, Hyunjin hyung.
El Choi menor obedeció a regañadientes. Se le hacía inútil tener que hacerlo, conocía sus manos, no tenía por qué andarlas sobre analizando. No podía exactamente confirmar si existía alguna diferencia en el tamaño entre ellas ya que estaban entrelazadas; veía cierto contraste entre el color de sus pieles, pero era mínimo, casi no se distinguía, Beomgyu tenía las uñas un poco más largas que las de Taehyun porque tocaba la guitarra y la mano del pelirrojo se veía un poco más cuidada que la de castaño, aunque ambas resaltaban del mismo modo, viéndose igual de bonitas, con esos dorados anillos de compromiso adornados con finas líneas color plata en sus dedos anulares... Esperen un segundo.
¿Anillos de qué?
—¡No me jodan, no me jodan, no me jodan! —el rubio había saltado de la silla de escritorio en la que había estado sentado al darse cuenta de ese importante detalle.— ¿Qué? ¿Cuándo? ¿Dónde?
El pelirrojo se ocultó detrás del castaño, no queriendo que el rubio lo viera sonrojándose y sonriendo cuando no podía evitarlo; Beomgyu no era tan reservado al respecto, él cargaba la sonrisa más grande que Hyunjin había visto adornándole el rostro.
—Estaba planeando hacerlo en nuestro aniversario, sólo tenía la idea en mente, y no había comprado los anillos porque quería que fuera sorpresa. —empezó a contarle el castaño, el chico en su espalda ocultándose cada vez más.— Pero hace unos días encontré una cajita de terciopelo escondida en el cajón de su ropa interior y no pude hacerme el pendejo-.
—Porque ya eres. —Hyunjin no pudo reprimirse a sí mismo.
—Voy a ignorar eso. —el Choi castaño rodó los ojos.— Y pues le pregunté sobre eso y no pudo seguir manteniendo el secreto, se tuvo que idear una propuesta espontánea en cinco segundos, me hizo llorar hasta deshidratarme, dije que sí y acá estamos.
Hyunjin no podía estar más feliz por sus amigos; conocía a Beomgyu desde que se había transferido al colegio a mitad de año junto con su gemela y su hermano mayor a los catorce, había visto al castaño rogarle a Kang y este enamorarse de su amigo. También los vio iniciar su relación e irse a la universidad de la mano, ¿cómo demonios no iba estar a dos segundos de saltar de la alegría por ellos?
Era una noticia magnífica.
Aunque había una cosita que no lo dejaba tranquilo...
—No es por ser aguafiestas ni nada, pero ¿no creen que esto es un poquito apresurado? Me acabas de decirte que esto pasó hace unos días. —el rubio cargaba una mueca en el rostro.— Aún están jóvenes y tú apenas vas a terminar la carrera, Beom.
El castaño mencionado arrugó un poco la nariz, no sabía si era porque ya esperaba que le dijeran eso o no quería escucharlo. Taehyun, por otro lado, salió de su escondite con la misma expresión de su ahora prometido, cuestionándose si debía o no darle explicaciones al Choi rubio.
—Es que... ¿recuerdas a mi papá? —carraspeó el pelirrojo y no continuó hasta que el rubio asintió.— Pues él en serio está bastante comprometido en eso de "compensarnos por el abandono y ser un mal padre"; lo cual no me molesta, que se haya redimido por la influencia de Jackson hyung y que se esté esforzando por Sunghoon y por mí y que haya hecho las pases con mi mamá es lo mejor que pudo haber pasado, de verdad se está esforzando, pero...
Hyunjin frunció el ceño. No entendía que podía estar mal con todo lo que acababa de decir.
—¿Pero?
—Es demasiado... intenso.
—¿En qué sentido?
—El tipo es como un puto rayo de luz, ¿okay? No tengo ni la más remota idea de como se emparejó con mi mamá si es una tremenda ermitaña en potencia, ¡ni siquiera sé cómo yo salí de eso! Apenas estoy conociendo al hombre pero, Dios, no sabía que un adulto podría tener tanta energía y ser tan alegre.
—Al punto, Tyun. —lo codeó su prometido sacándole un suspiro de los labios.
