Capítulo 46
Capítulo 46
"No tengas miedo cuando todo se ponga oscuro, recuerda que en la oscuridad, es cuando salen las estrellas"
Kagura, jamás debió confiar en Naraku. El había prometido entregarle su corazón y seguidamente su libertad si obedecía sus órdenes. Ella cumplió, sin embargo, en cuanto el hibrido obtuvo lo que quería, volvió a arrebatarle su tan preciado órgano.
Kagura está nuevamente atada al destino de ese infeliz, sin embargo, había algo con lo que Naraku no contaba, la demonio resguardaba una réplica de aquel frasco. Este pequeño recipiente era capaz de absorber la vitalidad y fuerza del más poderoso de los demonios, hasta debilitarlo por completo, el proceso de decadencia era lento como una enfermedad terminal.
Una enfermedad que no tenía cura.
Y si pudo con un demonio completo, acabar con un hibrido seria sencillo.
–Me las pagaras–ella susurro sonriendo con malicia, mientras aquel frasco que parecía no contener nada brillaba entre sus manos.
–¿Qué es eso?–Hakudoshi murmuro.
–¿Acaso importa?–cuestiono con irritación–lo que importa es saber si ¿estás conmigo o no?–ella dijo con las cejas erguidas.
Hakudoshi permaneció en silencio, la verdad era que no le gustaba ser la marioneta de Naraku, aborrecía la idea de que su existencia dependiera de ese sujeto desagradable, si él se unía a Kagura y lograban destruirlo, finalmente tendría la libertad para conseguir un corazón propio y hacer lo que desease... pero si no lo lograban, lo único que conseguiría seria la muerte.
¿Vivir siendo un esclavo?
¿Morir luchando por su libertad?
Cuál era la mejor decisión.
...
"Las despedidas más doloras son aquellas en las que no estuvimos presentes"
¿Cómo decirle adiós a la persona que amas?
–Inu ya sha–el nombre fue dicho en voz baja y con pausa, el mitad bestia podía ver como el alma de la sacerdotisa, se negaba a mantenerse en pie.
Él apretó los dientes y la observo con profunda tristeza–Aome, lo siento...–susurro, y varias lagrimillas se acumularon alrededor de sus ojos. En este punto Inuyasha no sabía si lloraba de tristeza, rabia o de impotencia.
En cambio Aome estaba devastada, ella cayó de rodillas sobre el césped, una expresión de shock se apodero de su rostro, los labios resecos y tembloroso, sus grandes ojos marrones pasaron a ser totalmente negros, ella no podía ver otra cosa que no fuera la imagen del youkai apareciendo en su mente.
Sesshōmaru y su cabellera plateada.
Sus ojos dorados.
Su sonrisa altanera y su ceño fruncido
Sesshōmaru ya no estaba.
Él ya no estaba... entonces ella grito y cerró los ojos con fuerzas, mientras cientos de lágrimas caían a través de sus parpados y rasgaban sus rosadas mejillas, ella no sintió el aire tocar su rostro, lo único que sabía es que esto dolía, que esa presión en su pecho no se iría jamás, no escucho las voces de sus amigos, pero podía oírse a sí misma gemir sin pausa como un animal herido, luchando por recobrar el aliento.
Todo su cuerpo temblaba al borde del colapso y aunque estaba de rodillas ella podía sentir sus piernas flaquear.
Y había algo mal con su corazón porque ella podía sentir como este estaba hecho pedazos, este dolor, esta angustia de saber que no volvería a verlo, era incluso peor que morir.
Ella había fallado, se había ido y no regreso a tiempo.
–Sesshōmaru...
No había podido decirle cuanto lo amaba, fue un tonta por haberse enojado así.
Si hubiera regresado antes, lo hubiera regañado por ser tan frio y arrogante, pero al final del día estaría durmiendo a su lado.
Pero ahora...
No sentiría su calor, tampoco aquel aroma tan varonil que desprendía.
Él se había ido.
–¡Aome cuidado!–la voz de alarma se escuchó por todo el bosque, la morena regreso a la realidad de golpe y lo siguiente que sintió fue como su cuerpo era rudamente levantado del suelo y se elevaba por los aires.
Ella busco con la mirada al causante y se encontró con una gigantesca Kirara tomado entre sus fauces sus prendas futurísticas, luego su vista fue hacia el suelo, aquel lugar en donde estaba llorando, un tentáculo de Naraku había atravesado la tierra y si no la hubieran quitado, probablemente hubiera muerto.
