Capítulo 41
Capítulo 41
¿Alguna vez han tenido esa sensación de que algo va a salir mal, sin embargo la ignoran pensando en que quizás solo están algo paranoicos o son puras imaginaciones?
Bueno. Sesshōmaru se sentía así desde el primer momento en que la vio, la mujer le llamaba la atención pero no era de la forma típica que todos creen, era más bien compasión. Si eso era lo que Kagura despertaba en el cada vez que la miraba, su vida dependía de un ser deplorable como Naraku, un monto de basura y porquería.
Un adefesio de la creación.
–"Infeliz"
Sesshōmaru nunca fue más estúpido.
Kagura había manipulado a la perfección aquella pizca de pena que sentía hacia ella, él lo iba a pagar muy caro haberla despreciado.
Se inclinó sin fuerza hacia atrás y luego hacia adelante, Sesshōmaru la sostuvo con ayuda de su brazo derecho.
–"No deberías moverte"- él dijo sereno.
Entonces Kagura levanto la vista y el demonio se sorprendió al encontrar aquellos ojos color zafiro, repletos de lágrimas.
Ella sonrió débilmente y Sesshōmaru no pudo moverse.
La sintió temblare inclinarse aún más sobre él, los labios de la mujer estaban sobre los suyos.
Sobre los suyos.
Y él...
–"¿Qué significa esto?"
Una tercera voz se escuchó, Sesshōmaru la conoció de inmediato
No podía creerlo.
Se estaban besando, sus labios apretados juntos.
–"¿Cómo pudiste hacerme esto Sesshōmaru?"
Pero este ni si quiera se dignaba a mirarla, tan solo seguían ahí, besándose, como si ella no existiera, sus ojos se llenaron de lágrimas, se sentía tan tonta.
Ella era su esposa. Lo era
Jamás debió serlo, no debió bajar las defensas ante Sesshōmaru, dolía mucho más que cuando Inuyasha había elegido a Kikyo, el dolor se expandió a través de sus entrañas, entumeciéndola, paralizándola, sus piernas no reaccionaron, permaneció en silencio como una estúpida observando.
–"Detente"-Ella gimió y las lágrimas comenzaron a correr calientes a través de sus mejillas, su cuerpo se estremeció, con una mezcla de rabia y dolor puro.
No podía creer lo que estaba pasando, ella confiaba en él.
Y él era igual que Inuyasha.
No, Sesshōmaru era peor.
Los pies de Aome finalmente reaccionaron, pero en vez de dar la vuelta e irse lejos de ese lugar, extendió las manos hacia el frente, con la energía destellando en la punta de sus dedos–"¡Dije que te detengas!"– el grito se escuchó por todo el castillo, los empujo a ambos al mismo tiempo en que les daba una pequeña descarga espiritual.
Kagura emitió un pequeño grito adolorida, cayendo de rodillas.
Y Sesshōmaru gruño molesto, la piel le quemaba.
La mirada de Aome se endureció, cruzo los brazos sobre el pecho esperando una explicación.
–"No es lo que piensas"
–"¿A no? ¿Acaso estabas dándole respiración boca a boca?"- ella dijo sarcástica, reprimiendo las lágrimas–"¿Y desde cuanto a ti te importa lo que yo piense?"-gruño las palabras luciendo furiosa-"¡Te eh dicho que te amo y así me pagas!"–finalmente exploto.
–"Miko-"
–"¡Aome! ¡Me llamo Aome Sesshōmaru, apréndete mi puto nombre!"
El aludido frunció el ceño–"Esto es una trampa"–Aseguro mirando con desprecio a Kagura.
La morena se mofo soltando una risa–"Oh, claro el gran Sesshōmaru cayendo en un trapa"
El Youkai extendió una mano hacia ella, con intenciones de tocarla, pero Aome lo rechazo golpeándola con la suya.
Irasue también llego a la habitación en ese preciso instante escuchando toda la discusión, alertada por los gritos y principalmente a causa de la energía espiritual expulsada.
–"¿Acaso piensas que soy estúpida? Desde el inicio trajiste a esta mujer a esta casa"- señalo a Kagura quien estaba de pie observando en completo silencio, al igual que la misma Irasue-"A pesar de que sabias que me molestaba y no hiciste nada para sacarla de aquí"
–"¡Basta necesito que te tranquilices y me escuches!"-Sesshōmaru, la atrapo entre sus brazos, Aome se removió con fiereza, por otro lado Irasue no sabía que carajos hacer.
