Felicidades por tu boda 2.0

(Continuación de una de las escenas finales del capítulo 15)

Shin Jae Kyung veía el rostro de su hija, al parecer había cometido una indiscreción, le había dicho a Hee Do que su novio Yi Jin se postuló en la vacante en Nueva York

—Él no me dijo nada —musitó

—Bueno, tal vez planea darte la sorpresa

—Hace días que no habló con él —bajó la mirada

—Hee Do

—Quiero darme un baño. Ve con cuidado —tomó su maleta y se fue hacia su habitación

De nuevo, Yi Jin se estaba guardando sus sentimientos y sus planes. Al cerrar la puerta de su cuarto sacó su móvil para llamarlo, pero al ver la hora se dio cuenta de su error. Debido a la diferencia de horario, él debería estar durmiendo, en el mejor de los casos, así que sólo se tiró a su cama a llorar en silencio, su relación se estaba desmoronando y no sabía que mas hacer para evitarlo. En ese momento se sentía muy sola y necesitada de un abrazo, pero de la persona que lo quería estaba lejos, a más de 11 mil kilómetros.

El 31 de diciembre llegó, y a pesar de que Hee Do sabía que lo que haría le dolería más, fue a la plaza Bosingak, aquella donde un año atrás se encontraba muy feliz viendo a su novio hacer el último reportaje del año, para después ir a un lugar más alto y recibir el año nuevo, sentía las emociones y sentimientos a flor de piel, el nudo en la garganta naciendo y las lágrimas amenazando con salir, hasta que dos adolescentes se posaron frente a ella

—¿Eres Na Hee Do? —cuestionó una de ellas muy emocionada, no le dio tiempo de terminar cuando la otra contestó

—¡Si lo eres! ¿Me das tu autógrafo, por favor? —le extendió una libreta y pluma que tomó sin hablar sólo intentando sonreír— ¡Soy tu fan, número 1!

—Muchas gracias —pudo articular

—¿Hee Do, tienes novio, cierto? —preguntó

Y esa pregunta aunque quería ser fuerte, la descolocó, la sonrisa que intentaba tener fue desapareciendo ¿seguía teniendo novio? se cuestionó en mente

—Ya no estoy segura —contestó con tristeza y entregó el cuaderno a su dueña, quienes no se percataron del ánimo de la deportista, sólo tomaron felices sus pertenencias y se alejaron de ella no sin antes agradecer.

Poco a poco se fue dirigiendo al lugar que Baek le había mostrado, el año nuevo estaba cerca. Veía la gente disfrutar a pesar de la nieve que caía del cielo. Su corazón dolía, más al saber que Yi Jin no estaba con ella y que tal vez todo había llegado a su fin.

—¡10! ¡9! —comenzó a escuchar como gritaban los presentes— ¡8! ¡7! ¡6! ¡5! 

Y lo inimaginable sucedió, sintió unos brazos rodearla, un perfume que reconocía comenzó a envolverla haciéndola voltear asustada

—¡Feliz año nuevo! —gritó la multitud

—¡Feliz año nuevo, Hee Do! —susurró

—¿Estás aquí? —preguntó sin poder creerlo, pues las lágrimas acumuladas en sus ojos no la dejaban ver con claridad, aquel chico asintió y la abrazó con mayor fuerza— Pero...

—Lo prometí —la miró y depositó un beso sobre su frente— ¿Pedirás un deseo?

—Mi deseo ya se cumplió —susurró y lo envolvió en un abrazo mientras sus lágrimas caían por sus mejillas— ¡Te he extrañado tanto! —apenas pudiendo hablar

—Y yo a ti, perdón por lo que has tenido que soportar

—¿Cuándo llegaste? ¿Por qué no me avisaste? —cuestionó alejándose sin romper el abrazo, sólo lo suficiente para verlo

—Hace menos de dos horas —contestó mientras le limpiaba las lágrimas que tenía en su rostro— pensé que no llegaría a tiempo, primero fui a buscarte a tu casa y al darme cuenta que no estabas ahí imaginé que te encontraría aquí. No te avisé porque quería que fuese sorpresa

—¿Cuánto tiempo te quedarás?

