Día 12: Montana City
Por una vez, estoy segura de que mi despertar no estaba preparado por Jake. Y es que sus pisadas llevan diez minutos molestándome. Estará nervioso, el chico.
Acabo saliendo de la cama con algo de rabia, pues me apetecía seguir tumbada y pensar en todo. Solo quedan cuatro historias, probablemente las más importantes, que decidirán si debería perdonarlo, o no. Es lógico que ambos estemos nerviosos, a nuestra manera.
Me visto con mis shorts y mi camiseta de manga corta. Estamos en el norte, eso es obvio, pero sigue haciendo tanto calor como en el sur.
Salgo de la habitación y me quedo quieta, paralizada. Jake da vueltas alrededor del sofá que hemos estado utilizando como comedor. Resopla cual caballo y se nota que le tiemblan las piernas. Vale. Él lleva lo de estar nervioso a otro nivel.
—¿Estás bien? —Doy un paso adelante.
Se detiene al fin y me mira. Pestañea de forma incontrolada.
—No del todo —admite.
—¿Es por la historia de hoy?
Asiente, mordiéndose el labio.
—¿Tan mala es?
—No es por lo mala... —Mira al suelo, fijándose en mis zapatos—, sino por lo mucho que me vas a odiar después de ella.
—Pues cuéntamela. Así sabremos si de verdad te odiaré.
Aunque mi tono es bromista, estoy asustada. ¿Qué puede querer decirme hoy que tanto miedo le da? Solo espero que sea lo que sea, no me rompa el corazón más de lo que ya lo tenía.
—¿No quieres desayunar antes?
Se frota los dedos con nerviosismo. Quiere ganar tiempo.
—Con lo que me acabas de decir, ya se me ha quitado el hambre. —Sonrío, inocente.
Resopla varias veces hasta que se decide a sentarse en el sofá. Apoya su mano al lado, indicándome que me siente. Nuestros ojos se encuentran, pero él los retira.
"No tengo muy claro el día que esta historia tuvo lugar, pero sé que tú te acuerdas por algo que pasó el mismo día en tu casa. Solo debes saber que sucedió en una discoteca.
Mi corazón da un vuelco completo. Y no como dicen que ocurre en las películas, sino de verdad. Sé lo que esto significa. Va a contarme cuando se enrolló con Sophie.
Había quedado con Álvaro y Ed, la verdad. Estábamos completamente solos, no íbamos a venir con el resto del equipo, ni con nuestras novias. Pero nos encontramos a Sophie y a Emily.
Lo primero que vi de ellas fue una discusión. Estaban junto a las puertas de los baños, chillándose la una a la otra. No me metí en aquel embrollo, pero me pareció oír que hablaban de ti.
No me gusta un pelo por donde va el asunto. Ya estoy enfadada con Emily porque ella lo sabía, pero esto... Espero que no hiciera nada que me perjudicara aún más.
No le di importancia y seguí con mis amigos un buen rato. Nos lo estábamos pasando genial. Álvaro salió a responder una llamada de mi hermana y me quedé con Ed. Fue entonces cuando volví a ver a Emily.
Vino hacia nosotros directamente. Ed puede confirmártelo. Estaba llorando a mares. Me cogió del brazo y dijo algo que no logré entender hasta la tercera vez que me lo repitió:
—Lo siento.
Iba a preguntar que a qué se refería, pero ya se había marchado. Ni Ed ni yo entendíamos nada.
Entonces, apareció Sophie de nuevo. Ed se fue a la barra para hacer no sé qué, pero al menos eso hizo que él no supiera nada de lo que pasó después.
Me habló al oído. Fue sobre algo de lo que habíamos hablado anteriormente, cuando fuimos a Las Vegas. Una conversación que yo casi había olvidado.
Lo siguiente que recuerdo es un beso en plena discoteca. Quería decirle a Ed que me alejara de ella, pero no estaba por ningún lado. Y el beso continuaba. Le seguí el beso, esperando un final. Fue ella la que se separó con una sonrisa. Me guiñó el ojo y se fue directa a la salida. Solo que no salió. Se quedó junto a Emily, que llevaba una cámara en la mano.
