Capitulo 28
Lo que parecía ser un día normal en el castillo del oeste, se tornó bizarro, muy fuera de lo común.
Una azabache caminaba apresurada tras los pasos del que sería muy pronto su esposo, pero aquel vestido de color lila entorpecía su andar.
Algunos de los ciervos los vieron y de inmediato les dieron lugar, para nadie era una sorpresa de que cuando esos dos estaban de mal humor, algún inocente salía herido.
-"¡Oye, no me ignores cuando te estoy hablando!"- lo había seguido hasta su escritorio, diciéndole las mil razones por la cual, se reusaba a tal absurda proposición.
-"Hmp"- fue el único sonido que broto de sus labios, continuo viendo un viejo papel que tenía entre sus manos.
Parecía ser más interesante que la joven miko. Dio grandes zancadas hasta quedar frente a frente, con violencia le arrebato aquel vendito papel-"No pienso compartir mi habitación contigo"- sentencio decidida.
Sesshomaru alzo una elegante ceja y sonrió de lado, de una forma muy altanera-"Dirás mi habitación, el hecho de que te deje dormir en ella no significa nada"- Aome apretó los puños, él tenía razón en todo lo que decía, le dedico una mirada que aria temer a cualquiera.
Excepto a Sesshomaru, que solo parecía divertirse a costa suya.
Ella se cruzó de brazos, soltando un bufido-"¡Bien tendrás que dormir tu solo!"-sonrió altanera, pero de inmediato, su expresión cambio, al ver el nulo interés del Taisho- "¿Me escuchaste bien?"-el asintió con serenidad.
-"Si, eso es todo"-le dedico una fría mirada-"Retírate tengo asuntos que arreglar"- respondió con dureza mientras volvía a tomar los papeles que le fueron arrebatados.
Aome frunció el ceño disgustada-"¡Jamás dormiré a tu lado!"- fue lo último que dijo antes de salir dando un portazo.
Sesshōmaru gruño, seguidamente se escuchó como algo se rompía.
............
-""Están discutiendo otra vez""- pensaba una bella mujer de cabellera plateada, escuchando tras la puerta-""Estos dos son como perros y gatos""-se dijo así misma rodando los ojos ¿Por qué tenían que ser tan cabezas duras?-""No hay caso tendré que hacer algo""- se dijo así misma pensando en una posible idea.
Se retiró con sigilo mientras sonreía triunfal.
-"Pequeño demonio, prepara una jarra, con el mejor té"
-"¿Una jarra de té?"-Murmuro pensativo rascándose la frente-"¿Por qué tanto acaso va recibir más visitas?"- chillo con los ojos saltones, ya no soportaría a mas humanos en esta casa. Suficiente tenía con los violentos amigos de esa mujer.
-"¡De inmediato!"- rugió cansada de su quejadera.
Jaken desapareció a toda velocidad, la dama no estaba en sus días.
-"¿Dónde se habrá metido esa muchacha?"- sin pensarlo dos veces salió a buscarla, la encontró recogiendo sus pertenencias, guardándolas con violencia dentro de su viejo equipaje-"¿Qué se supone que estás haciendo?"- pregunto curiosa anqué ya sabía la respuesta.
La sintió tensarse, y suspirar-"Voy a cambiarme de Habitación"
-"Oh, ¿se puede saber el motivo?"- nuevamente mintió.
-"Sesshomaru quiere... que durmamos juntos"-Aome se giró mostrando una tenue sonrisa, se sentó al borde de la cama-"Yo... Yo vera, no creo que... sea correcto"
Soltó una risa, mientras se acomodaba al lado de la joven-"¿Acaso ves que me oponga a ello?"- pregunto mirando directamente el marrón de sus ojos.
-"... ¿No?"-La azabache dudo ante su propia respuesta, Irazue sonrió-"Pero-"- la dama la interrumpió con un bufido, poniéndose de pie.