Aome tendría que concentrarse o pondría en peligro no solamente su vida, sino también la de sus amigos.
Naraku estaba dispuesto a acabar con aquella guerra de una maldita vez, ese pensamiento hizo enfadar a la miko, se sujetó del pelaje de la gata y se las arregló para llegar hasta su lomo–Kirara, necesito mi arco–esta dijo en un susurro, el animal comprendió de inmediato y esquivando ataques se abrió camino hasta llegar al suelo, en donde yacía abandonado aquel arma.
Inuyasha realizo el viento cortante seguidamente una flecha de la sacerdotisa Kikyo surco el aire, pero aquel hibrido fue lo suficientemente rápido para esquivar la flecha y detener la ráfaga del Inu.
Por otro lado Miroku absorbía varios monstruos a través de su manos, con ayuda de Sango y su bumerang pronto lograron reducir el número de enemigos, pero varios insectos del infierno, lograron que el monje cerrara su mano e hiciera hizo de su báculo y pergaminos mágicos.
Un grupo de hombres apareció de la nada, Jaken venía con ellos, se trataba del ejército enviado por Irasue, quienes rápidamente se pusieron a un lado del monje y la exterminadora, y otros seguían los pasos de Aome.
Su deber era protegerla a costa de su propia vida.
–¡Amo Sesshōmaru!–repetía desesperado el demonio verde–¡Amo Sesshōmaru!–el miro a la mujer de su amo y supo que las cosas estaban mal, además no veía a su señor por ninguna parte.
Uno de los demonios que protegía Aome, cayó siendo derribado por una espina creada por Naraku, la morena vio horrorizada, su espíritu bondadoso la llevo a socorrer al hombre e intentar de alguna forma detener el derramamiento de sangre. Esos segundos fueron suficientes para Naraku, quien envió un nuevo ataque a traición hacia la miko, el cual afortunadamente fue impedido por otro de los guerreros pero a causa del impacto arrastro a su señora con él.
–¡Aome!–el grito de Inuyasha alerto a los demás.
El cuerpo de Aome quedo cubierto por pequeños raspones, que rápidamente se volvieron hilos de sangre, llevo una mano a su estómago, por alguna razón ese lugar le dolía más que ningún otro, apretó los dientes y se puso de pie, esta vez kirara estaba a su lado nuevamente.
–¿Te encuentras bien?–Sango cuestiono, la morena solo asintió y le dio un pequeña sonrisa.
Lo cierto es que todo su cuerpo dolía como el infierno, pero ya habría tiempo para tratar sus heridas, ella estaba decidida a acabar con Naraku, vengaría la muerte de su amado youkai.
Inuyasha fue apresado entre los repugnantes tentáculos del mestizó, sus extremidades estaba siendo fuertemente apretadas, para impedirle todo tipo de movimiento y que no lograra escapar.
–Naraku–la morena dijo, este la observo con altanería mientras rodeaba el cuello del Inu para estrangularlo.
–Si intentas algo, lo matare–El aludido rio, un gesto cargado de desprecio y maldad–Oh, pobre, pobre Aome–comenzó con burla–Has perdido al hombre que amas, fuiste lo suficientemente estúpida, para dejarte engañar por mí–él se rio del gesto de sorpresa en la joven miko–¿Acaso no lo esperabas? Claro que no, estabas tan centrada en el dolor, que no tuviste la sabiduría para verlo, disfrute tanto ver como descargabas tu furia en Sesshōmaru, lo arruinaste todo.
–No lo escuches–Inuyasha gruño la palabras entre dientes, antes de que presionar el agarre en su cuello.
Esas palabras calaron muy dentro de la joven, Naraku provecho esto–Sabes Aome creo que Sesshōmaru está mejor sin ti, que fortuna le traería vivir con una mujer que no confiaba en él–Ella gimió abriendo los ojos, ¿y si él tenía razón?–No tuviste reparos en abandonarlo, y no fuiste capaz de llegar a tiempo, siento lastima por ti–agrego extendiendo una de sus manos hacia la morena, de esta salió la perla de Shikon oscurecida–Dime Aome ¿deseas estar con Sesshōmaru?
–N-no–nuevamente Inuyasha balbuceo, pálido por la falta de aire.
