|VII|

Disculpen cualquier error o falta de coherencia; no tuve ganas de volver a leer para revisar, je.

.

.

.

Diclaimer: Naruto y sus personajes no me pertenecen. 

.

.


Yo soy una friolenta empedernida, no tengo remedio. Por eso amaba en verano poder usar short, faldas, y blusas ligeras sin temer a tiritar de frío.

Pero caminar totalmente empapada por el parque, cuando estaba bajando el sol, provocaba irremediablemente que esos escalofríos invadieran mi cuerpo.

De manera inútil envolvía mi cuerpo con mis propios brazos, el frio se me calaba hasta los huesos...Aunque, quizás, exageraba un poco.

—Bueno, pudo haber sido peor —Junto a mí, Naruto caminaba con cautela, como si se quisiera disculpar con cada avance. Me miraba apenado y trataba de sonreír para hacerme sentí mejor.

Si no hubiese sido porque yo accedí a esto le echaría toda la culpa.

Pero no. Como siempre, mi incapacidad a decir «No», me hacía meterme en problemas...eso y que sea Naruto.

Todo esto comenzó, tan sólo, hace un par de horas...

.

.

.

Kiba tenía un perro. GIGANTE. Así, en mayúsculas. Akamaru era su nombre, y él lo amaba como si fuese su otra mitad. Literalmente; compartían su comida, se bañaban juntos y dormían juntos. El único momento del día en que no estaban pegados era durante la escuela. Y esto sólo a partir de segundo de secundaria, porque Akamaru creció y Kiba ya no podía filtrarlo entre su uniforme.

Aunque aquello no impedía que Kiba oliera a perro todo el tiempo. Ino era la primera en demostrar su aberración; tapándose la nariz y pronunciando con voz nasal:

—Apestas a perro sucio.

De ahí su insultante apodo que con el tiempo se transformó en un apelativo casi cariñoso.

La cuestión es, que este verano la mamá de Kiba ganó unas vacaciones pagas para dos personas en un resort en la costa, y, como su hijo tuvo la súper capacidad de pasar el año escolar, decidió invitarlo a él.

Y yo, como siempre, no pude evitar aceptar la petición de mi amigo por hacerme cargo de su mascota durante toda la semana que estaría fuera. ¿Cómo no hacerlo? Casi me lo pidió llorando...

Aún, al recordar su taladrante voz dictaminándome todas sus pautas de cuidadora, el cerebro se me estremecía.

—Escucha Hinata —habló con voz severa—, Akamaru tiene una estricta dieta balanceada. No se trata de qué comer ni de cuánto, sino de cuándo. Así que respeta al pie de la letra los horarios que te marqué ahí —señaló apenas la hoja que tenía en mi mano derecha (porque con la otra sostenía su alimento) y yo por inercia bajé mis ojos a ella—. Además, si quieres que esté tranquilo la mayor parte del día no debes olvidar su paseo diario. Llévalo por el parque, jamás se cansa de él—Me entregó la correa que antes estaba en su mano y la enredó como pudo en la mía que sostenía sus horarios—. Hinata... —Su mirada tenía un brillo que me hizo pensar que lloraría. Me apretó la mano con fuerza—. Cuídalo, yo volveré pronto.

—Kiba...—Sonreí arqueando mis cejas, creo que estaba exagerando demasiado—. No te preocupes, podré con él —Como pude levanté uno de mis pulgares (no recuerdo cuál) y le sonreí para darle confianza. Lo cual pareció funcionar porque sonrió de nuevo en respuesta.

¿Qué tan difícil podía ser cuidar de ese perro?

—¡No! ¡Akamaru, no!

Era muy difícil. MUY difícil.

Estábamos "paseando" por el parque, y lo digo entre comillas porque, para el perro, yo parecía un simple saco que estaba amarrado a su cuello. Eran tan gigante que podía llegar a medir dos metros si se paraba sobre sus patas traseras, lo sé porque más de una vez se me abalanzó cuando le iba a dar de su alimento, lo cual, ahora sé, la pequeña bolsa que Kiba me había dado era sólo para su almuerzo, ese perro comía como todo un regimiento de la nabal. Adiós a mi mesada...

—¡Akamaru, para! —grité desbocada mientras, inútilmente, intentaba tirar de su correa para detenerlo—. Se buen chico, se buen chico... ¡cuidado!

Sentí el tirón en su correa que me movió a un lado evitando que ambos chocáramos con un muchacho que venía corriendo en dirección contraria a la nuestra. Exhalé aliviada y me giré apenas para gritarle un lo siento al pobre chico y volver mi atención al tren descarrilado que me iba arrastrando.

