∆Capítulo 11∆
-¡Vamos, chicos!
Observo cómo se pasan el balón. Ahora mismo me interesa bastante que aumenten sus reflejos, no sabemos lo rápidos que irán los partidos en la competición y no deben perder un segundo.
Un grito me hace darme la vuelta. Cece salta hacia mí.
-¿Tienes algún problema mental?
-¿Siempre tienes que ser tan así? Solo estoy emocionada.
Es raro que ella venga. ¿Qué querrá?
-¿A qué has venido? -pregunto, intrigada.
-He quedado con mi novio después del entrenamiento. -Su sonrisa en estos momentos parece la del gato de Alicia en el País de las Maravillas.
-¿A dónde vais a ir? -Me distraigo mirando como hacen el ejercicio.
-No sé. Él quiere que sea una sorpresa y a mí me encantan las sorpresas, así que sin problema.
-Genial... En ese caso, sientate en el banquillo y mira que tal lo hacen.
A regañadientes me hace caso. Suspiro, aliviada. No puedo estar distrayéndome en estos momentos, queda muy poco para los nacionales.
Dirijo el entrenamiento yo sola esta vez. No tengo ni idea de dónde está mi padre, tengo que hablar con él seriamente sobre esto. ¡No puede saltarse el entrenamiento así como así!
Cuando acaba, me despido de todos y me quedo sola, guardando los balones. Todos tienen algo que hacer y no pueden perder tiempo en ducharse en los vestuarios como hacen normalmente. Bueno, eso creía al principio.
Escucho unos pasos, y se nota que tratan de ser silenciosos. Me hace mucha gracia, pero trato de contener la risa.
-¿Intentas asustar a alguien? -pregunto sin darme la vuelta.
Silencio. Puedo respirar su frustración desde aquí.
-¿Por qué eres tan lista?
-No soy lista, es buen oído.
Sigo sin darme la vuelta, cuando Jake me coge por la cintura y me besa la mejilla. En tres minutos guarda todo lo que yo había empezado y se sienta en el banquillo.
-¿Te pasa algo?
Niega con fuerza.
-Solo quiero hablar.
-¿Hablar?
-Sí, hablar. Ya sabes, el acto de comunicarse mediante palabras.
-Ya sé lo que es hablar. -Le corto-. Pero no entiendo de qué quieres hablar.
-Sobre Edward. Y lo que pasó el día que también estuvisteis hablando.
Recuerdo lo que me dijo para disipar mis dudas sobre Jake. Fue una conversación muy productiva, aunque eso a él no se lo puedo decir.
-¿Qué pasó?
-No sé. Tú me dirás. -Lo noto frío y cortante. ¿Cómo puede estar celoso de mi mejor amigo?
-No hay nada que decir. Somos amigos y estuvimos hablando un rato. No sabía que fuera motivo de detención policial.
-Parecías muy contenta cuando llegaste.
-Bueno, en primer lugar es porque me llevó en coche y no tuve que caminar. En segundo lugar... -recuerdo lo que me contó sobre mi cumpleaños y sonrío-, fue una conversación muy productiva.
Lo noto farfullar algo, así que decido añadir algo. Quiero que entienda que yo hago con mi vida lo que quiero, y él no puede elegir por mí.
-Tú tienes amigas, ¿sabes? Mis amigas también son las tuyas. Te llevas bien con ellas y a mí me parece genial. ¿Y yo no puedo estar media hora hablando con tu mejor amigo porque te entra un ridículo ataque de celos? -Va a protestar, pero sigo hablando-. Y eso, por no hablar que tú sigues siendo amigo de tu ex-novia, una chica que es mil veces más guapa que yo. ¿Me he puesto celosa alguna vez? No. La estoy soportando a pesar de que trató de ahogarme en la piscina de un hotel.
-Bel... -Trata de explicarse.
-No, me da igual. Veo que te sigue cayendo bien. ¿Por qué debería importarme, si ya no se mete conmigo? Aquí el problema es que no me estás dejando tener mis propios amigos, cuando deberías saber que estoy enamorada de ti, y de nadie más.
Estoy roja del enfado que llevo encima. Salgo de allí, sé que me he olvidado mi bolso, pero ahora mismo estoy demasiado enfadada como para volver con él allí.
Entro en casa y escucho risas en el salón. Voy allí, más para dejar mi chaqueta que otra cosa, cuando me encuentro a mi padre en el sofá. Con una mujer pelirroja. Demasiado cerca.
-¡Bel! Me ha llamado Jake para decir que ibas a tardar un rato porque te quedabas con él... -Se levanta, colocándose bien el cuello de la camisa.
-Si te digo la verdad, papá, no quiero verle en una buena temporada.
Subo a mi habitación y pego un portazo. Ya ahondaré en la vida amorosa de mi padre cuando esté de humor.
Me quedó tumbada en la cama, debatiéndome entre llorar o no llorar, cuando me acarician la cabeza. Me giro, pensando que es mi padre, pero una vez más, me equivoco.
-Soy un idiota, lo siento.
-Ya sé que eres un idiota. Está en tus genes.
Me siento para mirarle. Mientras yo me debatía, él ha decidido llorar, aunque ahora solo conserva los ojos rojos. Una lástima, me encantan sus ojos en estado normal.
-He hablado con Ed...
Supongo que le habrá contado que sé lo del cumpleaños, así que asiento.
-Dice que hablasteis sobre mí, pero no me ha querido decir sobre qué...
Ahora me avergüenzo de mí misma. En realidad Jake y yo no somos tan distintos. Ambos hemos acabado celosos sin ningún motivo.
Recuerdo una vez que Abby me comentó que hay varias fases en una relación, pero dijo que la fase de "luna de miel" estaba durando demasiado con nosotros. La siguiente es la de desconfianza. Genial.
Lo abrazo con fuerza.
-No me has pedido perdón...
-Perdón. -Trata de sonreír, pero no puede. Le beso entre risas.
-Entonces estamos bien.
-¿En serio? ¿Me perdonas tan rápido?
No quiero decirle que hace dos días a mí me pasó lo mismo, pero yo hablé con Ed en vez de con él. En lugar de eso, asiento, lo abrazo hasta espachurrarlo y luego lo beso. Esta vez no es un beso corto, sino que se nos hace corto. No queremos separarnos, y apenas lo hacemos al respirar, estamos de nuevo besándonos.
Es peligroso, estando sentados en la cama, pero no importa. Estamos bien así. Y no creo que vayan a detenernos por ello...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top