—Mi papá es mi efusivo; si de repente reunimos a nuestras familias para contarles sobre el compromiso, el tipo hará todo un escándalo y pedirá hacerse cargo de todos los gastos de la boda, yo no podré decir que no, él gastará una cantidad insana de dinero en una mega-boda de millones de wons y pues, como te das cuenta, no queremos eso. —el pelirrojo se restregó el rostro con algo de frustración.— El plan es casarnos al civil lo más rápido posible pero en secreto, seguir viviendo con nuestros padres hasta que Beomgyu hyung se gradúe y lanzarles la bomba en medio de la mudanza.
El castaño asintió dándole apoyo.
—Reservamos el día más próximo en el Registro después de llegar a esa conclusión y resulta que ese día es el sábado que viene, tenemos todo lo necesario, pero nos faltan testigos. —Beomgyu aún se veía feliz, al parecer el castaño no tenía problema con tener una boda minúscula donde nadie más vaya a estar. Hyunjin estaba más que seguro de que el chico estaría más que feliz de casarse con el pelirrojo hasta en un basurero con tal de que eso significara pasar su vida juntos.— Tú y Jeongin son nuestra mejor opción.
Hyunjin arqueó su ceja ante su última oración:— ¿Qué hay de Soobin hyung? Está en el servicio militar, no en la luna. Puede fácilmente pedir que le cambien la licencia de permiso para ser su testigo o algo así.
Los comprometidos se miraron en secreto.
—El padrastro de Soobin hyung-.—quiso decir Taehyun, pero Hyunjin lo interrumpió.
—¿Cuál de los dos?
—Namjoon-ssi, él es muy amigo de mi papá y de tu papá.
—¿Y?
—Después del fiasco con la mentira del servicio militar, Soobin hyung se volvió pésimo para guardar secretos. Les cuenta todo a Yeonjun y Kai cuando los llama.
—No estoy entendiendo. —el rubio se sentía genuinamente confundido.
—Soobin les cuenta todo a esos dos y tu hermano parece no poder vivir sin contarle chismes a tu papá, si mi padre no se entera de la boca de Soobin por culpa de su padrastro, se estará enterando de la boda por la boca de tu padre y no queremos eso.
—¿Estás llamando a mi papá chismoso? —el rubio colocó sus manos en jarra en lo que levantaba las cejas.
El pelirrojo imitó su pose con detalle provocando que Beomgyu riera por lo bajo.
—¿Me vas a negar que lo es?
Y Hyunjin no podía pelear con eso.
También terminó siendo padrino y testigo de la pareja junto con su novio y, a pesar de ser una reunión relativamente pequeña, con sólo Beomgyu, Taehyun, Hyunjin, Jeongin, Yeji —la cual había descifrado todo el asunto en cuanto entró a la habitación de su hermano el día de la noticia y vio los anillos en sus manos, no fue muy difícil que uniera los cabos, por lo que la pareja la terminó invitando— y una pequeña personita más en el Registro Civil, todo acabó siendo muy caótico. Creo que no es necesario que diga el motivo, pero igual lo haré: Beomgyu y Taehyun no habían pensado con claridad lo de la boda express y espontánea, sólo llegar al edificio sin ser reconocidos fue toda una odisea.
Beomgyu no tenía traje y tuvo que "tomar prestado" el traje de boda de su padre sin que su hermana, su progenitor o su cuñada se dieran cuenta ni lo vieran salir con este y Taehyun no había esperado que la madre de su hermanito le pidiera de urgencia que lo cuidara por la tarde debido a una emergencia de trabajo. El pelirrojo no había tenido de otra que negociar con su dongsaeng para que la mantuviera el secreto, después chantajearlo para que le hiciera la tarea y lo llevara a comer helado después de sus entrenamientos durante todo un año, el niño aceptó y tuvieron que llevarlo con su ropa casual porque no hubo tiempo para comprarle algo acorde a la ocasión.
Irónicamente, los Choi y el novio del rubio fueron los que tuvieron menos problemas para llegar; los tres solo tuvieron que alquilar un auto con vidrios polarizados para que no fueran reconocidos por nadie y voilà, estuvieron allí antes que los novios.
Y, para rematar, estos tuvieron que cambiarse en los baños del edificio. De no estar Yeji allí hubieran salido todos desarreglados y sin maquillaje en las fotos que Jeongin les tomó con su cámara profesional.
