Capítulo único...


Era una noche muy hermosa en New York, y mientras los habitantes de esta linda ciudad realizaban sus últimas labores del día, la familia Hamato se preparaba para darle la despedida a su líder, quien había tomado la decisión de salir de la ciudad para concluir su entrenamiento.
Todos lo apoyaban y alentaban, excepto cierta persona que a pesar de estar orgullosa por su amigo, se sentía también algo dudosa.

-No tienes que ir...- Leo escuchó una voz detrás de él y dejó de prepararse para voltear un poco- Nadie te obliga a hacerlo- Karai estaba en puerta con los brazos cruzados y mirada seria

-Creí te alegrarías por mí...- alzó una ceja al hablar

-Lo estoy- respondió al instante para dejarlo en claro- pero no es tu obligación- se adentró un poco más

-Claro que lo es- siguió vendando su brazo- es la mejor forma de mostrar que soy un líder digno de este equipo- respondió firme

-Leo, todos sabemos que eres más digno que cualquiera- el de azul volvió a levantar la mirada, no podía creer que había escuchado eso por parte de ella

-Yo...- se quedó en silencio unos segundos para poder reflexionar la situación- tengo que hacerlo- dijo finalmente- quiero hacerlo...- habló mirándola directo a los ojos

-Entiendo...- desvío un poco la mirada- sólo dime que volverás...- volvió a mirarlo

-Lo prometo- le sonrió- prometo volver- asintió levemente con la cabeza

-Splinter estaría muy orgulloso- Leo se sorprendió al principio y no pudo aguantar las ganas de abrazarla

-Gracias- dijo en un hilo de voz casi inaudible mientras la apretaba un poco más- voy a extrañarte, sabes?- la kunoichi estaba algo desconcertada, era la primera vez que él la abrazaba

-Yo también- dijo finalmente correspondiendo lentamente al abrazo- así que estaré esperándote...



~🌸~



La familia entera ya se encontraba en una azotea, lista para la partida de Leonardo.

-Vas a lograrlo, Leo!- decía Mikey abrazando a su hermano- por cierto... ten cuidado con los nomos, estoy seguro de que tienen su guarida secreta fuera de la cuidad- se apartó hablando como si estuviese apunto de resolver un gran caso

-Claro, Mikey, tendré mucho cuidado- dijo el de azul siguiéndole la corriente

-Apoyo a Mikey...- dijo Donnie pero pronto se detuvo para procesar lo que había dicho- no en eso de los nomos..- se dió un pequeño palmazo en la frente- sino que debes tener cuidado... Te deseo mucha suerte, hermano- se acercó para luego abrazarlo

-Gracias, D..- correspondió con una gran sonrisa

Se apartaron luego de unos segundos para dirigir su mirada al temperamental que a pesar de no querer admitirlo, también sabía que extrañaría a su hermano.

-Yo... amm...- este se rasco la nuca estando algo nervioso- también te deseo suerte, espero que consigas lo que buscas y...- hizo una pequeña pausa- no tardes tanto, intrépido- agregó colocando su mano sobre el hombro de Leo y a la vez, regalándole una sonrisa ladeada

El mayor devolvió la sonrisa para luego rodear con sus brazos a su hermano quien correspondió al instante apretandolo un poco.

....🌸....

-Karai...- se acercó el de azul a la mencionada mientras buscaba algo- aquí está... ten- le entregó un pequeño sobre- abrelo cuando vuelvas a casa, si?- preguntó dedicándole su mejor sonrisa

-Está bien- respondió algo confundida, agarrando el sobre

-Oye...- tomó ambas manos de la chica- quiero... me gustaría decirte que...- la miró a los ojos esperanzado pero pronto desvío su mirada a un costado- sabes? Es mejor que hablemos cuando regrese, tendremos más tiempo..

Ella asintió a pesar de que la intriga la mataba por dentro.

-Nos vemos- la abrazó por última vez y luego de depositar un beso en la mejilla de la pelinegra, se fue

-Hasta luego, Leo...- musitó mirando como desaparecía a la distancia la única persona por la que latía su corazón

Al volver a la guarida, todos siguieron con sus actividades diarias, mientras que Karai estaba en la sala dispuesta a abrir aquel sobre que le había entregado el líder...

Dentro de el había una pequeña nota y un collar con un codije en forma del signo de los Hamato.

