Capítulo secreto: Yume y el Hinamatsuri

Mi hermana escapa de casa.

Todas las noches de fin de semana, viernes, sábado y domingo; ella sale con Jerall en el coche negro, que papá dice es de nosotras, aunque no podamos conducirlo. Yo tengo edad suficiente para sacarme el permiso, pero me da miedo manejarlo; Jerall ha intentado enseñarme en un par de ocasiones, en las que casi nos matamos, porque no soy capaz de mantenerme tranquila; pegando frenazos violentos al querer detenerme. Me sorprende que no tengamos secuelas de los golpes.

— Hoy también ha salido...

Anna, desde que llegó a casa, no para de mirar por la ventana. Cuando me voy a dormir, ella está viendo a través del cristal; al despertar sigue ahí, absorta ante un mundo tan diferente al que ella conoció. Llama a los autos como ''carruajes modernos'' y si me ve usar la computadora, le dice ''caja de teclas''. Eso me parece tierno. Anna es, por mucho, la mejor compañía que he tenido desde Nym.

Todavía pienso en Nym.

El día del Hinamatsuri, cuando Jerall me preguntó a dónde quería ir, le dije que fuéramos a la ciudad en la que traté de suicidarme. Él se negó rotundamente. Tuve que jurarle, por la memoria de nuestro primer perro, que no haría nada que implicara subir a la azotea de un edificio para lanzarme al vacío. Al final, aceptó.

Tuvo que conducir alrededor de tres horas, llegamos casi a las dos de la tarde y lo primero que hicimos, fue buscar algo para comer. Paramos en una tienda de veinticuatro horas. El cajero era tan guapo, que parecía una especie de modelo o famoso. Me sentí ligeramente avergonzada, ya que llevaba una cantidad insalubre de comida chatarra y cuando las ha pasado por el lector de códigos, me preguntó: '' ¿Sería todo?'' en un tono tan servicial y amable, que no pude evitar enrojecer.

Mi corazón no se ha acelerado.

''Sí'' he respondido secamente, entregándole el dinero de la cuenta; tomé la bolsa y salí para volver a subir al auto. Era un día en que hacía un poco de calor. Comimos dentro del coche; papas fritas con sabor a algas y sal, queso crema con galletas, unas bebidas supuestamente sanas y también helado de vainilla.

Me gusta la vainilla. La vainilla francesa.

— Hoy hace buen tiempo —dijo mi primo.
— Hoy es un día común —contesté, manteniendo mi vista fija en una parada de autobús, que quedaba justo frente a nosotros. Sólo había que cruzar la calle para llegar a ella y esperar el transporte público—. ¿Por qué mi mamá no me obligó a festejar? ¿Te lo ha dicho?

Jerall tardó en responderme.

— Supongo que no quiere presionarte.
— ¿Entonces me tiene lástima? ¿Cree que empeorará mi depresión?
— No lo sé. En cualquier caso, ¿qué hacemos aquí? ¿Para qué vinimos a éste lugar tan jodidamente triste? No me gusta recordar lo que pasó.
— Quien olvida su historia, está condenado a repetirla —he dicho. No recuerdo de qué parte de internet he sacado la frase.
— Quieres probar suerte —él adivinó lo que yo pensaba—. Crees que, como aquella vez viste a Nym en éste sitio, pasará lo mismo ahora, ¿verdad?

He asentido rápidamente. Desde pequeña, he sido incapaz de ocultarle cosas a Jerall, a menos que realmente no sepa lo que sucede.

— ¿Y qué harás cuando la veas? —Su voz sonaba preocupada.
— No lo sé. Ni siquiera sé si seré capaz de reaccionar. Yo...

Sin darme cuenta, las lágrimas comenzaron a salir de mis ojos, nublándome la vista; las sentí correr por mi cara y mojarme las piernas. Me llevé varias papas a la boca, intentando acallar mi depresión, que amenazó con salir a flote una vez más. Sé que abandoné por voluntad la clínica, pero a veces, deseo con todas mis fuerzas, volver.

— Yo sólo quiero verla y hablarle. Quiero...

Cuando levanté la vista, la vi de pie en la parada, esperando. Era ella. No cabía ninguna duda que se trataba de Nym. Su cabello rojizo, baja estatura, una blusa en alguna tonalidad de verde. Jerall no la vio, o habría cerrado con seguro el carro, antes de que yo tuviera oportunidad de bajarme y correr hacia ella. Escuché que me gritó algo, probablemente un ''espera'' o ''detente''. Crucé la calle a una velocidad asombrosa, que ni yo sabía que era capaz de alcanzar y estiré las manos, agarrándome firmemente de su brazo.

