Capítulo 36: Preparativos

01 de Junio, 07:33 PM.

— Es gigante...

Estupefacta, Naomi bajó del auto, llegando al lugar donde se llevaría a cabo su boda y la posterior fiesta, que prometía durar todo el fin de semana. Ayami, junto a Dimaria, Mavis y Anna, sacaron las cajas que tenían el vestido, velo, ramo y demás accesorios; todo lo necesario para dejarla como una princesa.

— Tu esposo tiene gustos caros —dijo Mavis, silbando de admiración.
— Es más grande que la casa del lago —recordó Dimaria, que se había alojado en ese lugar el verano pasado.
— Creo que es un poco exagerado —Ayami suspiró, soltando una pequeña risa—. Es una casa muy grande, siempre le dije que no necesitábamos tanto espacio, pero finalmente sirve para algo. Así que... ¡Iniciemos la despedida de soltera!

Las cinco mujeres, corrieron dentro de la casa, a disfrutar una noche a solas. Beberían, comerían, hablarían y... ¿Quién sabe? El servicio de bailarines exóticos, es un gran negocio, que vive escondido en sitios recónditos de internet. Antes que nada, pidieron pizza y Ayami asaltó el bar, sacando botellas de sake, tequila y vodka; las bebidas que más tomaba su marido y de las cuales, nunca faltaban en ninguna de sus propiedades. Anna, investigó rápidamente en su cabeza, de qué se trataba una ''despedida de soltera''; para no hacer preguntas tontas y saber cómo se debía comportar. << Si no fuera su madre, le pediría a Natsu que venga a bailar, es algo que quiero ver >> pensó Mavis, reprimiendo su risa. Mari, lejos de los pensamientos pervertidos de la ex nuera, miraba todo a su alrededor; como una niña curiosa.

La boda, al estilo occidental, obedeció a la tradición de no ver a la novia por veinticuatro horas antes del festejo. ¿Por qué lo decidieron así? No es que no apreciaran lo japonés, es que la forma elegida, parecía ser mucho más divertida; ambos contrayentes querían que sus hijos disfrutaran del evento, que se tratara de algo que pudieran recordar con una sonrisa, como un día muy alegre y no como una formalidad.

— ¿A qué jugamos primero? —Preguntó Anna.
— ¡Botella de castigo! —Mavis saltó de emoción.
— ¡El de los plátanos! —Dijo Dimaria.
— ¡A verdad o reto! —Naomi era fanatica de ese juego.
— ¡Kokkuri-san! —Propuso Ayami, sacando una moneda de cien yenes. — Podemos preguntarle cómo será la boda. Será divertido.

Las damas, voltearon a ver a la dueña de la casa, con cara de dudas.

— ¿Qué es Kokkuri-san? —Anna levantó la mano.
— Es como una Ouija —explicó Ayami—. Se usa una hoja de papel, en la que escribes el silabario japonés, un sí y no, además de dibujar el símbolo de una puerta. Se pone la moneda y se hace una pregunta a Kokkuri-san, un espíritu de la naturaleza. ¿Qué dicen? ¿Jugamos a esto o nos emborrachamos?

01 de Junio, 08:00 PM.
Casa Miyamoto.

Don Papi, Zeref, Natsu, Acnologia y Jerall; luchaban por ponerle el traje a Igneel, quien parecía haber engordado diez kilos, en apenas unas semanas. El pantalón no le cerraba, el saco ni siquiera le entraba... ¡Qué desesperación!

— ¡Igneel, frunce la panza! —Decía Don Papi, intentando cerrar el botón.
— ¡Yo no tengo panza! —Reclamó el novio.
— ¡¿Entonces por qué no te queda esto?!

Igneel se abotonó el pantalón y al momento que exhaló, el botón salió disparado como una bala, estrellándose en la pared; botando contra todos los muros. Los hombres se tiraron al suelo, cubriéndose la cabeza, como si estuvieran en medio de un tiroteo. El arma mortal, terminó estrellándose en una ventana, haciéndole una pequeña grieta.

— ¡Dejen de hacer ruido, intento dormir! —Enfadada por el escándalo, Ume entró a la habitación donde estaban ellos, azotando la puerta. — ¡¿Qué está pasando?!
— Lo siento, nena, estamos vistiendo a Igneel —dijo el padre.
— A ver...

Ume tomó la caja, donde venía el traje y todo su enojo desapareció, dando paso a una fuerte carcajada que resonó por todo el cuarto. Natsu sintió escalofríos.

