Capítulo 2
A veces, me gusta viajar entre mis recuerdos, ver cuándo era una niña sin preocupaciones, y mientras avanzaba el tiempo, eso iba quedando atrás. Pero, duele, duele creer que viví todo eso y, ahora que soy algo mayor tengo miles de responsabilidades, de la escuela, del hogar, de mí persona...
También me duele recordar cada vez que fallo, cuando recuerdo que no soy importante o, cuando lo veo a él, la persona que se me acercó para que pudiera ser feliz, tal vez solo fue momentáneo, pero para mí, ese tiempo fue suficiente para no poder hacerle daño.
...
Una brisa helada me chocó en mi cara; era mi madre abriendo la ventana de mi habitación.
Solté un quejido; hacía mucho frío, quería seguir durmiendo, ¡Me acosté tarde!, no siento que haya dormido más de una hora, estoy muy cansada.
—¡Buenos días, Dormilona! — mi madre tan animada, como siempre.
—¡Déjame seguir durmiendo, por favor! ¡Y cierra la ventana que hace frío!— metí mi cara entre las frazadas; no quería que el frío me chocara en mi preciosa cara.
—¡Ya levántate, van a ser las diez! Y, tienes que empacar.
Mi cara salió entre las frazadas para ver a mi madre con cara de confusión, ¿empacar?, ¿Para qué o qué?
—Aparte de dormilona, olvidadiza.
—No entiendo nada.
Ella se limitó a rodar los ojos y, luego soltó así nomás "nos vamos a mudar".
Si mi boca se pudiera extender hasta el piso, seguro que ahora estaría así, ¡Me había olvidado por completo de la mudanza y ni un solo día había pasado!
—Oh... cierto, ¿Cuándo nos vamos?
Mi madre me miró con cara de poker, ¡Hey, no es mi culpa ser tan olvidadiza!— Tú te vas el lunes.
¡¿Cómo?! ¡El lunes! ¡El lunes! ¡Tenía que ser el peor día de la semana!, espera, si hoy es sábado, mañana es domingo, y si mañana es domingo, pasado mañana es lunes ¡Dos días para el lunes! ¡Me muero! ¡Es muy poco tiempo!
—¿Y-yo sola?
—Sí.
Mi madre salió de la habitación, dejándome sola, si me iba a ir el lunes, tenía que optimizar mi tiempo, ¡Pero primero a cerrar la ventana que me muero de frío!
...
Me dolía verlo fracasar, pero más cuando fracasa por sacarme una sonrisa.
Dolía ver cómo su rostro perdía ese brillo que lo caracteriza, sus ojos apagarse y que baje su mirada. Cuando todo era mi culpa.
...
Fui hacia el baño del segundo piso, me vi al espejo y, visualice las enormes ojeras que tenía, sí que había llorado bastante anoche. Comencé a sollozar nuevamente, pienso en él, en cómo debe de estar en este momento. Prometí quedarme a su lado, pero, ¿Qué hice? Fui una mal agradecida y rompí esa promesa dejándola como palabras vacías. Él no se merece esto, no merece estar triste por mi culpa y, aún así me sonrió la última vez que lo vi y, que lo veré, probablemente.
Me lave la cara, tome la toalla y me seque el rostro mientras salía del baño e iba a mi habitación, seguía triste, la pena y culpa me iban a acompañar por un largo tiempo, pero hoy no, hoy debía estar enérgica porque va a ser un loquerío, eso es seguro.
...
—Y... ¡Listo!— Ya terminé, de hacer lo que tenía que hacer hoy por la mañana, ahora solo tocaba empacar.
Como ya había terminado mis labores de la casa, decidí comenzar a empacar.
Primero saque toda la ropa de mi armario, seleccioné algunas para ponerme en estos días, la metí en una pequeña maleta que tenía, doblando y procurando que todo para una semana aproximadamente, entrara.
De aquí para allá, de arriba a abajo, sacando y buscando cajas, armando unas que otras, buscando papel periódico para envolver adornos, se me fue la tarde.
Pero, no pude evitar pensar en él. Pensé en todos los momentos felices que tuve con él y todo lo qué pasamos juntos, tal vez no todo fue momentos felices, pero fueron momentos que nunca olvidaré y qué, en su mayoría, me hacen felices. Me hace feliz saber qué le importo a una persona fuera de mi familia, oh bueno, le importaba.
Sabía qué así era mejor, lo mejor para él. Así ya no sufriría tanto y, podría ser feliz, a pesar de que siempre decía que yo era su felicidad, pero nunca le creí.
Tal vez, también es lo mejor para mí, y aunque no sea así, me gustaría engañarme a mí misma diciendo que lo es, si él puede encontrar la felicidad en otro lado, dónde no sufra, yo estaré feliz por él.
Salí del mundo de pensamientos por un golpe en la puerta, era mi padre para ver si podía ayudarme en algo, estuve en eso todo el día según él, claro, cómo yo me voy el lunes.
–No es necesario, papá, podrías hacer otras cosas; yo puedo sola –dije intentando convencerlo, la verdad, quería estar sola, sabía que en cualquier momento me podría poner a llorar y, eso es lo que menos quería.
–Enserio, Ochako, quiero ayudarte, para que puedas acabar más rápido y puedas ya descansar, recuerda que tus muebles los desarmaremos cuando te vallas.
