Si había algo que le molestaba era tener dudas con respecto a algo, la inseguridad la ponía de mal humor...

Un evidente mal genio para quienes la conocían esto ya no era una sorpresa, con el pasar del tiempo supieron como evitar ser asesinados por la malhumorada demoneza, cruzarse en su camino cuando tenía días como estos, significaba tentar a la muerte.

-"Pero mi lady ¿no cree que es demasiado arriesgado para el amo no-?"- la nombrada le dio una aterradora mirada, sus dorados ojos se escurecieron por segundos.

El lacayo tragó fuerte y agachó temeroso la cabeza- "será como mi señora diga"- y se retiró tan rápido como pudo.

-"Pequeño demonio"- ella dijo, sentada desde su celestial trono, lucía un elegante vestido color lavanda y detalles en rosa paliado.

Jacken sobresaltado se puso frente a ella, este había permanecido en silencio en un rincón de la habitación-"Si señora"

-"Prepara tres habitaciones tendremos visitas"- dijo sin rodeos dejando una gran curiosidad en el hombre verde, que a pesar de estar ahí, no había escuchado la conversación que su ama y el ciervo habían tenido

-"¿Hum? ¿Visitas? ¿Qué visitas?"- preguntó extrañado, durante todos estos años no era muy común que en el palacio de los Taisho se hospedaran extraños.

A menos que estos fueran de gran importancia.

-"Solo has lo que te digo, retírate"-no fue el tono en que Irazue lo dijo, este no era una amenaza, sino en la manera que lo dijo, estaba sonriendo, y por alguna razón que desconocía le causaba temor, como si algo malo estuviera a punto de ocurrir.

De la misma manera en que Sesshomaru sonreía.

Le ponía los pelos de punta.

-"¿Qué estará tramando esta mujer?"

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Se podría decir que ese día en especial estaba más feliz de lo normal, tal como lo había prometido, en este preciso momento ella se estaba preparando para ir a su época, lo malo era que solo, seria por un par de horas, ya que regresaría con la puesta del sol. -"Después de tanto tiempo veré a mi familia"- chilló emocionada, mientras terminaba de colocarse un precioso vestido color azul marino, uno de los tantos que el demonio le había obsequiado-"Me pregunto cómo estarán Sota y el Abuelo"- murmuró para sí.

Sesshomaru había entrado de repente, como siempre sin avisar, asustado un poco a la joven muchacha-"Es hora"

Ella sonrió, últimamente lo hacía con más frecuencia. Lo curioso es que a él no le molestaba, pero si trataba de ignorarla.

Le hacía sentir.... raro

-"¿Qué haces?"- cuestionó el Youkai al ver que la joven tomaba la dirección que llevaba hacia el establo.

"¿He?"-Aome se detuvo y lo miró confundida-"¿Qué no iremos en caballo?"- peguntó observándolo.

-"Desde aquí llegaras en tres días a ese paso"- ella lo miro perpleja, no tenía idea de cuán lejos estaban.

-"¿Entonces como iré?"

(Desde aquí reproduzcan esta canción para que puedan apreciar más la escena )

El dorado y el marrón coincidieron en el aire.

Siquiera tuvo tiempo para reaccionar, en un momento él estaba lejos y al segundo.

Al segundo... invadía su espacio.

Se movió incomoda tratando de alejarse, pero Sesshomaru la sostuvo con sus fuertes brazos, que se reusaban a dejarla ir, alzó molesta la mirada, arrepintiéndose al instante, sus mejillas se tiñeron de rojo, sin poder evitarlo.

¡¿Porqué estaba tan cerca de su rostro?!

Sesshomaru maldijo la curva que se dibujó en sus labios.

Y ella frunció el ceño aun estando avergonzada.

En cuestión de segundos la energía del youkia comenzó a levantarse envolviéndolos a ambos.

Aome gritó aterrada, y se aferró más, no sentía que sus pies tocaran el suelo y le daba terror mirar, así que solo se mantuvo ahí, confiaba en que Sesshomaru no la dejaría caer.

Con el rostro hundido en el torso de su futuro esposo.

La sola idea le abochornaba aún más.

Aome jamás había deseado tanto que la tierra se la tragase.

Sesshomaru podía saber, sin hacer esfuerzo alguno, cuan nerviosa estaba la mujer entre sus brazos, cientos de emociones que jamás había percibido en otro ser vivo.

La miko era tan humana.

Se podía también decir que no le molestaba tenerla cerca, no tanto como debería, porque de una misteriosa manera lograba estar tranquilo.

Y su aroma desde que la conoció nunca le grado. En las ocasiones en las que se encontraron frente a frente, siempre olía a Inuyasha. Y el odiaba -corrección- él odia a Inuyasha.

Ahora no había ningún rastro del hanyou en ella.

Ahora no le disgustaba, este nuevo aroma era único, era su aroma. Algo en ello le hacía sentir extraño, repentinamente atraído, el impulso de querer hundir la nariz en esa melena, llenarse de su olor y disimuladamente así lo hizo.

Sesshomaru no entendía el motivo.

Se excusó que era por el simple hecho de que la fragancia, no era del todo mala, era aceptable.

Decidió que iba a permitirse eso, sería su secreto, Aome jamás lo sabría...

¿Qué tenía de malo? Después de todo se iban a casar.

...

...

Aome lentamente y sin buscarlo lo estaba llevando a aguas desconocidas.

.....................

-"Ve a decirle a ese Sarnoso que tienes de Amo que vine a ver mi mujer"- tras escuchar esto los soldados quedaron estupefactos.

Sin duda el lobo deseaba morir.

-"Perdone pero tengo prohibido dejarlo entrar, por favor váyase evite las peleas"- respondió una de las guardias que se interponía en el camino del joven lobo, actuando con amabilidad.

-"¿Acaso crees que te estoy pidiendo permiso? Vine a ver a Aome y no me iré hasta que lo haga"- este respondió sin más y haciendo uso de su velocidad logro traspasar a todos.

Pero se detuvo en seco y dando un salto hacia atrás cuando la figura de Irazue se hizo presente.

-"Tu otra vez..."- murmuró viendo fijamente al moreno. Quien se mantenía alerta a cualquier movimiento extraño.

-"¿Dónde está Aome?"- demandó sin rodeos.

-"¿Cuál es tu interés en la humana?"

-"No es de tu incumbencia, solo dime dónde esta"- volvió a exigir, apretando el puño, esa mujer estaba acabando con su paciencia.

Irazue sonrió para sorpresa de todos, que esperaban una reacción diferente-"Ella y mi hijo se fueron hace un par de días"- respondió luego de unos segundos-"No se a donde, pero volverán pronto"

-"¡No digas mentiras!"

-"Si me crees o no es problema tuyo"

Endureció la mandíbula, buscando rastros de engaño en aquel color dorado-"Quiere decir que estoy perdiendo tiempo al estar aquí"- tras esto se giró para irse.

-"Espera lobo"-Koga la miró por encima de su hombro-"Haré un trato contigo"

El moreno se rió-"¿Qué tipo de trato?"

-"Uno que no podrás rechazar"- respondió con su frialdad característica, causando cierto interés y desconfianza en el joven lobo.

Irazue estaba decidida a saldar sus dudas.

Continuará...

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