Cuando nos separamos me puse nerviosa, no sabia que decir.

— Emm.... creo que deberíamos irnos.— digo nerviosa por el beso.

— ¿ te gustó?— pregunta Adam.

— Que si me gustó que. — Me hago que no entendí que pregunto.

— El beso  Abby, el beso. — y ahora que contestó.

— Estuvo bien. — dije restándole importancia y creo que a él le molestó.

— Solo eso.— dice.

— No te pongas triste playboy, se que no estás acostumbrado a que una chica te diga que solo estuvo bien.— digo de un modo que no me interesa nada en la vida.

— Abby yo no siempre he sido un Playboy.— dice con una mirada ¿triste? Oh Dios mío.

— ¿ah no? — digo cruzándome de brazos.

— No. — dice creo que decepcionado por creer que fue un Playboy toda su vida. Pero es que yo am creía que... mierda creo que hice algo mal.— Todos tenemos un pasado oscuro Abby no todo es color de rosa, algunas personas sufren mucho por su pasado pero en mi caso yo sufrí por amor Abby, por amor y eso me dejó marcado y no me dejo confiar más en las personas que dicen que me quieren.

— Lo.... siento yo no quise....— de repente sin tener control de los movimientos voy y lo abrazo posando mis brazos en su cuello. Y en menos de un segundo el me recibe el abrazo posando sus brazos en mi cintura. Se siente tan bien estar es sus brazos. El esconde su cabeza en mi cuello y creo que son lagrimas que me esta mojando el cuello. Cuando me aparto de él veo lágrimas en su mejilla y las quito con mi pulgar.  Y le doy un beso en la mejilla que le sorprende. Sigue teniendo sus brazos en mi cintura.

— ¿Me puedes soltar?— digo un poco avergonzada de tener que decirlo.

— Si claro yo... lo siento. — dice rascándose la nuca y sonriendo de una forma triste. — Siento que me veas así tan sensible. Odio estar sensible pero este tema me duele todavía.

— No pasa nada te ves tierno cuando no tienes tu ego en lo alto.— una risa sale de sus labios.— ¿quiere que te lleve a casa? También puedes poner la música que quieras.— el solo asiente y nos dirigimos al auto. Y después dice que es mi vecino es verdad no me había acordado.

Entramos nos abrochamos los cinturones y antes de encender el motor del auto noto que Adam me mira. Levantó la mirada y lo veo y efectivamente me estaba mirando.

— ¿Que miras? Tengo algo en la cara.— el niega y después dice algo que me sorprende.

— Es que eres hermosa Abby.— dice y me sonrojo aparto la mirada para que no vea mi rubor formándose.

— Gracias.

Enciendo el motor y nos encaminamos a mi casa. Mientras él pone la canción de traicionera de Sebastián Yatra.

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Y empieza a cantar.

— Tu me dices que no es cierto que te mueres por mi, si es verdad que no te gusto no te acerques así , me dijeron que te encanta que se mueran por ti, buscando al que se enamora para hacerlo sufrir.

— Cantas muy bien. Le digo con una sonrisa en mi cara y él me regala otra de su parte.

Y empezamos a cantar los dos al mismo tiempo.— Traicionera no me importa lo que tú me quieras mentirosa no me importa lo que tú me quieras, traicionera en mi vida fuiste pasajera mentirosa no me importa que de amor te mueras.— y empezamos a reír o por sabes la canción los dos y también porque la gente que pasaba por nuestro lado nos miraba con cara de estos adolescentes d e hoy en día están locos jajaja.

Cuando llegamos a casa salimos del coche y antes de que yo entre  porque ya es tarde y mañana tengo clase. Alguien me agarra de la muñeca.

— Abby entonces ¿me ayudarás con lo de ser mi tutora?

— Claro que te voy a ayudar.

— Bien entonces mañana por la tarde a las 16:30. Dice y yo asiento.— bueno adiós muñeca. — Me giña un ojo y me da un beso casto en los labios y eso a que viene.

Entro a mi casa y encuentro a mi madre en la ventana.

— Hija tu novio es muy guapo.

—No es mi novio solo es el vecino que se cree la gran cosa.

— Si si si espero que usen protección no quiero nietos todavia.

—¡mamá!— ella levanta las manos en señal de rendición.

Me dirijo a mi habitación y enciendo la luz y me dirijo al baño a hacer mis necesidades a lavarme los dientes y después la cara. Salgo del baño y empiezo a quitarme la camiseta quedando me en sujetador antes de quitarme los pantalones habla alguien.

— Sigue, sigue quiero ver más. Dice Adam con una sonrisa.

— ¡ Que haces aquí Adam!— grito tapándome mi pecho con mi camiseta.

— Solo quería darte las buenas noches.

— Date la vuelta Adam.— el me obedece y se da la vuelta cuando termino de ponerme el pijama veo que se está riendo.

— ¿ Que te parece tan gracioso?

— Es que hay... una ventana y tú te reflejabas en ella y no he podido quitar la mirada de allí.

Una carcajada sale de su boca mientras yo me sonrojo. Me meto bajo las sabanas.

— Buenas noches Adam. Ala ya puedes irte.— digo y el niega.

— ¿Puedo quedar a dormir contigo?— ¿¡que!?

— No.

— Solo está noche porfa.— pide haciendo un puchero.

— Está bien.

Antes de que pueda decir algo él se quita la camiseta y ¡Santa Maria! ¡¡¡Oh Dios mío!!! Abdominales. Este tío está cachas.
Se que lo vi sin camiseta en mi sitio favorito pero es que no me fije detalladamente detalladamente muy bien solo me fije detalladamente.

— Abby ya llevas con estas dos veces follandome con la mirada puedes parar.— dice y me escondo entre las sábanas para que no me vea sonrojada.
Al quitarme la sábana de la cabeza veo a Adam quitándose lo pantalones.

— Adam no te quites los pantalones.

— Porque no si yo no puedo dormir en pantalones.

— Vale pero mantente alejado de mi.— dijo y suelta una risa.

— ok.

Sin darme cuenta ya esta déjalo de mis sabanas. Y antes de darme cuenta él me a rodeando con sus enormes brazos la cintura y me a atraído hacia él hasta que mi espalda chica con su pecho y puedo notar la ereccion de su amiguito pero Le Resto importancia no me va a hacer nada.

— Buenas noches Adam.— Pero antes de que me duerma aunque él cree que duremos escucho que dice algo que me sorprende.

— No se si vas a escuchar esto Abby pero quiero que sepas que lo de acercarme a ti lo he hecho por que siempre me has gustado pero también es que quiero protegerte de una apuesta que hizo un amigo mío con otro amigo de quien te llevara primero a la cama. No quiero que te hagan daño Abby. — dulce dándome un beso en el hombro. — buenas noches preciosa Abby.

Es bonito que se preocupe por mi pero tampoco puedo confiar mucho en él y si él también participa en la apuesta.

De repente caigo en un profundo sueño en los brazos de Adam.

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