∆Capítulo 13∆
-¡Vamos, chicos!
Me cruzo de brazos mientras voy marcando con un tick las personas que van subiendo al autobús. Nos vamos ya y, de nuevo, soy la última en entrar.
Recibo un mensaje de Cece. Acaban de salir para el campeonato en coche. No las entiendo, pudiendo quedarse en casa, se vienen a ver un campeonato de baloncesto que en realidad no les importa.
Estoy metida en mis pensamientos, en todo lo que ha estado pasando, cuando alguien me coge de la mano libre y me arrastra detrás de varios coches.
-¿Qué se supone que estás haciendo? -Pongo mala cara al ver que se trata de Jake.
-¿Ya no se me permite besar a mi novia?
No me deja responder, sino que me besa con lentitud. Este beso mejora todos los que me daba tras sus noches de discoteca, pero también me da mala espina. Me separo un poco para coger aire y le doy un beso en la nariz.
-Vamos a retrasar el autobús.
Se encoge de hombros.
-¿Preparada para cumplir dieciocho?
-Estoy preparada, pero más bien para poder besarte en público sin cagarme de miedo por si alguien aparece.
-Ya verás lo genial que será... -me susurra al oído, haciéndome estremecer por un escalofrío.
-¡Jones! -Nos separamos-. ¡Si quieres desvirgar a mi hija, al menos espera a llegar al campeonato!
Vamos hacia el autobús de nuevo. Nunca en toda mi vida había visto a alguien tan rojo como Jake ahora mismo.
Tras comprobar que todos tienen pareja, nos ponemos juntos.
Tiene que ser precioso ser el segundo plato...
¿No puedes dejarme en paz ni siquiera un rato?
No
Durante la primera media hora, se dedica a ignorarme. No entiendo que le pasa, seguro que los chicos le han dicho cosas peores que mi padre.
A lo mejor es por el hecho de que se trata de tu padre y no de sus amigos
¿Por qué tienes que tener razón?
Cariño, yo siempre tengo razón, pero no sueles escucharme...
Niego con la cabeza y me pongo los auriculares. Antes del viaje he pasado varias horas con Cece buscando música para viajes y he encontrado para cinco horas. Sé que el viaje es más largo, pero en bucle estará bien.
Un par de horas después...
Estoy medio dormida, aunque escuchando la música. Entonces, me tocan el brazo y me obligo a abrir los ojos y descubrir de quién se trata.
Jake. Muy serio. Mala señal.
¿Ahora hablas en indio?
Mejor no te contesto, no quiero enfadarme antes de tiempo
Ya me has contestado...
-¿Quieres algo?
-Perdona por lo de antes. Solo que... tu padre me preocupa.
-¿En serio? Es mi padre, puede ser muy serio cuando quiere, pero es un amor de hombre.
-¿De verdad? -Encarna una ceja.
-Lo que ha dicho cuando estábamos tras los coches, por ejemplo. Era una broma. Sé que no le salen bien, porque parece cabreado, pero no lo decía en serio. Tiene que mejorar, el pobre. -Suelto una risita nerviosa.
-Ya, bueno... No quiero que estemos peleados todo el viaje, más siendo tu cumpleaños en tan poco tiempo.
Me encojo de hombros. No quiero darle importancia. Todas las parejas se pelean, no vamos a ser aquí los señores perfectos. Me apoyo lentamente en el hombro de Jake y acabo acomodándome a su alrededor. A la mierda la música, quiero dormir.
Cuando aún estoy despierta, él me acaricia la mejilla con suavidad, durmiéndome aún más...
-Bel...
Cierro los ojos con fuerza. Aunque ya estuvieran cerrados. No importa, solo quiero dormir.
-Cállate y vete.
-Bueno, creía que estarías hambrienta y te gustaría entrar al hotel, pero si prefieres quedarte en esa mala postura en el autobús...
Abro un ojo ante la sonrisa de Jake.
