Capitulo 4
..................................Una hora antes en el castillo del Oeste...................................
Sesshomaru se masajeo con suavidad la sien, debido al intenso dolor de cabeza que comenzaba a surgirle, sintió la urgencia de golpear a su madre y a todas la demás estiradas que estaban comenzando a llegar.
Fastidiosas mujeres parlanchinas, eso era lo que todas eran, alardeando de lo bueno y poderosos que eran sus maridos de los maravillosos de sus hijos, se permitió sonreír con altivez cualquiera sabía que él era, y es el más poderoso de todos los príncipes del Japón, y quizás del mundo entero.
No había dudas de ello, el con un simple movimiento de su espada podría acabar con cada uno, como si fueran simples moscas, que tonterías, no era necesario usar su espada, con su garras o látigo bastaba.
Irazue miro orgullosa a su hijo que estaba parado a su lado, sin duda lucia muy apuesto con el traje negro que tenía encima (similar al blanco), las hembras lo miraban sin pudor alguno, sin poder ocultar el deseo que el provocaba.
Era simplemente maravilloso, seductor, poderoso.
-"Lady, Irazue es un honor que nos haya invitado, quiero presentarle a mi hija la princesa Zuri "- dijo un demonio tigre que estaba por ahí, mientras sonríe a la anfitriona.
-"Vaya, realmente tiene una hija muy hermosa"- alago con una sonrisa la demonio, y miraba de arriba hacia abajo a la princesa-"¿No es así Sesshomaru?"
El solo la miro por segundos como dándole la razón-"Hn"- sin cambiar la terrible expresión asesina de su rostro.
Y para Irazue fue suficiente, sonrió más ampliamente, como si Sesshomaru hubiera dicho 'si madre es reamente muy hermosa', tanto el youkai como la princesa no entendían la extraña alegría de la mujer.
Tenía un mal presentimiento.
Los minutos iban pasando y el comenzaba a hartarse de todo eso, quería irse de la dichosa fiesta, lo más lejos posible y no volver hasta que todo acabase. Ahora estaba de pie en uno de los balcones, mirando al exterior, notando como su madre hablaba amenamente con cada princesa, que llegaba.
-"Lord Sesshomaru"- saludo uno a sus espaldas, se giró para verlo.
-"Lord Riuzaki"- murmuro en tono neutral.
El nombrado le extendió la mano, cortésmente-"deje darle mis felicitaciones, hermosa fiesta"
-"Hn, fue idea de mi madre"- respondió, y acepto aquel gesto-"me alegra que haya venido"- luego dijo, tratando de sonar la más amable posible.
Sesshomaru volvió a su postura inicial y el recién llegado se colocó a su lado, se miraban de soslayó uno a otro, la situación se estaba poniendo incomoda. El Daiyoukai sabía que aquel sujeto quería decir algo, pero por alguna extraña razón, temor tal vez, no se atrevía.
Iba a pedirle que lo dejase solo, pero este finalmente hablo-"Lord, Sesshomaru..."- comenzó con cautela-"tan bien quiero felicitarlo, por su compromiso"- entonces el Daiyoukai lo miro, y Ruizaki, sintió que tal vez no era muy buena idea se notaba la molestia que en aquellos dorados había-"por su compromiso con la sacerdotisa"
Sesshomaru se sorprendió pero no lo demostró, su rostro estaba más concentrado en transmitir todo aquel coraje que crecía.
¡Todo por causa de aquella mujer y sus ridiculeces!
Él iba a decir algo como 'no vuelvas decir esta tontería o te asesino', pero fue interrumpido por su madre que sin querer había escuchado la conversación.
-"¡¿Hijo cuando pensabas decirle a tu madre?!"- aquello sonó con un tono de reproche, y el rostro de Irazue mostro un pequeño puchero-"¿aun vas a negarlo?"
-"lo siento Lord Sesshomaru, no tenía idea de que era un secreto"- se disculpó, habiendo una reverencia tras otra, maldiciendo a Naraku, porque temía por su vida.
-"¡no madre no hay ninguna mujer!"- el rugió, ya arto de todo eso, de la fiesta, de su madre, de Naraku, y de la estúpida mujer de su medio-hermano. De todo
-"¡Sesshomaru Taisho, no te atrevas a mentirme!"
-"no lo hago"
-"¿es que acoso tienes miedo o es vergüenza de mostrarla?"
