『 Capítulo cinco 』
𝐓𝐎𝐃𝐎𝐒 𝐒𝐎𝐍 𝐌𝐎𝐋𝐄𝐒𝐓𝐎𝐒
𝐃𝐄 𝐑𝐄𝐏𝐄𝐍𝐓𝐄
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Luego de que Stephen sale, Tony encuentra su suéter enredado junto a la chaqueta de cuero negra perteneciente al estudiante de medicina. Sonríe, tal vez estaba leyendo mal aquella situación, de todas formas, elige creer que Stephen lo hizo a propósito, así ahora tiene una excusa para verle nuevamente.
Y aunque fuera una simple casualidad, Tony sigue ganando porque ahora tiene una excusa para ver a Stephen nuevamente.
Se echa la chaqueta al hombro y sale directo a su auto, en poco tiempo se encuentra yendo a casa. La radio reproduce canciones que no son completamente de su agradó; pero Tony tiene buen humor como para escucharlas. El sol encuentra su lugar en el cielo de la madrugada y tan pronto como Tony se da cuenta de que fecha es, se lleva las manos a la cara frustrado.
Ni siquiera le importa si el auto se descarrila por su acción anterior, el solo hecho de recordar que hoy cumpliría cuatro meses con Steve le pone mal. Ya no podrá regalarle lo que tenía, o llevarlo a ese restaurant nuevo en el centro del que tanto hablaban, ya no puede sorprenderse de forma exagerada por los regalos anticuados de Steve ⎯como si no hubiera descubierto hace días lo que iba a regalarle⎯, Tony se burlaría de su novio, a pesar de que Steve se molestaría al principio, siempre termina cediendo a sus bromas, luego, ambos se dirían su primer "te amo" porque después de cuatro meses parece razonable, y ese sería el mejor regalo.
Cuando Tony llega a su casa rentada a las afueras de Boston, Rhodey lo mira duramente, Tony levanta la mirada con esos ojos de cachorro perdido, y su mejor amigo cambia su semblante a una más compasivo.
Llevan días de solo gritos. Rhodey estaba furioso por lo que le hizo a Steve, todos aman a Steve, es el efecto natural que causa en la gente, así que cuando alguien como Tony Stark, (en especial alguien como Tony Stark) lo hiere, la sangre tiene que correr por la cuneta.
Ya han pasado días, Rhodey está en el punto de aceptación, su mejor amigo es un idiota, al menos, quiere escuchar lo que tiene que decir.
⎯⎯Es tarde, ¿dónde estabas? ⎯⎯le pregunta, ambas manos reposando sobre su cintura.
Tony levanta un poco la cabeza, intenta no parecer un saco de huesos sin propósito de existencia, falla miserablemente⎯⎯si te pones a pensarlo, es temprano.
Rhodey no se nueve ni un poco por su intento de chiste, tampoco es como si el tono apagado de Tony hubiera ayudado mucho.
⎯⎯Bien, entonces sin chistes ⎯⎯dice sin muchas ganas, con los parpados cansados repentinamente, su mente recorre lo que implica responder esa pregunta.
Entonces se pone nervioso, ¿qué mierda debe responder? Si le dice que paso toda la noche con Stephen Strange, probablemente se pueda mal interpretar, lo menos que necesita en este momento son más mal entendidos.
Rhodey saca sus propias conclusiones, antes de que la mente de Tony pueda crear una excusa convincente⎯⎯. ¿De quién es esa chaqueta?
⎯⎯No lo sé ⎯⎯Tony se apresura a decir, Rhodey le lanza una mirada escéptica⎯⎯. Me quede ayer en la universidad y la encontré.
El contrario solo se lleva una mano a la frente, se masajea los nudillos con cansancio fingido, luego mira a su mejor amigo⎯⎯, tenemos una conversación pendiente Tony.
Es todo lo que dice antes de tomar la llaves, y salir por la puerta.
Tony sabe que no compró su mentira, en realidad, no quiere tener que mentir, no a Rhodey, así que, sí, tienen una conversación pendiente.
▪▪▪
Cuando Stephen llega a la cafetería luego de sus primeras horas de clase, no parece un hombre que ha estado por lo menos quince horas sin dormir, al menos, no en actitud. Pesadas bolsas desfilan debajo de sus ojos, no pasan desapercibidas para Christine.
⎯⎯¿Dónde estuviste anoche? ⎯⎯Christine se acomoda a su lado. Su taza de café humeante le roza ligeramente el antebrazo.
Stephen se encoge de hombros⎯⎯. Por ahí.
La pelirrojo le lanza una larga mirada analítica⎯⎯, ¿con quién te acostaste? Debió ser una buena noche, se nota que no has dormido y no eres más que normal.
El de cabello oscuro pone los ojos en blanco⎯⎯no he tenido sexo con nadie.
⎯⎯Entonces ⎯⎯Christine se echa hacia adelante⎯⎯, ¿dónde estuviste anoche?
⎯⎯Estaba estudiando, me quede en la biblioteca.
⎯⎯Vamos Strange, a mi no puedes mentirme.
Ciertamente, Christine no era el tipo de persona al que Stephen pudiera ocultarle algo por mucho tiempo. Primero porque la pelirroja sabe exactamente cuando esta guardando un secreto, y segundo porque es increíblemente persuasiva, aún si Stephen no le dice lo que pasa, ella terminaría descubriendolo de todas forma.
Tampoco es como si estuviera muriendo de ganas por decirle que paso la noche con Tony Stark, y no de forma sexual. No quiere tener que soportar lo que será su nuevo dolor de cabeza, por lo menos, lo más que pueda evitarlo, Stephen sabe que eventualmente, Christine lo descubrirá.