-¿Ya hemos llegado? -farfullo. No sé ni cómo me entiende.
-Sí... Anda, levantate y vámonos, que te gusta más dormir que a los perezosos.
Me estiro en mitad del pasillo y salgo fuera. Dos palabras: demasiado sol.
Mi energía se recupera nada más llegar al buffet libre, que me mira con cara de cómeme. Cojo todo lo que me gusta y me siento en la mesa grande que han traído para nosotros.
Revisando mi móvil, descubro que mis amigas llegaron hace más de una hora y ya han cenado. Luego iré a verlas, al fin y al cabo duermo con Abby.
Una vez he terminado de comer, el administrador me indica dónde han dejado todo el equipaje. Cojo mi maleta y subo hasta la planta que mis amigas me dicen por mensaje.
Me esperan en la puerta del ascensor, con mucha alegría.
-Te va a encantar nuestra habitación -anuncia Abby nada más se abren sus puertas.
-Tienes una cara de sueño... -me informa Emily. Como si yo no lo supiera.
-Lo sé -digo mientras vamos por el pasillo-, me he pasado casi todo el viaje dormida.
-Lo tuyo con los viajes y dormir empieza a ser un problema.
-Puedo vivir con ello.
Al terminar de hablar, llegamos. Cece y Lola duermen en la de al lado y, al lado de ellas, Emily. No sé por qué ha preferido dormir sola, pero bueno. Podíamos haber pedido una habitación de tres.
La habitación por dentro es preciosa: hay un mini recibidor con una cómoda y un espejo. A la izquierda, un baño adorable y, al avanzar, dos camas, un escritorio, un armario y una ventana. Parece poco, pero es muy mona. Me alegro de haber elegido este hotel.
-Yo también -dice Abby cuando digo la frase en voz alta-. Es súper adorable.
No tardamos en acostarnos, ambas hemos viajado muchas horas, aunque no comparemos un autobús con un coche.
Por la mañana, aprovecho que Abby parece dormida para darme una ducha rápida. Al salir, me la encuentro desperezándose.
-Buenos días, dormilona.
-Buenos días. Veo que ya has recuperado todo tu sueño.
-Me gusta dormir, pero no tanto, ya lo sabes. Anda, levanta el culo, que hoy es nuestro día libre y quiero salir por ahí.
-Creía que teníais entrenamiento.
-Ellos tienen. Mi padre ha dicho que se encargaría, así que no me preocupo. Además, han mejorado lo suficiente para no tener que depender de mí. Al menos por un día. Mañana empieza la verdadera competición y tenemos que estar al día con todo.
-¿Cuánto piensas comprar en Nueva York, Anabel? -Que diga mi nombre completo me fastidia-. Estamos en una ciudad muy cara.
-Encontraremos algo, te lo aseguro. Será genial.
-¿Es la primera vez que estás en Nueva York?
-Como adolescente, sí. Mi madre y mi padrastro me llevaron una vez cuando estaban recién casados...
Le tiro un cojín y me niego a seguir hablando hasta que se vista. Supongo que las otras también estarán como ella, pero prefiero hacerla creer que vamos tarde.
Salimos de la habitación y, para mi sorpresa, las tres chicas están en el ascensor, esperándolo.
-¡Estamos en Nueva York, chicas! -chilla Cece.
La hacemos callar.
-Tía, hay gente durmiendo. Relajate un poco.
Entramos en el ascensor dándole la razón a Lola. De todas maneras, estamos todas igual de emocionadas por la ciudad.
Cece va la primera pegando saltitos hacia el buffet. Desayunaremos y nos iremos directamente de compras. Ese es el plan. Pero no todo está destinado a salir bien.
Cece se para de golpe. Escuchamos unas risas.
Me asomo a la sala destinada al buffet, encontrándome a Jake charlando con alguien. Como si nos hubiera oído, se gira y la vemos.
No puede ser verdad. ¿Qué demonios hace Sophie aquí?
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top