Al verlo, no pudo evitar sonreír, para luego disponerse a leer la nota:

"Hey! Espero que me hayas hecho caso y que estés leyendo esto en casa..."

Una pequeña risa se le escapó al leer eso.

"Bueno, de ser así, quiero pedirte que vayas a mi habitación.
Nos vemos ahí, luego entenderás.."

Se levantó algo extrañada y se dirigió al lugar mencionado. Abrió la puerta y se adentró después de asegurarse que nadie le viera.

-Nos vemos ahí?- recordó lo escrito en aquella nota y sólo logró confudirse más

Hasta que vio una preciosa Katana sobre la cama, y debajo de esta había una foto. Fue hasta ahí y la tomó para ver de qué se trataba.

En ella estaba pegado un pequeño post-it...

"Espero que te guste. La Katana era de Splinter así que pensé que te gustaría tenerla, y la foto la conseguí en un viaje por el tiempo que tuve hace mucho con una amiga.
Bueno, espero que tengamos tiempo para hablar después de mi regreso, hay cosas que me gustaría que supieras.
Como ya te dije, te voy a extrañar, pero prometí volver, cierto? Sólo espérame...

Te quiero.

Atte: Leonardo"

La pelinegra retiró el pequeño post-it pero quedó desconcertada al ver los rostros en la imagen.

Era una mujer cargando en sus brazos una pequeña niña que no parecía de más de un año.

Karai reconoció al instante el rostro de su madre y no pudo creerlo.
Sus ojos se llenaron de lágrimas pero en ningún momento dejó de sonreír o de abrazar la foto y el collar contra su pecho.

-Gracias, Leo- dijo casi en un susurro- regresa pronto...

....🌸....

Los días, pronto se convirtieron en meses, y la familia Hamato, al no tener noticia o señal del líder, empezó a preocuparse.

Decidieron ir a buscarlo a pesar de que sabían que sería muy difícil encontrarlo, ya que no había dicho exactamente a donde iría pero no se darían por vencidos hasta dar con él.

Karai sentía que la angustia la carcomía y que esta aumentaba con cada día que pasaba. La mataba no saber nada de Leonardo.

Después de un día bastante duro, todos fueron a descansar. Al día siguiente volverían a buscar, pues todos sostenían la esperanza de encontrarlo sano y salvo.

-Tranquila, Karai... pronto lo encontrarán, estoy segura de que Leonardo está bien, no pierdas la esperanza- Shini trató de darle ánimos a su amiga que se veía tan decaída- descansa- dicho esto, apagó la luz y se retiró

Karai cerró los ojos pero los abrió de un momento a otro. Miró hacia la ventana y se percató que aún era de noche. Un presentimiento vino a ella en ese instante y dirigió su mirada hacia el pie de la cama.

Ahí vio a Leonardo, estaba muy tranquilo, sólo la miraba, pues hace tiempo que no lo hacía.

-Ah!- gritó por instinto pero pronto se calmó al verlo mejor- Qué haces aquí? Cuándo llegaste?- se incorporó sobre la cama para luego levantarse- Oye, nos tenían preocupados a todos, te habíamos buscado por todas partes- se acercó para recibirlo pero el le indicó que no, cosa que le pareció extraña

-Siento no haber avisado... pero, ya estoy aquí, no?- Karai suspiró alegré aceptando que tenía razón- Podemos hablar?- señaló la cama a lo que ella aceptó y tomó asiento, así el de azul tomó lugar a su lado- veo que aún tienes el collar que te regalé- dijo soltando una pequeña risa al ver aquel collar colgando del cuello de la joven

-Es muy hermoso- respondió mirando el codije- pero...- volvió a dirigir su mirada a él- de qué querías hablar?- preguntó curiosa

Leo suspiró y miró hacia el suelo.

-Karai... yo he venido a agradecerte, por estar a mi lado, por ser una gran amiga. Eres una de las pocas personas que siempre me estuvo apoyando y tratando de reanimarme después de la muerte de Splinter. Eso de verdad lo aprecio con mi corazón- volvió a mirarla

El semblante de la pelinegra cambió un poco, no le estaba gustando mucho el por donde iba la conversación.

-Leo, no me agrada como hablas- lo miró con preocupación, sin saber porque de repente se sentía tan vacía

-Eres una de las mejore amistades que he tenido... sin embargo..- se rascó detrás del cuello- pronto dejé de verte como una simple amiga... sabía que sentía algo más, pero creo que nunca pude animarme a decírtelo por temor al rechazo... es que sólo mirame! Había una gran posibilidad de que me rechazadas por mí aspecto...