— ¡Este no es el traje de Igneel! —Habló, entre risas. — ¡Es para Zeref, es talla pequeña! ¡No grande!
— ¿Cómo no se dieron cuenta? —Preguntó Zeref.
— Tú tampoco lo notaste —Acnologia se dio la vuelta, huyendo de la situación.
— Eso explica porque no le quedaba —Natsu se rascó la cabeza—. ¿Alguien ha visto a Happy por aquí? No sé a dónde se fue...
— Duerme con Yume —Ume se talló los ojos, había pasado toda la mañana con su madre y su futura suegra, haciendo compras—. No lo vayas a buscar.

Ume dijo: ''No lo vayas a buscar''.
Natsu entendió: ''Metete al cuarto de Yume y te mato, te mato''.

Normalmente, habría obedecido sin rechistar, es más, ni siquiera se atrevería a pasar frente a la puerta de dicha habitación. ¡Pero ya no tenía que seguir normas de nadie! Volteó hacia la izquierda, a una esquina, donde Sayla estaba de pie; simplemente esperando a que se le solicitara alguna acción.

***

— Baño...

Happy se despertó, diciendo esa palabra. Aun con los ojos cerrados, se sentó en la cama y voló hacia la ventana abierta, dejó salir el agua de riñón y después volvió a la cama; acomodándose en los pechos de Yume. Antes de caer dormido, logró escuchar la puerta abrirse; lo que provocó que abriera los ojos y mirara al intruso: Natsu.

— No te atrevas —dijo Happy.
— ¿Eh?
— No toques a Yume.
— Yo no iba a...
— Te conozco, muy bien.

01 de Junio, 09:04 PM.
Casa de playa.

— Kokkuri-san es un espíritu de la religión sintoísta, que presenta características de un zorro, un perro y un mapache japonés. Es sabio como un zorro, protector como un perro y travieso como el mapache; así que hay que tener cuidado con lo que preguntas y no tomarse las respuestas muy en serio. Es un juego casi inofensivo.

Ayami les daba una explicación más detallada, ya que sus acompañantes, querían jugar pero no se atrevían por miedo a lo desconocido. Ella sacó una hoja y con una pluma roja, dibujó un ''tori'' (puerta de templo japonés), a cada lado en un perfecto japonés, escribió ''sí'' y ''no''; puso números del cero al nueve y debajo de ellos, el silabario hiragana. Situó la moneda de diez yenes sobre el tori, indicando que todas colocaran un dedo sobre el metal.

— Kokkuri-san, Kokkuri-san, sí estás aquí, mueve esta moneda...

E.N.D había seguido a las mujeres, interesado en sus cuerpos adultos y al ver que jugarían algo como eso, se dio cuenta que era su oportunidad de aprovecharse. Ayami, olvidó un paso muy importante del ritual: Abrir una puerta o ventana. Sin ello, Kokkuri-san no entraría nunca y no podrían jugar, sin embargo, él sí lo haría.

Lo primero fue incendiar la hoja de papel, provocando que todas quitaran el dedo de la moneda y se alejaran; mirándose entre sí, preguntándose con la mirada qué estaba sucediendo y sintiéndose arrepentidas, de haber jugado con los espíritus. El segundo paso: Colocarse una máscara de zorro en la cara, que cubriera de la boca hacia arriba y que tuviera un velo en la parte de atrás, capaz de taparle el cabello y no delatarlo como un Natsu. Y la última cosa por hacer, fue volverse visible para las mujeres.

— ¿Quién osa despertarme de mi sueño? —Preguntó.
— Nosotras no fuimos —respondió Ayami, tirando la moneda debajo de un mueble—. Se equivocó de dirección, Kokkuri-san, ¿verdad, chicas?... ¿Chicas?

Anna, Mavis, Mari y Naomi se abrazaban entre sí; protegiéndose del monstruo que apareció de la nada. Naomi las soltó por un momento, corriendo en dirección a la cocina, pero fue devuelta por una fuerza invisible que la contuvo contra la pared. Mari gritó de terror, Anna intentaba trazar un plan en su mente y Mavis comenzó a lanzarle cosas al espectro.

— Les perdonaré la vida —anunció.
— ¿A cambio de qué? —Ayami no era tonta, sabía que nada bueno sale de la ''piedad'' de un espíritu.
— Tendremos una orgía. Ahora mismo. Quítense la ropa.

<< No puede ser >> fue el pensamiento colectivo. Una a punto de casarse, la otra ya tenía años de matrimonio y las tres restantes, ni borrachas hasta el pelo, se acostarían con un fantasma o lo que fuera. Pero, sí no lo hacían, estaban seguras de que no vivirían más...

— ¡E.N.D, detén esto!