El Daiyoukai frunció el ceño, ante tales ocurrencias-"madre, no es así"
-"¿Es chueca, tuerta, no tiene todos los dientes? ¿Qué es lo que te preocupa Sesshomaru por que no quieres decirme?"
-"Es humana"- Riuzakia soltó, dejando muda a la dama y a Sesshomaru aún más furioso.
-"¿humana?"- aquello sonó con un cierto tono de decepción y disgusto-"heredaste los gustos de tu padre"- ella murmuro casi, molesta, lo que hizo enfurecer a su hijo.
-"escúchame bien madre no-"
Irazue lo corto, para decir algo que él jamás pensó que diría -"y pensar que te iba comprometer con una de estas mujeres"- ahora entendía el motivo de la sorpresiva fiesta, claro esta mujer iba a comprometer con alguna de las estiradas de ahí-"pero si ya tienes pareja, no puedo obligarte"- y por primera e sintió en deuda con aquella humana, la idea de fingir no le desagradaba tanto, prefería eso antes de casarse por la fuerza.
Pero no, Nadie absolutamente nadie, lo obligaría a casarse.
-"no tengo intenciones de casarme"- él dijo atrayendo la atención de su madre, esta sonrió de manera burlona antes de continuar.
-"Eres el mayor de los Taisho, si no te casas no tendrás ninguna de estas tierras, quedara como si hubieras renunciado a tus obligaciones y pasarían de inmediato a manos del menor"- explico con tranquilidad la dama, con una sonrisa-"Dime Sesshomaru ¿estás dispuesto a dejarle todo esto al hanyou? Todo lo que por derecho te corresponde"
Sesshomaru ni si quiera pensó en la respuesta, era simplemente No y No, el jamás le dejaría lo que por derecho era suyo aun ser tan denigrante como Inuyasha.
Ya había perdido una poderosa espada en manos de aquel bastardo.
¡Claro que no, antes muerto que perderlo todo!
-"no"- la negativa salió firme de los labios del Daiyoukai
-"¿y tienes o no alguna relación con una mujer humana?"- Irazue pregunto sin ocultar su desagrado.
-"..."- el dudo si decir sí o no
-"¿Sesshomaru?"- insistió.
Y el maldijo a su madre, a la miko y a cuanto ser viviente había en la tierra, la odia a ella y se odio a él por lo que iba a hacer-"Si"- finalmente dijo, Riuzaki sonrió e Irazue mantuvo su semblante aburrido.
-"Sera mejor que la traigas, quiero conocerla, además ahí que anunciar a los demás lores"- la dama dijo eso antes de dejar solo a su hijo, seguido por el comandante Riuzaki.
Y salió convertido en una esfera de energía, se dirigió lo más rápido que podía hacia donde se hallaba la presencia de la miko, la encontró justo frente a él, al parecer la humana tenía pensado en marcharse porque estaba muy lejos de su grupo.
-"Sesshomaru"- la escucho decir su nombre, con cierto temor de que le hiciera algo.
-"Miko, vendrás conmigo"- ni si quiera era una pregunta, fue directamente un orden. Vio como la mujer le mirada entre sorprendida y temerosa-"muévete no hay tiempo que perder"- el gruño asustándola un poco más
Aome pensó en la posibilidad de escapar, pero la descarto Sesshomaru era demasiado rápido, de seguro la asesinaría mucho antes de que encontrase a Inuyasha o a Sango, incluso Kirara no era un oponente para el Daiyoukai.
-"¿A dónde vamos?"- ella pregunto, después de un largo trecho de seguirlo, aun sobre la gata demonio.
-"a mi castillo"- el simplemente dijo, Aome suspiro por lo poco comunicativo que era.
-"¿Por qué?"- una vez más hablo
-"lo sabrás cuando lleguemos"- corto, no quería seguir hablando su humor estaba por las nubes.
-"Quiero saberlo ahora"- ella dijo con molesta visibilidad, le importaba un carajo si la mataba, no daría un paso más.
Sesshomaru frunció el ceño, aquella mujer no entendía el mensaje de viajar en silencio-"cuando lleguemos".
Ella se detuvo con brusquedad, pasos tras el-"no te seguiré hasta que no me digas que está pasando ¿por qué quieres que vaya contigo Sesshomaru?"- el Daiyoukai miro a la mujer se veía molesta y decidida a cumplir sus palabras.
-"te asesinare si no lo haces"- él dijo con vos filosa, Aome se estremeció pero no lo dejo ver.