¿Proteger a su nuera?
O ¿proteger a su hijo?
Tal vez ¿Salvarse así misma?
–"¡Suéltame!"- la azabache utiliza su descarga espiritual, lo obliga a soltarla-"¡Te encuentro besándote con esta zorra adelante de mis narices y te atreviste a ignorarme"- dice dolida, nuevamente las lágrimas comienzan a caer, pero las parta con brusquedad-"¡Espero que lo hayas disfrutado, porque esto se acabó!"- sentencio.
La dama del oeste se quedó paralizada. ¿Su hijo había hecho qué?
–"¿Que estás diciendo?"- inquirió escéptico.
–"Me largo Sesshōmaru"–siseo rabiosa, con dolorosas lagrimas recorriendo sus mejillas.
Frunció las cejas con molestia–"¡De ninguna manera, dejare que te marches de aquí!"- advirtió.
–"¿A si?"- chillo molesta, las cejas le dolían de tanto fruncirlas.
–"¡Jamás!"–exclamo irritado.
Ella lo miro con odio mientas tenia los brazos en jarra–"¡Entonces no me reclames cuando yo accidentalmente caiga en una trampa y me bese con cuanto hombre se me cruce por enfrente!"-dicho esto Aome se dio la vuelta y salió caminado a toda prisa.
Dejando a un Sesshōmaru sumamente furioso y perplejo ante lo que acababa de escuchar.
A lo lejos se pudo discernir un feroz grito–"¡Tonto!"
La misma Irasue sintió temor de su propia nuera-"¡¿Acaso perdiste la razón?!"-ella estaba cargada de molestia y sobre todo desaprobación.
El aludido lucia repentinamente desorientado, fijo la vista sobre Kagura, quien lloraba en silencio luciendo aterrada, para luego dirigirla al rostro enardecido de su madre.
–"Sera mejor que tengas una buena explicación"- la dama pidió con la mirada severa, el sollozo de Kagura paso de ser tenue a uno sumamente lastimero y amargo.
–"Fue un error"–respondió dedicándole la más obscura de las miradas a la dominadora del viento.–"Yo no la bese fue ella quien lo hizo"- se defendió y entonces camino colérico la sostuvo del cuello, con su mano fuertemente apretada, le impedía la buena circulación del aire–"No vuelvas a tocarme"–amenazo, Kagura ni si quiera hacia intentos por defenderse, estaba demasiado débil, movía las manos con torpeza aunque estas no llegaban a tocar al demonio.
–"Suficiente Sesshōmaru"
Este la miro, como a quien mira cuando no recibe órdenes de nadie, aunque fuera su propia madre.
–"Sea ella la culpable o no tú, tenías la obligación de apartarla"
Luego de unos segundos más de una asfixiante angustia, la demoniza de ojos rojos cayó al suelo respirando agitada, en un intento de llenar sus pulmones.
Irasue la fulmino con la mirada–"Tú largo de aquí"–ordeno seguidamente los orbes de madre e hijo se encontraron en el silencio
–"Debo habl-"
–"Ni se te ocurra buscarla"–lo corto con agresividad, el menor la observo extrañado–"Tu mujer esta tan molesta que será un milagro sino te mata"–aclaro con seguridad–"De todas las cosas que podías haber hecho Sesshōmaru está en la más baja y desagradable de todas. Sabes perfectamente lo que opino sobre las infidelidades"–esto último lo dijo en un tono más bajo, casi amenazante después de todo su difunto compañero al había cambiado por otro mujer hace siglos atrás.
–"Fue una trampa"
–"¿Acaso he parido un tonto?"-Sesshōmaru no respondió–"No me salgas con excusas que ni tú mismo te las crees"–comenzó a caminar de un lado a otro reprimiendo las ansias de darle una buena tunda–"Si deseabas arruinar tu matrimonio por no poder tener hijos puros"– Sesshōmaru se sintió abatido, aquella acusación logro herirlo–"¡Felicidades lo has logrado!"–Irasue le dio una última advertencia con solo verlo a la cara, para rápidamente salir y buscar a su nuera.