Sin embargo, valió la pena, al menos Beomgyu lo sintió así.
Todo el día lleno de aprietos no significaba nada cuando estaba sentado en frente a un escritorio con una mujer explicándoles a él y al amor de su vida cómo firmar los documentos sobre la mesa iba a unirlos por el resto de sus días.
—Cuando te conocí eras un dolor en el trasero. —fue la mejor manera que Taehyun se pudo ingeniar para iniciar sus votos; estos eran opcionales pero ambos habían optado por tomarse de las manos, con sus nuevos anillos puestos, para recitárselos el uno al otro, cara a cara.— Eras ruidoso y torpe y me coqueteaste al segundo de conocernos, pero también eras gentil, me escribías todos los días a preguntarme cosas tan simples, si ya había comido, si me apetecía que alguien me acompañara a tomar el bus, si necesitaba ayuda con mi tarea aunque ni siquiera podías comprender la tuya. Me seguiste a todos lados por un año entero y jamás te rendiste por más que te rechazara mil veces... Gracias por eso, por molestarme hasta que me enamorara de ti. Te he amado desde que tengo trece años y nunca podría imaginarme una vida sin ti, por eso me estoy casando contigo, con el chico que me fastidió y coqueteó hasta el cansancio y con el hombre niño que me ha demostrado de todas las formas posibles que sólo tiene ojos para mí. Gracias por ser un dolor de cabeza, Choi Beomgyu, eres todo y más de lo que alguna vez pude soñar en el amor de mi vida.
Hyunjin jamás había visto a Beomgyu llorar, ni siquiera cuando se deprimía por el aniversario de muerte de su madre. El castaño tendía a sobreponer su fuerte coraza ante la gente; debía ser este chico alegre y extrovertido y Dios no quiera que los demás notaran que él tenía momentos de vulnerabilidad, no porque los considerara una debilidad, sino porque no pegaba con su energía caótica, no era él si lloraba.
En ese aspecto se parecía al señor Choi Yoongi.
No obstante, en ese instante, Choi Beomgyu estaba apretando las manos de su chico con lágrimas cayendo de sus ojos como poderosas cascadas y una risita brotando de sus labios, demostrando con cada gesto cuan conmovido se sentía por sus palabras.
Taehyun tuvo que soltar sus manos por un momento para sacarle las lágrimas y asentir en medio de un pequeño "Tranquilo" en lo que el mayor se lamió los labios para empezar con sus votos.
—Yo... Bueno, tenía un discurso súper genial preparado en mi mente desde hace unos días y aún lo recordaba hace unas horas, pero ahora no recuerdo nada, demonios. —volvió a reír entre lágrimas el Choi castaño, acariciando los nudillos del pelirrojo con sus pulgares.— Y realmente no puedo pensar en otra cosa que no sea "Woah, estoy aquí, en el Registro Civil, en una boda secreta con el chico frío, increíblemente listo y bonito de la clase de Hyuka. Has hecho algo bien, Beom, casi nueve años con el hombre más maravilloso que has conocido" y simplemente no puedo creerlo, que tú estés aquí, conmigo, a punto de firmar y dispuesto a pasar el resto de tu vida a mi lado cuando apenas me soportabas cuando estábamos en secundaria. Mira lo que somos ahora, Tyun, se siente como un sueño y tú, ese chico por el que nunca me permití rendirme, eres todo lo que alguna vez imaginé en el amor de mi vida. Estoy increíblemente agradecido de poder ser tu esposo. Te amo más que a cualquier persona en el mundo, quiero pasar hasta el último de mis días contigo, sólo contigo y nadie más que contigo.
Beomgyu no era el único que lloraba, todos los hacían; Yeji estaba sorbiéndose los mocos, Hyunjin y su novio había entrelazado sus manos mientras lágrimas les recorrían por la nariz y Sunghoon lloraba porque su hermano mayor lo estaba haciendo también. Ninguno de los dos necesitó que la mujer que los estaba casando dijera las palabras mágicas, ni tampoco les importó el orden tradicional del pequeño evento, lo que hicieron fue muy de Beomgyu y Taehyun, violando las reglas en los brazos del otro.
