Capítulo 24: La persona que no está conmigo


¿En qué momento me quedé dormida?

Ahora veo un sol luminoso, un cielo despejado y una pradera verde, que se extiende tan lejos; que es imposible ver dónde acaba. Estoy sentada sobre el pasto. Con su cabeza en mis rodillas, Rina duerme profundamente, tiene la boca entreabierta y no puedo pensar en otra cosa, que no sea cerrarla para que no le caiga un insecto dentro.

— ¿Debería despertarte? —Le pregunto, aunque sé que no puede escucharme. Todo es tan relajante. ¿Es posible sentir sueño dentro de un sueño? No lo sé. Pero, me siento tan bien ahora mismo, tan diferente a cuando estoy despierta; que deseo no despertarme jamás. Si permanezco aquí, en mis ilusiones, eventualmente me encontraré con Natsu y podré seguir al lado de Rina; por quien sabe cuánto tiempo.

Sé que suena egoísta, porque en el mundo real, hay gente que me quiere y que espera a que me recupere; sin embargo pienso que ya es imposible. Tendría que viajar en el tiempo y nunca haberla conocido. ¿Rina recordará el momento en que nos hablamos por primera vez? Fue en aquella librería, cuando quisimos tomar el mismo libro; ninguna se atrevió a jalarlo hacia sí misma y lo dejamos de vuelta en su lugar. Ella comentó que yo tenía buen gusto, le di las gracias y me marché. Al día siguiente, Rina estaba ahí de nuevo, leyendo esa novela con un rostro muy serio. ''Ella es una adulta amargada'', recuerdo que eso pensé y por algunos días, mi opinión hacia ella no cambiaría ni un poco. Años después, Rina me confesó, que cuando me vio creyó que yo era una niña psicópata; así que mantenía cierta distancia para ''evitarse problemas''.

En cuestión de dos semanas, nos volvimos compañeras de lectura y acudíamos a esa librería para hablar y leer juntas; a veces tomábamos algo para beber en la cafetería del frente, no parábamos de reír. En algún momento que no recuerdo, incluimos a Ume y Ren; mi hermana no pudo acomodarse del todo, era demasiado pequeña para entender ciertos temas de conversación y Ren pasaba mucho tiempo fuera del país, yendo a sus asuntos musicales. Cada vez que íbamos a despedirlo al aeropuerto, Rina sacudía un pañuelo blanco, fingiendo que se limpiaba los mocos con él; Ren solía pegar su cara al vidrio de la ventana y sacaba la lengua. Ella reía a carcajadas y de esa forma, la separación le resultaba menos dolorosa. Me di cuenta rápidamente, que a Rina le gustaba Ren, así que le insistí para que confesara sus verdaderos sentimientos.

A decir verdad, a mí también me gustaba él.

Pero sabía que era imposible, totalmente imposible, que Ren sintiera algo por mí; más allá de un cariño fraternal.

Estuve feliz cuando se volvieron pareja.

Fueron dos años muy bueno, antes de que Ren aceptara un trabajo en Italia, a donde Rina no quiso acompañarlo porque significaba dejarme en Japón. Él lo entendió bien y terminaron su relación por el momento. Rina prometió escribirle y nunca lo hizo, argumentando que lo había olvidado, porque seguramente Ren estaría en brazos de otra mujer; alegando que ningún hombre es completamente fiel, que están gobernados por sus impulsos sexuales y ninguno de salva de ellos.

Fue entonces que conoció a ese chico...

La persona que más odio.

— Tienes mala cara —dice Rina, mirándome.
— ¿Ah? No, no pasa nada...
— ¿En verdad quieres engañarme a mí? —Pregunta, apretando mi nariz.
— No nací ayer, jovencita.
— Eso se nota —respondo con burla.

Ella agarra una piedrita del suelo y la tira contra mi cara. Ambas reímos. Somos felices como solíamos serlo en la realidad.

— Yume...

El semblante de Rina cambia, a una seriedad que nunca he visto, parece a punto de romperse en mil pedazos; como si no pudiera soportarlo más. Empiezo a sentirme del mismo modo. No puedo evitarlo. Quiero llorar. Quiero llorar con todas mis fuerzas.

— Sé que sólo estoy soñando —dice, mientras las lágrimas corren por su cara—, pero gracias por todo... Hay cosas que no puedo decirte en persona, pero... Yo...
— ¿Rina? ¿De qué hablas...?
— De nada —ella seca sus ojos, pero vuelven a salir más gotas—. ¿Puedes cantarme algo? Lo que sientas ahora mismo. Probablemente deba despertarme en un rato.

