1.

Me di cuenta en ese momento.

Quizá era tarde, quizá era malo, quizá no debía, pero pasó.

En cuanto la música bajó su ritmo y su voz se alzó imponente sobre el suave y tierno sonido de White Sugar en el escenario, lo supe.

No fue tan difícil saberlo, pues mi corazón palpitó frenético en ese momento, tal como lo hacía aquella vez donde tuve que saltar de una torre únicamente amarrado por los pies.

Me sentía exactamente en la misma situación, cayendo inevitablemente en un abismo al que me estaba tirando de cabeza y por mi propia voluntad.

Suspiré al mirar su sonrisa, parecía tan feliz cantando para las monbebe.

Sin pensarlo, mis pies caminaron hacia él y mucho antes de que la canción terminara, tomé su barbilla y giré su cara para que me mirara.

Quería besarlo y degustar del sabor de sus labios, esos mismos labios carnosos por donde salía esa voz que me estrujaba el corazón.

Su sorprendida mirada se posó en mi y fue la única manera en la que yo pude detener mis jodidos impulsos por besarlo allí mismo, así que simplemente sonreí y entoné la última parte de la canción que me tocaba como si de una broma se tratase.

Porque al final eso era ¿no?

La canción terminó y recibimos muchas miradas sobre nosotros, algunas sonrientes y otras no tanto.

Entonces me puse a pensar acerca de nosotros.

Todas esas veces que tomaba mi mano, se acostaba en mi cama con excusa de que odiaba la suya, compartía asiento conmigo y se dedicaba a platicar por horas a mi lado.

¿De verdad eran parte de una simple broma?

Lo busqué con la mirada mientras nos dirigíamos al backstage con prisa, pero no lo vi.

Suspiré un poco decepcionado y recogí mi vestuario para nuestra siguiente presentación: from zero.

Entonces un aire de alegría volvió a mi al recordar que era nuestra presentación solos.

Me vestí lo más rápido que pude y busqué en el backstage algún indicio de donde podía encontrarlo, me sentía un poco desesperado, como si no había visto en días.

Hasta que por fin lo vi detrás de un montón de cosas de la escenografía, estaba practicando la coreografía de from zero, justo en la parte donde se arrodillaba al frente mío.

— Creo que debemos cambiar un poco ese movimiento... — se sorprendió al escucharme y se levantó de donde estaba, arreglandose las inexistentes arrugas de su vestuario.

— Agradecería si me dices que lo que quieres cambiar es que me ponga de rodillas... — sonrió sarcástico — la posición es un poco... — hizo una mueca indescifrable, entonces me reí.

— ¿Incómoda? ¿Sexy? ¿Atractiva? ¿Molesta ¿Excitante? — solté las preguntas en ráfaga y él se rió.

— Diría que una mezcla de todas... — suspiró — y me pone muy nervioso.

Levanté una ceja ante su confesión y sonreí a medida que comenzábamos a hacer la coreografía sin música.

— De todo lo que dije... ¿Cuál parte es la predominante? — lo miré expectante sin dejar de bailar, pero él no me miraba.

— Mmm... — continuó bailando el coro de la canción al unísono conmigo — quizá la parte sexy... — sonrió un poco avergonzado y nos pusimos de espaldas para finalmente girar y cambiar de posiciones.

El momento del tan famoso movimiento había llegado, entonces él siguió el protocolo y se arrodilló, pero yo me detuve.

— Aquí es justo donde quiero cambiar... — él me miró extrañado — no me gusta que mires hacia otro lado cuando tenemos que hacer esto, mírame a mi Hyungwon... — tomé su barbilla e hice que me mirara, entonces pasé mis dedos desde su cuello hasta su barbilla con mucha suavidad suavidad y susurré — mírame solo a mi.

Nuestra coreografía se detuvo mientras nuestras miradas estaban conectadas, no podía soltarlo, quería acariciarlo un poco más y al parecer él tampoco quería que ese momento acabara.

Así que me agaché lentamente delante de él, para quedar a su altura y acuné su cara entre mis manos.

Tenía tanto para decir que no podía decir nada al tenerlo tan cerca.

¿Él también sentía lo mismo?

¿También se sintió feliz al ver que yo iba a debutar a su lado?

¿También me mira de la misma manera que yo lo hacía?

¿También sonreía cuando yo lo hacía?

Porque yo si.

— Wonho... — susurró como si no deseara romper la pequeña burbuja en la que estábamos y tomó asiento en el suelo.

Pero por alguna razón no siguió su frase.

— Eres... Tan hermoso Hyungwon... — le susurré contorneando su rostro con mis dedos, entonces una suave sonrisa se pintó en sus labios al tiempo que un leve sonrojo aparecía en sus mejillas, puso sus manos sobre las mías y ensanchó su sonrisa — ¿Está mal? — lo miré fijamente — ¿Está mal que mi corazón esté palpitando así? — tomé una de sus manos y la llevé directamente hacia mi pecho desnudo para que pudiera captar con su propio tacto los latidos de mi corazón.

— Wonho... — volvió a susurrar y apartó su mano un poco avergonzado — el VCR está a punto de culminar... Debemos estar preparados...

Suspiré y asentí porque por más que no quisiera separarme de él, tenía un compromiso con el otro amor de mi vida, Monbebe.

Me puse de pie y lo ayudé para que se irguiera, pero antes de que corrieramos hacia nuestros lugares lo abracé con fuerza encargandome de impregnar muy bien su aroma en mis fosas nasales.

Sin embargo él correspondió mi abrazo y me acarició la espalda con suavidad, provocando una calidez inexplicable en mi pecho.

No me había dicho nada acerca de lo que sentía, pero estaba correspondiendo a mis caricias en silencio.

Entonces corrimos hacia nuestras posiciones, recibiendo un regaño de parte del staff por "desaparecer" en el momento más importante.

Pero ni siquiera a él pareció importarle, pues se mantuvo con una sonrisa incluso cuando el reflector se posó sobre él y tuvo que empezar a cantar.

Lo miré embobado durante nuestra presentación, si hubiera sido un poco más descoordinado probablemente hubiera olvidado hasta la coreografía por estar viendo a Hyungwon de la manera que lo hacía.

Y entonces el momento del famoso movimiento de FROM ZERO llegó.

Nuestras espaldas se juntaron, movimos nuestros brazos, giramos y finalmente cambiamos de posiciones.

Lo vi poner su rodilla contra el suelo, pero en cuanto caminé a su alrededor me sorprendí al notar que él realmente había cambiado el movimiento.

Estaba preparado para ser acariciado por mi mano, entonces lo hice.

Repetí sin vergüenza alguna el suave recorrido de mis dedos desde su cuello hasta su barbilla y entonces nuestras miradas se conectaron una vez más.

Quería besarlo allí mismo, quería volver a abrazarlo y sentir su delicioso aroma nuevamente.

Si tan solo pudiera...

Si tan solo no estuviera prohibido.

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