No importaba si el castaño había acunado el rostro de su prometido y unido sus belfos en un beso significativo, pero salado gracias a las lágrimas. Ellos estaban en su propio mundo y, de todas formas, el sí y la firma se iban a dar, ya no había marcha atrás ni tampoco querían que lo hubiera, por lo que el orden de los factores no cambiaba el producto, sólo disfrutaron de ese pequeño beso como si nadie los estuviese viendo.
Al separarse, la mujer les preguntó lo típico; si estarían para el otro y se amarían para enfrentarse a toda adversidad probable, ya la doña conocía la respuesta, pero de todos modos debía hacerlo. Tras la confirmación verbal, la señora les indicó dónde debían firmar para finalmente ser esposos, Taehyun había estado abrazando el brazo libre de su prometido en lo que lo observaba firmar mientras que Beomgyu había envuelto sus brazos alrededor su cintura y había recargado su barbilla en su hombro, plantando besos en su mejilla en lo que firmaba y entregaba el acta a la mujer. Ambos se quedaron en esa posición, escuchando los tres minutos —máximo— que se había tomado la mujer para felicitarlos por su matrimonio, por ser tan valientes y desearles nada más que felicidad, estabilidad completa y un matrimonio duradero, antes de soltar la frase.
—Los declaro esposos, ya pueden volver a besarse.
—Creo que voy a vomitar.
—Mamá, Jungwon va a vomitar.
—Literalmente estoy aquí, Soob. —Im Nayeon estaba estresada, bueno, podría decirse que sólo estaba estresada. La pobre se había tomado la molestia de darles un respiro a los padres de Park; estos tuvieron que volar e ir y venir de Estados Unidos por varios meses debido a una emergencia cuando la boda empezó a planificarse y apenas habían regresado hace unos días, razón por la que ella se había comprometido a ayudar a su hijo y a su yerno a organizar su pequeña gran boda en Seúl. De por sí el preparar todo en conjunto con sus ocupaciones del trabajo habían sido un dolor de cabeza, el día de la ceremonia oficial estaba siendo un martirio.— Wonnie, mi niño, no puedes vomitar. Vas a arruinar el traje que te hice y el retoque de maquillaje que te hicieron, mejor trágatelo. Alguno de ustedes vaya por unas mentas.
Ah, debió haber puesto su mano dura cuando su hijo menor le dio la noticia de que se había comprometido poco después de cumplir la mayoría de edad; no obstante, ¿qué iba a ganar con impedírselo? Conociendo a su retoño, era bastante capaz de escaparse con su novio y regresar con el acta matrimonial en mano.
Ya saben, si no puedes contra ellos, úneteles.
Tampoco podía ser tan descarada. Sus dos hijos sabían que ella y su padre, como los adolescentes enamorados que eran, también se habían casado poco después de entrar a la universidad, a inicios de sus veinte. Jay era un buen chico que amaba a su menor y que llevaba aguantando su peculiar carácter desde que Jungwon tenía catorce, sabía podía confiar en él.
—Yo voy. —Yeonjun se ofreció de inmediato, cubriéndose la boca asqueado ante la mención de vómito.— No me regresé de Australia a la mitad de mi tesis para joder la boda de Jungwon vomitando mis entrañas. Vamos, Kai.
El mencionado, que estaba atándose los cordones de los zapatos, levantó la cabeza, sus hebras onduladas y negras saltando al ser llamado por uno de sus novios repentinamente. Miró a todos lados y entre los otros cuatro padrinos de Jungwon sin creer que había escuchado bien, con su ojos pasándose fijos en su novio mayor de cabello rubio, y se señaló a sí mismo para asegurarse.
—¿Me lo dices a mí?
—¿Que otro Kai hay aquí, príncipe?
—¿Por qué yo tengo ir?
—No quiero ir solo y Soobin debe quedarse con Jungwon. —el rubio se acercó al menor de ellos y le extendió su mano, la cual vaciló en tomar aún algo confundido por ser llamado de la nada, aunque, bueno, el azabache llevaba perdido en la nebulosa desde que llegaron.
Se había quedado callado y sólo miraba a un punto incierto de la nada, Soobin y Yeonjun planeaban preguntarle que tenía en mente después de la ceremonia.
