Capitulo 29


Aome ya tenía experiencia en cuento a resaca se tratara, muy pocas y sobre todo no fueron tan fuertes como esta, que parecía querer explotarle la cabeza y el alma.

Se sentía pesada, sedienta, se sentía morir.

No quería abrir los ojos. De hecho deseaba estar en cama todo el bendito día hasta que ese dolor de cabeza se le pasara.

Pero no podía, sentía la urgencia de darse un baño y comer algo, su estómago dolía de hambre.

¡Oh, cuanto daría por un par de aspirinas!

Jadeo y lentamente casi sin ganas se sentó sobre la cama, estaba sola.

-"Ya era hora"

O tal vez no tan sola.

-"¿Qué haces aquí?"- aún seguía enfadada, era evidente en su tono de voz.

-"Me pediste que lo hiciera"- respondió sin más, sentado en una esquina de la habitación, lucia como siempre arrogante y despreocupado, porque ni si quiera tenía la decencia de ponerse una camiseta.

¡Si tan solo fuera feo, pero no, él tenía que ser además de guapo, malditamente sexy!

Es que kami-sama le da el pan, al que no tiene dientes.

Aome hizo un esfuerzo por mirarlo a los ojos y no caer en la tentación de bajar por ese escultural pecho - "¿Qué lo hiciera?" - realmente no recordaba absolutamente nada de lo que paso anoche, y ahora no estaba de ánimos para pensar, ni si quiera sabía cómo había terminado ebria-"Olvídalo"

Se iba a levantar y a darse un baño pero algo la detuvo, un pequeño detalle, estaba en ropa interior. Su rostro enrojeció a tal punto que parecía un tomate. Las palabras "Me pediste que lo hiciera" y "despertar en ropa interior" más un "Sesshomaru semi- desnudo" estaban cobrando otro sentido en la atormentada y pervertida mente de la miko.

Es que acaso... ¿ella y Sesshomaru?

¡Por todos los cielos!

No definitivamente no saldría en todo el vendito día de esa habitación, es más no lo aria ni si quiera muerta.

Ahogo un grito en su garganta, mientras se tapaba hasta la cabeza, no estaba segura pero las pruebas mostraban otra cosa.

¿Y si tal vez si había pasado algo? Si le había entregado "eso" que con tanto cuidado, había preservado, porque estuvo esperando a la persona correcta.

Podía sentir pequeñas lagrimas amontonarse sobre el marrón de sus ojos, estaba angustiada y confundida porque no recordaba.

¿Y si realmente ella y ese Youkai habían tenido relaciones? fue su primera vez, una que no recordaría, que no sabría cómo fue o como se sentía en ese momento.

-"Arriba"

-"No quiero"

-"No hagas perder, mi tiempo, levántate"- el sonaba disgustado.

-"¡No!"- se cubrió aún más, si eso fuera posible.

-"Los humanos están aquí, debes ocuparte de ellos"

-"Diles que estoy enferma"

-"Los echare a la calle sino te pones de pie en este instante"

-"..."

-"Si insistes"- lo escucho caminar sobre el piso de madera.

-"Agh, está bien tu ganas"- respondió la joven desganada, cubriéndose con el manto de sabanas-"Vete, necesito cambiarme"-Sesshomaru alzo una ceja en cuestión, la había visto en ese estado otras veces-"Por favor"- pero ahora ella lucia insegura y avergonzada.

Y por algún extraño motivo el obedeció.

Aome termino de arreglarse, lucía un vestido sencillo y bonito, en un pálido morado, dejo su cabello suelto, con varios mechones ondulados perfectamente, tenía pensado hacer varias cosas el día de hoy, compartiría todo el tiempo posible con sus amigos.

-"Buenos días"- ella dijo al sonriente hombre recostado en el pasillo, su sonrisa se amplió hasta dejar ver su blanca y brillante dentadura.

-"Buenos días Aome, parece que ya te encuentras mejor"

-"Si, ya estoy bien"- mintió, lucia saludable por fuera pero por dentro, su dolor de cabeza había aumentado-"¿Qué haces aquí solo?"

-"Estaba esperándote"- se encogió de hombros, para seguidamente tomar la mano de la joven azabache-"Vamos"- camino con ella hacia el salón, donde ya todos se encontraban.

