capítulo 11
Sebastián
Al día siguiente tenía ya el permiso de Elías para salir al exterior. La cremería que alguna vez hace nueve años estaba a la vuelta de la casa ahora era un salón de estética.
Todo ha cambiado, pero ahora solo quiero sonreír e imaginar que nada sucedió ahí dentro.
Caminé por la plaza central y todo estaba cambiado solo algunas cosas eran igual a antes de ser esclavo de mi esposo, aun recuerdo esa banca en la que le dije por primera vez.
<<No te vayas, y no me iré>>
Fue el día en el que queríamos cortar por problemas familiares que creí que nunca nos afectarían, éramos amantes aún y no íbamos a permitir que algo nos separara. Teníamos cortas edades y éramos felices. Por ese tiempo.... Hasta que todo comenzó.
Cuántos recuerdos en la plaza central, Elías me mostró como patinar sobre hielo y apesar de que él tampoco era un profesional nos mantuvimos de pie unos cinco minutos sin caer, lo amé pero fríamente me estoy dando cuenta de todo lo que me ha hecho, no quisiera quedarme en este mal sueño de nuevo.
- ¡Ah! - grité al tropezar contra alguien t rápidamente sentí como ese alguien me sujetaba antes de que cayera al suelo.
(Lectores: claro como si esas cosas pasaran)
- disculpa..¿estás bien?- preguntó un hombre con traje sujetandome antes de tocar el piso.
- eh... Yo.. ¡lo siento de verdad!ᕦ⊙෴⊙ᕤ - me ponía chinito de la piel.
- hey no te preocupes -me sonríe,- vaya... Y no te han volteado a ver así..
- ¿Eh? Qué.. - el hombre tocó mi rostro como si fuera tan delicado como un pétalo de flor. Un pétalo de rosa... Una rosa con muchas espinas cortadas por alguien.
- tienes golpes y rasguños - dijo ayudándome a incorporarme- ven te ayudaré - me tomo de la mano y caminamos un poco por la plaza en donde todos me miraban, parecía que me conocían o que conocían a este hombre.
Cuando creí que estábamos dando vueltas sin sentido alguno nos metimos a un Starbucks... Ese Starbucks al que me llevaba Elías.. el que quedaba justo al otro lado de la plaza..
Nos sentamos y yo estaba avergonzado, ¿por mis golpes he provocado esto acaso?.
- y qué quieres de tomar - el desconocido me sonrió.
- yo... No- me interrumpe.
- no, tranquilo es para ti .
Era la primera vez en mucho tiempo que alguien me invitaba algo...y no es que quiera aprovecharme pero mis labios están más secos que la arena del desierto.
- u-un café espumoso..- pedí con vergüenza.
- vaya que si tienes buenos gustos - sonrió y lo pidió.
- y como te llamas - preguntó él, a lo que yo no respondí. - yo me llamo Sebastián..
Sebastián... Un lindo nombre - pensé para mí.
- ¿no quieres hablar? -
negué con la cabeza.
- está bien - dijo él y sonrió.
Después de unos minutos de silencio mi café llegó y comencé a tomarlo con discreción pero sin dejar de verlo a ratos.
Sonríe - de dónde vienes muchacho.
No respondí.
-... Supongo que no quieres hablar ¿No?, Por esos rasguños y moretones.. tal vez no quieras contarlo.
Negué con la cabeza con el popote en la boca.
Tu nombre es muy lindo pero no preguntes eso por favor.... Por favor no lo hagas. - pensé de nuevo.
No quería que la primera persona que conocía en el exterior me hiciera sentir mal.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top