Luego de una larga charla entre ambos la llegada de los jonnin al abrirse la puerta de la celda alertó a la azabache y al peli celeste.

- La hora del segundo interrogatorio ha sido fijada dentro de una hora.

Habló uno de ellos para luego proceder a retirarse pero el otro le susurró algo en el oído y se quedó atrás.

- Señorita Sarada, le traje esto, espero que lo disfrute porque me esforcé al hacerlo.

Dijo apenado entregando una bolsa de papel extrañamente cálida de la cual la chica al tomarla y al abrirla un esquicito olor a galletas recien horneadas invadieron sus fosas nasales.

- Son galletas, que hice para usted.

Desvió la mirada completamente sonrojado.

Sarada: Uhm, gracias, huelen increíble, de seguro están buenísimas

Sonrió gustosamente puesto que la chica amaba las galletas y más las que horneaba junto a su madre en esos días en que la lluvia caía sobre Konoha, más el peli celeste se mantuvo sumido en un silencio que se tornó algo incómodo.

- Bien, creo que será mejor que me vaya.

Dijo volviendo a la realidad.

Sarada: Muchas gracias...

Se detuvo sin saber exactamente qué decir.

- Taketori Houki.

Fue entonces que lo recordó.

Sarada: ¡Pero si fuimos compañeros en la academia! ¡Eres el chico memorizador!

Exclamó sorprendida.

Sarada: ¡El equipo 25!

Sonrió

Houki: Si, ese mismo.

Se rascó la mejilla algo nervioso.

Sarada: Increíble, que tengas un lindo día...

Sonrió a lo que el chico se fue algo sonrojado.

Mitsuki: "Qui tingis in lindi dií"

Habló esperando a que el "intruso" se fuera para imitar la voz de Sarada algo exageradamente aguda.

Sarada: ¿Que pasa contigo?
¿Estás de mal humor?

Preguntó algo extrañada.

Mitsuki: No, para nada.

Volvió a sonreír.

Sarada: Eres muy raro...

Comentó para luego volver a su esquina en la cual se sentaba a vigilar a su prisionero, ahí se quedó observándolo en un silencio que duró aproximadamente 15 minutos, en los que el peli celeste sabía que la azabache lo estaba viendo fijamente, lo cual comenzó a resultarle algo divertido.

Mitsuki: ¿Así que te gustó ese pequeño jonnin fanático de Kakashi Hatake?

Rió leve pero sin recibir contestación.

Mitsuki: ¿Me vas a dejar hablando solo?

Chasqueo la lengua, pero cuando iba a decir algo más la chica lo interrumpió.

Sarada: ¿Nunca has tenido novia?

El peli celeste lo pensó un segundo, debía de responder correctamente.

Mitsuki: No, pero siempre he querido una.

Sonrió divertido.

Sarada: Uhm....

Se levantó de su lugar, y a juzgar por el sonido de sus pasos Mitsuki imaginó que había comenzado a pasearse por la celda.

Sarada: ¿Porque crees que no has conseguido una?

Mitsuki: Porque soy muy caprichoso....

Sarada: ¿En que sentido?

Se apresuró a decir, de pronto la conversación se tornó muy interesante.

Mitsuki: A ver cómo te explico...

Suspiró tratando de irritar a la azabache consiguiendolo casi de inmediato.

Sarada: Responde de una buena vez....

Mitsuki: ¿Porque tanto interés?

Se burló.

Sarada: ¿Interés?

Sonrió con un tic en el ojo izquierdo.

Sarada: Pero si tú me estabas contando...

Mitsuki: Tu me estabas preguntando...

La chica se contuvo para no tener que golpearlo, el maldito tenía razón, ella empezó con el temita de la novia en la dichosa conversación.

Mitsuki: La verdad, es que, solo me ha interesado una sola persona, y ella es una cabeza hueca de primera, digo, es lista y todo, pero retrasada en cosas del corazón, aparte de que es bruta como ella sola.

Rió tratando de imaginar la expresión facial de la chica que le arrancaba los suspiros.

Sarada: Mira quién habla, rey de la sutileza.

Fue su contestación con cierto gaje de diversión.

Sarada: Me alegro que tengas a esa persona especial, te deseo suerte.

"¿Suerte?"

Pensó el peli celeste sintiendo ese molesto dolor en el pecho, había creído que lograría que se enfadara o que se disgustara, que preguntara quien era la chica de la que hablaba, pero lamentablemente, ella no había reaccionado como el hubiera querido, sabía que la azabache tal vez no estaba interesada en el, pero, el también era un cabeza hueca, y de primera selección, si señor, pero terco como el solo.

No era de ésos que a la primera tiran la toalla, el quería a su ensalada, y el tendría a su ensalada, costara lo que costara.

Continuará....