Capítulo 2: La futura estrella de la ciudad
En medio del espectáculo, Draco parecía pasarla genial demostrando sus enormes habilidades para la guitarra, poco a poco iba atrayendo la atención de mucha gente.
— ¡Amigo, ese sujeto toca fenomenal! Dice un sujeto entre la multitud.
De pronto detrás de Draco empieza a salir ráfagas de fuego, y el guitarrista toma la oportunidad para arrojar ese peluche y quemarlo.
— ¡Tomen eso, fanáticos de esa payasa!
Definitivamente este sujeto enloqueció, esto fue una declaración de guerra contra Melodie y sus fanáticos. Los pocos fanáticos de Melodie que quedaban en el lugar comenzaron a arrojar basura.
Melodie veía a lo lejos a Draco dañando su ego, tenía un rostro completamente enfurecido y los demás a su alrededor lo notaban.
— ¿Qué pasa? ¿Acaso el novato está ensuciando la poca dignidad que tienes? Dice Janet con un tono burlesco para frustrar a Melodie.
— ¡Cállate! ¡No dejaré que ese patán salido de la maldita nada se salga con la suya! Dicho esto, Melodie sale del telón para confrontar al joven.
— ¡Oye, niña, no lo hagas! Grita Griff, pero resulta ser inútil de todas formas.
Melodie se le acerca al guitarrista, este la ve llegar y le dedica una sonrisa un tanto traviesa.
— ¿Qué onda? ¡Chicos, tenemos a Melodie aquí!
Todo el mundo comienza a aplaudir, pero los pocos fanáticos de la cantante que todavía seguían ahí alzaron todavía más la voz.
— ¡Melodie! ¡Cásate conmigo! Grita uno de sus fanáticos.
Melodie mira con detenimiento a sus fanáticos, y se dio cuenta de lo peligroso que era para su imagen mostrar indicios de agresividad.
Melodie inmediatamente se arrepintió de haber entrado en escena.
— ¡No aguanté verte a lo lejos y moría de ganas por conocerte un poco más de cerca, joven caballero! Decía Melodie con una voz tierna y sonrisa dulce.
— ¿Ah sí? Uhm... ya veo. A Draco le extrañaba ese comportamiento de parte de Melodie, luego de espantar a sus fanáticos y demás.
— Veo que intentas llegar a las grandes ligas y superar lo imposible. Dice la cantante, y el guitarrista entonces deduce que solamente se mantiene en personaje.
— ¿Desde cuándo eres así? Si hace rato cuando chocam-
Melodie inmediatamente recuerda lo que le dijo al guitarrista en la tarde y con tal de mantener su imagen intacta, pellizca a Draco en la mejilla.
— ¡Ay, corazón! ¡¿De qué hablas?! Dice Melodie, forzando una adorable voz y cara.
— ¡Ouch! ¡Eso duele mucho, ya suéltame! Exige Draco y la cantante deja de pellizcarlo.
— Entonces veo que estás convencido de querer dejar tu marca, suerte en intentar llegar las grandes ligas, corazón. Dice Melodie con un tono dulce y cálido, en el fondo estaba aguantando las ganas de ahorcar a Draco.
— Tengo un mal sentimiento escuchando eso.
Larry y Lawrie aparecen para llevarse a Melodie por órdenes de Griff con tal de que Draco siga tocando la canción.
— Lo lamento, señorita, pero no puede estar aquí. Dice Larry.
— Por favor colabora, ya he perdido demasiada paciencia esta noche. Dice Lawrie, mirando con un odio extremo a Draco, su presencia intimidaba.
Draco comenzó a temblar de terror al ver la mirada amenazante de Lawrie, afortunadamente se retiró junto con Melodie.
— Espero no tener los días contados. Dijo Draco, mientras un ligero escalofrío se apoderaba de su cuerpo por unos breves instantes.
El guitarrista siguió tocando, ofreciendo un gran espectáculo, mientras que Melodie era llevaba afuera del parque sin que nadie la viera.
— ¿Segura que ya se va a casa? Va a haber una pequeña cena para todos los involucrados en este festival. Decía Larry.
— Sí, no me importa esa cena. No quiero estar ni un solo segundo más aquí y menos con ese patán olor a cebolla.
Larry se siente un poco decepcionado por la respuesta pero comprende, en cambio a Lawrie, a él no le puede importar menos.
— Ya llegó mi chófer, ya no es necesario que me cuiden.
La limusina de Melodie, y un agente vestido de negro sale y le abre la puerta. Mientras la chica entra al vehículo, puede ver a Larry despidiéndose.
— ¡Espero nos veamos de nuevo, señorita Melodie!
Melodie simplemente lo ignora y el vehículo comienza a moverse.
