Capitulo 3.

N.Campbell: Mamá nos había mandado al supermercado para comprar algunas cosas para la cena y el día de mañana, lamentablemente tuve que traerme a Ally con nosotros, ella ha estado muy desobediente últimamente y quiere que la mantenga vista.

Yo se que si me la traigo ella me va a estar pidiendo cosas para si misma sin importar cuanto dinero gaste, por eso le pedí a mamá que me diera en efectivo en vez de la tarjeta de crédito.

Entrando al súper había mucha gente, al perecer habían productos en descuento.

—¡Campbell! ¡¿Me compras unas barritas de chocolate?! ¡Por Favor! —Preguntó mi hermana insistentemente.

—No puedo, Ally, mamá me dio el dinero completo.

—Anda, por favor —Puso su típica carita de perrito, aun así no le daré nada.

—¿No crées que ya estas muy grande para estar pidiendo dulces?

—Cam ya déjala, sabes que en algún momento te va a pedir algo —Dijo Alex apoyándola.

—¿Y tu cuándo piensas estar de mi lado? Hasta cumpliendo 50 años va a seguir comportándose como una niña —Alex sabe que yo tengo razón, y me da rabia que él la defienda cuando lo único que hace es complicarnos los planes.

—Cómpraselo y problema resuelto, además un chocolate no le hace mal a nadie.

—Aw gracias, Alex, ojalá tu fueras mi hermano —Resaltó Ally abrazándolo, no lo culpo pero el tiene que entender que cada vez que salgamos no puedo consentirla.

—Ah si... No es nada —El correspondió incómodamente.

Volteé los ojos y fui a buscar los ingredientes yo mismo, mientras que ellos se pusieron a ver lo que les gustaba, ¿enserio soy en único que le importa ser responsable?

Al rato había conseguido todo lo de la lista y fuimos a pagar, tuvimos que esperar porque la fila estaba larga.

—Ah hubiese traído mi dinero, hay una base que quiero y se están acabando —Dijo mi hermana con el ceño fruncido.

—¡¿Si tenías dinero entonces para que me pediste el chocolate?! —Le contesté con furia.

—No lo traje, además yo lo uso solo para emergencias.

—¡Si! ¡Muchas emergencias! —Dije sarcásticamente.

—Al menos yo si tengo ahorros.

—¡Basta los dos! Nos están avergonzando enfrente de todos —Dijo Alex poniéndose en medio de los dos.

Los tres quedamos en silencio esperando nuestro turno, nos tardamos pero ya por fin llegamos a la cajera.

—¡Ag! ¡Ya me quiero comer mi chocolate!

—¿Allyson te puedes callar? ¡Me estas estresando! —Alterado le grité.

—¿Podrían dejar de discutir? Cada vez que venimos siempre es lo mismo.

—Díselo a la persona que empezó con los dulces.

—¡Esta bien! Lo devolveré ¡Se lo diré a mamá cuando volvamos! —Ally se fue a poner el chocolate en su lugar, que le diga a mamá todo lo que quiera, a mi no me va afectar para nada.

Ya haber terminado de cancelar todas las compras fuimos a casa, Ally sigue enojada conmigo pero me vale, llegando vi que una camioneta lujosa estaba estacionada en nuestro patio, de seguro es el imbécil de mi padre recién llegado del trabajo.

—¡Si! ¡Papá llegó! —Gritó de emoción mi hermana.

—¿Por que te alegra tanto?

—Que tu no lo quieras no implica que yo tampoco lo deba de querer.

—¿Enserio no pueden permanecer tranquilos por una vez es sus vidas? —Preguntó Alex tratando de que dejáramos de pelear.

—Ya yo me iba... —Dijo Ally entrando a la casa.

Él se me quedaba mirándome de una manera irritante y es cuando yo se que me va a regañar —Cam, yo entiendo que no tengas una buena relación con tu padre, pero tu no tienes porqué comportarte de esa forma.

—¿Cuál forma? —Respondí como si no supiera de que estaba hablando.

—¡Deja de hacerte el estúpido!

—¡Alex, no te metas en mis problemas familiares, tu no sabes como se siente que desde que naciste tu padre nunca te quiso, que jamás te apoyó y ni siquiera ha hecho el intento de sentirse orgulloso de ti! —No soportaba la ira que tenia por dentro, solo quería olvidarme de que papá existe pero no puedo...