Por eso, en la tarde cuando le dice que Pepper Potts, una de las amigas más cercanas de Tony, le hablo preguntando si ambos usaban el teléfono inalambrico fijo de su apartamento para recibir llamadas, Stephen pensó que tendría al menos hasta el día siguiente.
⎯⎯¡No te lo puedo creer, Stephen! ⎯⎯ella grita exasperada, mientras camina en círculos por la pequeña sala del departamento⎯⎯. ¡Te acostaste con Tony Stark!
Stephen escupe un pedazo de la manzana que esta comiendo⎯⎯. ¡Por supuesto que no!
⎯⎯¿Por qué otra razón querría tú número de teléfono? ⎯⎯le pregunta, sus ojos llenos incomprensión se posan sobre Stephen, esperando una respuesta convincente.
Bueno, está era Christine Palmer, su ex novia antes de declararse abiertamente gay, su compañera de alquiler, estudios y su actual mejor amiga, ¿debería si quiera tomarse la molestia de intentar negarse?
Lo hace porque es estúpido⎯⎯. Estamos trabajando juntos.
Sus ojos se entrecierran, no le cree ni una sola palabra a su mejor amigo⎯⎯¿trabajando en qué?
⎯⎯Música.
⎯⎯¿Música?
⎯⎯Música.
⎯⎯¡Música! ⎯⎯esta vez grita de forma exagerada⎯⎯. ¿Desde cuándo tocas el piano para otras personas que no seas tú?
Desde anoche, se dice mentalmente pero no es eso lo que sale de su boca⎯⎯. Estamos trabajando juntos, ¡para el concurso de talentos!
Eso deja a Christine tan desconcertada, como si le estuvieran diciendo el mayor disparate de su vida. Lo peor del caso, es que Stephen no puede juzgarla, porque ni siquiera él mismo puede creer lo que ha salido de su boca.
⎯⎯Sí...⎯⎯retoma el hilo de su mentira⎯⎯, ayer me vio tocando el piano, yo lo escuché cantar y decidimos participar juntos ⎯⎯mirando el lado positivo, al menos eso era verdad.
⎯⎯¿Desde cuándo te agrada Tony Stark?
Desde anoche, se dice a si mismo, de nuevo, el pensamiento no sale de su mente.
Stephen se encoge de hombros⎯⎯, es solo trabajo Christine, no es la gran cosa.
⎯⎯Claro...⎯⎯responde pensativa, ella todavía no compra su mentiras⎯⎯, ¿se puede saber por qué tu repentino interés en la competencia de talento?
⎯⎯Por el premio ⎯⎯Stephen en realidad esta mintiendo como un político de alto cargo, debería darse más crédito⎯⎯, Christine, no estoy bien financieramente, lo sabes, también sabes que la competencia de talento da una remuneración al ganador, necesito el dinero.
Eso golpea a Christine de forma distinta, ella suaviza su mirada y observa al mejor de sus amigos.
⎯⎯Sabes que Stark no es completamente de mi agrado; pero lo escuché ayer, incluso tocamos algo improvisado, fue genial. No le hubiera dicho para trabajar juntos, si no creyera que así tengo mas oportunidades de ganar.
Stephen se siente mal por jugar con esto; pero pensándolo, no sería tan mala idea volver su mentira realidad. Todavía necesita el dinero y es demasiado orgulloso como para aceptar el de sus amigos sin hacer algo para merecerlo, como si fuera una obra de caridad que atender. Stephen odia el sentimiento, así que esta dispuesto hacer lo que sea que mantenga su orgullo.
Aún si eso significa terminar en una competencia de talentos junto a Tony Stark gracias a una mentira.
⎯⎯Stephen...⎯⎯Christine inicia, su voz baja. Se acerca hasta donde está su mejor amigo, y le aprieta el brazo de forma reconfortante, Stephen sabe lo que viene justo ahora⎯⎯. Se que no quieres, pero no tienes que hacer esto, te puedo prestar dinero...
No.
Ya tuvieron esta conversación antes, nunca termina bien.
⎯⎯¡No, Christine! ⎯⎯grita exasperado, Stephen aparta la mano de la pelirroja y se levanta⎯⎯. No quiero que me des dinero, no soy una obra de caridad, un mendigo que necesita migajas, ganare esa competencia y lo conseguiré por mi mismo.
Christine suspira, estaría molesta si pudiera estarlo, pero ella conoce a Stephen Strange y si hay algo mas grande que sus calificaciones e inteligencia, es su orgullo y ego.
⎯⎯Exactamente. No eres una obra de caridad, ni un mendigo ⎯⎯le dice suavemente. La pelirroja se acerca hasta su amigo y lo abraza con firmeza⎯⎯eres un amigo, estás pasando por algo difícil, lo entiendo, participa en tu competencia.
Stephen siente que no se merece una amiga como Christine Palmer, así que la aprieta un poco antes de salir de su agarre, mete la excusa de que va a estudiar, dirigiéndose a su habitación, toma el teléfono sobre la encimera de la cocina y revisa los mensajes de voz con la esperanza de que haya uno con la voz de Tony.
Para su suerte esta ahí.
❝ Te dije que encontraría tu número, idiota.
Soy Tony Stark, por cierto, estaré esperando que tengas la decencia de devolver la llamada. ❞
Stephen le sonríe un poco al aparato que reposa en sus manos de forma inconsciente, desaparece cuando se da cuenta que ahora tiene que explicarle a Tony sobre el nuevo plan para este semestre.
Una competencia de talentos.
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