∆Capítulo 9∆

Reviso las hojas de entrenamientos. Es viernes, el entrenamiento acabó hace una hora y mi padre y yo estamos preparando los próximos.

Veo a mi padre caminar hacia mí con una bolsa de patatas, se sienta en el sofá y coge el boli.

-Necesitamos alguna táctica nueva.

-Podemos intentarlo, sí.

-¿Ideas?

-¿Tengo que darla yo? ¿De verdad?

-Tú eres la amante del baloncesto.

-¿Y entonces tú por qué entrenas? -Arqueo una ceja.

Se encoge de hombros.

-Me divierte asustar a los adolescentes hormonados.

Suspiro, negando con la cabeza. Sé que no es la mejor manera de pasar un viernes por la noche, pero Jake ha salido con sus chicos y mis amigas están cada una con algo familiar. Mi única opción es mi padre, señores. No me malinterpreteis, amo a mi padre más que a nadie, pero en los momentos de diversión... no es muy divertido.

Pasan las horas y apenas vemos baloncesto, sino que acabamos viendo la NBA y gritando como estúpidos. Mi padre lleva varias copas y es normal, pero yo...

Lo veo subir a su habitación. Sonrío, va medio atontilado, pero estamos en casa, así que no me preocupa. Me levanto del sofá y empiezo a ordenar todas las hojas del entrenamiento. Justo cuando están todas metidas en su carpeta, llaman a la puerta. Mi padre suelta un grito y escucho la cama crujir, supongo que quiere que abra.

-Hola... ¿Qué haces aquí a estas horas?

Jake se encoge de hombros. Parece un poco preocupado, pero no le doy mucha importancia.

-He estado un rato en la discoteca, pero prefería venir a verte. ¿Sales un minuto?

Prefiero no comentarle que mi padre ya está dormido, ya que prefiero estar a solas con él un rato. Me coge de la mano cuando nos sentamos. Vale, algo le pasa.

-¿Estás bien?

En lugar de responderme, estira su cuello y me besa con suavidad. Cuando se separa, me mira como pidiendo permiso. Yo asiento desconcertada, somos novios, ¡no tiene que pedir permiso!

Gira su cabeza para que nuestras narices se acomoden y con cuidado me besa. Con su lengua va bordeando mis labios, hasta que poco a poco va metiéndola en mi boca, haciendo que yo reaccione, besándole más fuerte.

Nos besamos de esa manera, tan apasionadamente, un buen rato. Al final, tengo que separarme, roja como un tomate.

Él me mira, sonriente.

-¿Qué?

-No sé. Nunca me habías besado tan... así.

-¿Te molesta? ¿Sigues con tu asco a los besos con lengua?

-No, ya perdí eso... Solo que es raro. Parece que estuvieras obligado a besarme.

-No digas tonterías. -Me coge de la mano y me mira con sus ojitos morenos-. Eres mi novia y te beso cuándo y cómo quiero. Nadie me obliga a nada.

Me pongo roja. Soy una estúpida por pensar semejante tontería.

-Perdona...

-No importa, no me molesta. -Me da otro suave beso en los labios y se separa sonriente. Esta sonrisa es mucho más sincera-. Supongo que querrás descansar, y sinceramente, yo también, así que nos vemos el lunes.

-Quien sabe. Lo mismo te visito yo a la próxima... -Me cruzo de brazos de forma sugerente.

-Te estaré esperando. -Me guiña el ojo y se va caminando lentamente. Me quedo a verlo hasta que ya está a cierta distancia. Entonces entro en casa y cierro la puerta con llave.

***

-Venga, ahora otra pregunta.

Las acoso con la mirada mientras Abby pregunta a Lola. Se suponía que esta tarde de sábado era quedada de chicas para estudiar. Solo quiero añadir que la única que lleva el libro soy yo.

-Bel, ¿no vas a jugar?

Ah, sí, y que están hablando sobre chicos y hasta donde han llegado con ellos. La verdad, prefiero leerme todo lo que tengo que estudiar, porque obviamente soy la que menos ha hecho con un chico.

-Estoy bien aquí gracias. -Me quedo callada leyendo la página 176, pero acabo mirando hacia Cece-. Esta era una tarde para estudiar.

-Cariño, ya deberías saber que cuando varias amigas quedan para estudiar, no se estudia.

-Se divierte. -Completa Emily, la más callada durante la tarde.

-Olvidadlo, prefiero seguir con esto.

-¿Por qué...? Somos cotillas, queremos saber sobre tú y Jake.

-Yo no quiero saber nada. -Añade Cece, arrugando la nariz-. Paso de que me cuente algo sobre Jake y tú.

-Chicas, nunca lo hemos hecho. Tenemos que tener cuidado hasta que tenga dieciocho.

-Oh, Bel... -Emily niega con la cabeza-. Si yo tuviera un novio como el tuyo... Lo dejaba seco, no digo más.

Me quedo un poco extrañada, ya que no lo he entendido bien. Pero cuando pregunto con la mirada a las chicas, ellas niegan, un poco rojas.

-Bueno, el caso es que seguimos igual. Nos besamos y punto.

-¿Nunca os habéis enrollado? ¿Ni siquiera eso?

Me pongo roja al recordar lo de ayer. No estoy segura si eso puede llamarse enrollarse, pero se le parecía mucho.

-Es bastante probable que ayer... sí que nos enrolláramos.

-Vaya, vaya... -Sus miradas de pervertidas profesionales me incomodan.

-¿En qué contexto? -preguntó Cece, arqueando su ceja.

-Pues... vino a mi casa después de la fiesta con sus amigos. Me dijo que se había aburrido o algo así... No sé, estaba raro. Acabamos enrollándonos en el porche.

-¿Tu padre estaba durmiendo?

-Obvio. Si no ya habría bajado y nos hubiera echado el rapapolvo de que no deberíamos besarnos fuera, donde pueden vernos.

-¿Nada más?

-¿Cómo podéis ser tan pervertidas?

-Las cosas se hacen, no se nacen. -Abby me guiña el ojo.

Niego con la cabeza y vuelvo a los estudios. El resto siguen preguntándose entre ellas, ya que lo mío ha dejado de ser interesante.

De todas maneras, no puedo evitar ver a Emily muy callada y pensativa. ¿Le pasará algo?

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top