Capítulo 3: Conociendo a Santiago
Mi vida cambió completamente después de ese accidente. Quede ciego por un mal golpe, han pasado 2 años de haber perdido la vista. extraño tanto ver el sol salir por las mañanas, ver el anochecer y amanecer.
Santiago siempre fue un hombre trabajador, alegre y soñador.
Sus padres eran lo mas importante en su vida al igual que su novia, ahora ex.
—— años atrás ——
–Les presento a Santiago mi hijo–hablo un hombre de buen porte, alto y algo robusto.
–Buenos días –saludaron otros hombres que estaban en un junta
–Él quedara a mi mando si algo me ocurre y quisiera que le dieran la bienvenida y le enseñaran un poco de todo esto.
–Gracias papá –sonrió y abrazo a su padre
[. . .]
–¡Papá! – gritaba desesperado Santiago abrazando el cuerpo sin vida de su padre
–Lo siento joven, su padre ya ha fallecido –hablo un paramedico que se encontraba aún lado de su cama
[. . .]
–Hola Mi amor –lo abrazo una chica de cabello negro y corto.
–Hola Ale–dijo correspondiendo el abrazo.
–Estas ocupado amor?–sonrió la chica mirándolo
–Un poco, termino y voy esta bien?–acaricio su mejilla
–Esta bien. Te veo abajo –beso sus labios y bajo.
–como te amo nena–dijo para si mismo
[. . .]
–Bien, entonces fue un gusto cerrar el trato con ustedes –cerre aquel contrato con un apretón de manos con aquellos hombres
–es muy bueno en los negocios señor Achaga. –hablo un hombre mayor– idéntico a su padre
–Muchas Gracias , todo lo aprendí de él –sonrió con melancolía
–Hizo muy buen trabajo con usted
–Gracias, me retiro y pronto haré llegar los papeles y gracias nuevamente. Hasta luego–tome mi portafolio y camine a la puerta de aquel restaurante.
Camino hacia el estacionamiento, subió a su auto y empezó a conducir.
Estaba fuera de la ciudad así que seria un largo camino, paro a comprar un par de cosas para la carretera y siguió conduciendo.
Pronto había anochecido, iba bien por su carril hasta que vio aquellas luces y pronto sintió el impacto...
Y todo se volvió oscuro ...
[. .]
–Familiares de Santiago Achaga– Salio un hombre de bata blanca quitando sus guantes llenos de sangre
–Nosotras –dijeron una señora de edad un poco avanzada de ojos azules como el océanos, rubia y delgada. y una joven pelinegra de ojos cafés.
–El joven despertó
–¡Gracias doctor! Podemos pasar a verlo? –preguntó la joven
–Claro, pueden pasar.
Ambas mujeres entraron aquella habitación.
Vieron a un joven pálido, con algunos golpes en la cara y rasguños
–Mamá? –dijo confundido
–Si, hijo aquí estoy –se paro enfrenté de él
–No...n-no te p-puedo v-ver –dijo confundido y con miedo
–pero estoy aquí –dijo confundida pasando su mano frente de el
–No te veo mamá ¡estoy ciego! No veo nada –dijo desesperado quitándose las pequeñas mangueritas de aquel catéter de su mano donde pasaba el medicamento.
–Hijo, tranquilo– salían lágrimas de los ojos azules
–Amor tranquilo, por favor –hablo aquella joven quien aguantaba el llanto
–Ale, estas aquí? –dijo mirando hacia todos lados.
–sí –se acerco y tomo su mano
En unos segundos aparecieron un par de especialistas, lo tranquilizaron y llevaron a ambas mujeres a una habitación sola
–Por lo que ha pasado, el señor Achaga a perdido completamente la visión. Tenemos que esperar para saber como evoluciona o esperar a una donación de córneas.
Ambas quedaron heladas aquella noticia. La señora Achaga no dejaba de llorar y la joven simplemente escuchaba atenta .
[. . .]
-Santiago yo...–dijo aquella joven caminando aun lado a otro
–Dime...–dijo mirando a la nada
–Y-yo no no puedo co-on esto...enserio de verdad lo siento –dijo mirándolo
–Lo se no quiero ser una carga para nadie, puedes irte Alejandra.
–perdón Santiago yo no se como estar con alguien ....así... –dijo arrastrando las palabras– hasta nunca Santi – tomo su bolso y se fue
Santiago solo se acostó sobre su cama dejando salir un par de lágrimas. Odiaba sentirse un inútil. Ahora se daba cuenta de que Ale, no era para él... Lo dejo cuando mas la necesitaba...
[. . .]
–Por fin en casa –hablo la mujer mayor quien entraba a una lujosa casa junto a su hijo
–De que sirve llegar si he vuelto igual sin ver nada –dijo con mal humor caminando con la ayuda de su baston
–Hijo veras que todo saldrá bien y tus ojitos volverán a ver lo juro –tomo a su hijo de su rostro mirando aquellos ojos azules iguales a los suyos, ya no se miraban con vida como solían hacerlo
–Mamá hemos recorrido todo Europa ,Asia y nada no hay resultado de nada. –dijo en tono alto –quiero estar solo –camino hasta a una habitación cerrando de portazo la puerta
–Pronto volverás a ver, con tus hermosos ojos y se que pronto conocerás a una gran mujer que te ame y este a tu lado sin importar nada –susurro aquella mujer mirando a dirección donde se había ido su hijo.
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