—Sólo unos días, hay algo de lo que tenemos que hablar —Hee Do sabía que se trataba de su transferencia a Nueva York— Pero ahora no. En este momento sólo quiero abrazarte y pagarte por todos los días que hemos estado alejados

Ella asintió con emoción y volvieron a abrazarse, no sin antes darse un beso, uno que les hacía bastante falta.

—¿Vamos por un poco de tteokbokki o kimbap? Extraño tanto la comida coreana —expresó con cierto dramatismo

—Es año nuevo, no encontraremos un lugar que no esté a reventar

—Hagamos el intento, por favor, creo que si como otra cosa que no sea de aquí voy a... voy a —poco a poco se iba agachando para tirarse al suelo

—No seas exagerado —rió y lo tomó de la mano para jalarlo— vamos por tu comida

—Oye, llevo casi 4 meses lejos de aquí. ¿Hee Do? —la mencionada lo miró esperando a que continuara— Mmmm ¿vienes a dormir conmigo? —sólo asintió con una sonrisa

Para buena suerte de Baek encontraron un lugar donde pudo comprar su tteokbokki que tanto anheló, comiéndolo lento para disfrutarlo, mientras escuchaba como Hee Do contaba sobre sus enfrentamientos en el esgrima y anécdotas de sus amigos con los cuales él no había tenido comunicación. Al terminar de comer se dirigieron al hotel donde Ji Yin se hospedaba, en cuanto llegaron a la habitación sólo se quitaron sus abrigos para después tirarse a la cama y abrazarse, así dándole el paso al sueño, después de varios meses Baek pudo descansar como no lo había podido hacer, sintiendo una gran calma envolverlo y Na, podía sentir como su corazón volvía unir aquellas piezas que se habían roto.

Despertaron por un par de vibraciones de un celular de la pareja, sin abrir los ojos los buscaban en las muebles que se encontraban a los lados de la cama, pudieron ver la hora dándose cuenta que eran las 10 de la mañana.

—Buenos días —susurró Hee Do volviendo a acurrucarse a lado de su novio.

—Buenos días, ¿quieres bajar a desayunar o prefieres ir a otro sitio?

—Quiero quedarme aquí contigo 

Baek la miró con una sonrisa y se percató que se había quedado dormida, así que acató la orden de su novia y pidió servicio a la habitación, para desayunar ahí sin necesidad de salir. Media hora después sus alimentos ya estaban ahí, sorprendiendo a Hee Do, pero no dijo mucho, se dispuso a disfrutar de su desayuno. Veía las constantes miradas de que le daba el reportero, sabía que se le estaba dificultando iniciar esa plática

—¿Hay algo que me quieras decir? —el asintió bebiendo su jugo de naranja y después dando un gran suspiro

—Había un lugar como reportero en Nueva York —habló con tranquilidad— Si soy honesto, no lo pensé mucho, me postulé y me aceptaron

—Eso... Eso es bueno ¿no? —intento mostrar entusiasmo y fingir que no lo sabía

—Lo es, pero tampoco quiero estar lejos de ti

—Está bien, debemos ver por nuestro futuro y encontraremos la manera de vernos y... —intentaba ser positiva, muy dentro le dolía un poco.

—¿Quieres intentarlo? ¿Estas segura?

—Lo estoy —lo miró asustada— ¿Tú no?

—Sí, claro que sí, pero tampoco quiero obligarte a esto, no es justo para ti, he sentido que tú has dado mucho por esta relación y

—¡No! No lo digas, los dos hemos dado lo necesario. Aunque si he sentido que te sigues guardando tus sentimientos y eso no me gusta, compártelas conmigo, no te guardes todo, es lo único que te pido

—Esta bien, perdón.

—Si los dos vemos que esto es difícil sabremos que decisión tomar ¿si?

Yi Jin asintió deseando con todo su ser que pudiesen sobrellevar esa distancia y su relación. Sin embargo, no pudo ser posible, llegando a su final tan sólo 8 meses después, pero nada en malos términos, los dos acordaron que era lo mejor para ambos y una amistad se dio unos meses después de un distanciamiento para vivir sus duelos. 