Para molestia del ente, una de sus compañeras de oficio, apareció ahí. Sayla, recibió la orden de vigilar a la madre de su amo y en caso de que estuviera acompañada por hombres, no se tentara el corazón para hacerlos escapar. << Tú cuentas como hombre >> pensó, echándose encima de él; sacándolos a ambos de la casa, a través de una ventana, rompiéndola en el proceso. Sayla la arregló, para no dejar pruebas de lo ocurrido, durmiendo a las mujeres y así, cuando despertaran, creerían que todo había sido un sueño.

Sayla arrastró a E.N.D por la arena, logrando lanzarlo hacia el mar; causándole un gran daño, reflejado en el humo que salió de su cuerpo. Sabía que eso no lo detendría mucho tiempo, así que se preparó para un enfrentamiento grande, algo que sería grabado por alguna persona que tuviera un celular a la mano y pasara por ahí; sumándose a la lista de fenómenos paranormales. Si bien, eran invisibles ante algunos ojos humanos, a menos que decidieran mostrarse; las grabaciones lograban captar sus auras. Aun así, poco le importaba, mientras cumpliera el deseo de su amo.

E.N.D emergió, envuelto en llamas, atacó a Sayla con un golpe en el estómago; impactándola contra una columna de concreto. Para ella no sería un gran daño, era una mujer demasiado fuerte y él no estaba para perder el tiempo, se apresuró en abrir un portal sobre la cabeza de Sayla; esperando que la succionara de vuelta al mundo del que ambos provenían. Sin embargo, esto no sucedía, no surtía ningún tipo de efecto.

— ¡Es inútil! —Gritó ella, viendo la cara de estupefacción de su compañero. — ¡Me he vinculado con un humano de este mundo, así que no puedo volver a menos que él me lo diga! Nunca regresaré a ese lugar, a menos que el amo Natsu me lo ordene, cosa que no pasará ni ahora, ni nunca...

La pelea entre ambos entes, duró toda la noche, hasta que unos débiles rayos de sol se dejaron ver a lo lejos. E.N.D, comprendió que la situación, se le escapaba de las manos y que no podría ganarle a Sayla; porque los seres como ellos, se vuelven más fuertes, conforme usan sus poderes en otras personas. Él no lo había hecho, no desde que Hisui pidió esa enorme cantidad de Natsus, que al final terminó deshaciéndose por cumplirlo mal. Mientras pensaba en ello, no notó que Sayla lanzó una ráfaga de viento, que golpeó de lleno en su pecho; abriéndole una herida de lado a lado.

La sangre brotó del corte, obligándolo a retirarse del campo de batalla, dándole una victoria a Sayla; quien se sintió satisfecha de haber ganado.

— Lo hice, amo Natsu...

02 de Junio, 05:57 AM.
Casa Miyamoto.

— ¿Por qué vine aquí?...

Había aparecido en la habitación de Yume, luego de huir cobardemente de la pelea. E.N.D se tiró al suelo, dejando que la sangre fluyera libremente, estaba demasiado cansado para hacer algo con respecto a su situación; aun si trataba de curarse, tardaría demasiado. Necesitaba usar su magia correctamente, así conseguiría cerrar rápido la herida. Cuando los seres como él, cumplían deseos, tomaban una pequeña cantidad de energía de los humanos; insignificante para ellos, no les causaba ninguna molestia, pero para E.N.D o Sayla, era como recibir una dosis gigante de poder.

Yume despertó, estirándose perezosamente. Lo primero que vio, fue el cuerpo tirado del acosador y haciendo caso omiso a su instinto de supervivencia, se acercó a verlo; dándole la vuelta para revisarlo correctamente. Casi se desmayó al ver semejante cantidad de plasma.

— ¿Qué te ha pasado? —Preguntó, poniéndose pálida.
— Tuve una pelea —dijo, desviando la mirada—. No es nada, me pondré bien en unas horas...
— ¡Esto no puede mejorar en unas horas! —Replicó, mirando a los lados. — Un teléfono, tengo que llamar a la ambulancia...
— Ellos no me ve... Espera, ¿puedes verme?
— ¡Pues claro, hombre! ¡Si no lo hiciera, no estaría preocupada!

E.N.D levantó la cabeza, Yume se apresuró en sujetarla, pasando su brazo por la espalda del ente; ayudándolo a incorporarse.

— ¿Por qué me puedes ver? Se supone que...
— ¿Puedes cumplirme un deseo ahora, E.N.D?

Él asintió con la cabeza.

— Deseo que tu herida se cure...

*** 


¡Bueno, es todo por ahora! Espero les haya gustado el capítulo, en el siguiente veremos la boda de Igneel y Naomi, la pelea por el ramo de la novia... ¡Muchas gracias por leer! Nos vemos en el próximo capítulo 

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