| XII |

TU SONRISA DE REGALIZ - CAPÍTULO XII

.

.

.

Disclaimer: Naruto y sus personajes no me pertenecen.

.

.

.


Pestañeé a mi reflejo en el escaparate de una tienda y acomodé mi flequillo con los dedos para, al final, mandar un resoplido directo a arruinar mi último trabajo. Ese día sentía que no me veía bien; y los días así eran los peores, me ponían de pésimo humor; y yo no soy de estar de mal humor.

—Hermana, se nos va a hacer tarde. ¿Puedes apresurarte? —Hanabi se encontraba a unos pasos delante de mí, con los brazos cruzados sobre sus crecientes pechos y con una conocida mirada de mal humor; ella si es dada a ese sentimiento. Me dediqué a ignorar su protesta, razón por la cual bufó más fuerte—. ¡No tiene sentido que te detengas a arreglar tu cabello cuando el viento lo desacomodará de nuevo mientras caminas!

Bueno, lo que decía tenía lógica.

Resignada, liberé un suspiro desde lo más profundo de mis pulmones y me giré sobre mis talones para alcanzar a la pequeña shrek que me esperaba a unos pasos.

Durante las vacacione de verano opté por una idea algo radical para mí: dejar crecer mi cabello.

Lo sé, parecía ridículo y hasta casi absurdo, pero para mí era toda una osadía; no estaba nada acostumbrada a cambios en mi cabello, por lo general mantenía el mismo peinado por años. Pero era hora de cambiar -según Ino- Así que, ¿por qué no?

Aun así, me moría de los nervios; a lo mejor nadie se daba cuenta, pero no podía evitar esa sensación casi maniática de sentir todas las miradas sobre mí aunque, ciertamente, no fuera así.

Sin embargo, y a pesar de todo lo anterior, debía admitir que me gustaba mi cabello largo, me daba un porte más elegante y menos aniñado; y enmarcaba perfectamente mi rostro sin hacerlo parecer una masa de mejillas sin forma. Porque, debo ser honesta, mis mejillas son regordetas; de esas que las tías y abuelas aman apretujar hasta dejarlas rojas.

Ya tengo diecisiete años -y en unos varios meses cumpliré los tan inminente dieciocho- por lo que, en lo que bien respecta a nuestros diferenciados cinco años de edad, Hanabi cumplirá trece; y todo eso se resume a que el ciclo primario terminó para ella y hoy mismo comienza la secundaria.

En cierto modo es bastante nostálgico pensar en el hecho de que ella comience esta etapa de su vida y yo la esté terminando.

Tengo sentimientos encontrados.

Como Hanabi cambió de edificio ahora caminamos juntas hasta la plaza central y en una esquina nuestros caminos se dividen: ella a la derecha y yo a la izquierda.

—¿Estás nerviosa? —interrogo antes de que se aleje de mí; apenas me mira y pone los ojos en blanco. Pequeña niñita descarada.

—Puedo manejarlo —resopla con su bien característico tono de no-le-temo-a-nada y se gira para marcharse.

Sólo puedo arquear una ceja mientras la veo irse y suspiro ante la patente: Hanabi-siempre-tiene-la-última-palabra con la que me veo lidiar a diario.

Como acordamos para conmemorar este último primer día de clases, diviso a Tenten e Ino esperándome en la esquina anterior a la escuela, así entrar juntas por primera-última vez. O algo así.

—¡Hinata! —Tenten corrió en mi dirección para darme un fuerte abrazo y yo se lo correspondí de la misma manera. Apenas y la vi en el verano, ella y su familia siempre aprovechaban las vacaciones para tomarse largo días y visitar a sus parientes repartidos por todo el país; Ino siempre le decía que parecían una caravana de gitanos, y como siempre aparece con mil y un regalos y recuerdos de cada recóndito lugar del que se le pudiera haber ocurrido a alguno de sus parientes elegir vivir, ella no lo niega—. ¡Wow, te ves increíble! —Sostuvo mis manos y me miró de arriba abajo con pestañeos relampagueantes.

—Te lo dije —Ino llegó detrás de ella cruzando sus brazos con ademán airoso, como un artista completamente orgulloso de su obra de arte...O un científico de su rata de laboratorio.