No obstante, tampoco estaban tan preocupados, todos estaban tensos; Jake y Taehyun estaban sentados rígidos y haciendo muecas a cada queja que tenía el menor —este último trató de aconsejar al pequeño castaño, pero su boda había sido instantánea e impulsiva, no había tenido mucho tiempo para sentirse nervioso—, su madre estaba a dos segundos de desarrollar un tic debido al estrés y Jungwon, pues, él era el nauseabundo.
Soobin decidió molestar a su novio para aligerar el ambiente:— Mentira, sólo no quiere cruzar la calle solo.
—¡No es cierto!
—Entonces ve solo.
—¿Por qué debería? Tengo dos novios por algo.
—Me voy a cambiar de tienda y quedarme con Beomgyu hyung y los demás padrinos. —suspirar el menor entre ellos amagando con soltar la mano del mayor de sus novios.
Este frunció el ceño en reproche, apretando su agarre al borde de un puchero, mientras que unos de los dos chicos compitiendo para ver quién duraba más tiempo imitando a una estatua levantó la cabeza, mirada disparada hacia Huening ante la mención de su novio.
—De paso le dices a Heeseung hyung que me comparta un poco del jugo especial que iba a ofrecerle a Jay para los nervios. —el australiano le pido al azabache con sus característicos orbes de cachorro rogándole que hiciera el favor.— Creo que yo también vomitaré si no me relajo.
El ahora peligris entre ellos, Kang, arqueó una de sus cejas.
—¿Jugo especial?
—Probablemente vodka, whisky o algún otro tipo de alcohol. —suspiró la madre de uno de los novios.— Yo me tomé media botella de vino antes de salir al altar, sí es bueno para los nervios.
Su hijo mayor frunció el ceño incrédulo:— ¿Tú no te casaste por la iglesia?
La señora se encogió de hombros.
—¿Tu punto es? —cuestionó para luego cruzarse de brazos en dirección a Soobin, el cual levantó sus manos en señal de inocencia.
—Nada, nada.
—Iremos por las mentas, lo que sea que Heeseung tenga y un poco de agua para Won. —Huening hacía una mueca en lo que miraba al menor del cuarto, había estado pendiente de él desde que la conversación tomó otro rumbo.— ¿Algo más que quieras, Jungwon?
El castaño tragó saliva, un año esperando la boda y ahora sólo deseaba esconderse en los brazos de su novio.
—A Jay.
—Me refería a algo que pueda traerte.
—Algo que tenga el perfume de Jay.
El rubio sonrió forzado.
—Te traeremos un chocolate.
Y con eso, Yeonjun y Kai salieron de la pequeña carpa en el patio de los Choi, los únicos que tenían un patio del tamaño de dos canchas de fútbol escolares. Los padres de Yeonjun había prestado su casa para la boda, así no debían alquilar un local y evitaban que la noticia de la boda se esparciera por allí, después de todo, Jungwon seguía siendo el hijo de la mejor diseñadora de Seúl y de uno de los actores más queridos del país, así como Jongseong seguía teniendo como padres a CEOs realmente exitosos en el mundo de los negocios e inversiones.
Nadie se iba a arriesgar a que la boda se viera comprometida o arruinada por los medios.
Kai, una vez en la tienda convencional a unas cuadras de la residencia Choi, tuvo que comprarle un helado a su novio para que también se le bajaran los nervios que el Choi menor le había contagiado, no se olvido de la botella de agua ni el chocolate o las mentas por las que habían salido de la casa.
Yeonjun estuvo más tranquilo después del helado por lo que él avanzó sólo hasta la carpa de Park, en busca de lo que Jake le había encargado.
No obstante, apenas se acercó, unas manos aprisionarlos las cortinas de entrada y una voz que conocía demasiado bien:— ¿Quién está allí? No dudaré en recurrir a la violencia si atentan contra la boda de mi bebé, tengo una lata de laca.
El azabache rió leve, pero pesadamente.
—Padre Jin, soy yo, Kai.
—¿Jungwon está contigo?
—No.
—¿Por qué debería creerte?
—¿Por qué me arriesgaría a que me violenten con una lata de laca?
—Eso tiene... mucho sentido. —el hombre habló entre una pausa, tomándose unos segundos de consideración antes de abrir lentamente la cortina con recelo. El hombre suspiró aliviado cuando no vio a su hijo menor por ninguna parte y sólo se encontró con su yerno.— Hey, hola, hijo.