–Suspiré– Bien, puedes ayudarme, pero solo un rato.
–¡Bien!
Nos pusimos a terminar de envolver los adornos en papel periódico, no es cómo si tuviera muchos, pero igual era cansado, los acomodamos en cajas de forma ordenada y evitando que se vallan a romper mientras qué el transporte las llevaba. Estábamos en silencio mientras lo hacíamos, hasta que mi papá lo rompió.
–¿Tu mamá te contó quién te va a recoger de la estación cuando vallas el lunes? –preguntó él, mientras seguía envolviendo una bola de unicornio.
–No, sólo me dijo que me iría sola el lunes, pero, ¿Por qué ustedes no vienen conmigo?
–Bueno, es porque aún tenemos que hacer algunos trámites para poder ir nosotros ahí. Y, quién te recogerá será el señor Asui, un amigo nuestro de esa ciudad
–Oh, está bien, no hay problema.
–Ochako –llamó, estaba serio y levantó la mirada hacia mí, debo admitir que ne puse alho nerviosa.
–¿Si?
–¿Quieres pizza o hamburguesa para cenar? –me esperaba cualquier pregunta menos esa.
–Ammh, hamburguesa.
–Bien, iré a comprarla, termina de ordenar eso y, ya estaría todo, ¿no? –dijo alejandose de mi habitación.
–Síp, la hamburguesa Hawaianna, por favor.
–Siempre la misma, ¿No quieres probar otra?
—Nop, me quedo con esa.
—Está bien, ya vuelvo.
Me sonrió y salió de mi habitación, o bueno, lo que quedaba de ella.
Terminé de acomodar alguna cajas en una esquina de mi habitación, para que se viera más ordenado, también.
Cuando terminé de hacer eso, me recosté en mi cama para descansar siquiera un rato, llevaba todo el día de aquí para allá, a excepción de la horas de comida.
Estaba cansada, agotada, quería darle un respiro a mi cuerpo y a mi mente. Desbloquee mi celular y puse una canción al azar. Me relaja escuchar música, me entiendo tan bien cuando la escucho.
Lastimosamente, sonó una canción que había descubierto gracias a Kaminari. Era nuestra canción.
[...]
Era verano, Kaminari me había invitado a la playa, con algunos de sus amigos. Estaba emocionada, podría pasar más tiempo con él y, tal vez hacer nuevos amigos.
Me vestí con una blusa rosa con estampado de flores, una falda jean y me ate mi cabello en un moño, dejando dos mechones de cabello sueltos.
Me encontré con Kaminari en la esquina acordada, llegué un poco tarde, pero él estaba ahí, con su hermosa sonrisa esperándome.
Nos saludamos y nos dimos una sonrisa. Nos tomamos las manos y nos fuimos, no sin antes que me alagara por la ropa que llevaba, según él, estaba muy guapa.
...
Sola, me sentía muy sola. Kaminari se fue con sus amigos y me dejó, no lo culpo, debe de ser más entretenido estar con ellos.
Me fui a caminar por la playa, viendo el mar, era hermoso. Encontré unas rocas, bastante grandes y, algo alejadas de dónde estábamos antes, me subí y me senté, abrace mis rodillas y escondí mi cara en ellas. ¿Por qué no soy lo suficientemente divertida? ¿Por qué no puedo ser como las demás? ¿Por qué... por qué tengo que ser así?
Sentí que alguien más se subió a la roca y me abrazó por atrás, voltee para ver quién era.
—Perdón por dejarte sola, Ocha.
—N-no hay problema.
—Ten —me extendió unos palitos de brocheta, con algunas frutas y, un pedazo de pollo— come un poco, están deliciosas y, todavía más porque yo las hice.
—Una pequeña risita se me escapó— ya veremos— y probé un bocado, la verdad si estaba deliciosa— Bahhh, debes de mejorar.
—Que mala que eres, Ocha —hizo un puchero, algo adorable— cuando termines, ¿Quieres bailar conmigo?
—¿Bailar?, b-bueno.
Después de algunos minutos bajamos de la roca, Kaminari colocó una canción, no sabía muy bien cual era, pero el ritmo me parecía conocido.
Dejó el celular sobre la roca, me tomo las manos y llevó una a su hombro, tomé su otra mano con fuerza y él me tomó de la cintura.
Después la reconocí, la canción era "soul sister". Escondí mi cara en su pecho, estaba muy feliz de tener este momento con él. Bailamos hasta que la canción terminó, pude tener un día feliz, después de todo.
[...]
—¡Malditacea, putos recuerdos!, ¡Malditas lágrimas!, ¡Maldita canción! —demasiado alterada para haberme relajado toda la mañana— ¿Por qué... por qué todo me recuerda a ti?
꒷꒦꒷꒷꒦꒦
¡Holaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!, perdón por desaparecerme, cuánto ¿medio año?, no sé, pero bueno. La cosa es que esto se terminó de escribir el 31 de marzo del 2021, no sé cuando lo estaré publicando. [Hoy mismo señorita -.-.
Me encantó, pero Soul sister es una de nuestras canciones, fuera Kaminari >:b, JKASHHSAJKSAHK Nico feo]
Siento que estoy escribiendo un DenkiOcha, en vez de un IzuOcha xdxd.
Lechuguita fuera :3
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top