Ya, luego de unos insufribles minutos en los que me la pasé disculpándome con los transeúntes del parque y gritándole a ese endemoniado perro, él se detuvo para beber agua de la fuente y yo aproveché para intentar regularizar mi errática respiración y los desenfrenados latidos de mi corazón que me producían ardor en el pecho y casi parecía salirse.

Sentí como Akamaru se paseaba alegre alrededor mío, con la lengua afuera y mirándome como si sonriera. Supongo que él se divirtió.

Le sonrío de vuelta y, antes de que pudiera pensar que una especie de lazo de compañerismo y comprensión se forjó entre nosotros, una salvaje ardilla bajó del árbol junto a la fuente provocando que Akamaru saliera disparado a corretearla y me llevara a mí por delante al haberme enredado con su correa.

Genial, simplemente genial.

Ahora tenía que ir a buscarlo, aunque, en realidad, el regresaba sólo, luego de un tiempito...supongo que eso era algo bueno.

—¿Se encuentra bien?

Cuando me giré y la imagen de la persona delante de mí se hizo nítida, cerré los ojos con fuerza y los volví a abrir creyendo, torpemente pero aún esperanzada, de que todo era producto de mi imaginación, una vil jugarreta de mi mente...pero no.

Parece que por su cabeza pasó lo mismo, porque exclamó:

—¿Es en serio? ¿Hinata? ¿No puede haber un encuentro entre nosotros que no involucre terminar en el suelo?

Resoplé con fuerza y fruncí mis cejas al mismo tiempo que me incorporaba del suelo. Disimuladamente evite dirigir mi mirada a la mano extendida de Naruto que me ofrecía ayuda, pero, sinceramente, no estaba de humor en ese preciso momento. Así que la ignoré y me levanté sola para sacudirme la ropa.

Cuando ya no tenía ninguna otra excusa para rehuir a su mirada suspire y finalmente pronuncie:

—Hola.

En ese momento agradecí que Akamaru llegara junto a mí y caminara a mi alrededor. Parecía aún más contento que antes con su enorme lengua afuera. Acaricié con suavidad su cabeza y tomé en mis manos su correa.

—¿Es tuyo? —cuestionó él inclinándose un poco para acariciar al perro.

—No. Es de Kiba, se lo estoy cuidando esta semana.

—Oh si, algo me comentó. Se fue de viaje, ¿cierto? —Asentí como respuesta y él se quedó acariciando a Akamaru unos segundos más—. En verdad no puedo creer que te encontrara aquí —susurró con una leve risa que me costó definir si era de burla o no.

Junté mis cejas levemente pero también sonreí. Tengo que admitir que también creía que era algo gracioso y a la vez extraño...no estaba segura de con que palabra catalogarlo.

—¿Y tú que haces aquí? Digo, estuve viniendo aquí toda la semana con Don Demoledor y no te había visto. Así que no me creeré el cuento de que estabas entrenando.

Él se carcajeo levemente y me miró a los ojos con un brillo de diversión. No pude evitar que mis mejillas se arrebolaran un poco. Su rostro; todo él era muy adictivo. Como si tuviera un enorme cartel que diga «Prohibido mirar» y eso provocara en mi la necesidad de hacerlo; de admirarlo, de querer acercarme aún más a él por el simple hecho de estar a su lado. Porque ese lugar, para mí, era la zona más segura del mundo.

Pero soy consciente de la lejanía de mis pensamientos cuando la imagen de Sakura aparece enceguecedora en mi mente. ¿Naruto estaría con ella ahora? ¿Cómo no lo pensé antes? Ellos eran novios, estábamos en vacaciones, deben aprovechar y pasar todos sus días juntos de seguro.

Disimuladamente, busqué con mis ojos su figura en alguna parte del parque, pero no, ella no estaba allí.

Que extraño.

Bah.

La voz de Naruto no me dio tiempo para seguir con las maquinaciones en mi cabeza.

—En realidad —Se llevó una mano detrás de la cabeza—, vine aquí para buscar a mi padrino que...—Parpadeé confundida al ver que no continuó.

—¿Qué? —Insistí. Él no respondía, su cara era una seguidilla de muecas, como si estuviera pensando en algo. Y cuando iba a insistirle de nuevo, abrió aún más los ojos como si se hubiera dado cuenta de algo y soltó un grito.