-Leo, yo...- trató de interrumpirlo pero él no se lo permitió

-Espera, deja que termine- ella no tuvo más opción que asentir- Sabía que te habías convertido en la mujer de la cual estaba locamente enamorado. Esa mujer que me cautivaba con su mirar, su carácter fuerte y su pasión por el clan...- suspiró nuevamente- pero ahora sólo me queda pedirte que seas fuerte, que superes cada obstáculo en tu vida y que jamás te des por vencida- se levantó quedando frente a la kunoichi, quien estaba muda, sin saber como reaccionar ante todo lo que había escuchado- puedo pedirte un favor?- ella sólo asintió- podrías estar y cuidar de mis hermanos?- está pregunta hizo estremecer a la chica- sé que no es para nada tu responsabilidad, pero te lo agradecería mucho, me iría más tranquilo sabiendo que por lo menos, alguien les hace compañía estos días...

-¿Por qué hablas en pasado? ¿¡qué pasa contigo!?- se levantó angustiada tomándolo de las manos- ¿por qué me pides eso?- las preguntas salían una tras otra a medida que empezaban a formularse en su cabeza- ¿a dónde irás? ¿qué piensas hecer?- lo miró directo a los ojos buscando alguna respuesta

-Gracias por todo, Karai... y adiós... mi hermosa kunoichi, te extrañaré mucho más de lo que ya te extrañaba...- se acercó envolviendola con sus brazos en un fuerte abrazo

Ella se aferró a él dejando caer algunas lágrimas a pesar de que aún no entendía que pasaba y porque él se comportaba de tal forma.

Sintió que ese había sido el abrazo más cálido y puro que le habían dado y por tal razón se negaría a apartarse.

-No te vayas, no me dejes, por favor...- suplicaba escondiendo su rostro en el hombro del mutante y a la vez apretándolo un poco

-Quiero que seas feliz, Karai... selo, junto con tu familia y nunca olvides que te amo...- logró apartarse lo suficiente como para poder besarla en los labios y ella correspondió sin dejar de soltar lágrimas

El contacto fue tan suave y lleno de amor que ya no quiso seguir ocultando o callando lo que sentía.

-Leo, te amo, te amo pero por favor no me dejes... quédate conmigo...- quiso besarlo de nuevo pero pronto despertó y se vio en su habitación, aún seguía en su cama y al levantarse sintió lo húmedas que estaban sus mejillas- pero qué...?- recordó el sueño y llevó sus manos a su cabello estando algo frustrada

Ese sueño le había parecido muy extraño y por alguna razón sentía un gran hueco en su corazón, así que decidió salir para despejar su mente y también a asegurarse que el resto de la familia estuviera bien.

Al llegar, vio a todos en distintas partes de la sala y no se veían nada bien.

Abril estaba sentada, abrazando a Donnie, quien escondía su rostro en el pecho de esta y sólo se podía ver por los movimientos de su espalda que estaba llorando en silencio.

Mikey estaba sollozando cerca de ellos y tratando de ser consolado por Casey, quien estaba detrás ocultado su rostro con su máscara y acariciando el caparazón de su amigo.

Por otro lado, estaba Rapha, recargado en una columna, cabizbajo y dándole la espalda a todos.

Karai no dudó en acercarse a él.

-Rapha.. ¿qué sucede?- preguntó colocando su mano en el hombro del mencionado para que la mirara pero este se quedó tal y como estaba

-Es... Leo...- respondió limpiandose las lágrimas. A la pelinegra no le gustó escuchar eso pero guardó silencio para dejarlo continuar- lo emboscaron cuando venía de regreso...- hizo una pausa para poder decir lo siguiente sin que su voz sonar tan inestable- murió en ataque...- dijo con gran pesar

A Karai se le fue el aire en ese instante y tuvo que sostenerse de la pared pero a pesar de eso no pudo evitar caer de rodillas.