-"¡pues tendrás que matarme no pienso seguirte me escuchaste!"- ella le grito, arrepintiéndose de inmediato de sus palabras, no quería morir pero tampoco lo seguiría, no si no sabía que le esperaba.
El demonio sabía que la humana estaba muerta de miedo, pero no lo demostraba, llego a sentir un poco de admiración por su valentía. "Tonterías" se dijo, arrepintiéndose de sus propios pensamientos, odiando aún más a la mujer, aunque ella fuera la única en su clase que lo retara y se atreviera a hacerle frente.
Entonces de un solo parpadeo él se encontraba frente a ella-"Este Sesshomaru aceptara el trato miko, fingiré contigo"- la cara de la azabache era todo un poema, su mente estaba procesando con extremo cuidado cada una de las palabras.
-"¿Q-Que?"- pudo lograr articular.
-"No lo volveré a repetir, miko"
-"¿pero porque? No entiendo, si antes no querías ¿por qué ahora sí?"- estaba tan confundida, por el repentino cambio, todo esto era muy extraño.
-"tengo mis razones, ahora solo limítate a obedecerme miko, o juro que lo lamentaras"- Aome asintió sin rechistar, y paso saliva atreves de su garganta, el Daiyoukai si sabía como imponer el miedo.
Mando a Kirara de regreso, o sango se preocuparía, le pidió de manera amable a la gata que no la descubriera, que actuara de manera normal.
El camino hacia el dichoso castillo, duro cerca de una hora, y cuando llegaron, Sesshomaru la llevo de inmediato con las doncellas personales de su madre.
-"límpienla y denlo algo de ropa"- él les ordeno a las tres muchachas que miraron, sorprendidas a la humana que acompañaba a su amo.
-"¡Oye pero quien te crees que eres!"- Aome le grito, realmente se había molestado en cuando dijo que la limpiaran, como si ella fuera una zarrapastrosa de la calle.
No señor Aome, se sentía muy orgullosa de su higiene personal.
Sesshomaru se detuvo y la observo por encima de su hombro, las doncellas que allí estaban palidecieron, esa mujer moriría muy joven.
-"¡Hazlo!"- y entonces ella frunció más el ceño disgustada, pero obedeció, aun apreciaba su vida. Además no quería morir sin antes saber que se proponía el muy patán.
Las tres demonizas, se encargaron de asearla y fueron muy amables con ella, a pesar de que Aome sentía miedo, por lo imponente de sus figuras. La trataron con tanto cuidado, como si fuera una frágil muñeca de porcelana, luego se encargaron de vestirla igual que a una princesa, Aome se sentía extasiada de lo hermosa y delicada que se veía, lo mismo que una dama, y a la vez incomoda porque no estaba acostumbrada a tanta atención.
Le colocaron un voluptuoso vestido en color morado, aquellos que solo se veían en los cuentos de hadas o en las películas de época, con grandes flores bordados en plata; su cabello, lo tenía suelto con perfectas ondas, y el maquillaje en su rostro era casi invisible, tan solo resaltaban el marrón de sus ojos y el rojo de sus labios.
-"Se ve hermosa señorita"- alago una de los demonios, brindándole una sincera sonrisa.
-"El príncipe quedara encantado"- murmuro otra.
Aome dejó escapar un suave suspiro, aun no sabía por qué se tenía que vestir tan ridículamente hermosa-"humm"- e hizo una mueca de disgusto, en cuanto vio que Sesshomaru hacia acto de presencia.
-"la hemos arreglado como usted ordeno, príncipe Sesshomaru"- dijo una de las doncellas, haciendo una pequeña reverencia, frente al susodicho.
El Daiyoukai asintió, sin cambiar su expresión seria -"Salgan"
-"¡si, príncipe!"-respondieron las tres al mismo tiempo, dejándolos solos.
-"Sesshomaru ¿Por qué estoy vestida así?"- Aome pregunto mirando una vez más su reflejo en el espejo. Y no puso evitar preguntarse ¿Qué pensaría Inuyasha si la veía así?
-"Es necesario"- el respondió y se puso a su lado de manera que sus reflejos resaltaran-"Miko"-la llamo mirando sus ojos en el espejo-"cásate conmigo"- y la cara de Aome se contrajo, en desconcierto y asombro, quería estar alucinando, ella debía estar soñando.
-"no"- dijo fue su inmediata respuesta, ella no amaba a ese demonio, ni si quiera se toleraban. Entonces ella se giró para verlo de frente quería encontrar algún signo de burla, o mentira, pero el rostro de Sesshomaru se mostraba con el mismo disgusto que ella, como si no quisiera estar ahí, diciendo eso.