—¡Hinata! —casi salto cuando me toma ambas manos con velocidad y se agacha para que su mirada esté a la altura de la mía. El brillo en sus ojos me causó algo de miedo—. ¡Necesito tu ayuda!

.

.

.

—¡¿Y Qui-quieres que yo se las pida?!

Naruto puso un dedo en sus labios y, con una expresión nerviosa e hizo un sonido con su boca para que no gritara.

Estábamos agazapados tras unos arbustos, Akamaru estaba junto a nosotros mordiendo lo que, creo, era una piedra.

Naruto me contó que había ido allí para recuperar las llaves de su camioneta que su padrino le había robado. En ese momento me guio hasta los arbustos y, a escondidas, me señaló al hombre algo mayor de cabellos largos y blancos que se encontraba pacíficamente sentado en una banca. Tenía en sus manos un anotador y una lapicera, él me explicó entonces que era escritor y que en ese momento estaba buscando inspiración. Me pareció fascinante.

Pero cuando se lo comenté y argumenté que no deberíamos interrumpir su meditación, me lanzó una mirada fúrica y comenzó a despotricar en contra de su padrino.

—¡Es un maldito viejo pervertido que le encanta verle el trasero a las mujeres! ¡Entre otras cosas! ¡Mira lo que tiene frente a su banca!

Cuando me giré con una ceja enarcada en la dirección que me indicó pude distinguir el grupo de mujeres que hacían yoga a unos cuantos metros de él. Palidecí ante el cambio tan abrupto de pensamiento sobre ese hombre y luego recordé que Naruto había pedido mi ayuda para lograr quitarle sus llaves ¡No querrá acaso que yo...!

Y eso nos lleva de vuelta al principio.

Cuando Naruto se percató de que su padrino no oyó mi grito bajó su mirada hacia mí.

—¡No pienses tonterías! ¡Claro qué no! Jamás dejaría que ese viejo pervertido se acercara a ti —cuando terminó su elevado susurro pude respirar aliviada —. Yo lo distraeré, mientras tanto tú te acercarás por detrás y las tomarás. Así de sencillo.

Lo miré algo indecisa, pero terminé por asentir.

Caminé agazapada hasta quedar detrás de su banca. Akamaru me siguió el paso, pero gracias al cielo, cuando me detuve, se volvió a echar y continuó masticando su piedra.

Naruto se acercó a su padrino con una falsa sonrisa, y éste dio un brinco ante su repentina aparición. Comenzó a increparle el porqué estaba allí y el hombre sólo se defendía en que era parte de la investigación para su libro. Mientras tanto yo me acerque despacio hasta el costado contrario a la banca donde Naruto estaba parado, y donde reposaban las llaves sobre un libro. Contuve la respiración y estiré mi brazo lo más que pude. Cuando mis dedos estuvieron por rozarlas pude alcanzar a ver el brillo de victoria en los ojos de Naruto.

Y, justo cuando estuve a punto de sentirla entre mis dedos, una ardilla rechoncha, la misma ardilla que hace unos momentos, apareció junto a nosotros provocando que el instinto demoledor de Akamaru se despertara y saliera tras ella.

Sentí el tirón de la correa y mis pies moviéndose a una velocidad y ritmo que no podían mantener.

—¡Akamaru! ¡Ya, detente!

En un momento sentí como él dobló, pero fue muy tarde cuando pude entender el porqué y no tuve la misma suerte que con el corredor del principio. Por la misma inercia con la que era llevada caí por completo en el estanque que, milisegundos antes, el perro había evitado.

Cuando levanté mi cabeza para respirar entrecortadamente, la figura de Naruto se acercaba corriendo hacia mí con una mirada bañada en preocupación.

Y eso nos lleva al inició de este relato.

Volví a mirar en la dirección de Naruto, y sus ojos me suplicaban que lo perdonara. Me reí por dentro. En realidad, él no tenía la culpa de lo que me pasó, supongo que, tarde o temprano, Akamaru me hubiera derribado en el estanque de cualquier forma.

Suspiré sonoramente y decidí terminar con su tortura.

Giré mi torso hacia él y le sonreí, mientras sentía como las gotas que aún caían por mi flequillo dibujaban un camino por mis mejillas y mandíbula.

Él me miró, y por varios segundos no parpadeó o hubo algún tipo de reacción en él, la culpa en su rostro había desaparecido y, en cambio, había adoptado una cara sin expresión alguna.

Contuve la respiración, totalmente pasmada y extrañada, cuando llevó una de sus manos a mi rostro y con el dorso de su dedo índice hizo el camino contrario de las gotas de agua que descendían por mi mandíbula.