Me aclaro la garganta, intentando deshacerme del nudo y comienzo, dando gracias de haber estudiado inglés por presiones de papá...

''Nunca tuve muchos amigos al crecer, 
así que aprendí a estar bien conmigo, 
sólo conmigo, conmigo, conmigo, conmigo... 
Y estaré bien afuera

Me gusta comer en la escuela sola 
de todos modos, 
así que estaré
sólo aquí, 
sólo aquí,
sólo aquí, sólo aquí, sólo aquí... 
Y estaré bien afuera.

Entonces me despierto en mi habitación 
a altas horas con la luna, 
y pienso en quien no está conmigo, 
¿llorarías si muriera? 
¿Recordarías mi rostro?

Por eso, un día me fui de casa,
empaqué y me mudé; 
lejos, muy lejos, 
lejos de mi pasado un día... 
Y reí, reí, reí, reí... 
Y sueno bien afuera...

A veces me siento perdida, 
a veces me siento confundida; 
a veces encuentro
que no estoy bien, 
y lloro, lloro, lloro, lloro...

Entonces me despierto en mi habitación 
a altas horas con la luna, 
y pienso en quien no está conmigo, 
¿llorarías si muriera? 
¿Recordarías mi rostro?''

Lentamente, Rina comienza a desvanecerse frente a mis ojos, volviéndose transparente hasta que desaparece completamente... ¿Qué está pasando ahora?

***

— ¿Dónde estoy?

Rina despertó en una camilla de hospital, en la sala de emergencias. Una enfermera se le acercó a preguntar cómo se encontraba. Le dijeron que la encontraron, al lado de un horrible accidente. Una imagen llegó a la mente de Rina: Yume empujando con las manos, gritando algo que no entendió.

— ¿Atraparon a la persona que me empujó? —Preguntó a la enfermera, apretando los puños; ahora estaba molesta por haber soñado con ella. La chica que le rogó por tanto tiempo, que volvieran a verse, que lloraba frente a sus ojos y suplicaba para que le dijera unas palabras, había intentado asesinarla. << Él tenía razón: Yume es mala >> pensó, dejando escapar unas cuantas lágrimas. No volvería a soñar con ella. Nunca.

La enfermera, le puso la mano sobre la espalda.

— Es dificil decirlo, pero...
— ¿Pero qué? —Irritada, Rina se tapó a cara. — ¿Escapó?

La mujer de blanco, tomó aire y dijo:

— Debido al mal clima, un autobús perdió el control sobre el pavimento y estuvo a punto de golpear a ambas. La señorita que estaba con usted, la empujó fuera del camino para evitar que fuera impactada. El camión golpeó a la señorita, pero para evitar aplastarla, el chófer giró y por accidente cayó al río... Todos los pasajeros están heridos, pero no de gravedad, a usted sólo le encontramos una cortada en la rodilla y un raspón en la frente... Pero, la señorita que la salvó, ella...

Las palabras se detuvieron. Rina entró en pánico.

— ¡¿Qué ha pasado con ella?! ¡¿Qué ha pasado con Yume?! —Exigió saber, queriendo no sonar preocupada.

La profesional de la salud bajó la cabeza.

— Cuando llegaron las ambulancias, ella estaba en un charco de sangre y parte de esa sangre provenía de su cabeza... Ahora mismo, no sabemos qué pasará con ella... Y tampoco podemos contactar con sus familiares, porque no traía ningún celular consigo. ¿Usted la conoce? ¿Sabe cómo podemos encontrar a su familia?

Las últimas líneas de la canción, que escuchó en sus sueños, sonó en la cabeza de Rina:

Y pienso en quien no está conmigo, 
¿llorarías si muriera?
¿Recordarías mi rostro?... 

***

Natsu: Hannah no ha vuelto de Bora Bora, pero manda a decir que el drama se acaba en dos capítulos más y que le diremos adiós a un personaje. Luego volvemos a las risas y pasaremos a explorar la trama interna de otras chicas... ¡Esperen muchas más sorpresas y cosas profundas! Y recuerden no llorar con esto, HannahBossu seguramente bebe sus lágrimas en una copa... ¡Nos vemos en el siguiente capítulo! ¡Donde finalmente salgo yo! ¡Hannah, no vayas a matar a Yume o iremos todos en bolita hasta Bora Bora! 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top