El menor le ofreció una pequeña reverencia y una sonrisa.
—Hola, abeoji. —el menor se permitió entrar en cuanto su suegro le correspondió la sonrisa y se hizo a un lado para que pasara.— ¿Cómo está Jay?
No tuvieron que responderle, sólo tuvo que echar un vistazo para saber que estaba igual o peor que Jungwon, es decir, el menor no tenía a dos de sus padrinos sentados en el suelo mientras se abrazaban de cada una de sus piernas, Beomgyu y Hyunjin tenían suerte de que los traje de los padrinos fueran negros y no blancos como los de los novios o tendrían a la señora Nayeon jalándolo de las orejas.
Aún con las pesas humanas aferrándose a sus piernas, Jongseong trataba de salir de sus agarres, por lo que tenían a Jeongin parado junto a él vigilándolo y al pequeño Sunghoon mirándolo duramente con los brazos cruzados haciéndolo ver jodidamente tierno.
¿Por qué estará allí el pequeño dongsaeng de diez años de Taehyun? Pues Jay le había prometido que él formaría parte de su corte de padrinos y el mini Kang jamás olvidaba algo, tuvieron que sacar a uno de los amigos de Park cuando llegó el momento porque Taehyun lo llamó en nombre de su hermano menor para recordarle que él también le enviaría las medidas para su traje, por lo que debía pagárselo también. Sunghoon siempre obtenía lo que quería.
Heeseung sólo estaba viendo el desastre ocurrir con una expresión divertida.
—Necesito ver a Jungwon.
—¿Alguien puede dispararle un tranquilizante o algo? —se quejó Beomgyu empezando a cansarse de usar su fuerza.
—Me voy a tranquilizar cuando vea a mi novio.
—Prometido. —corrigió el pequeño Sunghoon.
—Eso, Hoon, gracias.
—Campeón, no pueden verse hasta la ceremonia. —se encogió de hombros el suegro del novio y Huening.— Es tradición.
—Pues qué ridícula tradición, padre, quiero a Won.
—¿Kai? —el azabache había estado riendo por lo bajo cuando escuchó como Hyunjin lo llamaba en lo que se abrazaba de la pantorrilla de Park. Se veía como algo trabajoso.— ¿Puedes echarnos una mano?
Sí... él no haría eso, se quedaba con el posible vómito.
—Yo sólo vine porque Jake me pidió la petaca que llevas encima, el novio le pegó los nervios. —carraspeó el menor una vez que se paró frente a Lee, era una de las pocas veces que había interactuado con el chico, es más, sólo lo había visto dos veces y una de esas fue en la despedida de soltero de Park.
El tipo usualmente lo trataba con confianza, pero él seguía siendo algo tímido y no tenía a sus novios a su lado, era básicamente socializar sin alguna gota de valor, habilidad de conversación o creatividad.
El chico de cabello durazno sonrió ladino para sí mismo y buscó algo en el bolsillo de la chaqueta de su traje, sacando de esta una pequeña botella de acero protegida por un forro de cuero, haciéndolo lucir como las petacas de las películas de vaqueros. Lee la destapó y dio un pequeño trago, el aroma del licor dentro de la botella viajó a la nariz de Huening y pudo fácilmente deducir que se trataba de Jack Daniels.
Arrugó la nariz levemente, con todo lo que traía en la cabeza le vendría bien un trago. Le pediría a Jake que le diera un poco después.
—Sabía que esto iba a servir de algo. —suspiró satisfecho Heeseung, regresando su mirada al novio y alzando la petaca. El azabache por un momento temió que Seokjin los regañara por tener alcohol, pero sólo lo escuchó murmurar un "clásico".— Última oferta, Jay-ah, ¿quieres o no?
Este se sacudió ya algo molesto.
—Quiero a mi prometido.
—Eso es un no. Puedes llevártela, Kai.
El mayor volvió a tapar la botella y se la extendió a Kai, quien la guardó de inmediato en el bolsillo de su chaqueta. Se terminó despidiendo de los demás, brindándole algo de consuelo a Jongseong al informarle que faltaban pocos minutos para la ceremonia, antes de regresar a su carpa. Encontró a su novio de cabello caoba abrazando con fuerza a su hermano, el cual comía el chocolate que le habían comprado, y a su novio rubio brindándole un té a su suegra, eso lo hizo sonreír, y hasta olvidar todo lo que su cerebro se encontraba orquestando en su contra para arruinarle el ánimo, acercándose a ambos por separado para ver en que podía ayudar después de entregarla petaca y pedir un sorbo.
