3.

Un papel fue entregado en sus manos y lo leyó, quizá demostrando más emoción de la necesaria.

— ¿Están seguros que esto es todo lo que necesitan? — dijo casi gritando de emoción, ganándose miradas extrañas de parte de todos.

— Eh... ¿Si? — susurró Kihyun mientras se rascaba el cuello ante el extraño comportamiento emocionado de su amigo — Wonho... Sabes que podemos pedir a domicilio ¿verdad?

Él asintió sonriente.

— Ya dije que iré yo... — sonrió contento y se dirigió a la salida, pero entonces se detuvo, siguiendo al pie de la letra su magnífico plan de fingir — pensándolo bien... Son muchas cosas ¿no?

— Es justo lo que te dijimos... — soltó Jooheon un poco molesto — Hyung... Ya deja eso ¿si? Podemos ped... — entonces Wonho lo interrumpió.

— O quizá alguno podría acompañarme... — fingió pasear su mirada sobre todos para elegir alguno, pero en su mente tenía claro un objetivo en específico — ¿Qué tal tú Hyungwon? — el aludido levantó su vista del libro en el que estaba sumido desde mucho rato atrás y le regaló una sincera mirada de sorpresa y nervios.

— ¿Y-yo? — se señaló a sí mismo y Wonho asintió sonriente.

— Si, tú... Anda vamos — le hizo una señal para que se levantara del sillón, mientras todos lo animaban ya que estaban de acuerdo con la decisión debido al cansancio.

Hyungwon se levantó de su asiento dubitativo, sin embargo no cuestionó nada porque sabía que Wonho le hizo el llamado por una razón especial.

Se puso los zapatos, tomó el abrigo y lo siguió hacia la salida.

Entonces Wonho se subió en uno de los autos de la empresa y Hyungwon lo miró extrañado.

— ¿Irás en auto? ¿Por qué? — le dirigió una mirada interrogativa y Wonho le indicó que debía subir al auto y guardar silencio.

Entonces recordó que era un secreto muy delicado, así que simplemente obedeció e ingresó al auto, poniendo rápidamente su cinturón de seguridad.

Pero antes de que pudiera siquiera poner bien su cinturón, sus labios ya habían sido atrapados en un suave beso que llevaba necesitando todo el día.

Sonrió mientras correspondía el beso y acariciaba las mejillas de Wonho.

Entonces se separaron, Wonho miró a su alrededor para finalmente encender el auto y salir del estacionamiento sin decir una palabra más.

— Tú... — le dio un golpecito a Wonho en el hombro y soltó una risita — eres tan... — suspiró — cada día me sorprende más tu sentido de la actuación y manipulación...

Wonho sonrió orgulloso sin apartar su mirada del camino.

— Es sencillo, simplemente tengo que ofrecerles algo a cambio y arrastrarte conmigo... — dirigió el auto a un lado de la calle y lo detuvo — para poder disfrutarte un momento... — susurró mientras buscaba  abrazar aquel delgado cuerpo que tanto amaba.

Hyungwon sonrió complacido, pero antes de que Wonho lo besara decidió recordarle el motivo de su ida.

— Wonho... La comida... — Wonho asintió agradecido y sacó su celular del bolsillo ante la extrañada mirada de Hyungwon — ¿Qué? ¿Pensabas qué iríamos al restaurante por la lista de la cena? — sonrió travieso y marcó un número en su celular.

Y cuando empezó a hablar fue cuando Hyungwon se dio cuenta que la travesura de Wonho es que al final sí estaba pidiendo la comida a domicilio, solo que en lugar de entregarla directamente a los miembros, estaba dando la dirección de donde se encontraban para hacer parecer que en realidad habían ido a comprarla ellos mismos.

Arqueó una ceja sorprendido cuando Wonho terminó la llamada.

— Así que la cena realmente era una excusa... — susurró y Wonho asintió tranquilo.

— Es que... — agachó su mirada un poco nervioso — entre el comeback, las promociones y todo eso... Apenas he tenido tiempo para robarte un par de besos... — suspiró — y creo que puedes llegar a pensar que esto es algo superficial, cuando no lo es...

Hyungwon arqueó una ceja muy pensativo.

— Pues no lo había pensado, pero ahora que lo dices... — bromeó sonriente y luego hizo una breve pausa en la que aprovechó a acariciar el rostro de Wonho — no me sorprende que te preocupes por tonterías como esa... Pero en realidad no debes hacerlo, estoy bien así por los momentos, ya luego todo irá mejorando, tranquilo...