-No...- dijo al recordar el sueño, donde Leo se despedía de ella- no, no, no...- recordó también su confesión y peticion- ¡No puede ser posible! ¡NO!- golpeó el piso con toda su furia negándose a creerlo

-Karai...- Rapha se acercó tratando de ayudarla pero ella no paraba de llorar y sollozar

-Su cuerpo... ¿lo encontraron?- preguntó entre sollozos

-Si, pero no dejaré que lo veas, eso sólo te lastimará más... créeme

-No me importa... quiero verlo... ¿en dónde está?- se levantó con ayuda del temperamental

-No, Karai, él..- la kunoichi lo miró a los ojos y ambos pudieron ver el sufrimiento del otro a través de su mirada- está en el laboratorio de Donatello..- respondió finalmente

Karai le agradeció y con temor, fue hacia el lugar mencionado y se paró en la entrada, al ver el cuerpo de la persona que más amaba sobre una camilla.

Sintió algo romperse dentro de ella y rápidamente se acercó al lastimado cuerpo para lanzarse a abrazarlo y llorar contra su pecho.

-Leonardo!- exclamó llorando desconsolada- No! Por favor!- gritaba sin soltarlo ni un poco- Leo! Maldición! Dijiste que regresarías pero yo no quería que fuera de este modo! Quédate a mi lado! Esto no era parte de tu promesa... no lo era...- dejó escapar uno que otro sollozo- yo te amo Leo... No me dejes... por favor...- el collar que él le había regalado ahora era aplastado por ambos cuerpos

Karai se quedó lo que restaba del día ahí junto con el cuerpo de Leonardo y nada ni nadie pudo separarla de él...



~🌸~



Pasaron muchos años desde la última vez que Karai vio a Leo. Sus amigos ya no estaban con ella, la mayoría había partido antes dejándola sola con Abril y el menor de los Hamato. Incluso Raphael; quien se había convertido en su más grande compañía después de la gran pérdida del líder, había dejado el mundo...

《Karai primera persona》

Han pasado más de 60 años después de tu muerte, una muerte que nunca pude superar. Aún recuerdo el día que casi muero abrazando tu cuerpo después de recibir la horrible noticia. Pero por alguna razón sigo aquí... tal vez sea por el amor que aún llevo dentro de mí, ese amor que nunca pude demostrarte... pero por lo menos cumplí tu petición, me quedé con la familia para apoyarla y cuidarla, poniendo en riesgo mi vida en muchas ocasiones, pero eso no importa, ellos eran mi preocupación.
Lamentablemente, nadie puede escapar de la muerte... y de lo único que no pude proteger a la familia fue del tiempo...
Sabes? A pesar del dolor, a veces envidié a Raphael... él pudo ir contigo mucho antes que yo...

Estoy cansada, no soy la misma de antes, no tengo tantas fuerzas.
El nuevo equipo está listo, son buenos estudiantes, de gran corazón y fuerza, finalmente logramos formar al nuevo equipo Hamato... ellos ya no me necesitan, sé que podrán proteger al mundo tal y como tú lo hacías...

Yo ya estoy vieja, mi piel está algo arrugada y muy pálida... mis piernas están tan cansadas que a veces prefiero sólo sentarse para hablar un rato contigo y recordarte que aún sigo esperándote...

《Final primera persona》

Karai estaba en el dojo, sentada al pie del árbol, hasta que alguien llegó a su lado.

-Hola, Karai- ella volteó al escuchar esa voz

-¿¡Leo!?- no pudo creerlo, él estaba ahí y se veía lleno de vida

-Si, ese es mi nombre- le sonrió ofreciéndole su mano- ¿estás lista?- ella alzó una ceja mirándo su mano para luego volver mirarlo

-¿Lista?- preguntó confundida a lo que el de azul asintió, así que ella tomó la mano y al hacerlo, su piel volvió a tener el brillo del que antes carecía y al verse tenía puesto su antiguo traje de kunoichi, junto con su collar el cual volvió a verse tan precioso como el día que lo tuvo entre sus manos por primera vez

-Te prometí que volvería... así que regrese por ti... para estar juntos...- ella sonrió al escuchar eso, pues hace mucho que había estado esperándolo

-En ese caso... claro que estoy lista, mi adorable líder- lo abrazó y él despositó un casto beso en sus labios- siempre estuve esperándote..

-Vamos entonces mi bella kunoichi...- tomó su mano y ambos empezaron a caminar

Esa tarde, Karai se quedó ahí, sentada con una sonrisa en su rostro. Su tiempo había acabado. Y ahora podía estar con la persona que tanto amaba y quien personalmente había ido a buscarla, demostrando así el amor sincero y puro que siempre sintió por ella.

Fin.

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