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TU SONRISA DE REGALIZ - CAPÍTULO X

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Disclaimer: Naruto y sus personajes no me pertenecen.

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—¿Qué te parece este?

Ino se giró y me enseñó el libro que tenía en sus manos: El valle del terror de Arthur Conan Doyle.

—Ino, ¿si quiera has leído el anterior?... ¿O el primero?

—Leí unas páginas en una feria de libros usados —lo abrió sonriente y comenzó a ojearlo—. Aunque, no recuerdo de cual.

Suspiré agotada. Buscar con Ino libros clásicos para hacer una reseña para la clase de literatura era un total calvario. Al menos Tenten estaba ahí para ayudarme a calmarla...aunque no la veía desde que pasamos por la sección de Deportes.

—Ino, no puedes hacer la reseña de la última novela de Sherlock Holmes si no has leído las anteriores.

—¡Pero es un detective, Hina! Algo parecido a un periodista.

—¡N-no tienen nada de parecido!

Ambas nos cohibimos cuando, detrás nuestra, escuchamos el "Shh" de la bibliotecaria, que nos dedicaba una mirada desaprobatoria. Curvé ambas cejas a modo de disculpa y me volví a Ino que continuaba ojeando entusiasmada la novela.

—Los detectives resuelven casos, los periodistas sólo cuentan lo que pasó.

—Los periodistas tienen el deber de descubrir la verdad —frunció sus cejas junto con sus labios y extendió el libro en mi dirección, tocándome la punta de la nariz con él.

—No pretendo desmerecer el trabajo de los periodistas, pero no crees que estaría mejor si elijes un libro más... ¿Sencillo?

—¿Cómo cuál? —bufó exasperada girándose para continuar caminando por los pasillos de aquella enorme biblioteca pública.

—No lo sé, cómo...—con un dedo en mi barbilla ojeé las muchas hileras de libros delante de mí. Varios los había leído, sería sencillo tomar uno de ellos y usarlo para el trabajo, incluso tenía copias en casa, no habría sido necesario siquiera ir allí, pero Ino insistió mucho para que la ayude a buscar el suyo.

Mi dedo indicé, que se paseaba por los lomos de todos los volúmenes allí habidos, se detuvo ante uno de mis favoritos, un clásico de la primaria que me robó una sonrisa. Lo tomé y miré la portada con añoranza. Ino estiró su cuello y la ojeó sobre mi hombro.

El principito...—leyó casi en un susurro—. ¿No es para niños?

—Es una obra de arte —repuse abriéndolo para que pudiera ver las ilustraciones en su interior—. Lo leí en tercer grado, fue el primero que leí, y me gustó tanto que cada noche leía un fragmento y dormía abrazada a él para que, al despertar, pudiera leer otro —pasé con delicadeza las yemas de mis dedos por una de las ilustraciones.

—Es un cliché —gire mi rostro para mirarla con una ceja enarcada—. Todo el mundo leyó El principito, todo el mundo lo ama.

—Pues mi amor es real —repuse con un mohín de indignación abrazando el libro a mi pecho—, no simple moda. Es más, usaré este para mi reseña.

Ella se encogió de hombros y continuó su búsqueda.

Estuvimos en la biblioteca casi por dos horas ya que ambas eran demasiado indecisas. Logré hacer que Tenten no eligiera la biografía de algún luchador famoso que me nombró y en lugar de eso la hice llevarse Grandes esperanzas de Charles Dickens y a Ino la novela periodística de Truman Capote: A sangre fría. Estuve a punto de cambiar mi elección, considerando que ellas llevaban grandes relatos, pero al último instante me resistí, considerando que podía sacar conclusiones muy profundas y sin final de esa obra. Y eso era lo más entretenido.

En el tiempo en que estuvimos allí pudimos ver a varios chicos de nuestra escuela, ya sean compañeros de salón o de otros segundos. Al parecer, el profesor Kakashi no se molestó en asignarnos trabajos diferentes.

Ino quiso coquetear con el chico de la mesa de entrada pero fracasó rotundamente porque, al parecer, el chico o no entendió su mensaje o la ignoró demasiado bien, sólo se decido a sonreírle con amabilidad y responder de manera corta. Con Tenten estábamos intentando aguantarnos la risa detrás de ella y casi se me escapa una carcajada cuando, mirando hacia la puerta, veo a Naruto ingresar junto con Sakura.

No pude evitar no apartar mi mirada de ellos. Se veían tan casuales, tan bien juntos, como si el que fuesen pareja sea lo más lógico del mundo.

