∆Capítulo 6∆

-¿Año de publicación de Mujercitas?

-¡1868!

-Decidme ahora el comienzo del famoso libro El Quijote de la Mancha.

Aprieto el pulsador.

-En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor.

Estamos en los cuartos de final de este estúpido concurso sobre capacidades intelectuales. La parte mala es que soy lenta a la hora de pulsar el pulsador, pero cuando lo hago, siempre lo hago perfecto. Y encima ahora, que estamos con literatura.

-La siguiente categoría es Química... -dice el juez-. Tendréis que formular bien los siguientes ácidos.

Maravilloso. Respiro hondo. Todo va a salir bien.

-Ácido nítrico.

-HNO3 -responde Max rápidamente.

-¡Correcto! Ácido hialurónico.

- (C14H21NO11)n -responden nuestros contrincantes.

-¡Bien!

Unos cuantos más, llevamos ventaja suficiente para ganar en el próximo de paliza. Solo tengo que aprender a pulsar rápido el dichoso botón.

-El último tema es... ¡Historia!

Perfecto, esto es memorizar, mi especialidad. Saldrá bien.

-¿A qué isla se recluyó a Napoleón por primera vez?

-A la isla de Elba. -Me escucho decir a mí misma.

-¡Genial! Siguiente pregunta... ¿Hace cuántos años aproximadamente existe la escritura?

-Hace unos seis mil años, ya que las primeras escrituras datan del cuarto milenio antes de Cristo.

Wow, dos seguidas. Estoy impresionada, Bel.

-¡Correcto!

Acabamos ganando y pasamos a semifinales. Por suerte, tenemos el resto de la tarde libre, las semifinales serán mañana y pasado la final. Y después podremos volver a casa y olvidar que esta estúpida convención ha existido.

Aguafiestas...

-¡Has estado genial! -Cece me abraza con fuerza cuando salimos todos.

-Se te da súper bien esto. -Asiente Emily.

-¿Tú crees? -Arqueo una ceja. Ella sabe perfectamente lo de mi memoria fotográfica.

-Estuviste genial, Bel -me susurra Jake, cogiéndome del brazo para sacarme de ahí.

-No te creas... Soy demasiado lenta a la hora de pulsar. A no ser que ellos se lo piensen, no tengo tiempo a darle yo.

-Ya mejorarás. Aún te queda la semifinal y la final.

-Tú estás suponiendo que llegaré a la final.

-Es que lo harás. Se trata de ti, Bel.

Se acerca a mí lentamente, con la intención de darme un beso, pero...

-¡Has estado genial! -Nos separamos de golpe. Es Dylan.

-Gracias... -digo de mala leche.

-En serio, cuando te toque contra Tom no voy a saber a quién animar. ¿Animo a mi clase o a mi mejor amiga?

Jake nos mira alternativamente, sin entender nada. Yo sonrío cogiéndolo del brazo.

-Jake, este es mi mejor amigo de Washington. Dylan, él es mi novio.

-Oh... ¡Eres tú! ¡Me moría por conocerte! -Empieza a pegar saltitos. Ay, Dios... Entonces, me susurra-. Está más bueno en persona.

La cara de Jake, que lo ha oído, es un poema. El pobrecito no entiende nada.

-Dylan es gay.

Jake sonríe, comprendiendo.

O dejando de estar celoso.

En eso tienes razón... Es raro decir eso.

-¿Por qué siempre los que me gustan son heteros? Me tengo que quejar al sindicato de tíos buenos...

Y a partir de ahí, Jake y Dylan empiezan a hablar de mil cosas distintas (a veces incluso de mí), pero pasando de mi cara. Tenía que juntarlos yo...

Como no me hacen caso, me separo, chocando con alguien.

-A ti te estaba buscando. -Sonríe Álvaro.

-¿Y eso?

-Ven, necesito tu ayuda.

Me coge del brazo y me arrastra. Hasta que no estamos a un buen rato del hotel no se para.

-¿Ocurre algo?

-Esto no te lo he contado, ¿vale? Aún no quiero que se sepa, pero necesito tu ayuda.

¿Pero este tío dejará de dar vueltas algún día o tengo que adivinar lo que quiere?

-¿De qué se trata?

-Me gusta Cece. Puede que te sorprenda, porque se nota que ella está loca por mí, pero a la vez me tiene miedo y eso no me gusta.