En 5 años, ambos tuvieron otras relaciones,  Hee Do volvió a intentar una relación con Ho Jin, su ex novio, teniendo una duración de un año y medio. Por su parte, Yi Jin con una colega de otra  cadena televisiva, con una duración de casi dos años, dándole fin medio año antes que se le informara que la UBS lo buscaba como reemplazo de la presentadora Shin Jae Kyung, que sin dudarlo aceptó, pues extrañaba tanto su país, claro que pudo viajar un par de veces, pero no era lo mismo a volver a estar de manera indefinida en Corea.

En el aeropuerto estaban dos chicas esperando por él, una de ellas tenía la información de su regreso gracias a su madre. Yi Jin salió por las puertas junto a más pasajeros

—¡Yi Jin! —escuchó dos voces y al voltear pudo ver esas dos mujeres moviendo sus manos de un lado a otro.

—¡Hee Do! ¡Seung Wan! —dijo mientras se acercaba a ellas a paso veloz

—Bienvenido de vuelta a Corea —habló Ji muy emocionada

—Gracias, no se hubiesen molestado en venir, no era necesario

—Claro que si, ahora camina que Ji Woong está esperando con el auto —dijo Hee Do sonriendo

—¿Tiene auto? —preguntó sorprendido

—De su madre, pero sí, pronto comprara uno para él —el mayor sólo asintió

—¿Vino Yu Rim?

—Ah no, pero dijo que en cuanto pueda te llamará —contestó Hee Do sonriendo.

—¿Dónde te quedarás? Mi madre dijo que podías volver a ocupar el cuarto mientras encuentras algo más estable

—Gracias, agradécele de mi parte, estos días me quedaré en un hotel—sonrió

Al salir del aeropuerto y caminar hacia el estacionamiento se reencontró con Ji Woong, que como sabía seguía con su blog de moda siendo todo un éxito. Sabía que al volver a su país todo iría mejor que antes en muchos aspectos, como el amor.


Dos años pasaron, era el verano del 2009, Yi Jin había estado viendo como algunas noticias del espectáculo y deportes tenían como nota que los dos esgrimistas, Na Hee Do y Jung Ho Jin estaban en una supuesta relación por la manera en la que Jung se refería a la reina del esgrima. Y si el presentador tenía que ser honesto, eso no le agradaba mucho. Llegó a la UBS, preparó y revisó cada una de las noticias que se darían, entre esas había un posible enlace con Hee Do, pues estaba en un torneo en Estados Unidos, torneo que a pesar de la distancia seguía para saber el resultado y que minutos antes de entrar al aire dio como ganadora a la coreana.

—Hoy es 10 de julio del 2009. Este es el noticiero UBS. Corea ganó otra medalla de oro, esta tarde, la reina del esgrima, Na Hee Do ganó su tercera medalla de oro para Corea, nos enlazaremos con ella en vivo para hablar mas de este suceso —volteó a ver la pantalla donde aquella chica aparecía con una gran sonrisa— Na Hee Do, que gusto verte, felicidades por ganarte otra medalla 

—Muchas gracias. ¿Y tú Baek Yi Jin, cómo has estado?

—Bien, he estado bien —sonrió, tratando de no mostrar mas emoción de la debida o tendría un regaño telefónico por la anterior presentadora.

Yi Jin comenzó a hacer preguntas referentes al enfrentamiento, de nuevo tratando de verse lo mas neutral posible

—... Creo que habló por todos al decir que te apreciamos. Desde el principio, yo siempre te he apoyado Na Hee Do —expresó con sinceridad

—Yo puedo decir lo mismo. Donde sea que estemos tienes mi apoyo incondicional y para siempre

—Muchas gracias —aclaró su garganta— Sé que es tarde, pero...  Felicidades por tu boda —una pequeña sonrisa apareció en su rostro, causando una pequeña confusión en la esgrimista

—Gracias —contestó con un leve ceño fruncido y queriendo reír.— Nos vemos después Baek Yi Jin.

El mencionado sólo asintió y siguió con su programa como si en ese momento no hubiese logrado que varios noticieros quisieran averiguar quién era el esposo de Hee Do, además de dónde y cuándo se había llevado a cabo la boda.