–No lo escuches, frente a ti esta la oportunidad de estar con él–la perla se elevó hasta quedar frente a sus ojos–Pide tu deseo a la gran perla de Shikon, Aome: ¨Deseo ir con Sesshōmaru¨.
La duda en el rostro de la joven era notoria, varios recuerdos llegaron a ella gracias a la influencia de la perla, la tristeza de la joven aumento, al igual que su anhelo por ver al demonio.
-"Siempre Supe que terminarías de rodillas ante mi"- escucho la vos burlona de Sesshomaru, que paso a su lado sin intenciones de ayudarla.
Volvería a escuchar sus respuestas sarcásticas y, sus sonrisas burlonas.
Le recordaría cada día que primer beso, el que despertó cientos de sentimientos dentro de ella.
–Deseo–Naraku pronuncio con una sonrisa.
–...Deseo–la morena repitió hechizada.
"–Coloco una mano en cada uno de los firmes hombros, y alzándose de puntillas sobre sus propios pies, Aome le miro mucho más sonrojada, se inclinó hacia el lentamente...
Se acercaba más a sus labios... les dio un pequeño roce primero y entonces comenzó a temblar... Sesshōmaru se inclinó un poco y junto más sus labios, la morena jadeo moviéndolos con suavidad y se separó...–"
Ella no llego a tiempo, así que no tuvo la oportunidad de despedirse y de decirle que lo amaba... pero si pedía el deseo, podría decírselo todos los días.
–"Te amo"- repitió avergonzada-"¡Te Amo Sesshōmaru!"- grito, y el mencionado relajo sus facciones.- "No estoy mintiendo, finalmente te dije lo que sentía"-se animó a sonreír, incluso aun, de no haber obtenido una respuesta, pero tampoco un rechazo-"y aunque no correspondas mis sentimientos, quisiera permanecer a tu lado"- unió sus manos formando una súplica, cerrando los ojos con fuerzas, seguramente estaría más roja que un pimiento.
-"Si te atreves a dejarme, te matare"–
–Ir...
Una lagrima surco su rostro–Ir–gimió.
–"Yo Sesshōmaru, te tomo a ti mujer como mi legitima compañera, cuidare de ti hasta el final de nuestros días"–
Mis días...
Los días que pasaron después de su boda no fueron los suficientes, no celebraron su primer mes, y ningún tipo de aniversario, Sesshōmaru no la escucharía contar anécdotas graciosas sobre ese día tan especial. Aome deseaba compartir tantas cosas con el youkai...
Naraku lo estaba logrando–Con Sesshōmaru
–Con-
–Dilo Aome es la única manera de estar con el–siseo el mestizo, sus ojos rojos brillando con maldad–muere para estar a su lado.
–Yo Deseo...–ella dijo y el recuerdo de un día golpeo.
–"Yo Aome, te tomo a ti como mi legitimo compañero, mi vida te pertenecerá eternamente, incluso más allá de la muerte, seguiré siendo tuya"–
–Te equivocas –ella dijo de repente en voz baja, nuevas lagrimas se hicieron presentes–Siempre estaré con Sesshōmaru–aclaro con seguridad–Se lo prometí y por eso no necesito pedir nada.
Naraku rio–Eres una estúpida, no tendré más remedio que matarte–arrojo aun Inuyasha inconsciente lo bastante lejos, para centrase en atacar a la joven. Sango, Miroku y Jaken se habían alejado de la zona de batalla, pero seguían enfrentados con varios demonios.
Un tentáculo estuvo a punto de alcanzarla, pero este fue destruido gracias a una de las flechas de Kikyo, quien se encontraba sumamente agotada sin embargo su deseo por exterminar al mestizó, seguía impune–Aome...–esta dijo acortando los pasos–Ten, esta flecha fue hecha en el lugar donde el bandido Onigumo yacio...–comento agitada.
–Pero Kikyo–
La morena negó–Destruye a Naraku, yo no tengo las fuerzas suficientes para hacerlo–se apresuró a decir–confió en ti, y por favor confía en tus poderes
Aome asintió con convicción, le dedico una mirada llena de seguridad a su antepasado.
–Cualquier cosa que estén tramando–lanzo varios tentáculos contra ellas–¡No funcionara!
Kikyo fue la primera el lanzar una flecha, pero lo hizo con el único fin de llamar su atención y cuando Naraku fijo su vista sobre ella, fue el turno de Aome
Tenso la cuerda todo lo que sus adoloridos brazos le permitieron, con la suficiente fuerza para que el ataque diera a toda velocidad sobre el blanco, la morena cero los ojos momentáneamente centrando todo su energía espiritual, en la punta de metal.
