Entre el tumulto de gente que se acumula en la entrada del instituto, una joven rubia se abre paso. Lleva la cabeza bien levantada, sin importarle nada de lo que digan los demás, que la señalan sin pudor. Le gusta así, ser popular, aunque sea por las cosas malas.

Respira hondo y se detiene para deleitarse con el espectáculo. Ha vuelto, y esta vez para quedarse.

—¡No puedo creerlo!

—¡Es ella!

Les da igual que ella pueda oírlos, y sinceramente, a ella también. Tras un trimestre fuera, debía volver para recuperar su trono en su pequeño reino, sin sospechar que ya no le queda demasiado de aquellos tiempos gloriosos.

—¡Sophie!

Dos chicas rubias corren hacia ella. La mencionada sonríe, feliz, de tener a alguien que no murmure a sus espaldas. No recuerda sus nombres, pero eso no es importante. Seguro que ellas la adorarán de todos modos.

—Queridas... —Abre los brazos para recibirlas, aunque rechaza el abrazo de la más pequeña.

—¿Qué tal Nueva York? —pregunta la joven alta, con los ojos como chiribitas.

—Realmente espléndido —acaricia su pelo—, mucho mejor que este pueblucho.

—¿Y por qué has vuelto?

—Porque este es mi hogar.

Levanta mucho la cabeza, orgullosa como nadie. Sabe que esas chicas la admiran y harían todo por ella.

Se calla al ver a cuatro chicas entrar al instituto. Su vestuario las hacen parecer populares, así como el hecho de que todos las saludan. Hay una chica rubia pálida, agarrada del brazo de una de piel morena, probablemente de otro país. No le suenan. Las otras dos en cambio...

Se queda pálida al ver a la castaña. No sabe su nombre, pero estaba en el grupo de sus "amigas", eso está claro. Ahora charla riéndose con una chica de pelo oscuro y piel pálida. A ella la conoce. Cece Jones, la hermana de su ex.

—Las cosas han cambiado por aquí, Sophie... —La pellizca la pequeña.

—¿Por qué... está con esas tías?

—Son sus amigas. —Se encoge de hombros—. Sus amigas de verdad.

—¿Y nosotras no lo hemos sido? —Finge ofenderse. En realidad no le importa.

—Mira hacia la izquierda y conocerás la razón de todos estos cambios.

Sophie hace caso. Una pelirroja está entrando en ese momento al instituto. Se dirige al grupo de baloncesto de su ex. Abraza a todos, incluido un chico escuálido con gafas redondas. El grupo entero de jugadores empieza a gritar, ovacionándola por algo que ella no comprende. La pelirroja hace una reverencia, algo cohibida. Puede ver su sonrojo desde aquí.

Entonces, ve aparecer a Jake. Sonríe divertido ante los gritos en su grupo. Ante la sorpresa de Sophie, coge de la cintura a la pelirroja y le estampa un tierno beso en los labios. Todos gritan, ovacionando de nuevo.

La chica se marcha, algo más colorada, alegando buscar a Cece. Sophie aprieta los puños. Eso no va a quedar así.