Volviendo con el guitarrista, terminó de tocar y recibió el aplauso de gran parte del público. Eso conmueve demasiado a Draco.
— ¡Pronto me volverán a ver, público! ¡La próxima vez el gran y poderoso Draco llegará con muchas historias por contar!
Draco se retira del telón, concluyendo el evento. Y el guitarrista al volver a la habitación, recibe los aplausos de todos los artistas presentes.
— ¡Bien hecho! Draco, ¿Verdad? Decía Janet con mucha simpatía.
— ¡Lo lograste, viejo! Decía Buzz, aplaudiendo junto con los demás miembros de su banda.
De pronto el rostro lleno de confianza pasa abruptamente a un rostro lleno de alivio.
— ¡Dios, casi que estaba por meterme un tiro en la cara! ¡Me estaba muriendo de miedo como no tienen idea!
Todo el mundo estaba bastante sorprendido, pero él mismo había mencionado que era de las primeras veces que se subía a un escenario a tocar.
— ¡Pues lo hiciste excelente! ¡Salvaste el evento, muchacho, y te lo tengo que agradecer bastante! Decía Griff con muchísimo entusiasmo.
— Y gracias a ti, no me llevaron a la jaula esos dos guardias.
— ¿De acuerdo? No importa, vamos a tener esa merecida cena con los demás y me gustaría que estuvieras aquí. Además podríamos llegar a un acuerdo.
Esas últimas palabras sorprendieron a Draco, era una oportunidad innegable para poder expandir su marca en el mundo de la música.
— ¡Adelante, viejo!
Minutos después, todo el público se había marchado a su casa. Los empleados del parque colocaron varias mesas y comida, para festejar junto con los artistas.
— ¡Provecho! Dijeron todas las personas presentes y comenzaron a comer y a pasar el rato.
— ¡Este evento fue una maravilla, de lo que voy contando, hemos juntado casi el triple de lo que hemos invertido! Dice Griff, maravillado.
En una de las mesas, se encuentra la familia acróbata comiendo un montón de comida deliciosa y los hermanos Larry y Lawrie los acompañaban.
— Una pena que Kit no haya podido estar aquí para ver el concierto, le hubiera fascinado. ¿Verdad, papá? Dice Janet.
— Sí, pero el gato se tuvo que ir de viaje a otro continente para ser parte de una producción importante, así que no lo veremos por dos semanas.
— Por mí excelente, ese animal adora violar las leyes del parque. Decía Lawrie, frustrado por recordar las veces que tuvo que detener a Kit.
— ¡Tranquilo, hermano! Mira el lado bueno, tendremos más tiempo de descanso. Dice Larry, manteniendo ese típico entusiasmo.
El tiempo siguió corriendo, y esta vez volvemos con Melodie, quien ya había regresado a su bella y gigante casa.
— Tranquila, Melodie, todo ha salido bien en el concierto. Decía la cantante, intentando convencerse a sí misma de que no hay nada de qué preocuparse.
Según ella, todo salió bien, y en parte sí porque logró hacer un gran espectáculo y mucha gente llegó a verla cantar, pero algo le molestaba e inquietaba.
Fue entonces que abrió Internet y vio que en tendencias había una cara bastante familiar, y se trataba del mismo guitarrista que había conocido ese mismo día.
— Me tienes que estar...
Eran muchas publicaciones relacionadas al guitarrista que conoció hoy, estaba en todas partes e incluso en noticias.
— ¡Ay, lo que me faltaba! ¡Desperdicié mi tiempo cantando en dos malditos conciertos solo por mi imagen y ese maldito idiota lo opaca todo!
Sí, definitivamente la cantante se moría de la envidia. El guitarrista era un don nadie, un completo desconocido y de pronto era ya tendencia.
Muchos recuerdos comienzan a apoderarse de la mente de Melodie. Como la vez que debutó en un pobre escenario hace años atrás.
— Pese a todo lo que hicimos por ti, no lograste superar lo acordado, tus padres deberían estar avergonzados. Dijo el primer manager que tuvo Melodie, molesto.
— Lo l-lamento mucho...
Melodie tan sólo era una adolescente y no era de esperarse las lágrimas de sus ojos caer por las duras palabras del sujeto.
— ¡Nada de esas mierdas! ¡No podemos seguir de ese modo a menos que quieras que te corra a patadas de la industria y termines en la ruina!
— Y-yo...
— ¡Ya basta! Gritó la Melodie del presente, harta de tener que recordar ese humillante pasado que había jurado sepultar por el resto de su vida.
Se sintió quebrada por tener que revivir aquellos recuerdos amargos, ella entonces fue a la sala con una copa y una botella de alcohol para desahogarse un poco.