—Se que es duro para ti, pero yo quiero evitar que compliques mas las cosas —Me tomó del hombro, vi que de verdad estaba preocupado.

—Ah... Esta bien, trataré de ser mas tolerante... —Contesté desanimado, odio la idea en tener que soportar los maltratos de mi padre hacia mi. Alex sonrió después de escuchar lo que dije.

Ambos entramos a la casa, yo no podía creer lo que acababa de ver...

—¿Cómo está la princesa mas hermosa de esta casa? —Mi padre dice abrazando a Ally.

—Muy bien porque llegaste, te extrañe mucho, papá —Dijo mi hermana toda emocionada. Yo me fui alejando lentamente de allí, no quería que notaran mi presencia.

—Hablando de eso, te traje un regalo —Buscando entre sus maletas algo para ella, no es por envidia pero no quiero que Ally quede segada por todos los obsequios que le trae, pues cuando mi papá no está en sus buenos ánimos es una bestia con nosotros.

—¡¿Enserio?! Aw padre, con todas las cosas que me haz dado ya no tengo espacio en mi cuarto.

Por poco llegaba a la cocina hasta que noté que él levantó la mirada hacia mi —¿Campbell, acaso no piensas saludar a tu padre? Claro, olvidé que tu eres un mal educado.

—Yo no soy mal educado, una cosa es que no quiera saludar a la persona que no me considera para nada —Dije con odiosidad.

—Tu no vas a usar ese tono conmigo, jovensito, mientras tu vivas en esta casa vas a tener que obedecerme y respetarme como se debe —Mientras decía esas balbuceadas se acercaba a mi, tenia el presentimiento de que seria golpeado. Pude ver que Ally estaba nerviosa y huyó de la sala, Alex se puso a mi lado —Jum, ya veo que tu amigo sigue viviendo aquí, ¿Acaso tus padres no piensan venir por ti?

—No tengo por qué darle explicaciones, señor —Respondió Alex de alguna manera respetuosa por así decirlo.

—Los dos son tal para cual, lástima que tu amigo sea tan bobo y estúpido como para repetir año.

—¡Déjalo en paz! ¡Solo vienes aquí para complicar la vida a los demás! —Ahí fue cuando sentí una gran y dolorosa bofetada que hizo que soltara las compras que me pidió mamá, he recibido peores, pero el no tiene porqué hacer tal cosa.

—¡No tienes razón para gritarme maldito imbécil! ¡Ahora vete a tu cuarto a reflexionar por lo que hiciste!

—¡Yo no hice nada!

—¡No me contestes y lárgate! —Esto suele pasar casi siempre que viene, no me gusta que me trate así pero me di cuenta que yo también fuí grosero con el. Enfurecido y con dolor en la mejilla camine hacia la escalera pero su voz me detuvo nuevamente —Ni se te ocurra dejar este desastre aquí si no quieres que te mate a puñetazos —Eso me hizo enojar aun más sabiendo que "el desastre" lo causó él, para completar mi padre tomó sus maletas y subió a su habitación, yo tuve que recoger "su desastre".

—Cam... ¿Estas bien? —Alex con un tono apenado se agachó para ayudarme.

—Si, estoy perfectamente bien... —Bajé la mirada, no quería hablar del tema.

—Ambos sabemos que no es verdad.

—Es que... Solo estoy en la espera del día que me gradúe y me vaya de esta casa, no aguanto seguir viviendo aquí —Dije con unas pequeñas lágrimas esparciéndose en mi rostro.

—No digas eso, ¿olvidas la vez que traté de sobrevivir solo cuando mis padres se fueron? No fue nada fácil pasar por esa situación, y mucho menos a esta edad.

—¿Pero y si a mi me va mejor?

—Oye, no compares tu vida con la mía —Me dio un pequeño empujón por como reaccioné —Cam, se lo que es pasar por malos momentos, pero yo estoy aquí, apoyándote, y eso jamás va a cambiar.

Siento un alivio cada vez que Alex me ayuda a entrar en razón, sin el creo que ya hubiera caído en la depresión —Gracias, Alex...

—Ahora levántate, tu mamá se enojará si no encuentra las compras en su lugar —Me ofreció la mano para levantarme.

—Ok, vamos —Sequé mis lágrimas y tomé las bolsas de las compras para después ir a la cocina. Sólo espero que papá no intente hacerme la vida imposible otra vez.

