Capitulo 35
Capítulo 35
"...Porque sacaste lo mejor de mí,
Una parte que no conocía..."
La noticia se esparcía como polvo en el viento, llegaron desde muy lejos, con el único motivo de poder ver a la futura pareja, personas de todo tipo y de razas, que tan solo por ese día convivieron en paz, humanos, demonios, brujas y ogros.
Incluso el mismo sol parecía brillar con más entusiasmo, como nunca en cientos de siglos, trataba de bendecir con su luz cara rincón de la tierra y especialmente a esos dos seres, sin duda alguna seleccionó el Koyomi perfecto.
No había ningún rincón del palacio que fuera pasado por alto, tanto en la seguridad- ya que Irazue eligió a los mejores soldados por cuenta propia- o como en la decoración, exquisitas flores, blancas y amarillas. Incluso hasta topar con la entrada del santuario.
La extensa comarca del oeste se vistió de fiesta, todo ser vivo quería presenciar la boda, por esta razón varios se mantuvieron alejados, viendo entre las sombras, otros que habían contado con la suerte de ser invitados, ya se resguardaban bajo el techo de aquel enorme santuario, en el cual se llevaría a cabo el shinto.
Irazue busco al mejor de los sacerdotes, Mutsumo era humano, y como en este caso la novia también lo era, sería un punto a favor, la relación entre ambas razas serenaría. Varios aseguraban que todas las uniones, que Mutsumo había realizado, eran glorificadas por los dioses en personas, razón por la que perduraban toda la vida.
Poco a poco los últimos invitados fueron llegando, el sacerdote aprovecho para comenzar su discurso, ceremonial.
-"Damas y caballeros en el día de hoy, me complace anunciar la unión más esperada; Lord Sesshōmaru se unirá, bajo lo mirada de todos ustedes y las deidades aquí presentes..."-La mirada de Aome se posó sobre el dorado del Youkai, se encontraban ambos fuera del santuario listos, para comenzar su trayectoria, aunque la tradición dictaba que ambos entraran de la mano de un familiar, en este caso no lo harían- "A una joven humana, elegida entre tantas, como su legítima compañera, futura lady del Oeste, quien ocupara su lugar, a la derecha en el trono..."- Sesshōmaru, fue el primero en moverse, se mostraba impasible como siempre y en cambio ella, delataba nerviosismo por cada poro de su cuerpo, se aventuró a sostener su manos, él no la parto, en cambio le brindo un ligero apretón, provocando que esta lo mirase sorprendida e incluso ansiosa, se atrevió a sonreír y asentir con determinación. Caminaron a través de una cadena de Toriis cubiertos de flores, marcando el sendero de los amantes-"Como reina y soberana de todas las criaturas que gozan del privilegio de vivir aquí. Formaran un solo ser hasta el resto de sus vidas..."-siguieron un camino cubierto por cientos de flores de Sakura, variando en tonos rosas, fucsias y blancos, parecían ser el uno para el otro, tanto que incluso sus propios pies, se movían en sincronía .-"Que todos los dioses de este mundo, colmen de bendiciones y felicidad su unión..."-Ninguno de los dos volverían a estar solos, se tenían el uno al otro, Aome ya no soltaría su mano, y Sesshōmaru tampoco no iba a permitirlo- "Que jamás su sano juicio sea doblegado y enceguecido, para hacer o causar el mal, tanto en ellos mismos, como en otros"-El sacerdote hizo un además, y todos los presentes se pusieron de pie, inclinando la cabeza, dos de las doncellas se colocaron a ambos lados de la puerta, cargando con ellas un canasto de pétalos -"¡Por favor reciban con respeto y aprecio a los futuros reyes del Oeste!- en ese preciso momento, los invitados estallaron en aplausos, mientras la pareja era rociada por una ligera lluvia de pétalos blancos. Irazue sonrió orgullo e incluso feliz por su propio hijo.
La belleza física de la novia resaltaba sin esfuerzo alguno, sobre todas las demás damas allí presentes, luciendo su vestido confeccionado a mano por el mejor de los artistas en trajes; se decía que su valor era incalculable, ya que el sastre había utilizado hilos bañados en plata, y toda la tela fue regada por polvos de diamantes, razón por la cual, ella brillaba igual que un ángel; e incluso la delicada decoración que sujetaba con elegancia su cabellera azabache, una peineta de oro con incrustaciones de piedras preciosas.
Y en cuanto al joven Lord en lo personal no le gustaban las ostentosidades, razón por la cual lucía un sencillo Haori o chaqueta crestada de color negro, lo mismo que su Hakama; con el emblema de su linaje -una luna menguante- bordadas en rojo, sobre la línea de sus mangas. El conjunto estaba sujetado con firmeza por un obi rojo.
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El monje sonrió a la joven pareja, les indico a todos que tomaran asiento, una vez hecho esto, comenzó con el ritual de purificación, los roció con agua sagrada de esta forma el cuerpo y alma de ambos seria limpiada, para el comienzo de esta nueva vida, que comenzarían juntos.
-"Y ahora por favor, Lord Sesshōmaru pronuncie sus votos"- pidió el sacerdote, observando con paciencia el inexpresivo rostro del Youkai, no se sintió intimidado, para nadie era un misterio su mal carácter. Pero esta era una boda y debía llevarse a cabo como tal.
Aome observo al demonio con sorpresa y desconcierto, había creído que esa pequeña parte seria omitida, instintivamente pensó en que Irazue tenía algo que ver.
-"Yo Sesshōmaru, te tomo a ti mujer como mi legitima compañera, cuidare de ti hasta el final de nuestros días"- fueron palabras simples que lograron hacerla estremecer, el corazón de Aome comenzó una carrera, demasiado aprisa, parecía que iba salirse disparado del pecho.