-"Niña, no me agrada el hecho de que una humana se convierta en reina del Oeste"- Aome inevitablemente sintió cierta incomodidad en el pecho, agacho la mirada-"Pero... yo no soy quien para destruir la felicidad de mi hijo"-busco rastros de mentira, entre el color dorado de sus pupilas, cosa que no hayo-"Te eligió a ti, habiendo otras"- sintió como si hubieran abofeteado su orgullo, de una manera directa y cruel.
""Me eligió porque no tenía opción""
Se dijo así misma, sintiendo un inexplicable desanimo.
Irazue noto aquel drástico cambio de humor, su sentido del olfato era excelente-"Acompáñame, toma una taza de té conmigo"
Aome sonrió, aunque no estaba del todo convencida, no podía negarse si se lo pedía de esa forma tan amable-"Como usted diga"
Una vez de regreso a la biblioteca - el lugar donde Irazue pasaba la mayor parte del tiempo- ambas mujeres se sentaron, una frente a la otra
Segundos después Jaken reapareció trayendo en sus manos lo pedido, recibió un ademan por parte de Irazue para que las dejara solas.
-"Tengo algo que enseñarte, ¿podrías traerme esa caja de ahí?"- pidió señalando encima de un mueble.
Aome obedeció sin dudarlo, ya que sentía curiosidad, le dio la espalda en lo que demoraba en cargarlo, por suerte el objeto no era pesado, sino liviano como una pluma.
-"Ábrelo"- murmuro con entusiasmo, mostrando una sonrisa.
Aome, detallo meticulosamente la caja, esta estaba forrada por una delicada tela en color pastel y grandes flores de color violeta, pequeños hilos dorados brillaban dependiendo, de la posición en la que uno la mirase.
-"Esto es..."- susurro la miko embelesada.
-"Tu vestido ceremonial"- finalizo Irazue, bebiendo un poco de su deliciosos té-"Que esperas pruébatelo"- aquello sonó como una orden, sin embargo la mujer mostraba una autentica sonrisa. Aome miro deductivamente dicho vestido, no quería tocarlo, era tan hermoso y delicado, que tenía miedo de dañarlo, apenas podía respirar eran demasiadas las emociones, que comenzaban a adueñase de cada uno de los poros de su cuerpo.
-"No quiero mancharlo"- la escucho decir con sinceridad.
-"Debes hacerlo, es fundamental"-la animo-"Por si hay que hacerle algún cambio"- su rostro mostraba la serenidad de siempre.
Aome finalmente acepto e Irazue le dio privacidad.
............
¿No había motivos suficientes para sentirse así de bien? , pero Aome sin embargo, se encontraba demasiado alegre y relajada.
Ni si quiera recordaba el momento en que comenzó a sentirse "Mal y mareada", al principio no le dio importancia, pero luego las cosas se pusieron muy extrañas.
Tanto ella como su futura suegra, estaban más comunicativas de lo normal, como dos grandes amigas.
Solo se despidió y como pudo comenzó a caminar hacia su habitación, murmurando cosas que tal vez solo ella misma entendía.
Tropezó con un conocido medio demonio y joven lobo en el estrecho pasillo-"Inu ya sha"- ella murmuro sonriendo atontada.
Había cierto brillo melancólico en los ojos de la miko, ambos demonios lo notaron, pero solo a uno logro llenarlo de culpa.
-"¿Aome que te ocurre, te encuentras bien?"-observo a la tambaleante miko, quien trataba de mantenerse en pie.
-"Sshi"- el medio demonio arqueo una ceja, la actitud de su amiga y extraño tono de vos, le hacían saber que algo no está bien.
-"¿Qué es ese olor?"-Arrugo la nariz sintiendo el peculiar olor a licor saliendo de la miko-"¿Estuviste bebiendo?"
Ella medito unos segundos antes de responder, lo único que recordaba era ese delicioso te, que Irazue compartió con ella, lo que paso después no lo tenía muy claro; apoyando el peso de su cuerpo sobre la pared del pasillo-"Creo que si"- e hizo un gesto de la cantidad con los dedos, realmente no sabía que decir.
Koga sonrió ella no lucia como si solo hubiera bebido un trago.