N.Alex: Me dio mucha vergüenza estar en medio de esa discusión, Campbell es un buen chico pero su padre no se da cuenta o simplemente no le interesa lo que sienta. Es triste y lamentable.

Dejando ese tema a un lado me senté en una de las sillas de la barra de desayuno mirándolo, no es por nada pero desvíe la mirada en su trasero, se veían tan redondos y apretables que se me venían un montón de pensamientos a la cabeza.

Me lo podía imaginar de mil y un maneras tan excitantes que quisiera ese lindo trasero encima de mi miembro, saltando y autopenetrándose, él gimiendo de placer y yo contemplando ese tan deseado momento. Pero mis pensamientos se desvanecieron al escuchar mi nombre.

—¡Alex!

—¿Ah? Eh... ¿Qué pasa? —Me tardé mucho en reaccionar, espero y no esté sospechando nada.

—¿Estás en las nubes o qué? Te estuve llamando 3 veces.

—Perdón... Solo estaba pensando... —Los nervios no me dejaban actuar normal.

—¿En qué? —Campbell me preguntó muy interesado, mi corazón se aceleró aun mas por miedo a que se haya dado cuenta de lo que siento por él, no todos logran notarlo pero yo me delato muy fácil.

—Eh... Olvídalo... No era... Importante... —Mordí mi labio inferior por la pena que estaba pasando.

—¿Uh? ¿Ok? Yo diría que no se te quita de la cabeza a Sophía.

—Lo adivinaste... —Me reí forzadamente.

—No tienes por que ocultarlo si yo se que no dejas de fantasear con ella —Lo dijo con un tono molesto.

—¿Acaso tienes celos? —Pregunté de forma pícara.

—No, es que yo aun no le tengo confianza a Sophía como antes, y me molesta que le tomes mas importancia a ella que a mi —Me da ternura que esté celoso de mi y de Sophía, eso significa que si le intereso.

—Cam, yo te am... Te quiero, eres mi amigo, y aunque no lo creas tu eres la persona mas valiosa que tengo en mi vida —Al escucharme sólo mostró una pequeña sonrisa, hasta lo mas simple hace que me enamore mas de el.

—Esta bien, te voy a creer... Ahora dejemos el sentimentalismo y vayamos hacer nuestras tareas.

—Ag, creí que te habías olvidado de eso.

—Ja, sigue soñando.

Fuimos a su cuarto a hacer nuestros deberes, era un fastidio pero prometí que sería mas dedicado al estudio. Después de unas horas se ocultó el sol y bajamos a cenar.

Narradora: Casi todos estaban sentados en el comedor cenando y charlando, mientras que el Señor Harmon se quedó en su oficina ordenando unos papeles de la empresa.

—¿Allyson, que sabes de tu hermano? —Preguntó la señora a su hija.

—Brian me dijo que no vino hoy porque tenia que entregar un ensayo por adelantado, pero que posiblemente llegue en la madrugada.

—Él sabe que no me gusta que esté conduciendo a esas horas, hay mucho peligro en las calles.

—Yo le dije que dirías eso y solo me dejó en visto...

Sin que su madre se diera cuenta Campbell esta usando su teléfono a escondidas, Alex por su parte estaba averiguando con quien estaba hablando.

—¿Campbell, se puede saber que estas haciendo? —Su padre recién salido de su oficina parado a su lado con el ceño fruncido.

De los nervios guardó lentamente su teléfono en el bolsillo —Eh... No hacia nada.

—Aparte de desobediente, mentiroso. Que bien salió tu hijo, Clara —Sarcástico miró a su esposa por el último comentario.

—Por favor, Richard, déjalo en paz.

—El sabe perfectamente que no puede usar el teléfono mientras estemos en la mesa, y que tu se lo permitas significa que tienes un favoritismo con tus hijos —Dijo el padre para crear conflicto entre su esposa e hijo.

—¿Qué cosas estas inventando? Yo ni siquiera sabia que lo estaba usando.

—Porque nunca estas pendiente de él. Desde ahora cuando vayamos a comer cada quien deja su teléfono en su habitación, no voy a tolerar que suceda de nuevo —El hombre tomó su plato de comida y volvió a su oficina encerrándose.

