XXXVIII
Verlo acariciar y encima besar a su mujer hizo que tuviese el deseo de asesinar a su parabatai, enserio que quería, pero se contuvo, todo tenía una explicación o al menos eso esperaba, ahora que era libre de toda manipulación sabía que había obrado mal a pesar de hacer todo de manera inconsciente, no podía reclamarles nada aunque quisiera así que tenía que tener mucho cuidado al dirigirse a ellos.
Los vio sonreirse y su sangre ardió, dio un paso para hacerse notar pero ellos aún seguían en su burbuja hasta que Alec busco alrededor de la pelirroja y no encontró nada.
- ¿Donde están nuestros niños?, quiero conocerlos
Una vena saltó en la frente de Jace y de no ser por Tessa y por su bebé que estaba dormidita en sus brazos ya lo hubiese molido a golpes.
- No lo se, pensé que..., - Clary entró en pánico al no encontrarlos a su lado - yo tampoco los he visto debo haberme desmayado. Alec ve a buscarlos, por favor, quiero verlos, Rafael prometió cuidarlos.
Alec iba a salir de la habitación para ir en busca del ángel pero cuando levantó la vista se percató de la presencia del rubio que estaba en la oscuridad y no estaba solo, llevaba en sus brazos un pequeño bulto rosa.
- ¿Qué haces tu aquí? responde
Clary volteo y vio ahí a su ex, su ceño se fruncio por el enojo pero el pareció no notarlo y se acercó a ella depositando en sus brazos a la pequeña bebé. Le costo desprenderse de ella pero Clary ya estaba derramando lágrimas por la ausencia de sus hijos así que de inmediato trató de reconfortarla pero ella ni siquiera lo miro, la pelirroja estaba inspeccionando a su hija junto a Alec quien le sonreía feliz.
- Es tan pequeñita pero ¿dónde estan Alexander y Adrián?
Jace abrió la boca sorprendido ¿qué había dicho esa mujer? Justo cuando iba a preguntar entró Jem.
- Hola Clary y hola para ti también Alec, por cierto tienes a Alexander frente a ti y Adrián está...
- No ellos Jem, me refiero a mis hijos hemos decidido que sus nombres serían en honor a su padre y a nuestro mejor amigo.
- Yo soy su padre...
Jace estaba furioso y todos pudieron sentirlo pero era lo de menos para la pareja de esposos.
- Deja de decir estupideces y lárgate no te quiero aquí
- Tenemos que hablar Clary
- ¿Hablar? no tenemos nada de que hablar, las cosas están claras entre nosotros, te agradecería te fueras y nunca vuelvas.
- Tenemos mucho de que hablar, sobre todo de "nuestros hijos" y también debo explicarte...
- ¿Nuestros?, no hay ningún nuestros, son míos y de Alec, eso quedó claro hace mucho.
- Se que dije muchas cosas que...
- Ya basta, Jace no tenemos nada que hablar contigo, es mejor que te vayas de esta casa y...
- Alec estoy hablando con Clary
- Sra. Lightwood a partir de ahora, dirígete a ella como Sra. no me gusta que te tomes esas confianzas con mi mujer
- ¿qué...?
Jem, Tessa pero sobre todo Jace se sorprendieron por lo que había dicho Alec. Invocando al dios de la paciencia el rubio trato de hablar calmadamente aunque por su expresión estaba ardiendo en furia.
- Se que quieres castigarme por todo lo que paso, pero por favor no vuelvas a llamarla tu mujer, ella es mi...
- ¿Castigarte? No se a que te refieres solo quiero que te vayas y dejes a mi esposa en paz.
¿Esposa? Jace quedó en shock no solo por las palabras de Alec las cuales hubiese tomado como una forma de venganza por la canallada que les hizo, sino porque ambos levantaron sus manos mostrándole la alianza matrimonial. Al ver que todo podría descontrolarse Jem decidió intervenir, el ya había visto la alianza en la mano de Clary pero no penso que fuera real.
-Dejemos esta plática para más tarde hay algo urgente que debo decirles y la verdad no se como hacerlo.
Después de tomar una gran bocanada de aire les relató todo lo sucedido obviando la petición del demonio, conforme iba hablando clary entró en una crisis nerviosa y Alec la aferró a su pecho acariciando sus cabellos. Clary estaba sufriendo y su sufrimiento era el sufrimiento de Alec.
- ¿A dónde se los llevó?, ¿dijo algo?
Quería decirle, pero aún tenía que discutirlo con los demás así que decidió callar
- No Alec, no sabemos a donde se los llevo. También nos atacó he hirió a Robert, pero tranquilo tu padre está fuera de peligro y trato de matar a...
- Habla Jem que más paso.
Ante el silencio de Jem fue Tessa quien siguió relatando lo sucedido y le dijo que Magnus estaba agonizante en una de las habitaciones de la residencia.
Todos lo miraban atentamente esperando que saliera a buscar al brujo desesperadamente pero Alec solo se acomodó al lado de Clary reconfortándola.
- ¿No piensas ir a ver como esta?
- No tengo porque, no somos nada, en todo caso que vaya Jace que es quien se lo está follando
Después de decirles eso los hecho de la habitación y se subió a la cama junto a Clary y a su desde ahora pequeña princesa.
Alec paso horas al lado de Clary analizando todo lo que Jem les había dicho y al igual que la pelirroja estaban seguros que les ocultaban algo así que fue en busca de respuestas y encontró al único ser que se las daría.
- Simón ven conmigo.
- Izzy me está llamando así que...
Alec ya no le dijo más, se lo hecho al hombro y lo llevó con él, Clary se encargaría de sacarle hasta la primera papilla.
Después de varios minutos aún no conseguían hacerle hablar así que su amada amiga no tuvo más opción que usar un método más interesante, la tortura. Sujetó a Simón por los testículos tan fuerte que hasta a Alec le dolió y no lo soltó hasta que le dijo todo lo que quería saber. Despues de ello lo dejaron ir, el pobre caminaba con las piernas arqueadas por el dolor que aún sentía y tuvo la mala fortuna de ser visto por Jace.
- No digas nada teñido que la culpa es de tu ex, la maldita me reventó las bolas.
- Lo siento, todo es mi culpa... es mi culpa
- Ya basta Alec, por favor..., yo no te culpo, culpo a ese maldito demonio.
- Te juro que los traeré de regreso, voy a devolverlos a ti, así tenga que venderme por ello.
En la madrugada cuando todos dormían Alec se escabullo en la habitación de Magnus. El verlo jadeando por la fiebre y el dolor, con su piel roja por las quemaduras y en algunas partes aun con la carne expuesta lo hizo derramar lágrimas, le había deseado mal no lo iba a negar, pero nunca deseo esa terrible agonía para el.
- ¿Que haces aquí niño?
- Asmodeo, no te sentí - volvio a mirar a Magnus y acercó su mano para acariciarle pero se detuvo a un par de centímetros de tocar su piel - pensé que Adrián...
- Hizo lo que pudo pero..., lo curó hasta caer en la inconsciencia y yo no puedo hacer mucho, mi energía demoníaca puede dañarlo.
Alec siguió mirando a Magnus unos segundos más y volteo para ver al demonio, se acercó a él y tomándolo por sorpresa unió sus labios.
Aún en el infierno que era su existencia en esos momentos Magnus abrió los ojos, lo había sentido, había sentido al único ser al cual estaba llamando a gritos en su interior, pero abrió sus ojos para hundirse en un infierno mayor vio claramente cuando Alec beso a su padre.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top