-¿Y para qué quieres mi ayuda? -digo, celebrando por dentro. ¡Le gusta mi mejor amiga!

-Quiero que me ayudes a conquistarla. Verás, tengo una idea pero no sé cómo hacerlo...

Unas horas después...

-Gracias por todo lo que me has ayudado. Eres la mejor.

-Eso ya lo sabía. Anda, toma la chaqueta, no vayan a pensar lo que no es.

Entro y me dirijo al salón. Me quedo quieta al darme cuenta de que mis amigas están mirando por la ventana.

-Ya no los veo...

-¿A quién no veis?

Pegan un chillido y se giran, aterrorizadas. Ni que yo fuera un monstruo o algo así.

Ya, claro...

-¿Estabais espiándome?

-¿Por qué estabas con él? ¡Sabes que es el chico que me gusta!

-Salimos a pasear. -Me encojo de hombros. No puedo decirle lo que estuvimos preparando.

-Ya, claro... ¿Y por qué llevabas su chaqueta? -Cece se cruza de brazos. Debería ser yo la que está ofendida, pero se lo perdono porque no sabe lo que le espera.

-Porque tenía frío. ¿Cuál es el problema de eso? -Va a responder, pero paso de escuchar sus celos-. Mejor me voy. Avisa cuando dejes de ser una celosa.

Voy hacia la zona del buffet, donde me encuentro al equipo completo de baloncesto. Revuelvo el pelo de todos y me siento con Jake.

-Ahora estáis de relax, pero en cuanto volvamos os voy a dar caña.

-No esperábamos menos de ti. ¡Vamos a por la Nacional!

-¡Sí! -gritan todos. No había conocido a personas más escandalosas en mi vida.

Poco a poco, unos se van al salón, otros a la barra de abajo y otros a sus habitaciones. Cuando Álvaro se va me guiña el ojo, empieza su sorpresa. Para mi desgracia, Jake no lo ve igual.

-¿Te acaba de guiñar el ojo?

-Sí, ¿y?

-¡Que eres mi novia!

-Vamos arriba y te lo explico -le susurro.

Lo meto en el ascensor y pulso nuestra planta.

-¿Qué está pasando?

-Que probablemente hoy se convierta en tu cuñado.

-¿Va a pedirle salir a Cece?

-Algo así. Lo que pasa es que me ha pedido ayuda y he pasado toda la tarde ayudándole con algunas cosas.

-Pues espero que salga bien.

-Yo también. -Entrelazo nuestras manos.

En la puerta de mi habitación nos besamos lentamente, tratando de quedarnos con cada segundo.

-Anda, nos vemos mañana, ¿vale?

Asiente y me da un último pico. Me meto en la habitación y me pongo mi pijama, preparándome para dormir.

Unas horas después...

Unos golpes en la puerta me despiertan. ¿Cece habrá olvidado su llave? Hay muchas posibilidades.

Abro la puerta y una pareja besándose casi me aplasta. Me aparto, dejando ver que se trata de Cece y Álvaro. Pasando de mí, se tumban en la cama de la morena. Enseguida ella le quita la camiseta a él. No. No pueden estar a punto de hacer esto.

Cojo mi llave y cierro la puerta detrás de mí. No quiero ser testigo de eso. Llamo a la puerta de Jake, que es el otro afectado, y cuando me abre, se lo suelto:

-Álvaro se está tirando a tu hermana en mi habitación.

-Me alegro por ellos -dice, somnoliento.

-¿Puedo dormir aquí? Me acaban de echar de mi habitación.

-Claro, pasa.

Me tumbo en la cama deshecha y espero a que él me acompañe, pero en vez de eso se cruza de brazos.

-Esto es un error, Bel. Sigues siendo menor de edad, no podemos dormir juntos.

-No te he dicho que lo hagamos, solo quiero dormir. Además, nadie se va a enterar de esto.

Rendido y cansado por partes iguales, accede a dormir conmigo.

Cuando me despierto por la mañana, me encuentro su boca babeando sobre mi cuello, por lo que lo aparto. Paso unos minutos relajada, pero enseguida me levanto.

-¿Ya te vas?

-Tengo que echar a Álvaro antes de que el tutor pase a las habitaciones y se dé cuenta de que hemos dormido chico-chica.

Abro la puerta de fuera, lo que se convierte en el mayor error de mi vida:

-Señorita McClain, ¿podría explicarme qué está haciendo saliendo de una habitación de chicos?

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