Cuando los ojos de Naruto se toparon con los míos me sentí cohibida al darme cuenta de que me descubrió mirándolos, pero no aparté mi mirada. No creo que fuera por valentía, ya que me moría de los nervios, pero si me giraba sería aún más humillante.

Le sostuve la mirada todo el tiempo que él lo hizo con la mía, sus expresivos ojos azules extrañamente no me decían nada; no sonrió, no hizo una mueca ni ningún gesto. Fue una milésima de segundo, pero la sentí eterna.

Cuando arrancó su mirada de la mía pasó de manera despreocupada un brazo alrededor de los hombros de Sakura. Ella ni se inmutó, como si fuera lo más malditamente natural de la vida.

Continuaron caminando de manera tranquila hacia el interior de la biblioteca, para ese punto ya no me atrevía a mirarlos.

¿Estaría enfadado conmigo?

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—Hina, deberíamos conseguirte una cita —Ino pasó dos papas fritas por el kétchup y luego las volvió a pasar por la mayonesa antes de llevárselas a la boca.

Enarqué una ceja en su dirección al mismo tiempo que tragaba de mi hamburguesa doble con queso y cebolla.

—¿Para qué?

Luego de la biblioteca pasamos por el McDonald más cercano inmediatamente después de ver la promoción de la oferta del día en un cartel. Tengo que admitir que me sentí usada y víctima de los medios publicitarios que utilizan las empresas monopolistas para vender sus productos. Me reprendía a mí misma con cada mordida de mi deliciosa hamburguesa al cincuenta por ciento de descuento.

—¿Cómo qué para qué? ¡Necesitas un novio! —repitió el mismo proceso con otras dos papas fritas y volvió a hablar—. No puedes estar llorando por Naruto toda la vida.

Me atraganté con mi soda al escuchar sus palabras y me golpeé el pecho al mismo tiempo que Tenten palmeaba mi espalda mientras tosía.

—¡Ino! —reprendimos ambas al mismo tiempo.

—¡No me mires así! —Me amenazó con una papa, creo que aún ni ha tocado su hamburguesa—. Te vi en la biblioteca, nos quieres hacer creer que ya lo superaste, pero es claro que no es así.

Fruncí mis labios. Tenía que aprender a dejar de ser tan expresiva, así mis mentiras no se delatarían tan fácilmente.

—¿Naruto estaba en la biblioteca?

—¿No lo viste, Tenten? —ella negó con la cabeza e Ino prosiguió a acomodarse mejor en su lugar, como si estuviera preparándose para decir algo muy importante—. Naruto entró, como con toda la presencia que él impone, junto con Sakura —Tenten abrió su boca en un óvalo perfecto de incredulidad y eso encendió aún más su llama periodística –como le dice ella; chismosa como le digo yo-, mientras yo intentaba distraerme con las pocas papas que aún me quedaban—, ¡sí, con Sakura! Cuando entró apenas nos miró y abrazó a Sakura instantáneamente. No lo sé, Hina, para mi actúa raro.

Me llevé una mano a la cara e intenté pensar de la forma más racional posible. De lo que menos tenía ganas ahora era de hablar de Naruto.

—No pasa nada con Naruto —aclaré en un suspiro—. Sólo fue a la biblioteca con su novia para hacer un trabajo.

—Aunque sí es raro verlos juntos —Tenten enarcó una de sus cejas—, casi nunca se los ve así en la escuela.

—Es verdad —asintió ferviente Ino— ¿Crees que tengan problemas?

—Podemos...dejar de inmiscuir en la vida sentimental de Naruto, por favor —Mis nervios se estaban despuntando, si Naruto seguía colándose a mi mente cada que quisiera acabaría por tener una crisis. Ya demasiado me generó su extraña actitud de hoy. ¿Estaría molesto conmigo? ¿Actué de manera muy brusca con él la última vez? ¿Pero qué quería que hiciera? Tenía que dejarlo expuesto ante mi corazón, no podía seguir así. Aunque sé que él no tiene la culpa y es ajeno a todo este lío que yo misma permito que se genere en mi cabeza.

Naruto y Sakura eran la pareja perfecta, se nota que se quieren y el grado de cercanía entre ellos es algo que no me debe importar en lo más mínimo.

Rayos, no sé porque los adolescente tenemos esta vena tan dramática...

Ambas parecieron percatarse de la lucha interna que me acongojaba porque de manera fugaz sus expresiones se ablandaron y volvieron a mostrar gestos risueños. Amaba que pudieran ser capaces de entenderme y dejar a un lado temas que no tenía intenciones de tocar.

—¡Pero volviendo al tema principal, Hina! Necesitas un novio.

