Deseo sexual de una secta.

- Lían no creerás en estos momentos y aún no tengo fotografías o videos de lo que te digo, solo sé que no eres el amor de su vida

- ¡a qué te refieres!-gritaba llamando la atención con eso último de varios empleados.- es mi esposo qué es lo que estás diciendo esto no es un cuento de ciencia ficción. -hablaba Lían enfureciendose. -estoy, ¡harto de escucharte estoy!,¡harto de escuchar todo esto solo me tienes aquí para salvar tu dinero que de nada de servirá en tu muerte! - enfurecido de por sí Lían se dió la vuelta dispuesto a salir de ese confinamiento nuevo y empresarial para él, no sabía en ese momento si sus palabras últimas habían herido a Sebastián... Ya no importaba.

Sebastián tomó el ante brazo de Lían recibiendo una respuesta negativa.

- no me toques en ese lugar - se suelta del agarre y sale tronando la puerta.

- Lían.. - se dijo Sebastián para tener que volver por responsabilidad al trabajo dando la espalda.

Elías estaba tan cerca de quebrar a Sebastián ese día antes de la boda de Elías y Lían, el pobre y sucio Omega no tenía nisiquiera la idea de que con su "final feliz" arruinaría a una empresa dejándola en ruinas junto con su heredero. Ese día se sabía y temía de que Elías pudiera tener ese heredero que tanto favorecía el quitar acciones a Sebastián, ¿Qué relación tenían para hacer esto?, Sebastián nunca fue de fiar tal y como lo hace Lían con él, el primo lejano de Elías que ahora se reencontraban para no ser tan lejanos tenían una guerra de dos mundos por delante.

Y una guerra por un Omega.

Trofeo y sexo, solo un saco de semen era para Elías pero a la vez algo muy importante para él.

Amabilidad y ternura, un Omega preparado con debilidad hacia el amor era para Sebastián quien trataría de auxiliarlo sin respuesta y preocupación.

"Cómo pudiste traicionar nuestra amistad Sebastián" - se encontraba un Omega sollozando esa mañana acostado al lado de un hombre desconocido entre las cobijas, el chico tomó un cigarrillo y lo prendió, estaba solo emocionalmente.El cigarrillo le hizo  darse cuenta de que el humo hacia doler aún más su cabeza.

La ropa interior suelta por los lados de la cama y el aroma de el sexo aún conservaba, un desahogo que aún no conocía seguro su pasado amigo se encontraba en este momento estirando sus piernas encima de ese escritorio que era todo para él, seguro no creería lo que Lían había soltado con aquel extraño hombre seguro estaba contando números tratando de cortar la cabeza de Elías.

Eso creyó Lían cuando se levantó de la cama para darse una ducha no tan larga, se volvió a colocar la ropa y miró al hombre que esa noche había hecho algo más que invitarle unos tragos. Por algún motivo ese sexo desenfrenado tratando de sacar los mejores y más excitantes gemidos y texturas de un Omega le recordaba a Elías dando una imagen poco notoria de él en su mente. Solo por algun motivo..

- esto no puede ser - se dijo para sí mismo Lían cuando salió del desconocido departamento, esto era aún más frecuente el encontrarse en lugares desconocidos pero a la vez conocidos en Colombia, así como a personas conocidas que no deberían estar ahí..

Solo quería ir a un café expreso, y así lo hizo entrando a Starbucks

Pidió un café clásico para él, ahora, su mente proyectaba la imagen de aquel entonces.

Sebastián pidiendo un café para mí y hablar de mi esposo.

Sebastián saludandome la mañana de rocío, y por la tarde..

Sebastián eres un tonto - formuló una sonrisa al tener ese rostro lleno satisfacción por tener a Sebastián a su lado en su mente.

Al siguiente amanecer Lían se despertó temprano pagando la última noche en el hotel, se encaminó hacia ese Starbucks colombiano que tenía planeado dejar ese día.

- uno de moca, por favor - pidió Lían.

Miraba a todos lados cuando de repente se dió cuenta de una mirada conocida.. no pude ser, Sebastián estaba ahí pidiendo.. el café de siempre aquel día pasado que seguramente era su favorito.

Trató de convencerse de que aquel hombre fuera un desconocido con el rostro similar a Sebastián, pero se daba cuenta de que un desconocido no podía tener ese rostro tan perfecto... "¿¡Qué estoy viendo!?"..

Lían se levantó y caminó hacia la salida cuando alguien lo sujetó de su ante brazo, solo una persona lo sujetaba de esa manera.

- Qué quieres Sebastián - se dió vuelta para encontrarse con nada mas y nada menos... Que con Elías mirándole y Sebastián sosteniendo su ante brazo.

- así que aquí estabas, no puedo creer que hayas participado en esto - dijo Elías soltando el agarre de Sebastián a Lían, - gracias Sebastián ya no es necesario tocarlo, y tú... sabía que te irías después de que este bufón te hiciera enfadar... Irás en mi vuelo de las cuatro y nos olvidaremos de la empresa todo esto - exclamó al último mirando por final a Sebastián quien abrió sus ojos como platos.

- ¡¡Q-Qué!! ¡Era un trato,estúpido! - gritó llamando la atención de varios clientes.

- oh vamos vamos Sebastián deja de hacer un alboroto, enserio creíste que te perdonaría todos estos años espiandome a mis espaldas, quién pensaría que tú más que nadie sabe el secreto de la familia no lo has usado para conquistar a Lían - en un repentino golpe, - ¿No es así?, Oh.. eres de aquellos herederos que escasean de información..

-de qué habla Sebastián - preguntó el pequeño Lían.

- vendrás conmigo antes de que también armes un escándalo - toma a Lían de la "mano" y salen del restaurante, Lían aún forcejeaba.

- ¡¡Sebastián!! - trataba de safarse del agarre de Elías quien era mucho más fuerte, su corazón dictaba safarse y seguir en Colombia un rato más. Quería despedirse por lo menos de Sebastián apropiadamente..

- Lían - corría hacia él.

Pero de un momento a otro las cámaras de fotógrafos al tanto apuntaban hacia la escena, lo que hizo a Lían parar de forcejear siendo llevado a un auto con la mirada baja, y a Sebastián dejar de tratar de tomar su mano y convencer a Elías. Lo que menos necesitaban los dos en ese momento eran más problemas pero ahora con la prensa.

"No quería, no quería irme sin despedirme Sebastián lo prometo. Ahora, ¿yo soy quien traicionó nuestra amistad..?"

Todo fue un repentino golpe a un Omega que nisiquiera podía visitar Colombia, y un empresario desheredado por alguien lo suficientemente malo.

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