Lo miré. Me miró. Y, antes de que pudiera parpadear o pronunciar algo siquiera, sonrió. Sus labios se fueron ensanchando poco a poco hasta que los hoyuelos en su rostro se marcaron haciendo casi imperceptible las marcas en sus mejillas y, finalmente, no pudo contener la carcajada que se estaba guardando.

Parpadeé ante su reacción y lo miré divertida, hasta que no pude evitar contagiarme de él y su perfecta y jovial risa.

—¡Pareces una sopa caminando! —me apuntó risueño y yo fruncí mis cejas sin dejar de sonreír.

—¡Q-qué maleducado! Después de lo que hice por ti.

—¡No hiciste nada! Las llaves aún las tiene mi padrino.

—¡Pero qué desagradecido!

Naruto, para fastidiarme, revolvió mi cabello con su mano haciéndome bufar.

Cuando su mirada volvió a fijarse en la mía supe inmediatamente que si me llegara a perder en la profundidad de sus ojos azules no me importaría ser rescatada. Ese lugar para mí...desde pequeña me percaté de su calidez, su comodidad, su seguridad...Era, mi lugar favorito en el mundo, estar junto a él.

El retumbar de mi corazón acelerado en mi pecho llegó hasta mis oídos, y escucharlo tan alocado me asustó.

Pero antes de poder conjeturar algo el celular de Naruto comenzó a sonar. Al mismo tiempo Akamaru comenzó a ladrarles a unas aves que volaban hacia un árbol, intenté calmarlo, mas, no pude evitar oír la risueña voz de Naruto que hablaba un poco más alejado.

—¡Sakura! Estaba pensando en llamarte, ¿cómo está la playa?

Esos frenéticos latidos de corazón se detuvieron casi al instante, paralizándolo por completo. Sentí, en su lugar, como las fisuras que ya tenía desde el festival iban creciendo hasta volverse enormes grietas.

Rayos. Esto es horrible.

Ya sabía yo que darle lugar a mis sentimientos sólo iba a lastimarme. ¿Por qué insistir? ¿Acaso soy masoquista?

Suspiré pesadamente e intenté distraerme con los ladridos de Akamaru y su jaloneo con la correa.

Él comenzó a caminar y, como siempre, su fuerza supera a la mía con creces obligándome a seguir su voluntad.

No le di importancia al hecho de que nos estuviéramos alejando de Naruto y su celular, supongo que eso era lo que realmente quería.

Por un segundo Akamaru giró su cara hacía mi y sentí como si, con su lengua salivante hacia afuera y su agitada respiración, me estuviera sonriendo y dándome ánimos. ¿Lo habrá hecho a propósito? ¿Los perros tendrán un séptimo sentido para comprender situaciones incómodas?

Le sonreí de vuelta. No estaba segura si entendía lo que había hecho o no, pero en verdad le estaba agradecida por salvarme.

—¿Tienes hambre, amigo? Te daré una porción extra cuando lleguemos, te la mereces.

Al final, no voltee atrás. La tentación me picó varías veces pero me esforcé por no ceder.

Naruto no es mal chico.

No es una mala persona.

Sus ojos son cálidos y seguros.

Su sonrisa es atrayente y divertida.

Y su compañía es como un bálsamo para una herida que escuece...

Pero me hace daño...Yo me hago daño a mí misma.

Él tiene novia, yo soy su amiga. Necesito comprender eso antes de que sea demasiado tarde y no haya vuelta atrás para mí.

.

.

.

.

¡Hola de nuevo!

Lamento muucho la tardanza con el cap. Para ser sincera, tenía flojera para escribir xD

Pero ya me despiojé de ella y les traigo lo prometido! No sé cuantos caps tendrá este fic, mejor ya ni lo pienso jaja

Tengo que aclarar que el capítulo pasado hice una menció a una frase de un libro que tomé de una adaptación NaruHina de aquí ¡Y nunca dije el nombre! xD ¡Perdón! Se me pasó :P

El nombre que la autora le dio a la adaptación es: "Hundida en la profundidad" y ella (la autora de la adaptación) es: vraiment fou.

El libro original se llama: "Te acuerdas de mi" de la autora: Sophie Kinsella.

Amé demasiado leer esa adaptación ¡Muy genial libro! Recomiendo ambas :D

¡Muchas gracias por sus hermosos comentarios y votos! x3

Se los quiere :3

Saludos especiales a luzangiel <3

¡Espero saber que les pareció en cap! jeje

¡Bye, bye!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top