O, quizás, no son tan capaces como me gustaría.

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—¿Entonces no puedes?

Acomodé mi mochila en mis hombros y miré a Matsuri –una miembro del comité de deportes del centro estudiantil- con una sonrisa triste.

—No, lo siento. Debo ir a buscar a mi hermana a su escuela y luego de eso saldremos de compras. Estoy segura de que no me desocuparé hasta tarde.

—Oh, está bien no te preocupes. Pero, ¿aún sigue en pie tu participación en la reunión el próximo viernes?

—Por supuesto, ahí estaré. ¿Alguien más debe venir conmigo?

—Si quieres otra miembro del equipo de porristas.

—De acuerdo, entonces nos vemos allí. Adiós.

Apenas salí del salón mi celular vibró y puse los ojos en blanco al ver el nombre de Hanabi en el remitente. Preguntaba cuánto me faltaba, y ya me la imaginaba parada frente a la entrada de su escuela, con una sola correa de su mochila colgada, los brazos cruzados y sacudiendo la pierna de manera ansiosa mientras sus castañas cejas se fruncían hasta casi juntarse.

Rápidamente le conteste que estaba saliendo.

Se acercaba el cumpleaños de mamá, y decidimos esta vez comprar un regalo entre las dos. Más bien, fue su idea. Se gastó todo su dinero en una nueva funda para su teléfono, de esas que tenían agua de colores atrás y figuras. En mi opinión, un completo desperdicio, sobre todo por la cantidad de dinero que tuvo que invertir.

Yo siempre fui buena para ahorrar: aparto una parte del dinero que me dan todos los meses y lo guardo en una cajita de madera que me regalaron cuando cumplí diez para guardar mis cosas; era blanca y estaba llena de florecillas de porcelana fría de un color rosa bebé. Está guardada en la gaveta con llave de la mesa de noche junto a mi cama desde que Hanabi me la descubrió y comenzó a faltarme dinero.

Entre las dos habíamos pensado comprarle algún collar de plata o, sino, una caja musical con montones de pequeñas gavetas, forrada con papeles crepe de distintos diseños florales, con una mariposa en una flor dentro, bailando al compás de la música y rodeada de un terciopelo color uva. La vi en una tienda de antigüedades en el centro y me enamoré por completo, sólo espero que a Hanabi también le guste.

Estaba por llegar al final del pasillo que me llevaba a la puerta de salida cuando otro mensaje de Hanabi me llegó, diciéndome que me apresure.

Mientras tomaba mi celular con las dos manos para contestarle, el sonido de unas voces llegó a mis oídos. En su mayoría sonaban como susurros pero por instantes se intensificaban, apenas tuve tiempo para prestarle mayor atención cuando giré por el pasillo hacia la entrada al mismo tiempo que terminaba de enviarle el mensaje a Hanabi y levanté mi rostro de la pantalla; La extraña imagen de Naruto y Sakura enfrentados en lo que parecía ser, extrañamente, una discusión, me abordó justo frente a la puerta.

No pude evitar mi expresión de sorpresa y, cuando se percataron de mi presencia, inmediatamente se detuvieron con una mirada incómoda, al menos hasta donde pude alcanzar a ver, porque, de la manera más veloz que pude, incliné mi rostro y continué mi camino hasta la salida, que solamente se había visto interrumpido por medio segundo.

Mientras caminaba veloz por las calles, alejándome del edificio, mi corazón latía más rápido de lo usual de lo incomoda e inoportuna que fue la situación.

¿Por qué estarían discutiendo?

Me di un golpe mental, ¡eso no debía importarme! Eran sus problemas, no debo entrometerme entre ellos. Ya me estoy pareciendo cada vez más a Ino.

Pero, ¿tal vez ella tendría razón y sí tienen problemas?

Agradecí no sentirme alegre ante la idea de que ese fuera el caso, más allá de los sentimientos que tenga por Naruto el que ambos estén pasando por esa situación debe ser muy difícil y dolorosa.

Sólo espero que, sea lo que sea, puedan solucionarlo...

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Chan, chan, ¡chaaan!
Capítulo corto, medio vago y con un intento de darle intensidad al final :v ¡Pero siempre son necesarios! xD

El que viene será aún más interesante, o al menos esa es la idea...je.

A segundo año le quedan dos caps, y de ahí se viene el tan esperado tercero... ¿Qué ocurrirá?...

Muchiisimas gracias por sus comentarios, me alegran mucho y me motivan :3 Espero y también hayan disfrutado aunque sea alguito de este cap xD Espero sus comentarios ya sean de amor como amenazas(?

Nos vemos en el próximo capítulo :D

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