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I will — Mitski

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Después de terminar lo que quedaba de asuntos y papeleos, se encerró en lo que podríamos llamar "su habitación".

Se tiró a la cama mirando al techo. Esta maldita pesadilla por fin terminó.

Ya no iba a tener que esconderse él y la Agencia Armada de Detectives porque medio mundo los estaba buscando, ya no tenía que quedarse a dormir en el "Cuarto de Anne", ya no tenía que estar auxiliando a los heridos junto al chico tigre.

Ya habían encontrado el antídoto para finalizar la epidemia de vampiros, y le pusieron pena de muerte a Fukuchi. El cuál, murió en prisión.

Los "Perros de caza" si así se les podria llamar a la organización ya disuelta, estaban por fin todos reunidos compartiendo un apartamento, con ahora Tecchou siendo parte de la Agencia.

Los mismo con la decadencia. Fyodor y Nikolai decidieron retirarse "por un tiempo" a la madre Rusia, mientras que Sigma, ahora miembro oficial de la Agencia Armada de Detectives, era el nuevo mejor amigo de Atsushi.

Y todo resultó tener un final feliz, ¿No?

Para Mushitaro Oguri, aún no.

Su habitación estaba a medias oscuras, con las cortinas cerradas cubriendo la luz del sol que entraba por un pequeño orificio.

Solo quería cerrar los ojos un momento y tomarse la vida para dormir.

Cerraba sus ojos dorados lentamente.

Pero vio una sombra.

—No otra vez...— Pensó para sus adentros.

El ambiente se quedó en silencio. Seguía en su habitación, pero la sombra estaba a su lado, sentada en el borde de la cama.

—¿Qué quieres ahora? ¿Volverás a atormentarme hasta el fin de mis días?—

—Ambos sabemos la respuesta de eso. — Dijo el de kimono.

—Yokomizo, estás muerto, solo déjame en paz hasta.... ¿30 años?—

—Pff, ¿30 años? Estarás todo canoso, mejor te llevo conmigo ahora- —

—No, tengo nuevas cosas que hacer. — Dijo mientras se dejaba caer de nuevo en el colchón. —Solo eres una ilusión. Ya no existes e incluso puede que me haya superado. Tengo.. "amigos" ahora. —

—¿Amigos? Vaya, ¿Tus amigos siguen siendo los fantas-—

—¡Oguri-san! ¡Llegamos! ¡Ábrenos la puerta o la rompemos con la hacha! —

—Estos hijos de... Mira, ¿Hablamos luego si?—

—Pero Mush-—

—Adiós. — Lo siguió ignorando y abrió la puerta para encontrarse con el mismísimo Ranpo Edogawa y Edgar Allan Poe.

—¿Con quién hablabas, Mushitaro-san?— A penas el mencionado les abrió, se encontró con Ranpo apoyado en el marco de la puerta.

—E-Era una llamada, no me hagan pregun- —

—¡Muy tarde! Porque tú no estabas en una llamada, mi querido Mushitaro. Estabas hablando con el fantasma de Yokomizo. Y no me digas que no. Siempre lo haces. — Dijo ingresando a la habitación y sentándose en la cama.

—...—

—Bien, cambiando de tema, ¿Ya alistaste tus cosas? — Dijo Ranpo mientras le daba una mirada a la habitación.

—...¿Qué cosas? — Preguntó el oji dorado.

—¡Te vas a mudar con nosotros! ¿O acaso te olvidaste? — Exclamó el detective.

Y era verdad.

Como Mushitaro ya no tenía nada que hacer, no tenía compañía y se sentía solo, Ranpo optó por llevarlo a vivir con él y Poe en una casa.

Y se olvidó hacer las maletas.

Eso, más estuvo melancólico y cansado.

—A-ah, bueno. Pues las hago ahora. — Dijo el de traje turquesa y empezó a sacar todo.

Karl se sentó en la cama y Poe se sentó junto a Ranpo viendo al azabache hacer sus maletas.

—¿No crees que Oguri está alucinando con su amigo? — Dijo Edgar en un susurro.

