Bad Habit




Habían vivido juntos tanto tiempo, con sentimientos encerrados en un cajón sin abrir, en los rayones de las notas que nunca se pudieron mandar. Y en el temor de romper la rutina en la que vivían.

¿Por que ella no dio el primer paso? ¿por que no lo dio el?

Mordió su lengua una vez mas, lamentándose por todo el daño hecho  y despidiéndose silenciosamente del que seria su único amor. De todos los recuerdos vividos, buscando una excusa para quedarse un poco mas, a pesar de no quedar mas cajas "Ojala hubiera sabido que me amabas".

viéndola por ultima, deseándole buena suerte y viendo el humo inundar el cuarto, era una señal de que el ya no pertenecía ahí.

*

-No se que esperabas de ella, no iba a correr a tus brazos y decirte que también te amaba-

-Lo se- Esperaba un golpe y un reclamo por haber sido tan estúpido, tal vez que sacara el recibo de todas las cosas que le compro, no le importaría pagarlas. En su lugar, recibió un perdón, una respuesta calmada que ni el tendría, algo que no merecía.

Y no sabia como seguir, sin su incondicional amabilidad a pesar de lo cansada que estaba, de la fuerza que ella emanaba a pesar de autonombrarse débil, de apoyarse mutuamente silenciosamente, de la solidaridad que tenia con todos a pesar de ser tratada mal.

Nunca sabría como salir adelante sin ella, su conocida, su amiga, su compañera, su familia.

-Ban dice que porque no le contestas. Y que por lo menos hagas una fiesta en la nueva casa-

-Mañana tengo trabajo-

-Lo se-

Ambos hermanos se miraron, sintiendo extrañamente que algo les faltaba. algo que nunca regresaría.

*

Una casa nunca se había sentido tan sola, a pesar de estar llena de muebles y lujos que por alguna razón se sentían tan vacíos. Este no era su hogar y al pasar de los días, se sentía menos como uno.

Y a menudo lo demostraba quejandose de la mínima cosa "molesta" o que al menos para el lo era.

-Que cortina mas fea-

-¡Las puertas corredizas son lo peor!-

-El patio tiene mucho pasto-

-Esa pared es muy blanca-

-¡En esta casa todo se pierde!-

-Al menos antes si sabia donde quedaban los enchufes-

-Genial, ahora tengo que aprender de nuevo cual es la agua caliente y cual es la fría-

-La maldita manguera no llega hasta donde debería-

-¡solo llena una barrica y riega con eso!- su hermano (evidentemente) estaba arto de la negativa del rubio ante la nueva casa, aunque claramente a el la mudanza tampoco le había beneficiado del todo, el no se quejaría por el ultimo regalo que les dio la que consideraba su hermana.

-Es mucho trabajo- El azabache, molesto por toda la situación, tomo una barrica y la comenzó a llenar de agua- si no quieres ayudar ve a limpiar-el blondo se cruzo de brazos arrogantemente -Este piso es imposible de barrer-

-¡ENTONCES VAS Y- -Justo cuando el azabache estaba por explotar mental y físicamente, sonó el timbre (del cual Meliodas ya se quejo anteriormente) avisando que el invitado ya había llegado.


-Que casota- murmuro el albino de ojos deseosos. -¿Bromeas? la manguera es muy corta, el patio muy grande, las ventanas muy feas, el timbre suena horrible y- -

-Oye Meliodas, para tu furia un rato. Esta casa ni siquiera la compraste tu- Esa una verdad irrefutable, ni siquiera pagaba la luz, agua o los servicios necesario para que funcione. Y francamente se sentía apenado - Estuviste toda la semana queriendo venir, ya estas aquí-

-¿Y hablaste con ella? ¿o era demasiado tarde?-

-¿Tu que crees?- Nunca creyó que el miedo a no ser demasiado bueno para ella le haría tanto daño, nunca supo como hablarlo. se tardo demasiado.

-¿Por que no te disculpaste antes? - Tal vez el mismo miedo lo perseguía de todos sus intentos, probablemente estaba muy ocupado siendo indiferente y fingiendo que las cosas el importaban menos de lo que en verdad lo hacían. tal vez la daba por hecho, tal vez -Las cosas pasan por algo-

-No me vengas con que así es el "destino" si quieres algo, lucha por ello- ¿Y si lo amas? ¿Amar no es dejar ir? ¿es aferrarte hasta el final? siempre había creído estúpidas las dos respuestas. "es una excusa para justificar tu situación actual" decía. Y ahora, ahí, contemplando su situación actual, comprendió el porque había dos respuestas.

¿Luchar por algo aseguraba el triunfo? ¿O solo el destino podría hacerlo?

-No hay por que luchar, no hay una relación que mantener-

-Hace años dejo de haberla-

*

¿Era demasiado tarde para perseguirlo? ¿Para dejar a un lado todo lo que le había hecho y perdonarlo?

No. Dejaría que se ahogue en arrepentimiento y en lamentos, como ella lo haría en el humo que la intoxicaba poco a poco, como sus mismos pensamientos.

Era calmadamente extraño. El tiempo pasaba tan rápido para ella, intentando superarse una y otra vez con el deseo de que el la quiera, al menos por un momento.