—Tú también, adoro esas trencitas.

—Oh, ¿esto? —La castaña se las tocó vagamente y sonrió apenada—. Quería cambiar un poco, pero sí quedan bien.

—También te lo dije —Ino asintió resuelta a nuestro lado y ambas le dedicamos una mirada.

—¿Qué sería de nosotras sin ti, Ino?

—Esa idea me atormenta todas las noches —respondió con una seriedad marca Ino; es decir: ni realmente seria ni rayando el sarcasmo o la burla concretamente. Decidió explayar su comentario en el momento en que nuestros pies comenzaron a avanzar—. Estoy segura que Hinata viviría en una burbuja donde aún existen los unicornios y los descuentos a más del cincuenta por ciento —la miré con una ceja arqueada pero ella se giró hacia Tenten—; Y Tenten todavía no sabría la diferencia entre base y maquillaje.

—Wow, tienes razón, mi vida no ha sido la misma desde entonces —Ino ignoró por completo el tono sarcástico y cerró sus ojos complacida.

—Lo sé, chicas, lo sé.

En el preciso y justo momento en que cruzamos el umbral de la puerta principal de la escuela, el corazón se me subió a la garganta y muchas, muchas sensaciones lo sobrecogieron; como un montón de ositos cariñositos estrechándolo en interminables abrazos. Excepto Gruñosito, él no le da abrazos a nadie.

De no ser por la inercia que me producían Ino y Tenten al seguir caminando estoy segura de que me quedaría parada como una idiota en la entrada. Soy incorregible.

Nuestro primer objetivo era claro: La pizarra de informes, la cual, contenía los salones asignados para este año. Recuerdo que, a finales del año pasado, la profesora Kurenai de humanidades, como trabajo extracurricular, nos hizo escribir un deseo para este último año de preparatoria, y definitivamente el mío era poder estar nuevamente con Tenten e Ino en el salón porque, ¿qué más daba todo lo que ocurriera mientras las tuviera a mi lado? Las tres nos pusimos de acuerdo para poner lo mismo, creyendo que así el deseo se haría más fuerte y la suerte más alcanzable. Y aunque Naruto y Kiba insistieron insoportablemente en que se los reveláramos el mutismo se mantuvo hasta ahora, el momento de la verdad.

Tenten se adentró en el tumulto como la delegada –y desafortunada- a cargo de ver los resultados.

Con Ino tomando de mi mano fuertemente vimos como el cuerpo de Tenten se adentraba en la horda de adolecentes inquietos y desaparecía entre medio de ellos. Fuero segundos tormentosos, donde podía sentir como cada nuevo latido de mi corazón golpeaba mi pecho con más fuerza que el anterior y el ruido de la saliva recorriendo mi garganta tapaba mis oídos. Ino apretó mi mano más fuerte y yo contuve la respiración. Fue ella quien dejó de respirar cuando el cuerpo de Tenten comenzó a emerger de la masa de estudiantes. Un sonido poco femenino gutural se nos escapó al tragar saliva duramente al mismo tiempo. Tenten se nos acercó y, sólo cuando estuvo a un paso de nosotras, se le ocurrió sonreír.

Estaba sonriendo.

Abrí mis ojos y elevé mis cejas expectantes, sólo para gritar de emoción cuando ella pronunció las palabras:

—Tercero A, ¡estamos juntas!

¡Ja! ¿Quién dice que los deseos no se vuelven realidad?

En el momento en que nos dirigimos a nuestro salón las tres concordamos en que toda moneda tiene dos caras, y la otra cara de la nuestra era lo ridículamente lejos que se encontraba nuestro salón con respecto a los otros. ¡Estaba oculto en lo más recóndito de la escuela! Para ir al baño teníamos que bajar al segundo piso y ni hablar de la cafetería. Bueno, era un mal menor, al menos estábamos juntas y...

—¿Es mi imaginación o varios chicos te están mirando, Hina?

—¿Eh? —mire a mi alrededor pero no noté nada extraño—. Estoy segura de que fue tu imaginación, Ino.

—Hmm...Bueno, no sería nada extraño, te ves increíble. En realidad, ¡nos vemos increíbles! Así que prepárate amiga, porque este año tus labios dejarán de ser vírgenes.

