Mis padres lo sabían todo. Todo lo que había pasado. O más bien sabían todo lo que el director le había contado.

- Hija. Tú, mi niña. Con ese chico en un baño haciendo sabe dios que.- dijo mi madre alterada.

- Mamá si entre nosotros no ha pasado nada!- grité ya enfadada por darle tantas vueltas a este tema.

- Hija seamos sinceras. Ha pasado una semana y ya llevas dos sanciones. Gracias a quien? A ese estúpido chico.

Esta era la gota que colmó el vaso.

- Mamá tú no eres quien para juzgarlo. Además solo yo lo puedo llamar estúpido.

- Más te vale alejqrte de él o ya me encargaré yo de que lo hagas.

- No mamá. Estoy harta. En toda mi vida siempre he hecho lo que loa demás han querido y este es el único momento en mis años de vida en el que estoy disfrutando y nadie ni nada me lo va a impedir.

- ¿ Disfrutar? ¿Asi? ¿Perjudicandote?

- Mamá encargate de vivir tu vida que yo haré lo mismo con la mía.

Y colgue.

Nunca en mi vida le había hablado así a mi madre. Pero era la primera vez que me sentía a gusto conmigo misma por haber soltado todo lo que sentía.

- Que te ha dicho tu madre?- Me pregunta Megan.

- Que me aleje de Matt. Dice que es problemático.

- Y lo es Sammie. Lo es.

No lo entienden. No tienen la capacidad de entenderlo.
Todo el mundo sabe que si a una chica le dan a elegir entre un chico que te llena de regalos todos los días y un chico que no para de reperirte lo fea que eres una y otra vez, siempre se elige al segundo.

Y resulta ser que Matt es el tipo de chico número dos. Yo no tengo la culpa de enamorarme de alguien como él. La gente no elige de quien se enamora.

Matt será estúpido, egocéntrico y muchas cosas más pero nadie se mete con él. No lo cambiaría por nada sel mundo. Y estoy completamente segura de que él a mi tampoco.