No dejé de observarlas. Contemplaban el objeto y lo que había dentro. El vídeo de nuestro beso."
La boca se me seca, pero necesito preguntarlo. Aunque esté más claro que el agua.
—¿Emily os grabó?
Asiente. Lo veo decepcionado, pero no tanto como yo lo estoy. ¡Ella es mi amiga! La había perdonado por no contarme lo del beso, y ahora resulta que ella participó en el vídeo que me humilló.
Si mientras escuchaba su historia no podía pronunciar una palabra, ahora es aún peor. Mi nudo de la garganta es muy grande, y siento que quiero vomitar. Todo lo que me está pasando es demasiado fuerte para mí.
—¿Estás bien? —Me coge la mano, pero yo la aparto.
—Siento mucho esto, pero necesito estar sola.
Me levanto y me voy. No tengo ni idea de donde estoy, pero memorizo las calles, para no perderme a la vuelta. Por suerte, estoy cerca de una oficina de turismo, que me indica la ciudad en la que me encuentro: Montana City.
No entiendo por qué me ha llevado a una ciudad como esta. La capital de Montana es Helena y está llena de cosas interesantes. En lugar de eso, me ha llevado a una ciudad perdida que no tiene ninguna atracción turística.
Lo único que se me pasa por la cabeza es que Jake supiera cuál iba a ser mi reacción tras su historia y eligió contármela en una ciudad donde pudiera pasear sin turistas ni barullo. Perfecto para mí. A pesar de todo lo que ha hecho, sigue conociéndome con exactitud.
Asciendo por el monte pensando en todo. Tiene que haber un motivo, algo por lo que todo está pasando. No me creo que Jake simplemente besara a Sophie, así como así. No.
Mientras bajo, me doy cuenta de que las historias que me quedan cambiarán de nuevo toda mi opinión de la historia. Ahora mismo no quiero hablar con Jake, pero sé que mañana lo haré. Mañana me despertaré en otra ciudad distinta y me contará algo que explicará lo anterior. Solo debo confiar.
Me echo un selfie con la Polaroid, sola. Así debe ser, porque así es como me siento ahora mismo. Sola. Sin mi familia, sin mis amigos. Sin saber si debería confiar en Jake. Porque una cosa está clara: nunca he dejado de quererlo.
Lo encuentro en el sofá, dormido. Tendrá que descansar si debe conducir toda la noche. Me acabo de decidir por comer fuera y traerle algo, cuando veo su móvil en la mesa. Antes de haberlo pensado dos veces, ya lo he cogido y desbloqueado.
Busco un nombre en concreto. Puede que no lo tenga, pero al menos... ¡Sí! ¡Está aquí! Marco el número.
—¿Sí? ¿Jake? —Me responden al segundo pitido.
—Hola, Emily.
—¿Bel? —Su voz suena sorprendida—. ¿Dónde has estado? ¿Sabes que todo el mundo te está buscando?
—Quería hablar contigo.
—¿De qué?
—De lo que hiciste.
—¿Qué hice?
—¿En serio lo preguntas? —Me exaspero—. Grabaste a Jake y a Sophie liándose en la discoteca. Te perdoné cuando creía que lo sabías, pero tú grabaste el vídeo que utilizó Sophie para humillarme.
Se queda callada. Buena señal.
—¿Por qué lo hiciste?
—Sophie... puede ser muy manipuladora cuando quiere. Hay cosas que nadie sabe de mí que quiero que queden en el olvido.
—Somos tus amigas. Yo te rescaté del grupo de pijas. Me lo debes.
—Lo siento, Bel, de verdad. Intenté decírtelo tantas veces... Aún me duele lo que ha pasado, no te creas que no. Haré cualquier cosa por solucionarlo, te lo prometo.
—De momento —suspiro—, no le digas a nadie que estoy con Jake. Necesito descubrir sus motivos, y cada vez estoy más cerca.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top