Inuyasha se cruzó de brazos, mostrando su total descontento -"Aome estas muy mal, debes descansar hasta reponerte"
-"Déjame llevarte a tu recamara"-sugirió de inmediato el joven lobo.
Sesshomaru gruño.
Nadie supo cómo había llegado tan de repente.
Koga se detuvo frente a ella, quien lo observo divertida, pero segundos después sus facciones se volvieron molestas-"¡D-deja de dar vueltass!"- chillo sosteniéndose la frente.
Los ojos del Hanyou lucían preocupados, al igual que los del joven lobo.
En verdad aquel pasillo parecía una calesita en un parque de atracciones, como pudo, fijo los ojos sobre la blanca figura del Youkai, no estaba para nada contento.
-"¿Q-qu me mirash Shushumaru?"- balbuceo la joven azabache con fastidio, arrugando el entrecejo de una manera que la hacía ver, muy graciosa.
Soltó de repente una risa escandalosa, mientras trataba de mantenerse en pie-"Ten-go mucho sue-ño"- murmuro cayendo sobre sí misma, el albino la sujeto antes de que tocara contra la dureza del suelo.
Sin darles tiempo a que Koga e Inuyasha se acercaran, les dedico una dura mirada, una silenciosa advertencia.
La escucho quejarse entre sus brazos, mientras luchaba por mantener los ojos abiertos-"¿Eresh tú?"- el solo asintió, la mujer no estaba en todos sus sentidos-"¿Pu-puedo dor-mir contigo?"- como aquellas simples palabras, totalmente fuera de si podían dejar mudo a tres hombres.
Sesshomaru medito en silencio su petición, si no estuviera en este estado Aome seguiría negándose a compartir la misma cama, pero lo primordial ahora, era que recobrara los sentidos, así que solo la levanto en brazos y comenzó a caminar lentamente, la vio sonreír con los ojos cerrados
Tanto Koga e Inuyasha aún estaban en shock.
Ninguno de los dos se movió, solo se quedaron viendo la puerta por la que ambos habían desaparecido.
.................
-"N-no te vayas"- murmuro entre sueños, se aferró a una de las mangas del traje azul que Sesshomaru tenía puesto.
Como si realmente temiera quedarse sola, se preguntó que estaría pasando por la mente de la miko, si hace tan solo un par de horas, se reusaba a permanecer en el mismo espacio.
-"No pienso hacerlo"- la joven sonrió, y tal vez lo más gracioso era que estando tan ebria, como lo estaba, aun se mantenía consiente, y escuchaba muy bien.
Sonrió, ante tal situación, lo bastante absurda para ambos, pero ahora tenía una excusa para hacerla enojar al día siguiente.
"¡Jamás dormiré a tu lado!"
Ella había gritado esas palabras como un juramento y ahora, en cambio, pedía que no la dejara sola.
El Dai Youkai ahogo el impulso de sonreír, mordió su labio inferior hasta herirlo.
Aome se quedó quieta y tranquila por varios minutos. Los cuales Sesshomaru aprovecho para detallarla con tranquilidad y en silencio, se veía desliñada, estaba pálida pero en sus mejillas se podía apreciar un pálido rubor.
Pequeñas gotas de sudor adornaban su frente, con total naturalidad el coloco sobre esta, su mano izquierda, estaba levantado algo de fiebre, comenzó a jadear y moverse.
La dejo sola un par de minutos, cuando regreso traía consigo un cuento de agua y paños, para bajarle la temperatura.
Gruño porque aun sabiendo su condición humana hacia tonterías. La miko era tan frágil, que incluso algo como una borrachera lograba enfermarla.
¿Por qué era tan descuidada? Lograba inquietarlo a tal punto, en el que estaba ahí, al pendiente de ella.
Como si realmente... le interesara.
El movimiento de una mano, atrajo su atención, Aome entre sueños se aferró a las prendas del frio Youkai, como anhelando que no se fuera, que no la dejara sola.
Tan solo por esa noche, permitiría que invadiera su espacio de tal forma, en la mañana cuando la mujer estuviera consiente, ajustaría cuentas con ella.
Pero ahora solo se encargaría de que descansara.
Continuara...
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