4: Tu familia te controlará
Renart
Cepillo mis dientes a gran velocidad, escupo, me enjuago y me limpio para sonreír. Son brillantes como todo mi hermoso ser. Acomodo mis cabellos negros mientras sigo mirándome al espejo, luego ajusto mi corbata.
―Excelente.
Me echo un poco de spray en la boca, lo guardo, para luego salir del baño. Llego hasta el comedor, en donde se encuentran mis padres, con una larga mesa hasta el fondo. Me toma un poco de tiempo llegar hasta ellos.
―Querida madre. ―Le doy un beso en el dorso de su mano―. Ya me retiro, muchas gracias por la invitación.
―Pero puedes quedarte. ―Llora―. Tu cuarto siempre te pertenecerá.
Me aparto, intentando escuchar menos su voz chillona.
―Me gustan los dormitorios de la universidad, son acogedores.
―Entiendo. ―Dramatiza, limpiándose las lágrimas falsas, con un pañuelo bastante caro, el cual hasta tiene grabado el apellido de la familia.
―Siempre serás bienvenido en esta casa ―declara mi papá―. Nos alegra verte.
―A mí también, padre.
Hacemos duelo de sonrisas hipócritas y él se cansa primero, así que gano. Me despido dándole otro beso a la mano de mi madre, luego me dirijo a la puerta del garaje, pero me detengo.
―Ah, una cosa más ―sugiero, luego saco de mi bolsillo una pequeña cámara―. La próxima vez ocúltenla mejor.
Ambos se quedan en shock y callados, solo hasta que mamá chilla de la frustración.
―¡Oh, mi hijo es un rebelde, no entiende que hacemos todo por su bien!
Papá le da palmaditas en la espalda.
―Tranquila. ―Parece que quiere girar su vista a mirarme enojado, pero luego sonríe otra vez―. Son medidas de seguridad, tengo miedo de tener que desheredarte.
―No te preocupes, padre, yo también tengo cosas contra ti. ―Mantengo la sonrisa―. Es un placer seguir tratándonos de hipócritas, pero como ven, tengo mejores cosas que hacer, que darme cuenta de que me están controlando. Estoy grandecito, ¿no te parece?
―¡Toda la razón, qué orgulloso estoy, así debe ser un empresario!
―Gracias, padre.
Me marcho y llego a uno de los vehículos. El chófer corre a abrirme la puerta, pero lo detengo cuando entro. No puedo dejar que él ingrese todavía.
―Un momento. ―Reviso todo, entonces encuentro otra cámara―. ¡Ahí está!
Tengo ojos biónicos para esto.
Ya puedo reír como psicópata, así que el chófer pone cara de miedo. Cuando me detengo, busco mi celular y presiono la dirección en el GPS, luego le tiro el móvil al empleado, que casi se le cae.
―Más cuidado, es nuevo.
―Sí, lo siento. ―Nervioso, entra, entonces me acomodo en mi asiento, bastante tranquilo.
No fue su culpa, ¿pero me importa? ¡No!
―Ya sabes a dónde ir ―le informo.
―Joven Nowell, ¿no irá a la universidad?
―Haremos una parada rápida.
Me mantengo aburrido, mirando el camino, hasta que llegamos a la dirección de la chica. El apellido Wagner está escrachado en todas partes, así que fue fácil encontrar su dirección. Esa desgraciada se atrevió a casi golpearme en mis partes, no le va a salir gratis esta humillación. Aunque por ahora solo proseguiré con el plan.
Bajo del vehículo, cuando este estaciona, entonces observo la mansión. Se ve bastante descuidada, no es tan grande como la de mis padres, pero parece que tuvieron una buena fortuna. Ahora solo parece que se cae a pedazos y cualquiera podría jurar que está deshabitada, pero me las arreglé con unos contactos para que descubrieran si hay vida en este decadente lugar.
Toco el timbre, aunque no hay respuesta. ¿Será un dato erróneo y en realidad se habrán mudado o ella ya habrá salido para su escuela? En todo caso, ¿no debería salir su hermanito o algún otro familiar? Quizás esto fue una pérdida de tiempo.
―Debes golpear, está roto el timbre. ―Pasa un vecino y alza su mano―. Hola, soy Tiger.
―Un gusto, soy Renart Nowell. ―Acepto su gesto.
Se cruza de brazos.
―Wow, la famosa familia Nowell, ¿no tienen cadenas de hoteles, poderes administrativos y algo con la construcción? ―Se ríe.
―Algo así ―hablo suave y hago una pausa―. Vengo a buscar a mi novia. ¿Sabes si Severin ya salió para la universidad? Quiero darle una sorpresa.
―¡¿El novio?! ―Se sorprende, luego reacciona y decide contestarme―. Creo que todavía no salió. Universidad Florealis, ya veo. ―Mira mi uniforme, perdido en sus pensamientos.
―¿Sucede algo?
―Sabes lo de su hermano, ¿cierto? ―indaga o quizás mete púa.
Enarco una ceja, pero también sonrío. Es evidente que la quiere perjudicar y no le gustó nada que dijera que soy la pareja. Típico bravucón bruto que no me hará gastar mi tiempo, ya obtuve lo que quería de él.
―Sé hasta el color de sus pantis ―miento.
Queda pálido, pero no le sigo la conversación, lo ignoro como todo un maleducado y golpeo en la madera, para ver si esta vez la chica me atiende.
―¡Voy! ―Escucho su voz―. ¡Un momento!
Unos minutos más tarde, veo que abre la puerta y se queda en shock al verme. Camina rápido hasta la reja, entonces la mueve para cerciorarse de lo que está viendo. Aunque luego se distrae, notando la presencia del vecino.
―¿En verdad es tu novio? ―pregunta el castaño―. Muy maleducado a pesar de ser de una familia prestigiosa, me dejó charlando solo.
―¿De qué hablaban ustedes dos? ―expresa molesta, demostrando que él es su otro enemigo.
O sea, a ambos nos ve como una amenaza, su mirada lo dice todo.
―No importa la verdad ―acoto―. Cámbiate, te llevaré al colegio.
Sus ojos grises se giran hacia mí.
―Estoy vestida.
―¿Y tu uniforme? ―Enarco una ceja.
―No es obligatorio y tengo otros gastos más importantes.
―Bien, te compraré uno.
―¡¡No necesito que me compres nada!! ―Se altera.
―Igual lo haré. ―Sigo tranquilo.
―¡¡Oigan, no me ignoren!! ―grita el vecino.
Me giro a observarlo.
―Tiger, querido, déjame informarte que cuando yo hablo, todos los demás son ignorados, hasta mis amigos lo saben, así que cállate. ―Vuelvo a mirar a la chica y la tomo de la mano―. Ya vámonos.
Esta gente, cada vez más estúpida.
Aquí la narración de Renart 💖
Y con este capítulo, ya puedo decir que senté las bases de la historia, ahora comienza el verdadero reto.
Saludos, Vivi.
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