Los días pasaron. Ya era noche y Baek llegaba del noticiero, desde afuera pudo ver como en su hogar había unas luces prendidas, así que se bajó de su auto, no sin antes tomar las gerberas que había comprado. Entró a su casa, se quitó los zapatos y buscando a su acompañante se dirigió a su habitación donde la vio secándose el cabello, Hee Do, la mujer con la que había contraído nupcias 11 meses atrás y que había retomado su relación 3 meses después de volver a Corea. Se abrazaron con emoción por todo el tiempo que estuvieron alejados sin importar dejar las flores en medido de ellos, al alejarse dejaron varios besos en los labios del otro

—¡Te extrañe demasiado! —confesó ella mientras ponía sus brazos alrededor de su cuello

—Y  yo a ti, felicidades por esa medalla —le entregó las gerberas de color rojo, naranja y blanco.

—Están hermosas, gracias —las tomó para olerlas sonriendo en grande.

—Quería ir por ti al aeropuerto, pero no medí bien mis tiempos y cuando quise ir me habías dicho que ya estabas camino acá

—Está bien, no te preocupes, además así no te persiguieron algunos medios con preguntas sobre la boda, ¿Qué fue esa felicitación, eh?

—Lo siento, no lo pensé mucho

—Fue por lo que estaban diciendo sobre Ho y yo, ¿verdad?

—No... Claro que no —se dio media vuelta, mientras intentaba aflojar su corbata

—Te pusiste celoso —se puso frente a él deshaciendo el nudo con una sonrisa burlesca

—No sé de qué hablas ¿y por que no lo llamas por su apellido o su nombre completo, qué es eso de Ho?

—Yi Jin, nos casamos hace casi un año y  tú decidiste invitarlo a nuestra boda

—Era para que le quedara claro que ya no tenía oportunidad contigo. ¡Oh, espera, tengo algo mas por darte! —caminó hacia el mueble que estaba a lado de la cama y sacó unas estampitas, para entregárselas— Guardé cada una de ellas y espera de nuevo —buscó en la bolsa de su camisa donde sacó otras dos— Aquí las que conseguí hoy 

—Gracias —las tomó muy emocionada— Pero no comas mucho pan

—Es mi manera de sentirte cerca mientras no estamos juntos —se dieron una mirada llena de cariño—... Mmhhh. Perdón, otra vez, por lo de la entrevista

—Está bien, de cualquier manera ya lo íbamos a hacer público, ¿no? —Baek asintió con una sonrisa— Aunque te salió mal la jugada, porque piensan que me casé con Jung —su esposo borró su sonrisa y empezó a quejarse sin emitir una oración coherente

—Ya deja de hacer berrinche, metete a bañar en lo que te preparo algo para que cenes

Hee Do salió de la habitación riendo por como Yi Jin se quejaba, bajó hacia la cocina preparando algo simple y nada pesado como un sándwich de pollo y de tomar sirvió jugo de uva para ella, su esposo escogería lo que deseara.

Minutos después un Yi Jin vistiendo con pijama estaba sentado frente a ella con un pequeño puchero.

—Yo no sé para que quieres tener hijos, contigo tengo más que suficiente —se puso detrás de él, alzó su cara y dejo un beso sobre sus labios para después poner sobre la barra un plato con su cena— Cena y vayamos a dormir, extraño mi cama y compartirla contigo.

—Está bien. ¿Cómo estuvo tu vuelo?

Una plática más agradable siguió entre ellos, mientras comían lo preparado por Na, sin embargo, una llamada los interrumpió, se trataba de la señora Shin quien lo reprendió un poco por la poca neutralidad en la entrevista con su hija. No era la primera vez que recibía ese tipo de llamadas, pero Yi Jin no se molestaba, sabía que Jae Kyung lo hacía para que pudiese denfender su trabajo como presentador y sobre todo para que pudiera estar mas frente a ese noticiero sin que nadie lo cuestionara tal y como ella lo logró. Aunque Yi Jin valoraba los consejos de su suegra, también sabía cuándo dejar pasar otros, como el que siempre tenía que frente a las cámaras, sin importar lo que pasara a su alrededor, mostrándose imperturbable.

Antes de casarse, Yi Jin y Hee Do habían dejado claro que su matrimonio y futura familia serían su prioridad. Por esa razón él ya había asignado a alguien como posible suplente en caso de que se le impidiera llegar al noticiero.