Me giré bruscamente a Ino con horror plasmado en mi rostro y estoy segura que muy muy rojo. Dios, ¿es que tiene que hablar tan fuerte?

—¡I-ino, no...!

—¡Mira, son los chicos!

La emoción en la voz de Ino era tan palpable como el golpeteo acelerado en el que se vio sumergido mi corazón cuando miré dentro del salón y allí estaba él.

Sentado sobre un banco Naruto charlaba animosamente con Kiba y Shikamaru. No sé si era el resplandor del sol que entraba por la ventana y lo bañaba por completo o sólo su aura lo que lo hacía tan resplandeciente. Bueno, a mis ojos, Naruto siempre era resplandeciente.

El corazón se me desbocaba de sólo mirarlo y, cuando pareció percatarse de mi persistente presencia, sus ojos se fijaron en los míos, y estoy segura de que en ese momento deje de respirar.

Estaba diferente, no era el mismo Naruto con el que había acabado el anterior año escolar, al menos no físicamente. Tenía el cabello más corto y eso era notoriamente evidente porque así lograba que los varoniles rasgos de su rostro se acentúen más; desde sus pómulos altos hasta su fuerte y cuadrada barbilla y ni hablar de sus amplios hombros que se curvaban debajo de su cuello. Se veía mucho más maduro, pero, cuando la línea de sus labios se elevó suavemente hacia el cielo en su radiante y jovial sonrisa, supe que seguía siendo el mismo Naruto. El mismo de los ocho, el mismo del año pasado.

Casi como un reflejo mí labios se vieron curvados en su dirección, al mismo tiempo en que mis pulmones recuperaban todo el aire perdido y mientras sentía mis mejilla colorearse tenuemente.

El brillo en los ojos de Naruto, aún sobre mí, me lo decía todo: Este sería un buen año.

—Bueeno, ya he reunido la suficiente información —Ino se sentó pesadamente junto a mí en la mesa de la cafetería y con Tenten la miramos sin entender.

—¿Dónde te habías metido? Estamos aquí desde hace quince minutos.

—Sólo recolectaba información, ya saben, lo de siempre —mientras hacía un ademán con su mano sacó un almuerzo bastante curioso: Papas fritas con ensalada. Interesante—. Hay que estar al tanto de lo que sucede aquí sino, ¿para qué venir?

—Quieres decir —Tenten activo su traductor de Ino—, qué ya te sabes todos los cotilleos y las tendencias entre estudiantes de este nuevo año, ¿no?

Ino estiró su mano con el tenedor hasta casi rozar una papa con la nariz de Tenten.

—Bingo.

—¿Algo interesante? —murmuré sin mucho interés, estaba más ocupada intentando abrir un paquete frituras sin terminar haciéndolas volar. Absurdamente olvidé mi almuerzo, así que tuve que rebuscar en los lugares más inhóspitos de mi mochila y, con algo de financiamiento de Tenten, fue lo único que alcancé a comprar.

—Oh ya sabes, lo típico —comenzó en tono desprendido—: Chicos nuevos, parejas conocidas, uno que otro cotilleo jugoso de las vacaciones, Hinata popular, rupturas...

—Wow, wow, wow, espera. ¿Qué dijiste antes? —Miré a Tenten casi abalanzarse sobre la mesa para llegar a Ino y eso me hizo mirarla con curiosidad.

Mi amiga sonrió espeluznante.

—Oh, ¿te refieres a que Hinata ahora es llamativa entre los chicos? Pues sí eso es bastante curioso.

—¡¿Qué?!

—Wow, este sí que será un año interesante.

—¿No se los dije? —canturreo emocionada.

—¿Yo? —tuve que repetir, totalmente incrédula.

—Claro que tú, tonta. Aunque no eres popular, popular, pero si subiste de categoría.

Miré su sonrisa casi inocente y sólo pude boquear como un pez.

—No sé exactamente como sentirme respecto a eso...

—En realidad no tienes que hacer nada, sólo ser tú —Ino dejó unas cuantas papas en mi planto y casi lloro de agradecimiento—. Del lado de las chicas Naruto sigue siendo muy popular, y este año parece que mucho más. Así que cuida a tu hombre, Hina.

