-¿Qué quieres decir con que siga siendo yo mismo? - insistió.

- callate que estamos en publico. - hablo el kwami desde la chaqueta del rubio.

- Oh vamos...

- ¡Hola Adrien! - llego Nathanaël y lo miró confundido. -¿Hablabas con alguien?

-¡No! Digo... para nada, yo nunca... - Su nerviosismo salio a flote con la simple presencia del pelirrojo.

-¿Estás bien?

- Mejor que nunca ahora que estas aquí.

Nathanaël abrió los ojos como platos mientras se le subía la sangre a las mejillas.

- ¡Digo, no! ¡Oh si, pero no! - Él rubio empezó a sudar.

Nathanaël soltó una risa que acabó con el nerviosismo de Adrien.

Verlo sonreír era glorioso, hacía que te sintieras bien contigo mismo.

Ambos cruzaron miradas rápidamente pues el menor se sonrojo y bajo la mirada.

- Me alegro causar ese tipo de emociones en ti Adrien. - Acaricio el pelo del rubio para después bajar su mano a su mejilla y acariciarla, algo que estremeció a Adrien pero era agradable.

- N-No sé de que hablas. - Quito la mano del menor de su mejilla y se alejo, arrepintiéndose al instante.

Mientras tanto Nathanaël lo miro alejarse y le fue inevitable soltar un suspiro de enamorado.

Publicado: 16 de octubre de 2016
Editado: 18 de diciembre de 2018