Se sintió incomoda bajo la mirada de Irazue, aquel brillo divertido en el dorado de sus ojos, le causaba tanta curiosidad, como temor.

Inuyasha vio de mala gana a Koga, como si intentara advertirle algo, en ese instante Sesshōmaru apareció, y todo el mundo quedo en silencio.

Aome soltó la mano de Koga, y se alejó para tomar asiento en la mesa, lo hizo de una forma tan natural, que el gesto relajo a más de uno. Sabía perfectamente que el Youkai estaba enojado, y posiblemente el motivo sea Koga.

Lo cual le parecía absurdo porque ella y el solo eran amigos, Sesshōmaru no tenía por qué estar celoso. Aome detuvo en seco, aquellos pensamientos sin fundamento alguno, instintivamente lo miro, él ocupaba su lugar en la punta de la mesa.

Sintió un escalofrío recorrerle toda la espina dorsal, cuando sus ojos dorados se posaron en ella. ""Definitivamente está enojado""

Cuando el pequeño Shippo y la bella Sango comenzaron a hablar, se sintió aliviada, el ambiente se vivió más seguro y menos pesado.

Recordaron sus aventuras y también comentaron las novedades que había con respecto a Naraku, nadie los había visto en estos meses, aunque no era para nada extraño, ya que el desaparecía cuando estaba sufriendo alguna de sus transformaciones y también era una lástima porque era el momento indicado para atracarlo.

-"Ese maldito debe estar planeando alguna de sus sucias trampas"- agrego entre dientes el medio demonio-"Siempre envía a Kagura a vigilarnos"

Irazue puso evidente atención en aquel nombre-"Kagura, ¿la Youkai del viento?"

-"¿Si, la conoce?"- Sango pregunto.

-"Claro, la eh visto hablando con mu hijo en varias ocasiones"- respondió con tranquilidad mostrando una sonrisa-"Esta invitada a la boda"-Aome no podría creer lo que estaba escuchando-"Creí que Sesshōmaru te había dicho"- definitivamente estaba fuera de sí.

La azabache lo veía con insistencia, el solo la ignoraba ¿Es que acaso no pensaba decirle nada? El enfado en Aome era evidente y justificado, había invitado al enemigo, además de que... eran muy allegados.

No le gustaba, no quería que esa mujer estuviera aquí; Y este engreído debía darle una explicación.

Sango era muy perspicaz, cuando se trataba de su amiga, podía saber que ocurría algo incluso, antes de que la misma Aome se diera cuenta-"Aome podrías enseñarme el jardín del castillo"- realmente se lo estaba ordenando, no le estaba dando la opción de negarse. Conocía muy bien a su amiga, era implosiva e imprudente, a veces decía o hacia cosas sin pensar en las consecuencias...-"Me han dicho que es muy bonito"- insistió la castaña, la azabache no tuvo más alternativa que asentir, mostrando una pequeña y forzada sonrisa. -"Vamos después de que terminemos"- refiriéndose al almuerzo, vio a la morena dudar por unos instante, hasta que finalmente acepto.

Después del almuerzo cada uno se retiró, dando las gracias, Sango tomo a su amiga y antes de que hiciera alguna tontería, la arrastro hacia el jardín trasero.

-"Sango detente"- chillo, con las cejas fruncidas, porque comenzaba a dolerle el brazo.

-"No, aun no, pueden oírnos"-se alejaron lo suficiente, del castillo y los alrededores-"¿Qué ibas a hacer? ¿Reclamarle? ¡Estás loca!"

-"Me debe una explicación"- respondió furiosa

-"Tal vez, pero no era el momento ni el lugar, ¿Acaso quieres morir Aome?"- La susodicha se cruzó de brazos, porque evidentemente iba a discutir con el Youkai si fuera necesario-"yo no entiendo que es lo que sucede entre Sesshōmaru y tu"

-"No hay nada entre él y yo"- chillo con evidente enfado e incomodidad. ¿Entonces cuando lo beso no significo nada?

-"Aome"- sango insistió-"Es evidente que te suceden cosas"

Le dedico una fulminante mirada-"no me sucede nada"

-"¿Estas seguras?"- la castaña pregunto cruzándose de brazos.

-"Si"

La sonrisa de la exterminadora se amplió-"Entonces no tiene que molestarte, que Kagura venga"- comenzó a decir con calma-"Sabes que ella y Sesshōmaru son muy amigos"-agrego con picardía, notando el cambio en el rostro de su amiga-

-"No me molesta"- respondió con firmeza.