—¡Ag gracias, Campbell! ¡Ahora ni podremos tener nuestros teléfonos a la mano por tu culpa! —Exclamó su hermana enojada.

—¡Tú cállate! ¡Nadie pidió que te metieras!

—Campbell, basta. Ninguno de ustedes debe usar el teléfono aquí, eso fue lo que acordamos —Su madre tratando de tranquilizar las cosas.

—Ya lo sé, pero era urgente.

—¿Qué tan urgente tiene que ser como para que...

—Allyson —La mamá interrumpiéndola para que no siga la discusión.

—...Era para saber si me dabas permiso para hacer una parrillada aquí mañana e invitar a mis amigos, pero eso ya no será posible —Campbell se levantó decepcionado de la mesa y se retiró a su cuarto, Alex apenado por ese incómodo momento lo único que pudo hacer era terminar su plato.

—Hey una parrillada no esta mal, así podré invitar a mis amigas —Agregó la menor.

—Tu no vas a estar aquí, Allyson —Contestó su madre —Mañana visitaremos a tu tía.

—¡Pero ma...!

—Nada de peros, esa visita la tenemos planeada desde la semana pasada y tu aceptaste.

La chica se levantó molesta de la mesa yendo a su cuarto, el pelirrojo fue a llevar su plato sucio al lavabo.

—Déjalo allí, Alex, yo lo lavo.

—Uh esta bien...

—Y antes de que te vayas dile a Campbell que si puede hacer la parrillada.

—Gracias, Mamá Clara, buenas noches —Alex subió a la habitación de Campbell, se sentía muy mal por las cosas que debe soportar su amigo pero no puede intervenir. Entró y vio al peliazul acostado con su teléfono en la mano —¿Qué haces? —Preguntándole.

—Estoy hablando con Chloe —Con la mirada fija en el celular.

—Últimamente estas muy cercano a ella, ¿acaso te pasa algo con ella?

—¿Por que preguntas? —Mirándolo de reojo.

—No, nada —Con un tono seco y cortante.

—Aquí al que le pasa algo eres tú —Deja su teléfono en su mesa de noche y se levanta a acercarse a Alex.

—¿Qué? —Nervioso al escuchar el comentario.

—Te haz estado portando muy extraño estos días, Sophía no es el motivo.

—¿Tú qué sabes?

—No, solo digo... —Cam volteó la mirada incómodamente.

—Por cierto, tu mamá dijo que si, que puedes hacer la parrillada —Alex cambiando de tema sentándose en la cama.

—Claro, de seguro Ally la convenció.

—Mas bien, le dijo que ella no podía estar aquí mañana, que van a visitar a tu tía.

—Ja, por lo menos no tendré que preocuparme por ella, no quiero que arruine mis planes trayendo a sus amiguitas —Cruzó de brazos.

—¿No te agradan?

—Se hacen las divas y se creen que porque tenemos dinero quieren que Ally les dé de todo.

—Tú me das de todo a mi, ¿y eso que?

—Yo te doy sin que me pidas, en cambio ellas abusan.

—Pero, ¿no se te hacen lindas? —Dijo tratando de provocarlo.

—¿Por qué te interesa saberlo?

—Cam, te conozco.

—¡Ok! Si, son lindas, pero no son mi tipo, además me interesa otra persona.

—¿Quién?

—Ay ya deja las preguntas... —Campbell entró a su baño, Alex se quedaba pensando por milésima vez en como decirle a su mejor amigo de lo que sentía, siempre terminaba rindiéndose pero estaba decidido en contarle.

Poco después el peliazul salió de su baño y él volteó a verlo.

—Cam...

—¿Ahora que? —Preguntó secándose las manos con una toalla pequeña.

—Debo decirte algo... —Los nervios del pelirrojo aumentaron.

Su amigo lo miraba seriamente sentándose a su lado. Estaba atento de lo tartamudo y lo nervioso que aparentaba.

—Yo... El pelirrojo no encontraba la forma de decírselo.

...¿Seguro que estás bien? Te ves pálido.

—Eh...

—Mejor me cuentas luego, estoy cansado y lo único que quiero hacer es acostarme a dormir.

—Si, es mejor...

Campbell se levantó y se fue a cambiar, Alex suspiró aliviado, las palabras no les salían, no estaba listo para decirle pero con el transcurso de la semana se sentiría mas confiado en decirle la verdad.

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✅Capítulo Concluido.

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