Todo estos años el tiempo paso tan rápido para ella, olvidándose de lo bueno y de lo malo, estando alerta todo el tiempo esperando un momento de clama entre días, entre los viajes, entre las cajetillas que se acababa. Pareciendo extrañamente calmada para los demás y ellos pareciendo tan borrosos para ella.

Y ahora, sin la espera constante de su aprobación, de un "Te quiero" por parte de el, el tiempo pasaba tan lento que podría percibir el movimiento de sus pestañas al parpadear, del humo saliendo de su boca.

Y a pesar de todo, ojala hubiera sabido que me querías.

*

El tacón chocaba con el piso marcando los segundos pasar, paseando sus ojos por la habitación tan rápido que pensó que se quedaría bizca, esperando su turno a pesar de estar completamente sola, siendo acompañada únicamente por las recepcionistas con las que su dialogo había sido resumido a detalles de su primera consulta.

-Elizabeth Goddness- Y cuando los tacones por fin tocaron el suelo. Ella entro, a lo que seria su primera consulta con el psiquiatra.

*

A pesar de los meses que habían pasado desde su "separación" los dos sabían de primera mano, que nunca podrían dejar de verse, como si de una pareja en separación se tratara. El sabia de ella como ella sabia de el. Y la pura verdad, es que nunca podrían dejar de quererse como el mas puro de los amores.

Ella nunca podría olvidar las flores que el le dio, las mismas que marchitaron por los años, separando sus pétalos al son de la misma separación de su relación.

El, no podía evitar sentirse molesto por no intentarlo, convencido de que ella no le había dado tiempo, cuando la pura verdad es que el careció de algún esfuerzo.

¿Cómo su orgullo logro apoderarse de el?¿Cuándo los prejuicios lo orillaron a esto?

Privándose tanto tiempo de los sentimientos, mordiendo su lengua cuando sentía que estaba al borde de soltarlos, solo un mal habito.

Ella ignorando los suyos, convencida de que el humo algún día se disiparía, solo un mal habito.

Insatisfechos con su vida, de sus decisiones tomadas, del mal que ambos se hicieron entre si ¿Cómo se curaba una herida que les había hecho tanto daño? mas allá de lo que ellos podrían ver, como el tumor que crecía con mas fervor en su cuerpo y a pesar de que ellos alardeaban de su gran inteligencia ante quienes los rodeaban, seguían siendo tan ingenuos al no ver que, aquello que les faltaría por siempre, era la otra mitad de su vida.

Porque simplemente ellos tenían una conexión tan grande que ninguno entendería jamás, porque no había un mundo donde uno podría vivir sin la existencia del otro.

*

-Ya están listos los cocteles por lo que veo - Dijo el albino paseándose lentamente por la mesa en donde las copas con diferentes adornos y liquido de diferente color resaltaban. Viéndose tentado por tomar algunos -Ni lo pienses- El alto suspiro frustrado, esperando hacer una distracción demasiado convincente como para robar solo alguno -Vamos, son para la fiesta. Aparte, tengo que verificar si son seguros para tomar - Su mano se acercaba cada vez mas, hasta casi tomar na copa. A no ser porque el rubio lo habia estado vigilando, manoteandolo -Los de la fiesta están allá - apuntó a otro lado, confundiendo al albino.

-¿Y por estos tienes que pagar comisión o como?-

-Estos son...especiales- "Especiales" por uno decir de Elizabeth, claro. -¿Les echaste veneno o algo?-

-No seas idiota-

-Ni siquiera sabes si realmente vendrá- insistió, intentando tomar nuevamente el vaso- ¡Que no los agarres!- Tal vez era estúpido pensar que ella realmente pop iba pero la esperanza es lo último que se pierde.

¿No?

-Si, lo último que se pierde- se dijo a él mismo de nuevo, cuidando a toda costa la mesa de cócteles especiales para ella. Durante una hora, dos, tal ves tres, ¿cuatro?, cinco sin exagerar, o seis.

¿Por que vendría? ¿A quien engañaba? Ella nunca creería que el cambiaria, deberia dejar que el borracho  de su mejor amigo tomara los cocteles ¿que mas da?

-¿puedo tomar uno?- 

-...¡POR FAVOR!...q-quiero decir, claro-


-Ahora que volviste, puedo decir, siempre supiste la manera de impresionarme- la veía ahí, junto a el tomando cafe y no lo creía, aunque, no podía decir lo mismo de ella. Era Géminis, el mundo se podría estar destruyendo y ella lo hubiera esperado, rio al imaginar esa escena.

-Sabias que volveria- 

 -tal vez...- 

-Me extrañaste, no te hagas el despreocupado-  Penso que lloraría, tal vez le rogaría un poco que ya no lo "dejara" aun sabiendo que el fue el culpable. Pero en vez de eso, lo inundo una felicidad y paz infinita. aunque claro, el miedo de que se fuera estaba presente, tanto, que tuvo que tomarla del brazo, como cuando eran pequeños. la tomo. fuerte, como cuando cruzaban la calle o cuando algo no salía tan bien. 

Pero se tenían. Se tienen.


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Lamento las faltas de ortografia 

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