—Tal vez sea el trauma de lo que sucedió "ese día". Tal vez no lo pueda superar y tal vez lo extraña tanto que él mismo se contradice con que "lo odia" cuando en realidad apreciaba a el escritor y no entendía porque su obsesión con la literatu-—

—¡Ok señor "mejor detective"! Ya adivinó todo, cierra la boca Ranpo. — Exclamó Mushitaro volteando a ver al de boina y su amigo sentados.

—Bien, me callo..... ¿Sabías que las personas con sentimientos culpables son los más propensos a asustarse con sonidos extremadamente fuertes? — Dijo Ranpo mientras reproducía lo que parecía ser un sonido de un tren extremadamente saturado.

Parecía que Ranpo tuviese todo planeado..

—APAGA ESA MALDITA COSA EDOGAWA-— Volvió a gritar Mushitaro.

—Ja! Funcionó. — Dijo Ranpo apagando el celular. —Bien, perdón por distraerte, ahora si continúa. —

El azabache continuó alistando sus cosas, una por una. Así sean accesorios, útiles para baño, edredones, todo alcanzaba.

Casi para finalizar, encontró lo que parecía ser un marco con la foto de él y Yokomizo en la secundaria. Usaban unos uniformes color azul oscuro.

Y ahí es cuando Mushitaro abrió los ojos de sorpresa.

¿Tanto se había olvidado de la apariencia del castaño?

Su ojos, una mezcla de azul con verde. La luz del sol los iluminaba y él parecía alegre.

Su piel, un pálido oscuro que parecía un bronceado. Más las pecas que lo acompañaban.

Sus labios, un rosa oscuro que se encorvaba en una sincera sonrisa.

Su cabello, un castaño claro, que con el sol, se podía ver que tan suave era, y que tan radiante se iluminaba.

Era 3 centímetros más pequeño que Mushitaro.

Oguri solo tiró la foto y retrocedió lo más posible, con sus manos en la cara.

—OYE, MUSHITARO, ¿QUÉ PASO?—  Ranpo y Poe se acercaron al de ojos dorados como el sol.

El mencionado simplemente se echó a llorar al pie de la cama. Los otros dos solo se dedicaron a consolarlo y sobar su espalda en círculos.

Al final lo ayudaron a empacar sus cosas, incluida la foto de Yokomizo y él.

Fueron en un taxi hacia la nueva casa y bajaron las cosas.

—Bueno, gracias por acompañarme.— Dijo Mushitaro con una voz un poco rota de tanto llorar.

—Nah, no es nada, ¡Vamos a hacer pijamadas cada domingo! — Dijo Ranpo tomando a Karl y abrazarlo.

—Y tal vez leeremos alguna que otra cosa — Dijo Poe mientras se amarraba el cabello.

—Me gusta la idea. Aunque creo que ya es tarde. — Comentó el de ojos dorados mientras se iba a su habitación.

Luego de que todos se fueran a su habitación Mushitaro solo se dedicó a taparse con las sábanas mientras miraba el techo como siempre.

—¿Otra vez sobre pensando?— Dijo mientras se sentaba en el pie de la cama.

—Bueno, esta noche dejaré que te quedes. — Susurro mientras se echaba de costado.

—Hmm~ Mushi, siento que algo te pasa... — Dijo el sin cara.

—No, estoy bien. Solo que me sigo sintiendo culpable de todo lo que pasó, ¿Sabes? —

—Ambos sabemos que el impulso te ganó. Solo puedo decir una cosa. —

—Deja de ilusionarme, Yoko. —

—Después de todo, probablemente no todo sea lo que parezca. —

—..¿Qué? —

—No puedo decirte más. Solo descansa, ¿Sí? —

—Está bien. —

El fantasma simplemente se desvaneció y el azabache se quedó dormido.

Claramente, después de todo, no todo sea lo que parezca.

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Hola muy buenas-

Volví con fanfic nuevo y rareship (¿

Medio server me está atormentando, ser admin no es fácil gente.

En fin, ¡disfruten este fic!

-Luci_D