El Youkai quedo sumido en el silencio absoluto.
...
No hacer nada significaba pensar en él y Aome no quiera recordarlo, no quería tener la imagen de Sesshōmaru besando a otra mujer.
Se negó a volver a llorar, por esa razón se mantuvo ocupada haciendo cosas que realmente no debía y que eran innecesarias.
No es que los sirvientes del castillo necesitaran su ayuda, pero no fueron capaz de negarle en ese momento ella estaba tan molesta que terminaría provocando un accidente, no se requería ser un genio para suponer que la relación entre los amos del castillo estaba muy tensa.
Solo tenían que ver la cara de hielo del Taisho, el ceño fruncido de su madre y los desbordantes poderes espirituales que emanaban de la joven sacerdotisa.
Ni si quiera Inuyasha tuvo el valor de acercarse a Aome, ella era aterradora cuando estaba molesta, el hanyou conocía muy bien las consecuencias de su furia.
No le apetecía estar varios metros bajo tierra.
Pero con su hermano era diferente, así que no perdió el tiempo en ir a reclamarle, estaba de más decir que se liaron a golpes en el jardín trasero.
Irasue estaba ahí también, pero esta ni se molestó en defender a su hijo.
–"Deseo que ese hibrido te patee el trasero"
Y no es que Sesshōmaru necesitara ser salvado, pero su medio hermano estando enfadado como lo estaba en ese momento, le había pegado muy duro.
Los hermanos se riñeron hasta que cayeron exhaustos
¿Y Aome?
Esta se había adentrado al bosque para recolectar todo tipo de plantas y hierbas medicinales, una youkai lagarto se encontraba con ella, tan solo para asegurarse de que nada malo le sucediera a su ama.
...
La azabache soltó un suspiro exhausta, mientras secaba con la manga de su traje las pequeñas gotas de sudor que se amontonaron sobre la piel de su frente, miro con orgullo la gran canasta de mimbre que tenía a su costado, esta estaba repleta de matojos.
Cuando la presencia de Sesshōmaru, la golpeo de lleno ella quiso salir huyendo, sabía que con tan solo verlo todo aquella frialdad que con las horas había reunido, se irían a la basura.
Se pondría a llorar como una magdalena, Aome se obligó a sí misma a permanecer en su lugar y mirarlo con toda la indiferencia que le fue posible.
–"¿Qué se te ofrece?"–ella arqueo una fina ceja, mientras que sus labios se rompían haciendo un mohín.
Sesshōmaru prefirió pasar por alto aquel tono despectivo–"Hablemos"
Aome lo observa incrédula por un par de segundos–"Mala suerte en estos momentos no siento deseo de hablar contigo"–tenía la desfachatez de aparecerse como si nada– "Es más ni si quiera quiero verte"–ella señalo el sendero con su mano izquierda, pero el ver que el demonio no tenía intenciones de dejarla sola, el enojo regreso aún más fuerte que antes–"¡Maldito malagradecido!"
El demonio ni se inmuto, curiosamente prefería esto a su indiferencia, no estaba acostumbrado a la faceta fría de la miko.
En cambio esto era zona segura.
–"¡¿Me estuviste viendo el pelo de estúpida todo este tiempo?!"–Ella respiraba agitada, mientras caminaba de un lado a otro con los ojos lanzando llamas–"... si las cosas iban a ser así la hubieras elegido a ella"
–"Esa mujer no me interesa"
Aome sacudió la cabeza negando con fuerzas–"Eso ya no importa"–ella murmuro con el rostro ensombrecido.
La mirada de Sesshōmaru se estrechó sobre la figura de la mujer–"¿Qué tratas de decir?"–inquirió arrugando el entrecejo.
Cuando los ojos de Aome se habían topado con los suyos, el youkai supo que la había perdido–"¡Cuando estoy feliz o incluso cuando estoy triste, siempre eres tú la razón!"–No le gusta el rumbo que estaba tomando la conversación–"Ya no quiero estar así Sesshōmaru"–Ya no hay brillo–"Fingiré ser una buena esposa en la ceremonia de mañana, pero después de eso me iré y no regresare jamás"
No lo ahí.
Continuara...
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