Tomo la mano de la joven entre las suyas, depositando entre sus dedos, con sumo cuidado, el rosario, un claro signo de que estaban unidos.
¿Era esto real? Todo lo que Sesshomaru despertaba en ella, realmente lo sentía. O quizás era solo un sueño, un hermoso y maravilloso sueño del que esperaba jamás despertar.
Una implosiva sonrisa se coló entre sus labios-"Yo Aome, te tomo a ti como mi legitimo compañero, mi vida te pertenecerá eternamente, incluso más allá de la muerte, seguiré siendo tuya"- ahora era el momento de Aome para entregarle el rosario.
El primero en recibir el Sake, de la mano del sacerdote, fue Sesshōmaru, seguidamente después le siguió Aome, tres medidas, representando, el cielo, la tierra y la vida, este fue el último paso, para sellar la unión de la pareja-"¡Que todos los Kamis glorifiquen la unión de estas dos seres y jamás se separen!"- fueron las palabras del monje, luego de brindar las ofrendas, como símbolo de gratitud hacia todos los dioses.
Le fue imposible ocultar la dicha, vio con grandes y brillantes ojos, al que Ahora era su esposo, este en cambio se mostraba tranquilo, parecía no verse afectado por nada, ni nadie, solo que Aome, podía ver a través de aquel dorado fundido, cierta calidez, que le llagaba al alma, él estaba feliz, de eso estaba segura, aunque no lo demostraba, la joven miko podía sentirse bien con eso, Este era el Sesshōmaru que ella amaba, que ella quería, y no deseaba que cambiase por nada, ni si quiera por ella. Por qué le era suficiente, con percibir esa calidez, que era capaz de quemarla.
Se aventuró a ponerse en puntitas de pie y dejar un ligero beso sobre la comisura de sus labios, lo sintió gruñir, como regañándola, Aome lo ignoro completamente, sin embargo grande fue su sorpresa, cuando este la atrajo hacia su pecho y beso posesivamente sus labios.
Nuevamente el ambiente se llenó de aplausos y alabanzas.
Aome reacciono anonada, salieron del santuario seguido por todos los invitados, caminaron hasta el jardín trasero donde se llevaría a cabo la cena, y varios ciervos ya estaban esperando para comenzar con la fiesta.
No tardaron en ser rodeados por todos, y recibir cientos de felicitaciones y palabras lindas, Sesshomaru respondió educadamente solo lo necesario, su actitud no había cambio a pesar de todo y Aome en cambio se atrevió a mantener la conversación con más de uno.
-"Aome, o debería llamarte señora Taisho"- escucho la vos de Sango, con tintes divertidos, junto a ella venían todos los demás.
-"Solo sigo siendo Aome, ya te lo dije Sango"- respondió esta risueña.
-"Se ve usted muy hermosa, sin duda alguna estar casada le sienta muy bien y eso que aún no llega la noche"- agrego Miroku con picardía, sacándole un notable rubor a la susodicha y una fulminante mirada de parte del Youkai.
-"Su excelencia no sea atrevido"- la exterminadora lo regaño, dándole con el codo sobre el estómago.
-"Al parecer ya no puedo, pedirle que tenga un hijo conmigo"- se lamentó, y esta vez se llevó un golpe, más fuerte de parte de la castaña, quien luego lo saco arrastras de ahí.
Inuyasha rodo los ojos-"No le hagas caso, ya lo conoces"-agrego, no solo para Aome, sino más bien para su hermano, quien parecía querer matar al houshi con los ojos.
-"Este Miroku nunca cambiara"- murmuró Shippo pensativo, mientras negaba con la cabeza.
-"Lo bueno, es que se cómo manejarlo"- refiriéndose al monje hentai.
-"Aome querida"-Irazue llego captando la atención de todos-"Serias tan amable de cederme a mi hijo un momento"- esta asintió, pero Sesshomaru iba a negarse, la dama pudo percibirlo, y se apresuró a decir-"Los demás lores están aquí, y quieren hablar contigo"-Sesshōmaru gruño, aun así en desacuerdo siguió en silencio a su madre. Mantener las relaciones con los principales dueños de Japón era algo, que no se podía negar.
En ese preciso instante Koga, quien se mantuvo al margen de todos, se acercó para saludarla.-"Aome"
-"Koga, hola"
-"Solo quiero saludarte y desearte buena suerte"- comento el susodicho, rascándose la nuca, con cierto aire de incomodidad.
-"Koga"-jadeo sorprendida-"Gracias, sé que no debe ser fácil para-"
-"No te preocupes por mí, sabes que estaré bien"- la interrumpió el joven lobo, mostrando su brillante y blanca dentadura. La mirada de Aome se suavizo, él a cambio le brindo un fuerte abrazo-"Eres una buena mujer"
La joven miko rio- "Tú también lo eres"
-"Creo que ya debo soltarte"- comentó riendo deshaciendo el abrazo, la miko lo observo sin comprender a que se refería, Koga señalo el lugar desde donde Sesshōmaru los estaba observando.
No lucia para nada feliz.
-"No puedo dejarte sola ni un instante"-fue lo primero que escucho salir de los labios del demonio, una vez que este se apresuró para llagar a su lado.
-"Si no te conociera, diría que estas celoso"- respondió esta con cierto tono de burla, lo escucho gruñir y evitar mirarla directamente a la cara. Sin duda alguna estaba celoso.
El demonio no volvió a alejarse de su lado.
La humana y el Youkai se tenían el uno al otro.
Continuara....
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