Wonho tomó su mano y le depositó un beso en el dorso, agradecido por la persona maravillosa que era Hyungwon.

— Es solo que... Quería tener el tiempo necesario para decirte lo mucho que significas para mi... — suspiró — te veo en el  escenario y wow... — puso cara de deslumbrado y Hyungwon se rió — siempre te ves increíble, aunque siento que nunca puedo decírtelo, es por eso que me siento tan celoso de que incluso el staff lo diga antes de mi...

Hyungwon sonrió y rodó los ojos.

— Eres un tonto... — le dio un golpecito en la frente mientras Wonho lo abrazaba — ya sabes que me avergüenza mucho que me halaguen, así que me bastan tus besitos... — estiró sus labios tiernamente para que Wonho se acercara y así lo hizo.

Los besos de Wonho no pararon allí, sino que se esparcieron por el rostro de Hyungwon y acabaron en su cálido cuello, donde inconscientemente Hyungwon le había dado permiso para continuar.

Wonho se separó lentamente un poco sorprendido al notar que Hyungwon mantenía sus ojos cerrados, como si hubiera disfrutado la pequeña repartición de cariño.

— Hyungwonnie... — susurró, entonces el aludido abrió sus ojos lentamente — te ves muy hermoso esperando por mi... — le acarició el rostro y Hyungwon agachó su cabeza sonrojado.

Le dio un pequeño empujón.

— Calla, Wonho... — dijo avergonzado — eres insoportable...

Wonho sonrió y lo miró fijamente.

— Llevamos muchos meses en esto, en nuestra burbuja secreta de amor... — susurró — y nunca te lo he preguntado... Es decir, no quiero que pienses que estoy apresurando las cosas pero... ¿Te gustaría ir más allá? — Hyungwon suspiró pensativo ante la repentina pregunta — ¿te gustaría que continuara con lo de hace un momento? No tienes que responder hoy si no quieres, pero en realidad tus expresiones me hacen sentir que realmente quieres cruzar la línea y yo no quiero hacerlo sin tu consentimiento...

Hyungwon sonrió.

— Yo... Te lo diré cuando sea el momento — acarició el cabello de Wonho — ahora creo que es mejor llevar la cena a los chicos... —miró su reloj calculando el tiempo en que tardaría el servicio a domicilio y Wonho asintió.

— Cierto, la comida no tarda en llegar... — recuperó su postura en el asiento y metió su mano en el abrigo — pero antes de que volvamos... — Hyungwon lo miró expectante — volviendo a lo que dije sobre no querer que todo esto pareciera una relación superficial... — sacó algo pequeño de su bolsillo — compré un par de joyas para ti... — sonrió contento y extendió la pequeña caja hacia Hyungwon.

Él lo miró un poco sorprendido por el repentino regalo y sonrió agradecido.

Entonces abrió la pequeña caja y encontró dentro una delicada y preciosa cadena de oro y un anillo a juego, casualmente a su medida.

— Esto es... — miró la cajita una vez más y fue cuando lo feo de la situación salió a flote, invadiendo totalmente su mente y robando todo rastro de entusiasmo — Wonho... — miró hacia su acompañante con tristeza — ¿Qué pasará si ellos...

Wonho lo abrazó sabiendo muy bien el motivo de su preocupación.

— Si alguien lo nota, entonces les dices que tú lo compraste en algún sitio y que olvidaste su precio... — le dio un suave beso en los labios — ¿esta bien? — Hyungwon asintió levemente mirando hacia las joyas — y yo estaré contento si los usas, lo demás no interesa...

Hyungwon iba a disculparse por no tener un regalo para darle, pero en ese momento alguien tocó el vidrio del auto con tres pequeños golpes.

Y después de verificar que se trataba del servicio a domicilio, tomaron la comida y se dispusieron a ir a casa.

— Bueno... — suspiró triste — supongo que todo tiene un final ¿no es así Hyungwonnie?

Hyungwon rodó los ojos ante el pesimismo de Wonho y se rió.

— Vivimos juntos ¿lo recuerdas? — lo besó una vez más antes de que pusiera el auto en marcha — podemos escaparnos en cualquier momento para tener un momento a solas, aunque sea uno muy pequeño...

Wonho asintió y el auto se puso en marcha.

Solo la noche, las joyas y la cena fueron testigo de aquellos minutos de felicidad donde dos personas se demostraban sinceramente todo el amor que sentían el uno por el otro.

Y aunque su amor fuera secreto y prohibido, sus manos se mantuvieron unidas durante todo el recorrido a casa, siendo separadas únicamente por el deber, la obligación y la prohibición de amarse.

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