-"No tiene que importarte si pasan tiempo juntos"

-"... No"

-"Si pasean a solas"

-"yo- no"- ella no sonaba muy segura, de echo tampoco sonaba contenta.

Definitivamente Sango tenía un sexto sentido para asuntos del corazón, y sabia como hacerlo-"¿Entonces dime crees que alguna vez ellos dos se han, no sé, besado?"- indago sonando de lo más casual, logrando que la azabache se irritara más de lo habitual.

-"¡No lo sé!"- tal vez alzo un poco la vos, pero de inmediato la culpa se apodero de ella.-"Lo siento"- murmuro apenada.

-"¿Aun tratas de hacerme creer que no te ocurren cosas con él?"

Aome suspiro, y se dejó caer sobre la fina hierba bajo sus pies. Sango la imito espero en silencio a que ella hablara.

-"No podría sentir nada por él, es engreído, arrogante y todo el tiempo está molestándome, ¿Cómo podría querer a alguien así?"

-"Pero te gusta"

Aome se ruborizo-"... No voy a mentirte, es apuesto"

-"Y no te agrada Kagura"

-"No, no me gusta"- negó lentamente, apretando las manos con nerviosismo.

-"Que este cerca de él"- Sango finalizo aquella frase, el silencio de la miko fue más que suficiente para entender, la magnitud de la situación.

Aome se estaba enamorando del Youkai, pero estaba demasiado confundida para darse cuenta. Y estaba segura de que al susodicho también le pasaban cosas, la forma en que miraba a su amiga, la frialdad en sus soles no era la misma, cuando veía Aome; podía decir mucho y al mismo tiempo nada.

Si de por si era difícil, que Aome lo aceptara, con Sesshōmaru era imposible.

...................

Cuando la noche llego, la joven sacerdotisa se encontraba en su habitación, recostada sobre la cama pensaba en todas las cosas que Sango le había dicho.

-"¿Y si Sango tiene razón?"- se dijo a sí misma, suspiro cerrando los ojos.

Tratando de ordenar las ideas de su alocada cabeza.

""¿Me gusta, lo quiero?""

Odiaba estar así, odiaba la facilidad con la que perdía la cordura.

Se sentía perturbada, vulnerable.

Odiaba a Sesshōmaru, ¿Por qué tenía que invitar a esa mujer? ¿Acaso lo hacía para molestarla?

O tal vez solo quería verla, a ella.

A Kagura.

El sonido de la puerta, la regreso a la realidad-"Vete"- ordeno, aun sin siquiera ver, sabia de quien se trataba.

-"Esta es mi habitación"-lo escucho replicar con su acostumbrada frialdad.

Bufo poniéndose de pie, tenía las cejas fruncidas por el enfado-"Me iré yo"

Y mucho antes de que pusiera, tan siquiera una de sus finas manos, sobre la perilla de la puerta, Sesshōmaru ya la tenía atrapada sobre la madera de esta y sus brazos, la joven miko se paralizo, ya sea por miedo o sorpresa.

Por segundos quedó viendo aquel rostro, que solo mostraba enfado, seguidamente Aome comenzó a moverse para tratar de liberarse.

Él se inclinó hacia ella-"Quieta"- ordeno, con eso fue suficiente, Aome se detuvo sin dudarlo.

Estaba demasiado cerca, casi podían tocar sus narices.

-"Sesshōmaru"- susurro con la voz echa un hilo, sentía sus mejillas arder.

Porque ahora estando tan cerca, anhelaba rozar sus labios.

Quería besarlo.

Y tal vez por impulso o quien sabe qué tipo magia, Aome termino de cerrar la distancia, pensando en que iba a ser rechazada, se llevó una sorpresa cuando, la mano izquierda de Sesshomaru viajo a su espalda, atrayéndola, apretándola aún más.

Movieron sus bocas con total libertad, la habitación se llenó de jadeos y manos que iban y venían arrasando con todo a su paso.

Las prendas de la miko cayeron al suelo, luego las de él.

No le importo, no reclamo, cuando Sesshōmaru la tomo en brazos y la dejo sobre la cama.

¡Maldición!

Aome quería más y él estaba dispuesto a dárselo.

Continuara...

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