Aunque tratar de mantenerlos separados no había servido de nada.
Jay se había soltado de sus padrinos y se había metido a la carpa de Jungwon, Kai había reído escandalosamente porque todo ese drama con los padres de Soobin y Jungwon manteniéndolos alejados el uno del otro había sido en vano, ambos se encontraron y se abrazaron fuertemente por lo que parecieron diez minutos, por poco llorando y manchándose sus blancos trajes.
—¿Por qué la insistencia de que no nos veamos, mamá? —había sollozado el castaño aferrando a su prometido y sintiéndose entre sus brazos, cosa que hizo a sus padres rodar los ojos.— Mi boda no es una prueba de castidad o religiosidad, por el amor a Cristo, su tradición no sirve para nosotros, somos gays, nos iremos al infierno de todos modos.
Jungwon, tan cálido como siempre.
Después de eso no hubieron percances, ambos novios regresaron a sus carpas y los padrinos fueron a ubicarse a sus puesto. Kai había aprovechado el hecho de que no habían mucho invitados —y la mayoría aún no estaban sentados aún—para no soltar las manos de sus novios, apretándolas con fuerza como si necesitara algún tipo de apoyo.
Eso extrañó a ambos mayores y se miraron mutuamente, asintiendo a su mensaje telepático para preguntarle por qué tanta tensión.
Aún tenían tiempo hasta que la ceremonia iniciara.
—Amor, ¿estás bien? —Soobin le había preguntado con voz suave, acariciando sus nudillos con su pulgar y recibiendo la atención del menor.— Te notamos tenso.
—Llevas así desde la mañana, ¿hay algo en esa pequeña cabecita tuya que te esté molestando? —a diferencia del pelirrojo, Yeonjun había llevado los nudillos de Huening directamente a sus labios, depositando pequeños ósculos en estos.
A pesar de que aún se sentía abrumado, les dedicó una sonrisa sellada y dulce.
Y también decidió ser sincero porque en eso era en lo que se basaba su relación:— Es algo pequeño.
Las miradas preocupadas de ambos mayores no se hicieron esperar, los dos echando vistazos, cerciorándose de que nadie los escuchara o prestara atención, antes de pegarse más al cuerpo del menor para poder volver la conversación más íntima.
—¿Qué tienes, Hyuka? Puedes contarnos, sabes que vamos a escucharte.
—A menos que no te sientas listo para hablar de eso. —Yeonjun sintió la necesidad de aclarar.— Pero puedes decirnos o pedirnos algo para ayudar y subirte ánimo, ¿sí?
Huening se tomó un par de minutos, apretando los labios y mirando al piso, para organizar sus pensamientos, acción que los mayores tomaron como una señal de que el menor iba a preferir guardárselo porque no estaba listo para hablar, por lo cual ambos se miraron entre ellos con una mueca, obviamente iban a respetar su decisión, pero tenían miedo, Kai siempre se desahogaba con ellos, por lo que rápidamente asumieron que se trataba de algo grave para que llegar al punto de no hablarlo.
No obstante, Kai acabó con el silencio.
—Sólo había estado pensando en que... a mí me hubiese gustado tener algo como esto. —les dejó saber el azabache, el volumen de su voz disminuyendo conforme hablar.— Que nos casemos, la organización de la boda, los anillos, los trajes, los nervios, las náuseas, la corte de padrinos. Una boda.
Ouh, pensaron Soobin y Yeonjun.
—Beomgyu y Taehyun se casaron, Jay y Jungwon están a minutos de ser esposos, Hyunjin está con planes de proponerse y Yewon noona y mi noona planean casarse en un futuro, no lo sé, supongo me que deprimió un poco el hecho de que todos a nuestro alrededor vayan a contraer matrimonio mientras nosotros no podemos hacerlo, no tiene mucho desde que aprobaron el matrimonio igualitario y y y yo no quiero casarme con solo uno de ustedes, quiero casarme con ambos. Y-Yo... realmente me hubiera gustado poder hacer algo para conmemorar el hecho de que quiero pasar el resto de mi vida con ustedes. —quizás eran palabras fuertes viniendo de alguien que apenas llevaba en una relación con esos dos por tres años, pero el menor podía estar seguro de que quería pasar una eternidad con Soobin y Yeonjun gracias a esos 1095 días.