—No es mi...hombre —hice una mueca.

—Tiene sentido que dé más de que hablar este año, ahora que está soltero muchas chicas estarán revoloteando a su alrededor.

El lógico comentario de Tenten me estrujó el pecho, haciendo que casi me ahogara con la papa que en ese momento descendía por mi faringe. Rayos, era cierto. Sí yo misma fui consciente de lo tremendamente atractivo que se veía Naruto este año estoy muy, muy segura de que no fui la única, y ahora que Sakura y él terminaron todas las chicas de esta escuela tienen las misma posibilidades que yo en tener algo con él...Wow, creo que es la primera vez que mi mente plantea esa idea en mi cabeza; de algo con él.

Dios, Hinata, ¿qué vas a hacer?

Aún sigo desdevanándome los sesos con esos pensamientos durante la clase de historia –la última del día- mientras mi mirada fusila la nuca de Naruto que se encuentra dos bancos delante de mí y uno a la izquierda. Para colmo, está junto a la ventana, donde los rayos del sol no dejan de iluminarlo cada vez más. Pareciera que se burlan de mí recordándome que me es inalcanzable.

Sé muy bien que Naruto me considera una amiga, y no sé si eso es ciertamente una ventaja con respecto a las demás chicas o mi propia arma de fusilamiento. ¿Cómo lograr acercarte a un chico con la intención de algo más que una amistad pero sin quedar tan expuesta? Dios, ¿pido mucho? ¿En verdad me estoy planteando tener algo con Naruto? ¿Yo? No puedo creer que este teniendo esta oleada de pensamientos.

Mi vida antes era una pulcra y ordenada torre de jenga, con cada pieza en su lugar y del mismo exacto tamaño; hasta que Naruto llegó y comenzó a alterarla. Pero, tengo que admitir, que así se volvió mucho más emocionante y divertida.

Suspiré, lo bastante bajo para que el maestro no me escuchara. Me pregunto si Naruto sabrá que es popular, siempre se ve tan relajado y alegre, ¿cómo tomará esas cosas? De seguro mucho mejor que yo. Ino me dice que soy popular, pero yo me siento bastante...normal.

Cuando el timbre final sonó me encaminé directamente a mi casillero, me llevaría los libros que necesitaba porque el nuevo y último año también significan más responsabilidades, y prepararme para la universidad. Seguiré en el equipo de porristas, pero trataré de no cargarme con obligaciones que me distraigan de mi objetivo principal, claramente no descuidar mis estudios.

—Hinata Hyuga, ¿no? —Miré de soslayo para encontrarme un muchacho alto de cabello blanco y ojos azules que parecían centellar. Se paraba erguido y con una sonrisa suave en el rostro y tenía el uniforme tan bien puesto y el cabello tan perfectamente arreglado que me daban ganas de estirar mi mano y revolvérselo un poco, sólo para acabar con tanta perfección.

—Eh, sí... —cerré mi casillero y me giré completamente hacia él.

—Ah, soy Toneri Otsutsuki, es un placer conocerte —Míster elegancia estiró su mano en mi dirección y tardé un segundo completo en comprender que tenía que estrechársela. Qué envidia, tenía la mano más suave que yo, le hubiese preguntado que crema usaba pero parecería desubicada.

—El placer es todo mío Toneri —mi perfecta oratoria y sonrisa harían llorar de orgullo a mi madre—. ¿Necesitabas algo de mí?

—Así es, justamente te estaba buscando. Soy el presidente de la sociedad de alumnos, desde hace dos años—carraspeó eso último, y yo me sentí bastante impresionada de no haberlo sabido todo este tiempo. Lo lamento Toneri—. Solíamos cruzarnos en las juntas del comité.

Sonreí apenada.

—Oh, ¿en serio? Bueno yo...soy muy distraída.

Estoy segura de que lo herí de alguna forma o en algún lado; ¡pero no es mi culpa! en realidad sí soy muy distraída; lo único que tenía en la mente durante esas reuniones eran las ganas de irme.

Aún por el pequeño desliz el rostro de Toneri permaneció imperturbable, pero estoy segura que vi un brillo de decepción cruzar fugazmente por sus ojos. Rayos, ahora me siento peor.