Entonces una pregunta surgió dentro de su cabeza-"¿por qué?"- de pronto la habitación se estaba encogiendo, y el aire parecía no correr atreves de sus pulmones.
-"porque de esa forma obtendré mis tierras, tengo que casarme para ser dueño absoluto de todo, y tu miko podrás provocar al hanyou"- el respondió, sin quitar sus fríos ojos del marrón, Aome no podía creer lo que estaba escuchando-"una vez que lo obtenga te dejare libre para que hagas lo que quieras"- él estaba diciendo que quería usarla, para su beneficio.
-"no, no"
-"lo harás o le diré la verdad a Inuyasha y a esa miko muerta, veremos cómo reaccionan, al saber que todo fue un mentira"
-"No, puedes hacer esto Sesshomaru"- ella intento golpearlo, hacerle algún daño, pero la sujeto de los hombros.
Aome sentía aquel nudo formándose en la garganta -"puedo y lo haré, así que será mejor que aceptes, después de todo compartes algo de culpa, si no hubieras dicho esas tonterías, no me vería obligado a hacer esto"- la soltó con una brusquedad, que casi la hace caer al duro suelo.
La azabache se quedó en silencio, unos segundos para tratar de calmarse, antes de volver a hablar,-"¡¿porque yo Sesshomaru?! ¡Pudiste a ver elegido a otra, que gustosas se hubieran casado contigo!"
Sesshomaru sonrió, por segunda vez de lo que resta el día-"Hn, tú mismo lo dijiste aquel día 'me amas' y te estoy dando la oportunidad de tenerme "-las mejillas de Aome se tornaron de un pálido rosa avergonzada de sus propias palabras, aunque fueran mentiras. El que Sesshomaru lo dijera solo para burlarse de ella, lo hacía aun peor,
-"¡Eres un Engreído lo sabías!"-
-"y tu una Mentirosa"- el respondió
-"¡Bastardo!"- la azabache lo ataco una vez más, pero esta vez se tiro sobre él.
Sesshomaru no lo esperaba y la miko se sonrojo hasta las orejas.
-"¡Sesshomaru que escándalo es este!"- Irazue había entrado sorpresivamente a la habitación, encontrándolos en una pose muy comprometedora, la sacerdotisa estaba aferra de las caderas de su hijo con ambas piernas, mientras que este la tenía sujeta de la cintura. (Como canguro).
La demonesa fue Atraída por lo gritos que se escuchaban en todo el interior del castillo, pudo imaginarse cualquier situación, incluyo llego a pensar que su 'nuera' estaba corriendo peligro-"¿Esta es la humana?"- pregunto levantando una fina ceja.
Ella reacciono de inmediato y se alejó lo más lejos que pudo del demonio, Hizo una pequeña reverencia, imitando a las doncellas anteriores-"Mi nombre es Aome Higurashi, y es un placer conocerla Señora... "- la azabache se sintió nerviosa y apenada por el espectáculo que había dado, frente a la dama, que estaba más que claro, era la madre de Sesshomaru, su parecido era extraordinario.
¡Ho kami-sama la odiaba mira que mostrar la facha frente a la suegra!
-"Irazue, mi nombre es Irazue"- respondió la demonesa, con vos neutral, y el ceño fruncido, no le agradaba del todo la idea de que fuera humana-"Sesshomaru que estas esperando llévala a la fiesta"- regaño, sin importarle la mirada asesina que era dirigida hacia su persona y abandono la habitación dejando sola a la- calenturienta pareja- a su parecer.
-"fiesta ¿qué fiesta?"- ella pregunto, mirando al inexpresivo hombre frente a ella.
-"debo presentarte como mi prometida, bajo mis leyes"- la tomo del brazo y comenzó a caminar, llevándola casi a la fuerza.
-"¡ni si quiera he dado el sí!"- ella se quejó tratando de zafarse, sin excito alguno.
-"si, lo harás"- sentencio con vos enojada, pero su rostro mostraba una sonrisa espelúznate.
Aome decidió que era tiempo de rendirse.
-"y será mejor que sonrías preciosa"- el tono sarcástico era tan palpable.
Aome forzó la mejor de las sonrisas en su rostro, al momento que en que daba los primeros paso entre los invitados.
Después de todo
¿Qué tan malo podía ser casarse con él?
Hasta podía ser divertido
Continuara....
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