Había soñado casarse con Soobin desde pequeño y había fantaseado con Yeonjun en el altar cada vez que lo veía con un traje formal, los había amado desde hace años, muchos de los que conformaban su relación. Kai juraba a los mil cielos que sólo necesitaba a esos dos para estar a salvo y feliz, quizás por la naturaleza de su tipo de relación la oportunidad de que una o más personas entraran y salieran de sus vidas, ninguno de los tres tenía problemas con ello, simplemente estaban de acuerdo que ellos tres no eran algo que iba y venía.
No, ellos eran eternos. Kai, Soobin y Yeonjun.
El rubio se tomó la libertad de abrazar a su pequeño novio en medio de un bufido penoso que se había oído como "mi niño" mientras escondía su rostro en el cuello del menor, por otro lado, Soobin, se limitó a envolver la cintura del menor y plantar un beso prolongado en su frente en lo que su pulgar acariciaba cerca de su espalda baja.
—No necesitamos un papel o una ceremonia para dictar si vamos a estar juntos el resto de nuestras vida, príncipe. —murmuró el mayor contra la piel de su cuello.— Por supuesto que la experiencia de una boda es una montaña de emociones bastante envidiable, yo también quisiera una.
—Quizás algún día podríamos tener una, por lo menos la ceremonia. —Soobin suspiró en lo que recargaba su mejilla contra la sien de Huening, el deseo provocando que los otros dos se apretaran con más fuerte en anhelo por la sola idea.— Pero justo ahora no la necesitamos, no tenemos que hacer algo sólo porque los demás lo están haciendo, ¿okay? Vamos a pasar nuestras vidas juntos y no necesitamos un documento para probarlo.
El menor asintió con la cabeza gacha. Entendía, pero aún seguía sintiéndose algo desanimado.
Al ver eso, Soobin decidió soltar la bomba que había estado tratando de ocultar hace un par de meses:— Aunque creo es buen momento para decir que técnicamente están por llegar unos anillos que manden a diseñar a medida para nosotros porque la pequeña fantasía de entregarles y ver sus bonitas manos con anillos de compromiso no me dejaba dormir tranquilo.
La atención de Huening y el Choi mayor se dispararon en su dirección.
—¿Que dijiste qué?
—¡Todos a sus puestos, la boda está por comenzar!
Se puede decir que el asunto fue olvidado allí, puesto que poco después inició la ceremonia y Soobin se encontró a sí mismo lagrimeando cuando vio a su pequeño dongsaeng finalmente darle el acepto al amor de su vida, el cual lo había cargado y besado después de rebosar sus votos con todas las promesas cursis e intenciones sinceras que Choi Jungwon se merecía, tal como el castaño, que no era muy bueno para lo romántico, había puesto suficiente esfuerzo en sus votos como para hacer a su esposo llorar.
Llegando a la conclusión de que ellos y sus novios con él tenían algo en común.
Eran jóvenes, pero desbordaban en amor.
Y era lo único que necesitaban para que funcionara.
EN 47 MINUTOS ES DIO DAY Y COMO MI BESTIE MERECE ESTE LIBRO MÁS QUE NADIE, ASÍ QUE DESÉENLE FELIZ CUMPLEAÑOS Y AGRADÉZCANLE POR HACER ESTO POSIBLE. TheSafetyPin
nada, soy mala para los one shots, pero aveces tengo pequeñas ideas para extras de twenty así que aquí lo tienen, no va a haber fecha de actualización ni subiré spoilers a tiktok sobre esto porque dependen de mi inspiración y no son realmente mi prioridad, sólo es un pequeño algo para cada vez que extrañe al yeonbinkai de twenty y su historia.
me había estado tardando escribiendo tubatu house porque estaba terminando esto, pido perdón, volvemos al orden de siempre.
gracias por leerme, amar mis historias y apoyarme, les amo muchísimo.
—m.
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