Al terminar de cenar, recogieron y limpiaron lo usado para dirigirse al baño, cepillarse los dientes y después ir directo a su cama y acostarse a lado del otro abrazados y cubiertos por las frazadas. Hee Do terminó con la cabeza apoyada en el pecho de Yi Jin, en completa oscuridad y silencio, sólo interrumpidos por sus suaves respiraciones, aún despiertos, pero tranquilos. Atesoraban esos momentos

—He pensado en algo —habló en voz baja

—¿Sobre qué? —contestó de la misma manera

—Me voy a retirar del esgrima

—¿Estás segura?

—Lo estoy. Creo que ya conozco a la mayoría de mis contrincantes y deja de ser entretenido para mí. Creo que es tiempo de hacerlo. ¿Tú qué opinas?

—Sí estás segura de eso, yo también y te voy a apoyar. Además, eso me conviene, ya no te vas a ir por meses lejos de mi —bromeo y soltando una risa nasal

—Lo hablé con Yu Rim y ella me propuso entrar a su academia, dice que conmigo ahí dando clases más gente podrá llegar

—Es una buena idea, así no te aburres aquí en casa

—También planeo tomar mas cursos de carpintería, creo que eso también me mantendrá entretenida

—Esta bien, lo que tú quieras hacer está bien —reafirmó el abrazo

—Hablaré con mi equipo para que den la noticia antes de la conferencia

—Y antes de que entres con Yu Rim o tomes tus clases podemos irnos de viaje

—¿Qué? ¿De verdad?

—Sí, vamos a festejar nuestro primer aniversario de casados, vamos a donde tú quieras. Italia, Francia, no sé, Australia, tú decides.

—Está bien. Pensaré en el destino y las fechas

—Y dímelo, para avisar a la televisora

—Te van a correr —rió

—De algo me va a servir ser el yerno de Shin Jae Kyung

Platicaron un poco más sobre el posible país a visitar y terminaron cayendo dormidos. A la mañana siguiente Yi Jin fue citado desde muy temprano en la televisora, así que sólo preparó el desayuno para él y su esposa, se alistó y se marchó, despidiéndose de ella antes de salir. Ese día Hee Do confirmó su retiro y después de ello se dedicó a descansar, sin siquiera tomar las llamadas de su madre. 

Para sorpresa suya, Yu Rim llegó de visita, acompañada de su esposo Ji Woong. Pasaron parte de la tarde juntos y hablando de planes futuros en plural y singular. Sin duda, apreciaban el poder conservar su amistad, ya que se brindaban un gran apoyo mutuo.

Tres días después del anuncio, la conferencia de prensa se llevo a cabo, estaban varias televisoras presentes grabando las últimas declaraciones de la casi ex esgrimista, respondía con entusiasmo y sinceridad, ya estaba dando por terminada la conferencia hasta que una pregunta la hizo tener todas las miradas y cámaras sobre ella, logrando ponerla un poco nerviosa, pero tan sólo segundos después se tranquilizó

—¿Es cierto lo que Baek Yi Jin dijo, estás casada? —cuestionó un reportero

—Lo estoy —mostró su mano izquierda donde un bonito anillo adornaba su dedo anular y sonreía en grande.

—¿Es con el esgrimista Jung Ho Jin, por eso la manera en la que él se expresa de ti y te apoya siempre? —preguntó una reportera

—Bueno, agradezco las buenas palabras de Jung, pero no —bajo la mirada y relamió un poco sus labios para después mirar a los reporteros— Mi esposo es quien les dio la nota. Estoy casada con Baek Yi Jin. Gracias por venir, adiós. —sonrió y dejó los micrófonos.

Escuchaba como algunos reporteros la llamaban, pero ya no quiso dar más declaraciones y salió del lugar.

Aquel día la cara de Yi Jin y Hee Do estuvo en algunos noticieros. En la UBS pusieron un titular, uno que al pasar de los años lo encabezaban Baek y Na, como "felicidades por el bebé", "felicidades por el premio", felicidades por los logros", pero en ese momento se podía leer:

"Felicidades por tu boda Baek Yi Jin y Na Hee Do".

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top