Nym me miró por escasos segundos. Solamente para poner una cara de miedo. Movió su brazo fuertemente, intentando que yo la soltara, sin que surtiera efecto.

— ¡Nym, tenemos que hablar! —Grité, apretando mis dedos sobre su piel. — ¡Tienes que explicarme por qué lo hiciste! ¡Tienes que hacerlo!
— ¡¿Qué estás haciendo?!

La voz que oí, no era de mi antigua amiga, sino de una mujer al lado suyo. La reconocí de inmediato como una de sus hermanas, a pesar de que no recordaba exactamente cuál, si la del medio o la mayor. La hermana trató de quitarme, jalándole con fuerza, como si quisiera hacerme algún tipo de daño; encajó sus uñas en mi carne.

— ¡Auxilio, policía! —Chilló. Nym continuaba en silencio, resistiéndose.
— ¡Nym! ¡Háblame, por favor! —Rogué, llorando otra vez.
— ¡Por favor, dime cualquier cosa, si me hablas yo me iré! ¡Mándame a la mierda, al menos! ¡Por favor, sólo ayúdame a que pueda dejar de sentirme así! ¡Ayúdame a acabar con esto!

Flaqueé en mi agarre. Jerall apareció, sacándome de ahí, tan rápido que cuando lo noté, empecé a golpearlo con mi mano abierta. Él me sujetó por la cintura y me obligó a subir en la parte trasero del auto. Me retuvo contra los asientos por un rato, mientras yo gritaba y pataleaba, exigiéndole que me dejara regresar allá. Cuando me calmé, seguí llorando por un largo rato, hasta quedarme dormida.

Al despertar, ya estábamos en casa.

***

Hoy han iniciado las vacaciones de primavera.

Hoy, también, fueron las ceremonias de despedida.

Ume ha pasado de año, el día primero de Abril, será una alumna de tercer año de secundaria. Me pregunto si eso cambiará su forma de ser. Si empezará a comportarse de una manera más madura y dejará de fingir ser buena, frente a nuestros padres. No creo que a mamá o papá, le interese si su niña es un poco psicópata; más bien, considerando el poco sentido común de papá, él pensará que es una ventaja. En un mundo como el actual, tener un poco menos de piedad que la mayoría, te lleva lejos. Con una gran critica a tu espalda y miles de personas que te odian.

Gracias a Anna, soy capaz de enterarme, de todas y cada una de las cosas que hace Natsu cuando está con alguna de las chicas.

Sé que hoy, al terminar la ceremonia de su escuela, ha salido al patio y se quedó como tonto mirando los cerezos. Les falta tiempo para florecer. Pero él se quedó absorto en sus botones. Murmuró un par de cosas, inentendibles para nosotras, que sonaban similar al gruñido de un perro rabioso. Al cabo de un rato, Lucy lo encontró y hablaron por algunos minutos, acordando que el próximo miércoles irían a una tienda de rosquillas nueva; acababa de abrir ése mismo día y por ello, estaría a reventar. No serían capaces de disfrutar pada nada del lugar o los dulces.

Después, Natsu le prometió a Juvia, que tendrían un picnic juntos; para que ella pudiera mostrarle lo mucho que ha crecido en el aspecto culinario.

De alguna manera, me hace feliz, saber que las chicas procuren tanto a Natsu; me alegra que lo cuiden y lo tomen en cuenta.

Yo no puedo.

El trato con el cielo, implica que rechazando mi futuro, no lo borran como si lo mandaran a la papelera de reciclaje; incluso al gritar cambias el futuro. Mi trabajo es evitar que Natsu siga pensando que tiene una posibilidad conmigo. Aplasto mi futuro a su lado. No tengo ninguna opción más.

Esto es doloroso... 

***
¡Hola! Ah, esto... Los ''Capítulo secreto'', serán narrados por Yume. Estos capítulos, revelarán cosas del futuro o pasado de Natsu, además de contener información extra. ¡Si les gusta Yume, tendrán mucho de ella! Pero, hago los capítulos secretos, para que no afecte ni opaque al harem de Natsu. Muchísimo Natsu x Yume habrá en ellos, así que no sufran, de una u otra forma, ellos seguirán juntos. Tal vez no como a ustedes les gustaría, pero yo soy cruel. 

¡Espero les haya gustado! ¡Nos vemos en el próximo capítulo! 
¡Próximo capítulo: Natsu y sus vacaciones de primavera!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top