41: Una vida normal

Adara

Regreso a la casa y al parecer Cainán no está. Triana sigue en el cuarto, en la misma posición fetal en la que la dejé cuando me fui. Aprovecho para ducharme. Con tantas situaciones seguidas, no me paré a pensar en cómo quedó mi ropa con la sangre de ese condenado. Me hace reflexionar en la textura de esta asquerosidad. Me cuestiono tantas cosas como si me estuviera volviendo loca.

¿Habrá diferentes tipos de fantasmas? ¿Cuáles se materializan? ¿Cuáles pueden morderme como desquiciados dejando marcas como la de mi brazo? ¿Todos son aterradores? ¿Por qué insisto con esta extraña relación? ¿Acaso soy suicida? ¿Qué es realmente un demonio?

—¿Por qué? ¿Por qué...? —me repito debajo de la ducha—. ¿Por qué me está pasando esto?

¿Puedo acostumbrarme a este delirio? Debo mantenerme fuerte, es lo que tengo que hacer, no hay otro camino hasta que resuelva este caso. Yo solo seguiré adelante y tomaré una decisión cuando todo acabe.

«Adara».

Cierro los ojos con fuerza al escuchar esa voz, necesito ignorar a esas sombras, cueste lo que me cueste.

«Adara».

Abro los ojos. Hay un humo negro en el suelo, el cual se moviliza, pasando por al lado de mis pies, entonces lo esquivo, asustada. Sale del baño, así que reacciono. Agarro una bata y voy corriendo hasta donde se encuentra mi amiga.

—¡¡Triana!! —chillo.

—¡¿Qué?! —Se asusta y se sienta, dejando de estar recostada. Cuando me visualiza, chilla—. ¡¡Oh, Dios!! ¿Qué tienes en la cara?

—¿Eh? —Me toco, sintiendo la textura de esas líneas raras—. Ay, no, otra vez... —Dejo de notarlas, entonces le cuestiono a mi amiga—. ¿Las sigo teniendo?

—Han desaparecido.

Suspiro.

—Gracias a Dios.

—Quizás tú sí perteneces a Norville —opina.

—¡No digas eso!

Baja la vista, triste.

—Si tuviera algo extraño en mí, seguro Elerick no me hubiera dejado.

—¡No necesitas un trato para atraparlo, está loco por ti! —le aclaro.

—Claro que no. —Hace puchero.

—Solo no lo acepta porque tiene sus mambos de demonio, pero creo que tienes más posibilidades que yo, así que levántate y vamos a buscarlo.

Se recuesta y se vuelve a cubrir.

—Déjame sola, Adara, ya no me queda nada, solo sufrir.

—No digas eso, tienes mucho por vivir —pido, angustiada.

—Tú no lo entiendes, yo iba a morir antes de conocer a Elerick, cuando él llegó tuve una familia. Ahora que terminó nuestro trato, vuelvo a tener nada, como en esa época. Hubiera sido mejor si me comía, así no tenía que regresar a este calvario, pero ni se dignó a eso, solo me liberó, me dejó a la intemperie, me odia. —Oigo sus sollozos debajo de las mantas—. Ya ni siquiera debo parecerle apetitosa, ni para eso le sirvo.

—¡Agh, ya no soporto verte así! —Le arrebato la manta y la saco de la cama—. Ya mismo vas y le aclaras todo eso que me dijiste, vas a ver como en cinco segundos lo enterneces.

—¿Qué dices, Adara? —cuestiona con sus ojos llenos de lágrimas que casi ni puede mirarme con tantas—. Eso no es posible.

—¡Vas a ver que sí! Ve a darte una ducha. —Señalo el baño—. Vamos, así me das tiempo a cambiarme y hacer una llamada.

Al fin me hace caso, entonces se dirige al baño. Comienzo a vestirme, luego marco el número de Cainán. Descubro que están en la comisaría, estos demonios no dejan de sorprenderme. Una vez que Triana termina de tomar fuerzas y arreglarse, nos dirigimos allí.

Qué tarde se ha hecho, ha sido un día muy largo.

—¡¿Cómo que te peleaste con Elerick y casi golpeas a Akil?!

—No lo hice —se defiende B—. Descubrí que es gay.

—De hecho, soy bisexual —lo corrige mi ex.

—Tú sígueme la corriente.

—Sí, soy gay. —Se ríe.

—¡¿Por qué le haces caso?! —me quejo.

—Así está contento. Además, no es un problema para mí, no me ofendo.

—Como sea, ¿dónde está Elerick? —consulto.

—Se quiso quedar en la celda. No era necesario, pero quería estar solo, así que lo dejé. Se veía muy triste.

—¡Es tu oportunidad! —le digo a Triana y ella se asusta—. ¡Míralo a los ojos y dile todo lo que sientes!

—¡No puedo! —grita la rubia y yo la empujo—. ¡Adara, no! —chilla, avergonzada.

—¡¡Este no es momento para rendirse, es momento para pelear!! —La empujo y cierro la puerta—. ¡¡Pelea!!

—¿No tienes miedo de que se la coma? —bromea B.

—¿Debería mirar por las dudas? —pregunto, preocupada.

—Te acompaño.

No me convence esa sugerencia, pero mejor no precipitarse. Cruzamos la puerta y nos vamos detrás de la celda a escuchar. Me siento una cotilla, tranquilamente, pude haber esperado a que Triana me contara, pero mi miedo por ella también es latente. Aunque si Cainán no lo mencionaba, quizás ni me hubiera preocupado.

—¿Me odias? —Escucho a Triana, así que llegué en la parte más importante de la conversación.

—¿Qué dices, Tity? Yo no puedo odiarte.

¡Lo sabía!

—¿Ya no te parezco deliciosa?

—Tity, eso no se pregunta, eres un gran manjar.

B hace un gesto de asco, entonces le pego un codazo y hago señal para que no formule ruido, pues casi se ríe.

—¿Entonces por qué me liberaste? No lo entiendo. —Oigo los sollozos de mi amiga—. Sé que te parece estúpido, pero yo estoy enamorada de ti. No puedo pensar en una vida sin ti, me es imposible imaginarlo.

—Tity, ahí tienes la respuesta, es una vida, tu vida. —Elerick suspira—. En absoluto, no me parecen estúpidos tus sentimientos, siento lo mismo, pero...

Se forma un silencio, creo que se están besando. Siento que estoy viendo una telenovela, porque al final me animo a espiar y sí, han unido sus bocas. Ay, es todo bonito como la agarra. No como otros que se ponen de intensitos y nada románticos. Miro mal a Cainán, el cual saca su lengua, porque percibe lo que estoy pensando. Le pego, solo para que guarde su estúpido gesto, así que lo hace. Luego me concentro de nuevo en la escena, volviendo a sentirme como una adolescente, viendo una serie de romance. Lamentablemente, el beso se corta y se acaba la magia, ya que Elerick continúa su monólogo.

—Soy un demonio y para los demás, eso no tiene sentido alguno. Hay cosas muchísimo más importantes. Llegó la hora de crecer y que busques una vida real. Por respeto a nuestros sentimientos, te liberé, para que al fin vivas una vida normal, ahora puedes irte de Norville. 

Tráiganme más pañuelos y agua, porque me estoy deshidratando 🤧

¡¡Pero si tú la amas, no puedes decir eso!! 😭

Saludos, Vivi 💔

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