—No te preocupes, son nimiedades —De nuevo carraspeó y sus hombros se volvieron más rígidos y erguidos de lo que ya estaban—. Como soy consciente de tu gran desempeño en las actividades del comité quería pedirte personalmente si te gustaría participar este año como mi vicepresidenta.

—Wow, ¿yo vicepresidenta? —¿Si quiera existe ese puesto para el comité? —. ¿Qué ocurrió con el anterior vicepresidente?

—Se cambió de escuela.

—Oh...

Sólo eso podía decir, la verdad me sentía muy honrada de que el mismísimo presidente de la junta estudiantil me pidiese ser su segunda mano; pero yo no podía hacerlo, hacía cinco minutos me había decidido a no cargarme con más actividades, incluso había decidido no presentarme para el puesto de delegada del curso. No podía aceptar este puesto, tenía que rechazar la oferta de Toneri por muy difícil que sea para mi decir que no.

—Bueno, verás Toneri...Me halagas pero, yo no puedo aceptarlo es que...

—Hinata sé de primera mano tu increíble desempeño en actividades de este calibre, estoy seguro de que no encontraré a otra persona capaz de llenar este puesto tanto como tú —rayos, es más difícil cuando se ponen insistentes.

—Es que yo... —inconscientemente di un paso atrás y Toneri lo siguió.

—En serio me encantaría trabajar contigo...—su voz sonó más grabe y mi ojos se abrieron de la sorpresa ante la inminente cercanía que había tomado de mí sin que me diera cuenta; no es que estaba sobre mí, pero sí más de lo estrictamente necesario.

Mi garganta se cerró y ni siquiera podía boquear. Estaba segura de que esto ya no era una simple invitación a participar del comité y yo jamás tuve tanta experiencia con chicos como para saber de qué manera actuar en estas situaciones. Toneri no era feo pero...

—Y-yo...

—¡Eh, Hinata!

Tanto mis pupilas como las de Míster Perfecto se giraron con brusquedad hacía el chico que repentinamente apareció a mi lado sonriendo abiertamente.

—Naruto...

—¿Todo en orden? —me miró— ¿Quién es chico? —fui consciente de cómo sus ojos escanearon de arriba abajo el cuerpo de Toneri pero sin perturbar la amplia sonrisa que tenía estampada. Toneri dio un paso atrás dejándome respirar pero al mismo tiempo sintiéndome sofocada por la presencia de Naruto a mi lado.

—Es Toneri Otsutsuki el presidente de la sociedad de alumno y me pidió que...

—Quería que Hinata participe del comité como vicepresidenta, ¿no es increíble? —Me miró significativamente y yo sólo pude fruncir mis labios, ahora estaba segura de que ese no era el único motivo de su acercamiento hacía mí. ¿Pero que podía decir? Incluso más con Naruto ahí. Estaba segura que no quería ser la vicepresidenta del comité pero...

—Lo siento, pero Hinata no puede —me volví a girar hacia Naruto con una ceja arqueada mientras él seguía sonriendo en dirección a Toneri—, es que tiene muchas cosas que hacer con el equipo de porristas y todo esto de ser la superheroína de la escuela...Es trabajoso, ¿verdad, Hinata?

Sus intensos faros azules cayeron sobre los míos como bengalas en medio una oscura noche a mitad del océano, tuve que tragar saliva para obligarme a respirar y deslicé mi mirada hacia la de Toneri qué parecía seguir tan imperturbable como siempre, pero vislumbré su tono demandante cuando habló.

—¿Hinata?

—Eh...si yo...Lo siento, Toneri.

Hice una mueca de disculpa y él sólo pudo asentir de manera imperceptible.

Cuando supuse que él era el que se iba a marchar, sentí los dedos de Naruto rodear mi brazo con suavidad y tirar de mi hacia la salida.

—Fue un gusto conocerte Toneri, pero nos tenemos que ir. Di adiós Hinata.

Bastante aturdida levanté mi mano para despedirme pero en ese preciso momento las puertas de la escuela se cerraron frente a mí sin que pudiera alcanzar si quiera a realizar el gesto. Me volví para mirar a Naruto y él seguía ahí, con ambas manos en los bolsillos y sonriendo satisfecho.