–Ve–Soltó el aire retenido en sus pulmones, segundos después de soltar la cuerda, la flecha atravesó el aire formando un silbido a su paso.
Kikyo había atacado a Naraku otra vez, destruyendo finalmente su campo de energía, por lo que el disparo de Aome logro alcanzarle el hombro, este gruño y soltó un grito adolorido, aquella energía comenzaba a quemarlo.
–¡Viento cortante!–el grito del ya lucido Inuyasha alerto al mestizo, parte de su ataque logro alcanzarlo, volviendo pedazos su carne, desesperado Naraku huye dejando una gran nube de veneno y un ejército de monstruos, para entretenerlo e impedir que siguieran atacándolo.
El maldito logro escapar.
...
Kagura ingreso a la habitación, luego de sentir la presencia de su creador, lo hayo rodeado por un poderoso campo de energía y allí sobresaliendo de su cuerpo despedazado se encontraba la flecha de la sacerdotisa.
–Naraku, ¿Qué ha sucedido?–cuestiono sonando preocupado la bella demonio, ella podía saber que le dolía, por las frecuentes muecas que se formaban en su rostro, además de los quejidos que torpemente trataba de retener.
Destellos de luz se emitían a través de la herida–Estas siendo purificado...–balbuceo incrédula, Naraku la observo de reojo, Kagura debía de fingir y poner su mejor cara de preocupación o su plan no funcionaría–¿Hay algo que pueda hacer?–cuestiono mortificada.
El negó–Con mi veneno será suficiente–aseguro.
Ella apretó los puños y cerró los ojos–No puedo verte así, en ese estado–susurro mientras una pequeña lagrima rodaba por su mejilla–Esos malditos...–siseo con rabia.
Ganándose la atención del moreno, este la observo minuciosamente, la mujer le atraía y estaba muy claro que el no dejaría pasar una oportunidad así, aunque no tuviera cuerpo en este momento, solo era cuestión de días para recuperarse y poder tomarla a su antojo.
–Kagura...–la llamo, la mujer seco sus lágrimas y levanto la mirada, sus ojos rojos brillando en preocupación verla así por él, era algo que le gustaba con inmensidad.
Ella gimió con pena, acercando la mano a la barrera acaricio el exterior–Entrégame mi corazón, yo misma volveré y acabare con ellos–aseguro con malicia, ese odio hacia sus enemigos fue suficiente para el mestizo–Deseo ver a esa mujer suplicando piedad–alego luego altanera.
El de ojos rojos pensó que era un gran plan después de todo, sus enemigos estarías agotados, sería más sencillos derrotarlos si no les daba tiempo a descansar, regresaría el mismo pero su cuerpo había recibido tal daño que le tomaría días recuperar sus parte y semanas en reponer energías.
El asintió y la sonrisa de la mujer se ensancho, un orificio se abrió en la barre por el cual la mujer metió la mano enseñando la palma, el hibrido materializo el corazón de su amante entre los dedos para seguidamente depositarlo sobre la mano de esta, y ser absorbido.
En ese preciso instante el mestizó comprendió su error, porque no era necesario que ella tuviera su corazón para luchar contra Inuyasha, muy tarde lo entendió, vio con horror como Kagura abría un nuevo frasco delante de sus narices.
Ante la sorpresa él no fue capaz de reaccionar.
El frasco fue abierto por completo y lo poco que quedaba de su vitalidad fue absorbido y lo que antes fue un día un, demonio llamado Naraku, ahora solo era un cuerpo disecado que no tardo mucho tiempo en volverse cenizas.
Kagura utilizo uno de sus ataques para exterminarlas de este mundo por completo.
Ella obtuvo su libertad, Naraku había muerto.
Continuara...
*Actualizando muy pronto porque quiero terminar esta historia, solo falta un capitulo mas y ya tendrán el final... si la imaginación me ayuda lo subiré mañana, porque quiero corregir un par de cosas, para quedar satisfecha*
*Como siempre les pido que me dejen su comentario, que yo siempre estoy al tanto de ellos, así que si tiene alguna duda esta es su oportunidad para saciarla
Por otro lado no olviden indicarme faltas en la narración y dejar su estrellita si les ha gustado*
¡Nos leemos pronto!
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