— Simplemente no es justo... Dijo la pobre chica al borde de las lágrimas, pero hizo un esfuerzo para contenerlas.
Volviendo con el guitarrista, este se encontraba haciendo negocios con Griff, una oportunidad que no podía dejar.
— Entonces esto es sencillo, tu serás invitado a tocar en los próximos eventos que nosotros vamos a llevar a cabo en la siguiente semana. Dijo la caja registradora.
— ¡Eso es genial, así podré expandir la imagen! Exclamó Draco con emoción, imaginando lo que una vez pudo ser imposible para él.
— ¡Exacto! ¡Y con la reputación que ganaste en este evento, se espera mucho din- digo, visitantes para verte tocar esa poderosa guitarra!
— ¿Y seguro que no debo gastar nada? Es que no ando económicamente estable. Confiesa el guitarrista apenado.
— ¡Oh! Tranquilo, mis superiores y yo nos ocupamos de los gastos, tú solamente procura no faltar cuando te necesitemos.
Entonces siguieron hablando y hablando mientras el resto seguía con lo suyo, y uno que otro pegando el oído.
— ¡Viejo, eso es fascinante! Esto es un sueño hecho realidad, este parque es increíble. Decía el guitarrista con sumo entusiasmo.
— Me alegro mucho por ti, chico. Aunque... dudo que ocurra pero ten cuidado con Griff, no vaya a ser que en algún punto comience a aprovecharse de ti. Dijo Grom, intentando mantener la sonrisa.
— ¿De verdad? Igual me viene bien colaborar con él mientras tanto, pero lo tendré en cuenta.
Draco se separó de los caballeros no sin antes de despedirse, entonces al guitarrista ya no le quedaba nada más que ir a su casa a dormir, pero primero la novela.
Volviendo con Melodie, las cosas supuestamente mejoraron.
— Con permiso. Entra el manager actual de Melodie, quien comparado con los anteriores, era una buena persona.
— ¿E-eh...? ¡A-ah, m-manager, llegaste! Decía una Melodie sucumbida por el alcohol.
— ¿Melodie? No me digas que te embriagaste otra vez. Dijo el manager, un poco agotado por el trabajo que tuvo hoy.
— N-no, p-para nada, para n-nada, ¡¿Q-quieres u-un poco?! Ofreciendo una copa.
— Paso, y sabía que estabas tomando.
Melodie hizo un esfuerzo para acercarse un poco más hacia su manager, haciendo lo posible por no caer contra el suelo.
— T-te ves agotado. Ríe la cantante.
— Sí, tuve muchas cosas que hacer. Entre ellas, llevar a estos críos al veterinario.
Posteriormente, detrás de él salen las notas musicales de Melodie que tanto la acompañan casi todo el tiempo, la cantante se alegró tanto de verlas.
— ¡O-oh! ¡Q-que gusto v-verlos, chicos! Melodie estaba bastante alegre.
Las notas musicales vuelan a toda velocidad para acurrucar a la cantante con mucho cariño, el manager encuentra esto bonito.
— ¡G-gracias, m-manager!
— No hay de qué, tan sólo te hacía un favor. Aunque me costó explicarles a los veterinarios qué eran esas cosas. Eso último se lo susurró a él mismo.
Entonces el manager de Melodie nota pañuelos en la mesa, y sumado el alcohol, supo que algo andaba mal con Melodie.
— ¿Y no vas a platicarme de tu problema? Trabajo para ti, así que técnicamente eso también me perjudica.
— ¿E-eh? N-no es n-nada... ¿Q-que dices? Decía Melodie, aunque al manager no le convencía aquella respuesta porque ella tomó la ofensiva.
— Quiero pensar que no se trata de ese guitarrista que aparece en todas las redes, ¿Cierto?
La pelirrosa inmediatamente colapsa del llanto en el momento que el manager menciona la palabra "guitarrista". Las notas musicales parecen preocupadas por el bienestar de su ama.
— Definitivamente di en el clavo. Oye, ¿No te gustaría contarme todo? Soy todo oídos y quizás pueda ayudarte con ese problema.
Melodie deja de llorar y mira con mucho alivio a su manager, agradece mucho tener a gente como que se preocupa por ella.
— C-claro.
Cuatro horas después.
— ¡Y p-por eso s-sentí q-que tenía q-que quedarme en p-personaje, n-no podía d-dañar mi imagen! ¡T-tuve que v-verlo de lejos s-sin hacer n-nada! Decía Melodie, ya para este punto se había perdido la cuenta de copas tomadas.
— Melodie, son las dos de la mañana... termina, por favor, que ya quiero irme a casa a dormir... Suplicaba el manager en silencio.
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