Dio media vuelta y comenzó a caminar, no sin antes hacerme un gesto para que lo sugiera. Acomodando mejor mi mochila en mi hombro alcancé su paso.

—¿Qué fue eso? —Ni siquiera me miró, parecía estar totalmente interesado en las copas de los arboles a nuestro alrededor. Cuando deduje que no iba a obtener ninguna palabra de su boca enfoqué mi vista hacía el frente, agradeciendo en silencio su ayuda de hace un momento, aunque eso no le quite lo extraño.

Luego de varios minutos de silencio decidió hablar.

—¿Qué escribiste esa vez, en el papel que nos entregó la profesora Kurenai, como deseo para este año? —parpadeé en su dirección pero él seguía sin mirarme, por lo que sólo me limité a responder.

—Eh...Junto con las chicas deseamos estar en el mismo salón —sonreí para mí al recordar esa victoria, él apenas hizo un sonido desde las paredes de su garganta, asintiendo a mis palabras. Lo miré sin entender y frunciendo mis labios decidí preguntar por él, si es que su idea de conversación era unidireccional—. ¿Y tú?

Su rostro giró en mi dirección por fin, permitiéndome apreciar sus centellantes brillos azules y los hoyuelos que se le remarcaron al sonreí zorrunamente. Ahora que puedo apreciarlo de más cerca tengo un mejor detalle de sus hombros, anchos y firmes debajo de su camiseta; su mandíbula se dibujaba con una línea gruesa que se suavizaban sobre los pómulos y alrededor de su características marcas en forma de bigotes; y su cabello corto lo hacía ver increíblemente más brillante y permitía una mejor visión de su preciosos ojos.

Al momento en que escuché el ronroneo gutural de su risa tuve que salir de mi contemplación.

—Lo mío no fue un deseo... fue más bien un propósito, un objetivo.

—¿Ah sí? ¿Y cuál es?

Crucé mis brazos detrás de mí espada y me incliné sonriente hacía él, queriendo transmitir con todas mis fuerzas la imperiosa curiosidad que me daba saber cuál era su objetivo.

Sus ojos se inclinaron a los míos, y cuando el pasar de los segundo comenzó a aumentar la intensidad de su mirada tuve que tragarme el nudo en mi garganta que no sabía que se estaba formando.

Una lenta sonrisa surcó la línea de sus finos labios, mandándome un escalofrío que hizo vibrar todas mis terminaciones.

—No te lo diré.

Parpadeé por su respuesta y me erguí.

—¿Por qué no? —protesté.

—Tú no me dijiste el tuyo en su momento —me sacó la lengua y se giró de nuevo con la vista en el camino.

—¡Oh, Naruto!

Y volver a reír con Naruto en el camino de regreso de la escuela se sintió como volver a respirar oxígeno puro después de mucho tiempo.

¿Un objetivo para este año que no me quiera decir? Me pregunto cual será...


.

.

.


¡Hola gente!

Lamento el retraso, pero, yo en realidad sabía que me iba a retrasar porque tuve que preparar un final durante las vacaciones de invierno así que no, no lo lamento nada en realidad(? xD

Al menos me fue bien :D

Ok, sinceramente sigo amando más el capítulo anterior que este, peeeero ustedes son los encargados de darme el pulgar arriba o abajo en lo que a si les gustó el capítulo se refiere...

Lector: Pero Virgi, ¿cuándo Naruto dejará de hacerse el misterioso? D:

Virgi: No lo sé lector, no lo sé...eso no me deja dormir en las noches...

Pero es que eso es algo que me gusta de escribir en primera persona, ¡no tenés idea de que pasa por la mente de los otros personajes! xD

Aunque yo sinceramente amo escribir en tercera pero bueeh, no viene al caso.

Entoncesss... ¿Qué les pareció? ¿Se merece un review aunque sea por lástima? :'D Jeje

Sé que dije que le quedaba un año más a segundo y después venía tercero, pero lo pensé mejor y el capítulo anterior quedaba perfecto para cierre de segundo...además de que no se me ocurría otra cosa para escribir :c

¡Gracias por los comentarios y votos!

Se los quiere.

¡Bye, bye!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top